Economía circular y cooperación cultural transfronteriza de proximidad

« El arte nace de restricciones, vive de luchas y muere de libertad ».

André Gide

Este corto artículo es la traducción y adaptación al español de mi publicación final para la formación «Designer Circulaire 2023 – Parcours Écosystèmes» del FabLab «Villette Makerz» en París.

Presentación

Una de cada tres personas vive actualmente en una zona transfronteriza dentro de la Unión Europea. Y aunque el proceso de la construcción europea lleva mucho tiempo encaminado a mitigar los efectos perniciosos de sus fronteras nacionales internas sobre estos espacios de interfaz – a través de la política regional y de considerables fondos para promover la cooperación como Interreg – numerosos obstáculos de carácter político, legal, funcional, estructural, social, cultural o lingüístico subsisten.

Ante estas limitaciones, nos planteamos la siguiente pregunta para los espacios transfronterizos: ¿los enfoques de la economía circular en el campo de las artes y la cultura están fatalmente confinados a los marcos nacionales de los Estados que se yuxtaponen?

Nuestra investigación nos ha permitido identificar las manifestaciones emergentes de esta relación – ¡nicho de nichos! – y detectar los indicios de una evolución que consideramos potencialmente beneficiosa.

A. La coyuntura de la economía circular en el contexto de la cooperación cultural transfronteriza de proximidad

1. Intersecciones transfronterizas: cultura y ecología para los territorios sostenibles del futuro

Las contribuciones de la cooperación cultural transfronteriza local (CCTP) en términos de desarrollo de actividades económicas y de cohesión territorial, social o medioambiental, entre otros, han sido constatadas y confirmadas durante ya más de veinte años. Por tanto, nos parece natural que el sector cultural transfronterizo asuma los retos de la sostenibilidad desde una visión amplia como la que se presenta en la Agenda 21 de la Cultura.

En el contexto actual de fuertes tensiones ecológicas sin fronteras, la economía circular (EC) se perfila por doquier en la Unión Europea como una de las respuestas adecuadas para acabar con la economía lineal «extraer – producir – consumir – tirar». Aunque la EC se considere de forma diferente en cada país y según los sectores de la vida económica o social, la convergencia europea no parece imposible a largo plazo.

Para Francia en particular, a partir de la conceptualización de las tres áreas y los siete pilares de acción de la economía circular desarrollados por la agencia de transición ecológica ADEME, la asociación ORÉE ha adaptado esta base a los problemas específicos del sector de la creación artística y la difusión cultural:

  1. La sobriedad y el abastecimiento sostenible
  2. El ecodiseño (eco-concepción sería el galicismo correspondiente)
  3. La ecología cultural y territorial
  4. La economía funcional (o de la funcionalidad)
  5. La extensión de la duración del uso
  6. La gestión y la sensibilización de los actores y de los públicos; la programación militante
  7. La valorización y el reciclaje

A su vez, para el caso de las circunstancias transfronterizas, las principales actividades relacionadas con el enfoque de la EC pueden ser, entre otras:

  • la movilidad del público y de los profesionales en el espacio transfronterizo;
  • el transporte de obras de arte o dispositivos museográficos itinerantes;
  • el uso de reservas y centros de intercambio de recursos (materiales para escenografías, vestuario, equipo técnico, etc., incluyendo reciclaje) mancomunados;
  • el abastecimiento de materiales sostenibles;
  • el ecodiseño de escenografías y señalética;
  • la restauración colectiva (alimentos): abastecimiento sostenible, eliminación de plástico de un solo uso y valorización de biorresiduos;
  • las acciones de sensibilización medioambiental y cultural;
  • la puesta en valor y rehabilitación del patrimonio histórico y natural transfronterizo (senderos, fortificaciones alpinas, etc.);
  • la separación de residuos y la logística relacionada (decorados y elementos escenográficos al final de su vida útil);
  • la formación, el acompañamiento y la elaboración de guías comunes en las lenguas del espacio transfronterizo;
  • la identificación y cartografía de los proveedores de servicios sostenibles en el perímetro…

Cabe destacar también los vínculos con la educación, el turismo sostenible y el sentimiento de pertenencia a una futura comunidad eco-responsable, además de la propia creatividad inducida por la relación entre cultura, ecología, economía responsable y solidaria… a través de redes en ambos lados de las fronteras.

2. Obstáculos y frenos: ¿tomar la tangente a la economía circular?

Es claro que a pesar del potencial de la relación entre la CCTP y la EC, su realización puede tropezar con muchos obstáculos, virtualmente paralizantes. Más allá del papel «accesorio» que con demasiada frecuencia se otorga a la cultura en el contexto de las políticas públicas, los obstáculos provienen de desequilibrios económicos, distancias culturales e insuficiencias institucionales vinculadas a las evoluciones históricas propias de cada Estado y se ven agravadas por una serie de ausencias:

  • falta de voluntad y de administración abierta al vecino fronterizo;
  • carencia de medios financieros adecuados;
  • ausencia de medios legales apropiados;
  • falta de competencias (atribuciones legales) locales y regionales comparables;
  • carencia de puentes administrativos dada la diversidad de estas competencias y la estructura territorial de cada Estado;
  • falta de aptitudes lingüísticas; entre otras.

Los obstáculos y límites son, por tanto, múltiples y su enumeración ciertamente puede parecer preocupante porque refleja las bases de los grandes desafíos de la cooperación transfronteriza que desafortunadamente ni las instituciones estatales ni los marcos legales favorecen. Además, los obstáculos a menudo tienen su origen a nivel de las autoridades estatales nacionales, mucho más que a nivel de las autoridades comunitarias.

La crisis de la pandemia de COVID-19 también ha recordado la fuerza de separación del derecho nacional, al tiempo que ha evidenciado muchas dinámicas locales de solidaridad a través de las fronteras.

Por último, cabe recordar que muchos proyectos de cooperación transfronteriza han podido eclosionar gracias a la existencia de fondos de cofinanciación Interreg y que muchos son también los proyectos que no pueden continuar más allá del periodo así financiado, a pesar de la relevancia de su posible continuación.

Pero estos obstáculos y frenos no son insuperables. 

« Cuanto mayor es el obstáculo, mayor es la gloria de vencerlo ». Molière

B. Sinergias y surgimiento de acciones en el ámbito de la economía circular en relación con la cooperación cultural transfronteriza de proximidad

1. Un contexto favorable

A pesar de la falta de un enfoque transfronterizo específico, en los últimos años la evolución estratégica y técnica de las políticas europeas sobre la EC ha influido en gran medida en su desarrollo dentro de los Estados miembros, por ejemplo, con la adopción del «Nuevo plan de acción a favor de la economía circular» de 2020. Al mismo tiempo, se ha dado a las regiones fronterizas un papel en la implementación del Pacto Verde para la transición ecológica de Europa; en este sentido, la intervención de la UE a través de los programas Interreg de la política de cohesión 2021-2027 lleva a trasponer localmente los objetivos del Pacto Verde.

En los próximos años, muchos incentivos complementarios y sinergias se combinarán y reforzarán entre sí, permitiendo, de así desearse en los espacios transfronterizos, la optimización de la EC en relación con la CCTP en espacios más integrados. Las oportunidades de innovación podrían dar lugar a proyectos, e idealmente a relaciones transfronterizas duraderas, basados ​​en los méritos de esta relación.

2. Espacios fértiles y realizaciones embrionarias

Es posible detectar pistas que ya denotan el inicio de un camino. Algunas experiencias han presentado primero un enfoque bastante clásico relacionado con el desarrollo sostenible, mientras que otras tratan ya más específicamente el campo de la EC. He aquí algunos ejemplos:

a) «Nova Gorica Capital Europea de la Cultura 2025» (Eslovenia) y su programa transfronterizo con Gorizia (Italia) contribuirá sólidamente a la afirmación de la CCTP en el marco del programa comunitario Capitales Europeas de la Cultura, coronando una excelente trayectoria de ejemplos relacionados a una voluntad transfronteriza (Lille 2004; Luxemburgo y Gran Región 2007; Mons 2015; Esch-sur-Alzette 2022). Cabe señalar de entrada que el jurado de la primera evaluación de su preparación para 2025 señaló en su informe que “se ha demostrado la sensibilidad hacia el medio ambiente”.

Cabe destacar varios proyectos del programa previsto para la capitalidad: 

  • «ECOTHREADS AND BIEN» sobre innovación en ecomateriales textiles, la mentalidad sostenible, exposiciones y desfiles de moda con materiales reciclados (upcycling);
  • los laboratorios «ISOLABS» vinculando arte y ciencia, medio ambiente, ecosistemas y transdisciplinariedad;
  • «NO TIME TO WASTE » sobre la implementación de acciones para la gestión Zero Waste en el marco de festivales y eventos culturales;
  • «(AGRI)CULTURE, BIODIVERSITY»sobre los recursos alimentarios locales y la biodiversidad;
  • y «GO2GREENGO»sobre la importancia de la sostenibilidad y el enfoque de la permacultura, incluso a través de una biblioteca de semillas.

b) Pasemos ahora al proyecto particularmente ambicioso «DEMO» Sostenibilidad y Ecología en el sector de la Música y sus Operadores, cuyo objetivo era crear sinergias transfronterizas entre el mundo de la cultura y el desarrollo sostenible, así como promover la conciencia colectiva y la dinámica de cambiar comportamientos a favor de la eco-responsabilidad. Fue cofinanciado por Interreg entre abril de 2016 y septiembre de 2021 en la frontera franco-belga.

  • Los socios del proyecto firmaron una carta de compromiso para federarse a largo plazo.
  • También se elaboró un mapeo transfronterizo de proveedores de servicios comprometidos en temas de energía, alimentación y bebidas, recogida de residuos, asociaciones de integración por el trabajo, etc.

Además, realizaron un diagnóstico ambiental de la organización de conciertos en festivales y recintos, así como de algunas de las acciones a varios niveles: movilidad, gestión de residuos y materiales, reducción energética, biodiversidad, etc. Algunos equipos fueron compartidos o prestados entre los socios y se fomentó la reutilización de materiales, incluso a través de talleres de capacitación. En definitiva, es un proyecto que mutatis mutandis podría servir de ejemplo para otras iniciativas.

La estrategia – 4 ejes prioritarios: mejorar y apoyar la colaboración transfronteriza en investigación e innovación ; aumentar la competitividad transfronteriza de las PME; proteger y valorizar el medio ambiente a través de una gestión integral de los recursos transfronterizos; promover la cohesión y la identidad común de los territorios transfronterizos.
Ejes de trabajo de los socios: observar – socializar; experimentar en el campo del desarrollo sostenible; compartir = contribuir al desarrollo sostenible con un enfoque de mejora contínua.

c) También hay que mencionar el caso de «CDuLaB«, un proyecto piloto franco-suizo de creación, formación e investigación artística en torno a la noción de sostenibilidad llevado a cabo por los teatros Vidy-Lausanne y Les 2 Scènes-Scène nationale de Besançon, mediante la puesta en común de medios, recursos y redes (2021-2022).

d) Pero volvamos a la frontera franco-belga: el caso del festival anual de teatro y danza transfronterizo NEXT en – y alrededor de – la eurometrópolis Lille-Kortrijk-Tournai y Valenciennes. Es «una plataforma de colaboración sostenible en la que cinco co-organizadores y otras quince casas de arte asociadas ponen en común su experiencia, recursos y conocimientos cada año». En particular, podemos destacar su longevidad (ya quince ediciones); su planteamiento de la movilidad transfronteriza de los públicos durante el festival (reducción del uso del coche privado); finalmente, el estudio en curso «CIRCULACIONES», realizado este año (2023) por estudiantes del programa de Maestría en Experimentación en Artes Políticas (SPEAP) fundado por el sociólogo francés Bruno Latour, que cuestiona la habitabilidad del espacio de vida en común y su futuro, y considera particularmente el agua y la frontera.

e) Todavía en la escala de la Eurometrópolis de Lille-Kortrijk-Tournai, destacan los «Trofeos de Moda Circular» organizados en colaboración con la ADEME y la Región de Hauts-de-France, y abiertos a solicitudes de Francia, Bélgica y Países-Bajos – En 2022 se celebró su segunda edición. Además, se debe seguir de cerca el enfoque innovador e interdisciplinario del Parc Bleu de la Eurometrópolis (en particular, el Proyecto Bloom sobre la transición bioinspirada).

f) Último ejemplo, pero no menos importante, las actividades transfronterizas de «La Maison européenne de l’architecture – Rhin supérieur (MEA)» que es una asociación franco-alemana de alcance trinacional (Francia, Alemania y Suiza) creada en 2005, cuyo objetivo es comunicar sobre la arquitectura contemporánea al público en general. Su campo de acción se extiende sobre un amplio territorio: Alsacia (Francia), Baden-Württemberg (Alemania) y los dos cantones de Basilea (Suiza). En particular, organiza el festival “Les Journées de l’architecture | Die Architekturtage” que tiene lugar cada otoño en una veintena de ciudades situadas en la región transfronteriza con alrededor de 150 eventos en dos idiomas que reúnen a más de 40.000 visitantes al año. El lema de las Jornadas de Arquitectura de 2022 fue “Arquitectura y Recursos” y el de 2021 “¿Alternativas? ¡Arquitectura!”… ¡Proyectos que apuestan firmemente por la economía circular!

Conclusión

El surgimiento de la consideración de la economía circular en relación con las actividades de cooperación cultural transfronteriza es prometedora en la Unión Europea, a pesar de las dificultades inherentes a la cooperación entre espacios separados por fronteras.

Por un lado, las estructuras de cooperación transfronteriza se beneficiarían al incluir esta doble ambición – cultural y ecológica – como vector o catalizador de otras cooperaciones estratégicas en el marco de los diagnósticos territoriales de ecología industrial y cultural transfronterizos adaptados a sus contextos específicos.

Por otro lado, la promoción de esta reflexión a nivel transeuropeo podría ser realizada por un tercero, como la Mission Opérationnelle Transfrontalière o la Asociación de Regiones Fronterizas Europeas, gracias a un proyecto piloto europeo con sus miembros, por ejemplo, o al incorporarlo a su oferta de servicios y de posiciones defendidas a favor de espacios transfronterizos cada vez más integrados y sostenibles.

¡El medio ambiente y el desarrollo cultural no conocen fronteras!

Dedicatoria

La etimología de la palabra “Ucrania” es “tierra fronteriza” o “región fronteriza” en ruso. Una vez más, mis pensamientos están con todas las víctimas de la invasión.

Leyenda de la ilustración inicial

Vassily Kandinsky, “Gelb-Rot-Blau”, 1925. Centre Georges Pompidou – Musée national d’art moderne; París. Dominio público. Sin fines de lucro.

Bibliografía

  • Charles RICQ, Manuel de la coopération transfrontalière, Collection Démocratie locale et régionale, Conseil de l’Europe, 2006.
  • Birte WASSENBERG et Bernard REITEL, Critical dictionary on borders, cross-border cooperation and European integration, Bruxelles, Éd. Peter Lang, 2020, 886 pp. 
  • Comité francilien de l’économie circulaire, “Concilier création artistique et préservation des ressources”, ORÉE, Paris, Novembre 2021.
  • Mission Opérationnelle Transfrontalière, «Les territoires transfrontaliers. La fabrique de l’Europe», Novembre 2017.

Centros culturales y cooperación cultural transfronteriza de proximidad

Una introducción

Durante siglos, la historia de Europa ha sido marcada por movimientos expansionistas, conquistas militares y numerosas guerras que han provocado desplazamientos de personas y de culturas a través de límites variables al filo del tiempo: las fronteras. Aunque estos fenómenos no son exclusivos de este continente, en el proceso de construcción europea se ha insistido especialmente en la importancia de la cooperación entre los espacios fronterizos, tanto de aquellos países que comparten fronteras al interior de la Unión, como de los que tienen fronteras con países externos. Se trata de una cooperación “de proximidad” que tiene como objetivo disminuir los efectos de las fronteras en un marco de libre circulación de personas, bienes y capitales. Los espacios fronterizos, otrora periféricos y con significativas desventajas económicas, han sido llamados a crear lazos ejemplares de cooperación, en pos de la cohesión y el desarrollo armonioso de los territorios.

En esta voluntad, la dimensión cultural tiene una vocación esencial puesto que, las otras fronteras, aquellas en las mentalidades de los habitantes, son ciertamente difíciles de derribar, o al menos, de atenuar. Afortunadamente, se ha entendido que si bien las fronteras son zonas de conflicto por excelencia, también pueden transformarse en lugares de diálogo intercomunitario. Para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, es imprescindible prever una mejor articulación del territorio en materia cultural, lo que incluye formar redes entre sus actores culturales así como vincular las instituciones culturales de uno y otro lado de la frontera, e incluso desarrollarlas conjuntamente. A mediano y largo plazo, el ideal consistiría en desarrollar una gobernanza cultural a nivel local y regional con todos las partes involucradas, conformando verdaderos laboratorios de la construcción europea.

Si nos preguntamos cuál ha sido el papel de los centros culturales – espacios de diálogo intercultural por excelencia – en esta forma de cooperación cultural transfronteriza, encontraremos una contradicción entre su gran adecuación para fomentar los objetivos de la cooperación cultural transfronteriza y el poco avance práctico en su desarrollo, lo que brinda un real carácter de pioneros a sus escasos ejemplos. Ante el número considerable de proyectos culturales transfronterizos que han florecido, la dimensión articuladora de los centros, reflejo de una mayor ambición de anclar la política de cooperación transfronteriza en el largo plazo, no es una constante en estos territorios.

Merece la pena recordar que tanto el Consejo de Europa como la Comisión Europea han promovido la cooperación transfronteriza, el primero esencialmente en materia de reflexión y acción normativa; el segundo, por su financiación mediante programas de iniciativa comunitaria en el marco de su política regional, en especial con el Programa Interreg, en sus distintas generaciones. Dicha financiación requiere una participación del Estado y de las autoridades territoriales y no concierne específicamente a los proyectos culturales, sino a un amplio campo que va del medio ambiente a la formación profesional. Sin embargo, no deja de ser un reconocimiento al carácter transversal de la cultura y su importancia en la dinámica transfronteriza.

Consideremos algunos ejemplos de centros culturales que se han implicado particularmente en esta práctica, como el Centro cultural transfronterizo “Le Manège”, simultáneamente de Mons, Bélgica y de Maubeuge, Francia, distanciados a penas de dieciocho kilómetros. Gracias al ímpetu visionario de Didier Fusillier y de Yves Vasseur, este proyecto marcó un precedente a nivel europeo durante más de 13 años hasta 2015, en las áreas de creación teatral, producción de música contemporánea, escritura y formación en artes digitales, residencias… El concepto incluyó recintos de ambos lados de la frontera y un real acercamiento en programación, en aspectos administrativos, técnicos y financieros así como en la movilidad de los espectadores (autobuses gratuitos entre recintos) y la política de comunicación. Así, en promedio quince por ciento de los espectadores acudieron al menos a uno de los espectáculos o actividades en el otro país. El programa de Mons Capital Europea de la Cultura 2015 llevó a poner entre paréntesis el partenariado estructural entre ambas instituciones, desligándose administrativamente, pero manteniendo lazos de colaboración transfronteriza, aunque tenues.

Relacionadas con este proyecto, podemos destacar también las Maisons Folie, que forman parte del legado del programa cultural de “Lille 2004, Capital europea de la Cultura” concebido por el mismo Fusillier y que son fundamentalmente casas culturales comunitarias multi-usos de uno y otro lado de la frontera, que trabajan en red. Continuando la política transfronteriza que formaba parte del espíritu del programa de 2004, las instituciones culturales de la Eurometrópolis franco-belga de Lille-Kortrijk-Tournai desarrollaron proyectos comunes, como la Casa de la cultura de Tournai, que tuvo un proyecto destacable con el teatro Le Prato de Lille en el sector del circo, creando el primer polo de circo transfronterizo “Le PLÔT, Pôle cirque Lille-Tournai o en el campo del teatro juvenil con La Rose des Vents-Scène Nationale de Villeneuve d’Ascq y el proyecto “Labomatic théâtres”. Hoy en día, en la misma área transfronteriza, el Festival de artes NEXT cumple 14 años de un ambicioso proyecto transfronterizo con cinco socios de Francia y de Bélgica: La Rose des vents, Villeneuve d’Ascq (FR), Espace Pasolini Valenciennes (FR), Le phénix Valenciennes (FR), Kunstencentrum BUDA, Kortrijk (BE), Schouwburg Kortrijk (BE).

En 2007, Luxemburgo decidió que su programa de Capital Europea de la Cultura incluiría todo el espacio transfronterizo, denominado “Gran región”, incluyendo los espacios vecinos de Francia, Bélgica y Alemania. Cabe también poner en relieve en esa región el proyecto de reconversión industrial de la acería Völklinger Hütte, del lado alemán, cerca de Saarbrücken, que hoy en día se ha transformado en un “centro europeo para el arte y la cultura industrial” donde se puede descubrir la historia de la industria siderúrgica, visitar sus instalaciones para comprender los procesos, al mismo tiempo que éstas se han reutilizado para muestras, exposiciones, espectáculos de danza, teatro… y hacen comprender y recordar la identidad industrial de los habitantes de estas zonas, similares en ambos lados de la frontera. El reconocimiento recibido de la Unesco como Patrimonio mundial respalda el interés de este centro que ya ha festejado sus primeros veinte años en 2019.

Acería Völkingler Hütte, Alemania

Todas estas instituciones tienen un papel significativo por desarrollar, aunque su camino está todavía marcado por numerosos obstáculos que han limitado de alguna manera su potencial. Recordemos que las autoridades territoriales de la Unión Europea presentan realidades político-institucionales muy diversas, de lo cual va a depender qué actores van a participar en las negociaciones, porque las competencias administrativas no se reparten de la misma manera en los países vecinos. Evidentemente, los recursos financieros y logísticos no son tampoco similares según el nivel de la autoridad que interviene en la cooperación. Nos encontramos frente a un marco legal y administrativo complejo. Los criterios para obtener recursos de programas europeos establecen que los fondos no pueden ser utilizados para el funcionamiento de un centro cultural, sino para algunos proyectos o actividades realizadas en su marco. La diferencia de lenguas puede interferir también, aunque los responsables no citan esta barrera como la más difícil. ¡A todo esto se agregan las propias diferencias culturales administrativas que frenan la cooperación: estereotipos negativos, nacionalismo, falta de interés por el vecino e incluso la falta de una estrategia definida o con mezcla de orientaciones (defensa de la cultura regional, promoción de intercambios culturales, instrumentalización socio-cultural…), tanto de lo que se desea combatir mediante la cooperación !

Estos múltiples factores tienen un impacto en la creación de centros culturales transfronterizos, además de los propios de la generación de una institución cultural de esta índole.

En conclusión, gracias a la aparición de una solidaridad estratégica entre los lados de la frontera se efectúa el cambio de una lógica de yuxtaposición de espacios fronterizos a la del surgimiento de un territorio transfronterizo, creando comunidades de porvenir, cuya identidad se crea en complemento de la identidad local, regional y europea. Es necesario insistir en el potencial de los centros culturales transfronterizos ya que disminuyen la fragmentación del espacio social y cultural de territorios separados en otro tiempo. En un marco transfronterizo, los centros culturales resultan proyectos bastante complejos, pero el avance en su discusión y puesta en marcha da lugar ya a una experiencia de gobernanza cultural transfronteriza, lo que es muy laudable. En el estudio del desarrollo de los centros culturales, este tipo de centros en particular nos reservará seguramente sorpresas en los próximos años. Y ello a pesar de las dificultades que la pandemia de la Covid-19 ha estado generando particularmente en los espacios transfronterizos de la Unión Europea.