Economía circular y cooperación cultural transfronteriza de proximidad

« El arte nace de restricciones, vive de luchas y muere de libertad ».

André Gide

Este corto artículo es la traducción y adaptación al español de mi publicación final para la formación «Designer Circulaire 2023 – Parcours Écosystèmes» del FabLab «Villette Makerz» en París.

Presentación

Una de cada tres personas vive actualmente en una zona transfronteriza dentro de la Unión Europea. Y aunque el proceso de la construcción europea lleva mucho tiempo encaminado a mitigar los efectos perniciosos de sus fronteras nacionales internas sobre estos espacios de interfaz – a través de la política regional y de considerables fondos para promover la cooperación como Interreg – numerosos obstáculos de carácter político, legal, funcional, estructural, social, cultural o lingüístico subsisten.

Ante estas limitaciones, nos planteamos la siguiente pregunta para los espacios transfronterizos: ¿los enfoques de la economía circular en el campo de las artes y la cultura están fatalmente confinados a los marcos nacionales de los Estados que se yuxtaponen?

Nuestra investigación nos ha permitido identificar las manifestaciones emergentes de esta relación – ¡nicho de nichos! – y detectar los indicios de una evolución que consideramos potencialmente beneficiosa.

A. La coyuntura de la economía circular en el contexto de la cooperación cultural transfronteriza de proximidad

1. Intersecciones transfronterizas: cultura y ecología para los territorios sostenibles del futuro

Las contribuciones de la cooperación cultural transfronteriza local (CCTP) en términos de desarrollo de actividades económicas y de cohesión territorial, social o medioambiental, entre otros, han sido constatadas y confirmadas durante ya más de veinte años. Por tanto, nos parece natural que el sector cultural transfronterizo asuma los retos de la sostenibilidad desde una visión amplia como la que se presenta en la Agenda 21 de la Cultura.

En el contexto actual de fuertes tensiones ecológicas sin fronteras, la economía circular (EC) se perfila por doquier en la Unión Europea como una de las respuestas adecuadas para acabar con la economía lineal «extraer – producir – consumir – tirar». Aunque la EC se considere de forma diferente en cada país y según los sectores de la vida económica o social, la convergencia europea no parece imposible a largo plazo.

Para Francia en particular, a partir de la conceptualización de las tres áreas y los siete pilares de acción de la economía circular desarrollados por la agencia de transición ecológica ADEME, la asociación ORÉE ha adaptado esta base a los problemas específicos del sector de la creación artística y la difusión cultural:

  1. La sobriedad y el abastecimiento sostenible
  2. El ecodiseño (eco-concepción sería el galicismo correspondiente)
  3. La ecología cultural y territorial
  4. La economía funcional (o de la funcionalidad)
  5. La extensión de la duración del uso
  6. La gestión y la sensibilización de los actores y de los públicos; la programación militante
  7. La valorización y el reciclaje

A su vez, para el caso de las circunstancias transfronterizas, las principales actividades relacionadas con el enfoque de la EC pueden ser, entre otras:

  • la movilidad del público y de los profesionales en el espacio transfronterizo;
  • el transporte de obras de arte o dispositivos museográficos itinerantes;
  • el uso de reservas y centros de intercambio de recursos (materiales para escenografías, vestuario, equipo técnico, etc., incluyendo reciclaje) mancomunados;
  • el abastecimiento de materiales sostenibles;
  • el ecodiseño de escenografías y señalética;
  • la restauración colectiva (alimentos): abastecimiento sostenible, eliminación de plástico de un solo uso y valorización de biorresiduos;
  • las acciones de sensibilización medioambiental y cultural;
  • la puesta en valor y rehabilitación del patrimonio histórico y natural transfronterizo (senderos, fortificaciones alpinas, etc.);
  • la separación de residuos y la logística relacionada (decorados y elementos escenográficos al final de su vida útil);
  • la formación, el acompañamiento y la elaboración de guías comunes en las lenguas del espacio transfronterizo;
  • la identificación y cartografía de los proveedores de servicios sostenibles en el perímetro…

Cabe destacar también los vínculos con la educación, el turismo sostenible y el sentimiento de pertenencia a una futura comunidad eco-responsable, además de la propia creatividad inducida por la relación entre cultura, ecología, economía responsable y solidaria… a través de redes en ambos lados de las fronteras.

2. Obstáculos y frenos: ¿tomar la tangente a la economía circular?

Es claro que a pesar del potencial de la relación entre la CCTP y la EC, su realización puede tropezar con muchos obstáculos, virtualmente paralizantes. Más allá del papel «accesorio» que con demasiada frecuencia se otorga a la cultura en el contexto de las políticas públicas, los obstáculos provienen de desequilibrios económicos, distancias culturales e insuficiencias institucionales vinculadas a las evoluciones históricas propias de cada Estado y se ven agravadas por una serie de ausencias:

  • falta de voluntad y de administración abierta al vecino fronterizo;
  • carencia de medios financieros adecuados;
  • ausencia de medios legales apropiados;
  • falta de competencias (atribuciones legales) locales y regionales comparables;
  • carencia de puentes administrativos dada la diversidad de estas competencias y la estructura territorial de cada Estado;
  • falta de aptitudes lingüísticas; entre otras.

Los obstáculos y límites son, por tanto, múltiples y su enumeración ciertamente puede parecer preocupante porque refleja las bases de los grandes desafíos de la cooperación transfronteriza que desafortunadamente ni las instituciones estatales ni los marcos legales favorecen. Además, los obstáculos a menudo tienen su origen a nivel de las autoridades estatales nacionales, mucho más que a nivel de las autoridades comunitarias.

La crisis de la pandemia de COVID-19 también ha recordado la fuerza de separación del derecho nacional, al tiempo que ha evidenciado muchas dinámicas locales de solidaridad a través de las fronteras.

Por último, cabe recordar que muchos proyectos de cooperación transfronteriza han podido eclosionar gracias a la existencia de fondos de cofinanciación Interreg y que muchos son también los proyectos que no pueden continuar más allá del periodo así financiado, a pesar de la relevancia de su posible continuación.

Pero estos obstáculos y frenos no son insuperables. 

« Cuanto mayor es el obstáculo, mayor es la gloria de vencerlo ». Molière

B. Sinergias y surgimiento de acciones en el ámbito de la economía circular en relación con la cooperación cultural transfronteriza de proximidad

1. Un contexto favorable

A pesar de la falta de un enfoque transfronterizo específico, en los últimos años la evolución estratégica y técnica de las políticas europeas sobre la EC ha influido en gran medida en su desarrollo dentro de los Estados miembros, por ejemplo, con la adopción del «Nuevo plan de acción a favor de la economía circular» de 2020. Al mismo tiempo, se ha dado a las regiones fronterizas un papel en la implementación del Pacto Verde para la transición ecológica de Europa; en este sentido, la intervención de la UE a través de los programas Interreg de la política de cohesión 2021-2027 lleva a trasponer localmente los objetivos del Pacto Verde.

En los próximos años, muchos incentivos complementarios y sinergias se combinarán y reforzarán entre sí, permitiendo, de así desearse en los espacios transfronterizos, la optimización de la EC en relación con la CCTP en espacios más integrados. Las oportunidades de innovación podrían dar lugar a proyectos, e idealmente a relaciones transfronterizas duraderas, basados ​​en los méritos de esta relación.

2. Espacios fértiles y realizaciones embrionarias

Es posible detectar pistas que ya denotan el inicio de un camino. Algunas experiencias han presentado primero un enfoque bastante clásico relacionado con el desarrollo sostenible, mientras que otras tratan ya más específicamente el campo de la EC. He aquí algunos ejemplos:

a) «Nova Gorica Capital Europea de la Cultura 2025» (Eslovenia) y su programa transfronterizo con Gorizia (Italia) contribuirá sólidamente a la afirmación de la CCTP en el marco del programa comunitario Capitales Europeas de la Cultura, coronando una excelente trayectoria de ejemplos relacionados a una voluntad transfronteriza (Lille 2004; Luxemburgo y Gran Región 2007; Mons 2015; Esch-sur-Alzette 2022). Cabe señalar de entrada que el jurado de la primera evaluación de su preparación para 2025 señaló en su informe que “se ha demostrado la sensibilidad hacia el medio ambiente”.

Cabe destacar varios proyectos del programa previsto para la capitalidad: 

  • «ECOTHREADS AND BIEN» sobre innovación en ecomateriales textiles, la mentalidad sostenible, exposiciones y desfiles de moda con materiales reciclados (upcycling);
  • los laboratorios «ISOLABS» vinculando arte y ciencia, medio ambiente, ecosistemas y transdisciplinariedad;
  • «NO TIME TO WASTE » sobre la implementación de acciones para la gestión Zero Waste en el marco de festivales y eventos culturales;
  • «(AGRI)CULTURE, BIODIVERSITY»sobre los recursos alimentarios locales y la biodiversidad;
  • y «GO2GREENGO»sobre la importancia de la sostenibilidad y el enfoque de la permacultura, incluso a través de una biblioteca de semillas.

b) Pasemos ahora al proyecto particularmente ambicioso «DEMO» Sostenibilidad y Ecología en el sector de la Música y sus Operadores, cuyo objetivo era crear sinergias transfronterizas entre el mundo de la cultura y el desarrollo sostenible, así como promover la conciencia colectiva y la dinámica de cambiar comportamientos a favor de la eco-responsabilidad. Fue cofinanciado por Interreg entre abril de 2016 y septiembre de 2021 en la frontera franco-belga.

  • Los socios del proyecto firmaron una carta de compromiso para federarse a largo plazo.
  • También se elaboró un mapeo transfronterizo de proveedores de servicios comprometidos en temas de energía, alimentación y bebidas, recogida de residuos, asociaciones de integración por el trabajo, etc.

Además, realizaron un diagnóstico ambiental de la organización de conciertos en festivales y recintos, así como de algunas de las acciones a varios niveles: movilidad, gestión de residuos y materiales, reducción energética, biodiversidad, etc. Algunos equipos fueron compartidos o prestados entre los socios y se fomentó la reutilización de materiales, incluso a través de talleres de capacitación. En definitiva, es un proyecto que mutatis mutandis podría servir de ejemplo para otras iniciativas.

La estrategia – 4 ejes prioritarios: mejorar y apoyar la colaboración transfronteriza en investigación e innovación ; aumentar la competitividad transfronteriza de las PME; proteger y valorizar el medio ambiente a través de una gestión integral de los recursos transfronterizos; promover la cohesión y la identidad común de los territorios transfronterizos.
Ejes de trabajo de los socios: observar – socializar; experimentar en el campo del desarrollo sostenible; compartir = contribuir al desarrollo sostenible con un enfoque de mejora contínua.

c) También hay que mencionar el caso de «CDuLaB«, un proyecto piloto franco-suizo de creación, formación e investigación artística en torno a la noción de sostenibilidad llevado a cabo por los teatros Vidy-Lausanne y Les 2 Scènes-Scène nationale de Besançon, mediante la puesta en común de medios, recursos y redes (2021-2022).

d) Pero volvamos a la frontera franco-belga: el caso del festival anual de teatro y danza transfronterizo NEXT en – y alrededor de – la eurometrópolis Lille-Kortrijk-Tournai y Valenciennes. Es «una plataforma de colaboración sostenible en la que cinco co-organizadores y otras quince casas de arte asociadas ponen en común su experiencia, recursos y conocimientos cada año». En particular, podemos destacar su longevidad (ya quince ediciones); su planteamiento de la movilidad transfronteriza de los públicos durante el festival (reducción del uso del coche privado); finalmente, el estudio en curso «CIRCULACIONES», realizado este año (2023) por estudiantes del programa de Maestría en Experimentación en Artes Políticas (SPEAP) fundado por el sociólogo francés Bruno Latour, que cuestiona la habitabilidad del espacio de vida en común y su futuro, y considera particularmente el agua y la frontera.

e) Todavía en la escala de la Eurometrópolis de Lille-Kortrijk-Tournai, destacan los «Trofeos de Moda Circular» organizados en colaboración con la ADEME y la Región de Hauts-de-France, y abiertos a solicitudes de Francia, Bélgica y Países-Bajos – En 2022 se celebró su segunda edición. Además, se debe seguir de cerca el enfoque innovador e interdisciplinario del Parc Bleu de la Eurometrópolis (en particular, el Proyecto Bloom sobre la transición bioinspirada).

f) Último ejemplo, pero no menos importante, las actividades transfronterizas de «La Maison européenne de l’architecture – Rhin supérieur (MEA)» que es una asociación franco-alemana de alcance trinacional (Francia, Alemania y Suiza) creada en 2005, cuyo objetivo es comunicar sobre la arquitectura contemporánea al público en general. Su campo de acción se extiende sobre un amplio territorio: Alsacia (Francia), Baden-Württemberg (Alemania) y los dos cantones de Basilea (Suiza). En particular, organiza el festival “Les Journées de l’architecture | Die Architekturtage” que tiene lugar cada otoño en una veintena de ciudades situadas en la región transfronteriza con alrededor de 150 eventos en dos idiomas que reúnen a más de 40.000 visitantes al año. El lema de las Jornadas de Arquitectura de 2022 fue “Arquitectura y Recursos” y el de 2021 “¿Alternativas? ¡Arquitectura!”… ¡Proyectos que apuestan firmemente por la economía circular!

Conclusión

El surgimiento de la consideración de la economía circular en relación con las actividades de cooperación cultural transfronteriza es prometedora en la Unión Europea, a pesar de las dificultades inherentes a la cooperación entre espacios separados por fronteras.

Por un lado, las estructuras de cooperación transfronteriza se beneficiarían al incluir esta doble ambición – cultural y ecológica – como vector o catalizador de otras cooperaciones estratégicas en el marco de los diagnósticos territoriales de ecología industrial y cultural transfronterizos adaptados a sus contextos específicos.

Por otro lado, la promoción de esta reflexión a nivel transeuropeo podría ser realizada por un tercero, como la Mission Opérationnelle Transfrontalière o la Asociación de Regiones Fronterizas Europeas, gracias a un proyecto piloto europeo con sus miembros, por ejemplo, o al incorporarlo a su oferta de servicios y de posiciones defendidas a favor de espacios transfronterizos cada vez más integrados y sostenibles.

¡El medio ambiente y el desarrollo cultural no conocen fronteras!

Dedicatoria

La etimología de la palabra “Ucrania” es “tierra fronteriza” o “región fronteriza” en ruso. Una vez más, mis pensamientos están con todas las víctimas de la invasión.

Leyenda de la ilustración inicial

Vassily Kandinsky, “Gelb-Rot-Blau”, 1925. Centre Georges Pompidou – Musée national d’art moderne; París. Dominio público. Fotografía de la obra por Rafael Mandujano. Sin fines de lucro.

Bibliografía

  • Charles RICQ, Manuel de la coopération transfrontalière, Collection Démocratie locale et régionale, Conseil de l’Europe, 2006.
  • Birte WASSENBERG et Bernard REITEL, Critical dictionary on borders, cross-border cooperation and European integration, Bruxelles, Éd. Peter Lang, 2020, 886 pp. 
  • Comité francilien de l’économie circulaire, “Concilier création artistique et préservation des ressources”, ORÉE, Paris, Novembre 2021.
  • Mission Opérationnelle Transfrontalière, «Les territoires transfrontaliers. La fabrique de l’Europe», Novembre 2017.

Entrelazamientos y articulaciones culturales – Bodø, Noruega, Capital europea de la Cultura en 2024

Una presentación personal en línea en el marco de la apertura del «II Simposio universitario internacional sobre gestión cultural en Latinoamérica – Eje temático: La gestión cultural global: la dimensión europea » organizado por la Escuela Internacional de Lenguas de la Universidad Anáhuac Cancún (MÉXICO) y la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad EAN (COLOMBIA). Jueves 1° de septiembre, 09:00 hrs (Ciudad de México) = 16:00 hrs (París).

En consonancia con el principio de este blog de «entrelazamientos culturales», mi presentación va a considerar aspectos de políticas y cooperación culturales con respecto a una de las acciones especiales más emblemáticas del Programa «Europa Creativa» de la Unión Europea, enfocándome en el caso de Bodø, la nórdica ciudad noruega, que fue seleccionada a través de un exigente proceso como una de las tres «Capitales europeas de la Cultura» para el año 2024 – junto con Bad Ischl (Austria) y Tartu (Estonia). 

Los motivos de inspiración no son pocos. El concepto general y lema del programa de la capitalidad de Bodø es «ARCTICulation», entrelazando en inglés el Ártico ARCTIC con las ideas de articulación ARTICULATION. A través de un ambicioso programa artístico y de desarrollo cultural, la ciudad y la provincia de Nordland contribuirán a la estrategia regional frente a sus desafíos demográficos, ecológicos, económicos, de cohesión social y geopolíticos… y establecerán o reforzarán relaciones de colaboración artística, cultural y humanitaria en las distintas escalas territoriales, desde lo personal y local hasta lo internacional, pasando obviamente por la dimensión europea, subrayada como uno de los objetivos específicos de toda Capital europea de la Cultura.

Entrelazaré entonces estos temas con la gran atracción del norte y del ártico, las auroras boreales, el sol de medianoche y la noche sin fin, la cultura sami, los paisajes naturales entre los más bellos del planeta, la riqueza y alta calidad de vida del país, sin olvidar sus contradicciones y retos. Y miraré con una perspectiva latinoamericana, mexicana particularmente, recordando que la corriente del golfo de México participa ciertamente en que las costas noruegas – y necesariamente la ciudad de Bodø – no sufran de su condición extrema en el hemisferio norte. El Atlántico reúne así sus riberas, las de Bodø y las de Cancún.

Centros culturales y cooperación cultural transfronteriza de proximidad

Una introducción

Durante siglos, la historia de Europa ha sido marcada por movimientos expansionistas, conquistas militares y numerosas guerras que han provocado desplazamientos de personas y de culturas a través de límites variables al filo del tiempo: las fronteras. Aunque estos fenómenos no son exclusivos de este continente, en el proceso de construcción europea se ha insistido especialmente en la importancia de la cooperación entre los espacios fronterizos, tanto de aquellos países que comparten fronteras al interior de la Unión, como de los que tienen fronteras con países externos. Se trata de una cooperación “de proximidad” que tiene como objetivo disminuir los efectos de las fronteras en un marco de libre circulación de personas, bienes y capitales. Los espacios fronterizos, otrora periféricos y con significativas desventajas económicas, han sido llamados a crear lazos ejemplares de cooperación, en pos de la cohesión y el desarrollo armonioso de los territorios.

En esta voluntad, la dimensión cultural tiene una vocación esencial puesto que, las otras fronteras, aquellas en las mentalidades de los habitantes, son ciertamente difíciles de derribar, o al menos, de atenuar. Afortunadamente, se ha entendido que si bien las fronteras son zonas de conflicto por excelencia, también pueden transformarse en lugares de diálogo intercomunitario. Para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, es imprescindible prever una mejor articulación del territorio en materia cultural, lo que incluye formar redes entre sus actores culturales así como vincular las instituciones culturales de uno y otro lado de la frontera, e incluso desarrollarlas conjuntamente. A mediano y largo plazo, el ideal consistiría en desarrollar una gobernanza cultural a nivel local y regional con todos las partes involucradas, conformando verdaderos laboratorios de la construcción europea.

Si nos preguntamos cuál ha sido el papel de los centros culturales – espacios de diálogo intercultural por excelencia – en esta forma de cooperación cultural transfronteriza, encontraremos una contradicción entre su gran adecuación para fomentar los objetivos de la cooperación cultural transfronteriza y el poco avance práctico en su desarrollo, lo que brinda un real carácter de pioneros a sus escasos ejemplos. Ante el número considerable de proyectos culturales transfronterizos que han florecido, la dimensión articuladora de los centros, reflejo de una mayor ambición de anclar la política de cooperación transfronteriza en el largo plazo, no es una constante en estos territorios.

Merece la pena recordar que tanto el Consejo de Europa como la Comisión Europea han promovido la cooperación transfronteriza, el primero esencialmente en materia de reflexión y acción normativa; el segundo, por su financiación mediante programas de iniciativa comunitaria en el marco de su política regional, en especial con el Programa Interreg, en sus distintas generaciones. Dicha financiación requiere una participación del Estado y de las autoridades territoriales y no concierne específicamente a los proyectos culturales, sino a un amplio campo que va del medio ambiente a la formación profesional. Sin embargo, no deja de ser un reconocimiento al carácter transversal de la cultura y su importancia en la dinámica transfronteriza.

Consideremos algunos ejemplos de centros culturales que se han implicado particularmente en esta práctica, como el Centro cultural transfronterizo “Le Manège”, simultáneamente de Mons, Bélgica y de Maubeuge, Francia, distanciados a penas de dieciocho kilómetros. Gracias al ímpetu visionario de Didier Fusillier y de Yves Vasseur, este proyecto marcó un precedente a nivel europeo durante más de 13 años hasta 2015, en las áreas de creación teatral, producción de música contemporánea, escritura y formación en artes digitales, residencias… El concepto incluyó recintos de ambos lados de la frontera y un real acercamiento en programación, en aspectos administrativos, técnicos y financieros así como en la movilidad de los espectadores (autobuses gratuitos entre recintos) y la política de comunicación. Así, en promedio quince por ciento de los espectadores acudieron al menos a uno de los espectáculos o actividades en el otro país. El programa de Mons Capital Europea de la Cultura 2015 llevó a poner entre paréntesis el partenariado estructural entre ambas instituciones, desligándose administrativamente, pero manteniendo lazos de colaboración transfronteriza, aunque tenues.

Relacionadas con este proyecto, podemos destacar también las Maisons Folie, que forman parte del legado del programa cultural de “Lille 2004, Capital europea de la Cultura” concebido por el mismo Fusillier y que son fundamentalmente casas culturales comunitarias multi-usos de uno y otro lado de la frontera, que trabajan en red. Continuando la política transfronteriza que formaba parte del espíritu del programa de 2004, las instituciones culturales de la Eurometrópolis franco-belga de Lille-Kortrijk-Tournai desarrollaron proyectos comunes, como la Casa de la cultura de Tournai, que tuvo un proyecto destacable con el teatro Le Prato de Lille en el sector del circo, creando el primer polo de circo transfronterizo “Le PLÔT, Pôle cirque Lille-Tournai o en el campo del teatro juvenil con La Rose des Vents-Scène Nationale de Villeneuve d’Ascq y el proyecto “Labomatic théâtres”. Hoy en día, en la misma área transfronteriza, el Festival de artes NEXT cumple 14 años de un ambicioso proyecto transfronterizo con cinco socios de Francia y de Bélgica: La Rose des vents, Villeneuve d’Ascq (FR), Espace Pasolini Valenciennes (FR), Le phénix Valenciennes (FR), Kunstencentrum BUDA, Kortrijk (BE), Schouwburg Kortrijk (BE).

En 2007, Luxemburgo decidió que su programa de Capital Europea de la Cultura incluiría todo el espacio transfronterizo, denominado “Gran región”, incluyendo los espacios vecinos de Francia, Bélgica y Alemania. Cabe también poner en relieve en esa región el proyecto de reconversión industrial de la acería Völklinger Hütte, del lado alemán, cerca de Saarbrücken, que hoy en día se ha transformado en un “centro europeo para el arte y la cultura industrial” donde se puede descubrir la historia de la industria siderúrgica, visitar sus instalaciones para comprender los procesos, al mismo tiempo que éstas se han reutilizado para muestras, exposiciones, espectáculos de danza, teatro… y hacen comprender y recordar la identidad industrial de los habitantes de estas zonas, similares en ambos lados de la frontera. El reconocimiento recibido de la Unesco como Patrimonio mundial respalda el interés de este centro que ya ha festejado sus primeros veinte años en 2019.

Acería Völkingler Hütte, Alemania

Todas estas instituciones tienen un papel significativo por desarrollar, aunque su camino está todavía marcado por numerosos obstáculos que han limitado de alguna manera su potencial. Recordemos que las autoridades territoriales de la Unión Europea presentan realidades político-institucionales muy diversas, de lo cual va a depender qué actores van a participar en las negociaciones, porque las competencias administrativas no se reparten de la misma manera en los países vecinos. Evidentemente, los recursos financieros y logísticos no son tampoco similares según el nivel de la autoridad que interviene en la cooperación. Nos encontramos frente a un marco legal y administrativo complejo. Los criterios para obtener recursos de programas europeos establecen que los fondos no pueden ser utilizados para el funcionamiento de un centro cultural, sino para algunos proyectos o actividades realizadas en su marco. La diferencia de lenguas puede interferir también, aunque los responsables no citan esta barrera como la más difícil. ¡A todo esto se agregan las propias diferencias culturales administrativas que frenan la cooperación: estereotipos negativos, nacionalismo, falta de interés por el vecino e incluso la falta de una estrategia definida o con mezcla de orientaciones (defensa de la cultura regional, promoción de intercambios culturales, instrumentalización socio-cultural…), tanto de lo que se desea combatir mediante la cooperación !

Estos múltiples factores tienen un impacto en la creación de centros culturales transfronterizos, además de los propios de la generación de una institución cultural de esta índole.

En conclusión, gracias a la aparición de una solidaridad estratégica entre los lados de la frontera se efectúa el cambio de una lógica de yuxtaposición de espacios fronterizos a la del surgimiento de un territorio transfronterizo, creando comunidades de porvenir, cuya identidad se crea en complemento de la identidad local, regional y europea. Es necesario insistir en el potencial de los centros culturales transfronterizos ya que disminuyen la fragmentación del espacio social y cultural de territorios separados en otro tiempo. En un marco transfronterizo, los centros culturales resultan proyectos bastante complejos, pero el avance en su discusión y puesta en marcha da lugar ya a una experiencia de gobernanza cultural transfronteriza, lo que es muy laudable. En el estudio del desarrollo de los centros culturales, este tipo de centros en particular nos reservará seguramente sorpresas en los próximos años. Y ello a pesar de las dificultades que la pandemia de la Covid-19 ha estado generando particularmente en los espacios transfronterizos de la Unión Europea.

El Centro Cultural Logomo, Turku 2011 y la sostenibilidad

Un interesante caso de estudio sobre la sostenibilidad y el programa de las Capitales Europeas de la Cultura

Mientras que el pasado sábado 21 de enero comenzó el programa de “Guimarães 2012” Capital Europea de la Cultura” (CEC) con una gran ceremonia de apertura – lo  que su compañera eslovena “Maribor 2012” hacía una semana antes – llega la hora del balance para las dos ciudades que durante 2011 enarbolaron el título de la capitalidad: Turku en Finlandia y Riga en Estonia. Pero no solamente, comienza también en el desarrollo cultural de ambas ciudades, la transición hacia la etapa posterior al año de la capitalidad. Esa etapa que presenta siempre cierta incertidumbre, a pesar de ya haber sido considerada desde el inicio en la definición del espíritu del programa, así como en su largo proceso de planeación.

Explorar el tema de las Capitales europeas de la Cultura y sus efectos a mediano y largo plazo merece una atención particular, como lo han venido mostrando Robert Palmer o la Dra. Beatriz García, entre otros. En el marco de la plataforma de análisis y reflexión “Poiein kai Prattein” (Crear y hacer), algunos investigadores interesados en el triángulo “Cultura, Desarrollo Sostenible y Ciudades” estamos iniciando una colaboración y nos hemos planteado entre nuestras líneas de trabajo, una sobre las CECs y la sostenibilidad. Como personalmente también me enfoco en los centros culturales, he encontrado un caso que presenta un gran potencial de estudio en este campo: el Centro Cultural Logomo de Turku, que jugó un papel preponderante en el transcurso del programa de “Turku 2011”.

El objeto de esta nota es entonces ofrecer una breve descripción del programa de la capitalidad y de este centro cultural que no es muy conocido en Latinoamérica – incluso en Europa, me atrevería a decir – y destacar sus principales características con el fin de entender cómo participó y evocar algunas pistas de observación para la etapa subsiguiente que analizaremos más tarde en este año.

Turku, la ciudad

Turku, en cuyos astilleros se dice que se construyen los mayores buques de cruceros del mundo, es la ciudad más antigua de Finlandia (fundada en 1229). Se encuentra a 150 km. al Este de Helsinki, y por la población de su área metropolitana (300.000 habs.) llega a ser la tercera del país. Fue la capital del país hasta 1812, y hoy en día es la “ciudad oficial de la navidad en Finlandia”. Un terrible incendio en 1827 destruyó los 2/3 de sus edificios, por lo que su actual fisonomía presenta un aspecto bastante uniforme, en un plano cuadriculado, y sin muchas huellas de su pasado medieval. La ciudad cuenta con una buena reputación como cuna de artistas: se puede citar a Meiju Niskala, artista de performance, el escultor Kim Simonsson y el compositor Ulf Langbacka, entre otros. También es conocida por tener una de las mejores academias de arte de Finlandia, por no hablar de su reconocida escuela de circo. Incluso se dice que la música electrónica nació en Turku; de hecho, el más antiguo festival citadino en Finlandia, “Down by the Laituri”, se considera entre los mejores eventos musicales de la Europa nórdica. Para los responsables de la designación de la Capital Europea de la Cultura en Finlandia, el perfil de esta ciudad – un refugio artístico sofisticado pero relativamente desconocido – encajaba perfectamente con las ambiciones del programa comunitario.

“Culture does good”, la cultura hace bien: el programa de la capitalidad

Cuando Turku fue seleccionada en 2006, había dejado atrás a seis competidoras, entre ellas Rovaniemi, Tampere, Oulu, Jyväskylä… El lema de la presentación de su candidatura era “Turku está en llamas” y desde el inicio concibieron la aventura más como un proceso que como un programa para un año. Así, formaron parte del programa 163 proyectos de diverso tamaño de los cuales, tres de cada cuatro habían sido seleccionados a partir de una convocatoria pública. Ello refleja bien los puntos de partida de su proceso: base abierta y participación amplia. El contenido se dividió en cinco temas: Trasformaciones 2011, Despegues (take offs) 2011, Exploraciones del archipiélago 2011, Personalmente 2011, y Memorias y verdades 2011. Sus principales objetivos eran el bienestar (well-being), el internacionalismo así como la exportación comercial de la economía creativa y la cultura. Se realizaron aproximadamente 5.000 eventos y actividades (abiertos al público en general o enfocados a grupos de escolares o de mayores, por ejemplo) de los que 70% eran gratuitos. Respondiendo a la vitalidad idiosincrática de la escena artística de Turku, se contó con la participación de 15.000 artistas, contribuidores y productores; los extranjeros provinieron principalmente de Suecia, Gran Bretaña, Alemania, Estonia y Estados Unidos. Hablando del objetivo del bienestar, lo declinaron en dos componentes: salud y medio ambiente. Así, con respecto al segundo, desarrollaron la línea temática del agua, sobre todo durante el verano. Y ligando agua y salud (y fuego), un proyecto cultural emblemático se realizó en torno a los baños sauna – lugares y prácticas tan ligadas a la sociedad y la cultura finlandesa. Es interesante resaltar un aspecto del tratamiento de la relación de salud y cultura: con el respaldo de la comunidad médica y la seguridad social, los doctores en centros de salud de la ciudad distribuyeron 5.500 “recetas culturales”, es decir vouchers que permitían la entrada a eventos del programa de la capitalidad, gratuitos para los habitantes y sin costo para las finanzas de los centros de salud… ¡una creativa manera de poner en práctica su concepción de que la cultura participa en la salud!

Logomo – El “Centro de Cultura”

Una vez planteado el marco, podemos concentrarnos en el centro cultural Logomo, una de las principales sedes del programa cultural de Turku 2011, proyecto lanzado especialmente para la capitalidad, y que según el alcalde de Turku, Aleksi Randell “tiene por misión aprender de los métodos creados por las experiencias durante el año, avanzar y desarrollarlos hasta que se vuelvan operaciones permanentes”. En efecto, muchas de las esperanzas de la ciudad se han depositado en el audaz proyecto de renovación edilicia de lo que fuera un antiguo almacén y un cobertizo de mantenimiento de trenes que remonta a la época de los zares. Vendido por la compañía de ferrocarriles de Finlandia hace seis años a una empresa que intentó, sin éxito, que se convirtiera en un parque de diversiones, el inmenso edificio de ladrillo ha renacido como un Centro Cultural de 24.000 m², con espacios versátiles para conciertos, exposiciones, un restaurante, un café, una tienda y estudios para artistas y empresas creativas. Hartela, una empresa finlandesa, ha invertido 50 millones de euros en la limpieza y remodelación de la estructura en ruinas, apostando en que Turku se convertirá en un imán para las artes y la cultura después de 2011.

Contrasta el aspecto exterior industrial histórico con el interior espacioso y moderno, que ofrece más de lo que parece. Su ubicación central cercana a la estación central de trenes es una gran ventaja. La funcionalidad ha sido prevista como elemento esencial: la mayoría de los espacios pueden ser adaptados (reduciendo o aumentando su capacidad). La gran sala de Logomo puede recibir eventos de hasta 3.500 personas. El escenario puede ser modificado de 0 a 700 m² y colocarse de manera que se pueda crear un anfiteatro moderno. También se puede acoger seminarios, conferencias y congresos al contar con la tecnología necesaria. En 2013, el espacio de oficinas en Logomo será perfectamente adecuado para los trabajadores y las empresas del sector creativo. El objetivo es crear una comunidad de profesionales que se complementen y se apoyen mutuamente y así, fotógrafos, agencias de viajes, ilustradores y traductores tendrían colaboradores al alcance de la mano. Los espacios-estudio se han diseñado para artistas profesionales y van desde salas pequeñas de unos pocos metros cuadrados hasta grandes espacios adecuados para el trabajo colaborativo. En su primera etapa, es decir durante 2011, 9.000m² estuvieron disponibles para albergar un gran número de actividades del programa que no podrían haberse realizado en otras instalaciones de Turku (culturales o no).

El ala Oeste de Logomo recibió las cinco principales exposiciones, abiertas todos los días:

  • Fire! Fire! Producida en colaboración con el centro finlandés de ciencias, trata del fuego y del gran incendio de Turku, asociando elementos artísticos tanto en la concepción como en la presentación.
  • Only a Game? Es una exposición para las familias, organizada por la Unión de asociaciones de futbol europeas y que da perspectivas sobre este deporte y sus seguidores, llevando a los visitantes al mundo de los juegos.
  • Alice in Wonderland (Alicia en el país de las maravillas): Una ambiciosa exposición de fotografía contemporánea del Museo finlandés de fotografía. Con las obras de 31 artistas, interconectadas a través del mundo de la fantasía y llevadas a la realidad por varios métodos, la exposición da lugar al humor y al comentario crítico.
  • La exposición ARS11 de vídeo instalaciones preparada por el Museo de arte contemporáneo Kiasma con trabajos de Isaac Julien (sobre la migración ilegal en el Mediterráneo con un enfoque visual y poético) y de Eija-Liisa Ahtila (Where is Where?)
  • La retrospectiva de la obra homoerótica de Tom of Finland (Touko Laaksonen 1920-1991), originario de Turku.

El ala Este, en su auditorio y la sala de espectáculos, acogió los eventos de danza (por ejemplo de Tero Saarinen), una ópera, comedias musicales, conciertos de heavy metal, rock, jazz, música clásica… y eventos especiales, como el día internacional contra la homofobia y transfobia, o el día internacional de la ciencia.

Desde su apertura en enero hasta mediados de diciembre, Logomo había recibido 248.000 personas y concluyó su etapa festiva el 18 de diciembre de 2011. Algunas de las exposiciones se vuelven a abrir en 2012 dado el éxito obtenido. Logomo continúa su desarrollo en el marco de la estrategia prevista, viviendo una transición – no sin cierta nostalgia – con respecto a la explosión de energía que representó su primer año de existencia. Su papel en cuanto a motor del impulso a las industrias culturales y creativas ha generado grandes expectativas.

Turku 2011 «sería un fracaso si durara sólo un año»: un legado con impacto a largo plazo y sostenibilidad

Cay Sevón, Directora ejecutiva de la Fundación Turku 2011, declaraba lo anterior al New York Times, agregando que la designación de Turku como CEC debía “cambiar la ciudad de una manera profunda». La concepción de la candidatura ya incluía la visión de que los logros de la capitalidad debían resonar en el futuro tanto regional como nacionalmente. En consecuencia, un grupo de trabajo fue creado para captar el aprendizaje de las mejores prácticas y generar nuevas ideas a partir de la experiencia de 2011. Por ejemplo, con base en un cuestionario final se encontró que el 78% de los responsables de los proyectos pensaban que las actividades generadas dentro de la capitalidad continuarían después de 2011. También se organizaron seminarios sobre el espacio urbano, la arquitectura y el desarrollo sostenible. Más allá, la ambición es que se pueda compartir a nivel europeo modelos sobre cómo la cultura puede aumentar el bienestar y cómo se puede cooperar de nuevas formas, como en el caso de la ciencia y la cultura. En colaboración con la Universidad de Turku, distintos estudios de seguimiento y tesis doctorales se han emprendido al respecto y se desarrollarán hasta 2016. Además, a nivel local, han emprendido la evaluación de cómo se ha hecho de Turku una ciudad más acogedora y hasta qué grado se ha fortalecido la vida y la experiencia cultural en ella.

Un caso que merece seguimiento

En conclusión, por los elementos expuestos, considero que el centro cultural Logomo y los resultados del programa de Turku 2011 merecen una atención particular de parte de quien se interesa en los temas de la cultura, la sostenibilidad y las ciudades. Obviamente cada experiencia de esta naturaleza es única y no reproductible, pero el caso de Turku puede sin duda dejar muchas lecciones positivas  y negativas y aumentar nuestra comprensión del sentido que ha tenido en la práctica el Programa de las Capitales Europeas de la Cultura a largo plazo así como la implicación en ellas de los centros culturales.

Las Capitales europeas de la Cultura: estimulando las industrias culturales y creativas

El moderador presentando el contenido del taller

Reseña de una sesión en el marco de los Open Days 2011.

Si algo seguro hay para los próximos años en el campo de las políticas culturales impulsadas desde las instancias a nivel de la Unión Europea es el énfasis en la relación entre la cultura, la innovación y la creatividad, y sobre todo poniendo el acento en las “industrias culturales y creativas” (ICCs)*. Esta orientación se apoya en el ya ampliamente aceptado reconocimiento de la contribución de la cultura a la economía y al crecimiento económico – su demostración práctica y defensa oratoria ha venido ocupando muchos foros, reuniones y ciclos de formación en los últimos diez años. La tendencia se fue confirmando sobre todo desde que 2009 fue proclamado “año europeo de la creatividad y la innovación” por iniciativa de la Comisión Europea y su Dirección General de educación y cultura. En su marco se elaboró y publicó el “Libro verde – Liberar el potencial de las industrias culturales y creativas”. Actualmente, todo apunta a que el nuevo programa dedicado a la cultura para el período de programación de 2014-2020 incorporará elementos de los programas “Cultura”, “Media” y “Media Mundus” en un programa integral que dará un papel central – casi hegemónico – a la innovación y las ICCs. Por ello, no es de extrañar que uno de los ejes para tratar el tema de las Capitales Europeas de la Cultura (CECs) en el marco de los Open Days 2011 haya sido el del impulso a las ICCs en los programas de ciertas CECs invitadas:

  • del año pasado (EssenRuhr 2010/Alemania),
  • las actuales (Tallin/Estonia y Turku/Finlandia 2011), y
  • de los próximos años (Maribor/Eslovenia 2012, Košice/Eslovaquia 2013 y Umeå/Suecia 2014).

A continuación presento un resumen de las ideas presentadas en esta sesión de los Open Days 2011 (martes 11 de octubre, 11:15 – 13:00).

Bernd Fesel, representando al “Centro europeo para la economía creativa” recordó, con respecto al programa de Essen Ruhr 2010, que el enfoque tuvo como base importante un debate crítico sobre las tesis de Richard Florida en el campo de las ciudades creativas. En Essen y la región de la Ruhr se desarrolló sobre todo una estrategia denominada “Creative.quarters Ruhr” que consistió en un proceso participativo con los actores culturales de la ciudad y su región y las partes interesadas (stakeholders) para la renovación y reconversión de diversas instalaciones industriales que abundan en el área, incorporando estrategias sostenibles que favorecen las interacciones interdisciplinarias con un enfoque de mediano y largo plazo (en oposición a otras acciones puntuales únicas durante el año de la capitalidad). También insistieron en la comunicación y trabajo en red con ICCs de ciudades como Shanghai, Rotterdam, Košice, Roma y Londres. Finalmente, dio un ejemplo concreto muy completo de lo que es el Dortmunder U, ambicioso complejo cultural que incluye diversas instituciones y empresas culturales y creativas donde se busca potenciar las sinergias entre todos sus componentes.

El representante de Tallin 2011, Toomas Vitsuit, con un enfoque más bien político, subrayó la necesidad de mayor cooperación en este campo entre las CECs y reveló que una declaración solemne será difundida como resultado de la experiencia de esta ciudad en este año.

La Sra. Cay Sevón, representante de Turku 2011, recordó que un excelente indicador de una economía dinámica es el número de empleados directos e indirectos relacionados con el sector cultural. Durante este año, además de crear un nuevo centro cultural, el LOGOMO, con una importante inversión del sector privado (incluso mayor que la del propio ayuntamiento), destacó el hecho de que las universidades han desarrollado una estrecha relación con el programa de la capitalidad, lo que se traduce por ejemplo en 5 tesis doctorales y 20 tesis de maestría sobre temas relacionados con el desarrollo y el impacto del programa. Además, insiste en que se ha abordado la relación entre la cultura y la salud así como la cultura y el bienestar personal como componentes del programa.

La representante de Maribor 2012, Lilijana Stepančič, reconoció que en un principio, entre los objetivos del programa, se encontraba la renovación de cada espacio cultural de la ciudad e impulsar su uso para actividades relacionadas con la creatividad. La crisis económica impidió la implementación de dicha voluntad y naturalmente el enfoque tuvo que cambiar. Si bien Maribor cuenta ya con un desarrollo cultural de alto potencial, el tema de las ICCs no se encontraba en el corazón del programa, pero se ha reconocido su necesidad, de tal manera que diversas exposiciones y conferencias relacionadas van a analizar estos conceptos y servir de plataforma para desarrollos futuros.

Para el año 2013, el representante de Košice, Michal Hladky, aludió de nuevo las reflexiones de Richard Florida con respecto a las tres Ts: tecnología, talento y tolerancia. De hecho, se puede ver que el programa ya cuenta con un vocabulario relacionado con una cierta visión de la innovación y la creatividad, llamando al programa claramente “Košice Interface 2013”, donde la cultura es “el programa”, el ciudadano es “el usuario” y la ciudad “la interfaz”. Mencionó también la relación con la universidad, los centros culturales, las residencias artísticas (Kasarne/Kulturpark) y las “incubadoras” de empresas creativas, insistiendo en las áreas y temas fuertes en la ciudad: las artes visuales y las nuevas tecnologías, la música, el cine y los documentales, la vida urbana… El enfoque va más allá de la propia ciudad, involucrando su región (la Pentapolitana, al Este de Eslovaquia), la ciudad de Prešov con la que tienen un hermanamiento y prestan una atención particular a los países vecinos extracomunitarios y que están fuera del espacio Schengen. El representante mencionó un ejemplo del vínculo con la comunidad que promocionará el programa: debido a un cambio tecnológico relacionado con la calefacción urbana, un cierto número de edificios se volvieron obsoletos. El programa ha seleccionado los edificios en cinco distritos de la ciudad para convertirlos en centros de reunión y creación abiertos a la comunidad.

La última CEC representada fue Umeå/Suecia 2014, probablemente la que mejor respondió a la temática de la sesión. La Sra. Anna Olofsson se concentró en la manera en que su ciudad está fomentando el espíritu de empresa, la creatividad y la innovación dentro y fuera del programa de la capitalidad. Umeå es una ciudad pequeña del Norte de Suecia con una población de aproximadamente 150.000 habitantes. Cuenta con dos universidades y una población joven. La Sra. Olofsson señaló que en su ciudad se prefería hablar de individuos (emprendedores) más que de industrias y se insiste en su formación en este campo desde la escuela, mediante un programa exitoso que se llama “jóvenes emprendedores” y que permite a aquellos que desean orientarse en el campo empresarial creativo el uso de incubadoras para fomentar el auto-empleo y la creación de empresas. Además, se está favoreciendo la generación de una atmósfera creativa en la ciudad en sus espacios culturales, comercios, edificios… así como promocionando el trabajo en red y difundiendo la información sobre cómo encontrar financiación para los proyectos. Uno de los aspectos principales que tiene la orientación que proporcionan a los emprendedores creativos es enseñarles cómo mejorar la rentabilidad de sus empresas en el largo plazo, de manera sostenible y presentarles modelos de negocios exitosos de los que se pueden inspirar (estrategias habilitadoras).

 

Además de estos ponentes, se ofreció un espacio para que el representante de la región de Perm (Rusia) presentara la dinámica creativa que está adoptando la región y su capital para ser un modelo en el campo cultural – como lo ha comentado el New York Times – con proyección y cooperación internacional (firma de la Agenda 21 de la Cultura, futura adhesión a Eurocities…).

Próximamente prepararé una nota sobre el otro taller al que asistí el miércoles 11 de octubre,  “Industrias culturales y creativas: la innovación y las estrategias de especialización inteligente”, que tuvo aspectos más conceptuales y fue menos “práctico” que el reseñado en esta nota.

También elaboraré un par de notas sobre cómo otras futuras CECs como Mons 2015 y Donostia San Sebastián 2016 (no presentes en el taller de esta nota) han incorporado el tema del estímulo a las industrias culturales y creativas en su programa.

*Sé que a algunos colegas no termina de agradarles el concepto de “industrias culturales y creativas”, quizás usando las siglas ICCs su reticencia sea menor (!). En esta nota retomo el vocabulario usado en el marco de estos foros.