¡Feliz centenario, Finlandia!

El 6 de diciembre de 2017 se conmemoró el primer centenario de la República de Finlandia.

Los festejos – que llegaron a su acmé ese día – incluyeron una gran variedad de actos a lo largo de 2017, no solamente en su territorio, sino alrededor del mundo. Se trató de un programa que conoció una verdadera adhesión interna y que incluso superó las expectativas iniciales de los organizadores.

Con la publicación de esta nota precisamente el 6 de diciembre participé a mi manera a la celebración, y expresé la gran dosis de admiración que me ha suscitado ir conociendo cada vez un poco más el territorio de este país nórdico, su historia y su contemporaneidad, sus habitantes, su arte y sus culturas…

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Partiendo de mi punto de vista de visitante, de aficionado casi enamorado, el intento de escribir sobre Finlandia se me iba tintando de reserva en muchos momentos. Es como si la propia personalidad de sus habitantes y de sus paisajes hubiera impregnado mi forma de ver y de sentir a Finlandia. Sin embargo, en una fecha tan especial, no podía menos que celebrar sus logros tan significativos, sobre todo considerando los retos inmensos a los que tuvo que enfrentarse desde 1917.

Finlandia

100 segundos (de lectura) para evocar sus 10 décadas 

Discreta sobre su historia, no se sabe mucho en el exterior que poco tiempo después de su independencia de Rusia en 1917, Finlandia conoció una corta pero terrible guerra civil. A pesar de la tragedia resultante, tres años después de la conclusión del conflicto, la educación obligatoria fue generalizada y se dieron tierras a sus habitantes más pobres, entre otras medidas sociales – aunque el voto de las mujeres ya era posible desde ¡1906! (En Francia, en comparación, solamente a partir de 1944). La nación en construcción mostró confianza y generosidad para salir adelante, con un panorama optimista hasta los años treinta, cuando la geopolítica comenzó de nuevo a comprometer su libertad. En efecto, cabría extender la célebre frase « Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos » para plantear las dificultades de aquellos años de nuestra amiga nórdica debido a su difícil vecino del este que ya la había anexado por más de un siglo: « Pobre Finlandia, tan lejos de Dios y tan cerca de Rusia* ».

Fueron periodos complejos, tanto el previo como el propio de la Segunda Guerra Mundial: un contexto desgarrador con dilemas cornelianos para asegurar su supervivencia, entre alianzas con la URSS o con la Alemania de Hitler; la destrucción total de Rovaniemi; la evacuación de miles de niños hacia Suecia u otros países; la amputación soviética de 11% de su territorio (áreas de Carelia, Sala y Petsamo); la exorbitante reparación exigida por Stalin… Al final del conflicto, la paz, la reconstrucción y la educación fueron sus prioridades, así como el desarrollo industrial, manteniéndose independiente pero inevitablemente entrelazada con su vecino, con el que a través de una doctrina pragmática logró conservar su libertad y salir adelante durante la guerra fría. Al colapsarse la URSS, Finlandia se orientó más claramente hacia Occidente, integrando por ejemplo la Unión Europea en 1995, al mismo tiempo que Austria y Suecia.

Ya lejos de los conflictos armados, apostando continuamente en políticas públicas de calidad, inmersa en relaciones amplias de cooperación con los demás países nórdicos, Finlandia ha vivido ciertamente etapas de prosperidad, pero también de algunas crisis económicas; la globalización financiera y comercial en la que se ha insertado le han mostrado que desafortunadamente su nivel de vida elevado y su Estado providencia no están al abrigo de turbulencias, y tampoco está a salvo a nivel político de alguna tendencia populista interna, como en tiempos más cercanos.

Sin embargo, Finlandia cuenta con sus propias fuerzas desarrolladas en estas décadas – difícilmente evaporables – que la llevaron de ser un país particularmente pobre, rural, víctima de hambre y de gran emigración, a situarse hoy en día entre los más altos rankings a nivel mundial de desarrollo humano, económico o tecnológico, de gobernanza, de compromiso medioambiental, de justicia social, de igualdad de género y de menor corrupción… Seguramente me dirán – y lo sé – que no todo es ideal o color de rosa, pero relativicemos. Agrego: ¿no nos gustaría llevar a nuestros propios países más cerca de esos estándares?

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El siguiente vídeo subtitulado en inglés, de 100 segundos, presenta varias generaciones de habitantes finlandeses evocando el paso de los 100 años y los cambios que han experimentado con el tiempo.

Ahora voy a compartir algunos aspectos que han llamado mi atención al ir descubriendo a Suomi, su nombre en finés. Mezclo deliberadamente los procesos y los hechos más objetivos de la sección anterior con sensaciones más personales, incluso corroborando algunos lugares comunes difundidos sobre ella… y con algo del sentido de humor  finlandés…

Excepcionalidad, desde sus lenguas

El finés está considerado entre las lenguas más difíciles de aprender para los que no la tienen como lengua materna. De tal forma que, al tomar algunos medios de transporte que hacen los anuncios tanto en finés como en sueco (ambas lenguas oficiales), cuando oigo el sueco… ¡tengo la impresión de entenderlo! El finés me parece entonces sorprendente más allá de sus expresiones de base útiles para los viajes y la cortesía. Sin embargo, me gusta su musicalidad inconfundible. También me ha llamado la atención descubrir una característica de la estructura de la lengua: se requiere en general esperar al final de cada frase para entender completamente su sentido. Ello ha prefigurado el modo de interacción entre sus locutores, quienes rara vez se interrumpen, además de escuchar atentamente. Se siente así una dosis de paz en los intercambios. Lo que me lleva también a recordar que los finlandeses tienden a hablar únicamente cuando hay algo que decir; no se sienten obligados a « amueblar » los silencios, como puede pasar en otras culturas y otras lenguas.

Por otro lado, el sueco es minoritario, lo hablan aproximadamente 300.000 personas entre los 5.500.000 habitantes, incluyendo sus diferentes dialectos (presenta algunas diferencias con respecto al sueco de Suecia). La mayoría de los estudiantes finlandeses lo aprenden, pero lo practican poco por lo general. Hay áreas geográficas del país en que el sueco se habla principalmente, como la costa de Ostrobotnia, o en ciudades como Turku o Vaasa, por razones históricas, y de generación en generación. Hay una voluntad de mantener la práctica del sueco: el Estado subvenciona programas de radio y televisión, diarios, libros y otras publicaciones.

Finalmente, cabe señalar que el finés fue por siglos una lengua esencialmente oral, usada por los campesinos, mientras que la nobleza y la burguesía hablaban sueco. Una figura esencial en la evolución del finés fue el obispo de Turku, Mikael Agricola (c.1510-1557), quien terminó la traducción al finés del Nuevo Testamento en 1548 y creó el primer alfabeto finés. Adicionalmente, su ‘Abecedario’ constituyó el primer libro impreso en esta lengua. Durante el movimiento de configuración del nacionalismo finlandés, sobre todo a partir de mediados del s. XIX, hubo una clara intención de promover el finés como vector de identidad por parte de intelectuales y políticos (incluso quienes hablaban cotidianamente sueco) y destaca la inmensa contribución de Elias Lönrot (1802-1884) al compilar el poema épico ‘Kalevala, que se convertiría en la referencia literaria principal de la cultura finlandesa. Después de la independencia, el finés se consagró definitivamente como la lengua oficial más hablada.

Como lo mencionaré más tarde, también se hablan versiones de la lengua sámi en la Laponia finlandesa (Lapland), entre las cuales hay algunas en peligro de desaparición, y otras lenguas minoritarias practicadas por los inmigrantes, como el ruso. En cuanto al uso del inglés para la comunicación con los no finohablantes, es prácticamente hablado por todos y de manera fluida en la mayoría de los casos.

¿Tienes ganas de oír un poco más de finés mientras paseas por un lago en el verano? El siguiente vídeo corto nos transporta al lago Saimaa, el más extenso de Finlandia.

Felices en conjunto – Juntos – Yhdessä – Tillsammans

Entre las conferencias que he organizado, la experiencia con la ciudad de Tampere me impresionó, tanto en las etapas de organización como de realización, gracias al trabajo en equipo de las personas con las que colaboré. Inteligencia, conocimientos, horizontalidad (ningún peso de jerarquías), intergeneracionalidad, eficiencia, simpatía, sentido de acogida y compromiso podrían ser algunas de las características que más aprecié.

En la conferencia, abordando el tema de la innovación social y la cultura, los diversos ponentes hicieron manifiesto que la búsqueda de la felicidad de los habitantes es una de las misiones de las políticas locales y estatales en Finlandia, basándose en una concepción de la felicidad socialmente compartida, lo que constituye un enfoque diferente al que estamos habituados y en el que se insiste en la esencia individual de la felicidad. No es de extrañar entonces que el tema general del programa del centenario sea « Juntos » (Yhdessä / Tillsammans / Together).

También en la conferencia apreciamos el contenido del Manifiesto « Las políticas de la Felicidad » que nos presentó el Think tank Demos Helsinki. Es un trabajo inspirador realmente.

Como sabemos bien, la educación juega un papel esencial, y la relacionaron claramente con la importancia de las bibliotecas en la vida local, concebidas ambiciosamente como reales centros educativos y cívicos, en el corazón del servicio público a nivel local y nacional.

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Frente a la Biblioteca de Tampere, Finlandia

Entre las razones de estas relaciones solidarias, se mencionó además el rol primario de la naturaleza y del clima, por las dificultades que éstos generaban, e incluso actualmente. Así que, a la vez que la privacidad y la soledad (deseada en muchas ocasiones) se respetan, se confía en los demás en caso de necesidad y prevalece el sentimiento de seguridad. El siguiente vídeo (con la opción de subtítulos en español) me parece corresponder bien a estas características y me servirá de enlace para subrayar otro aspecto esencial de Finlandia: la belleza contrastante de sus condiciones naturales y el apego que le tienen sus habitantes.

«Sielunmaisema»: el paisaje que uno siempre lleva en el fondo de su corazón

Lagos, bosques, islas, costas de granito al borde del Báltico, ríos claros o teñidos de marrón, colinas, campos sembrados… Todos sus paisajes son cambiantes frecuentemente, según las estaciones – ¡aunque, por supuesto, cambian un poco menos los abetos!

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Vista del archipiélago de Turku. Isla de Korpo, Finlandia

Me gustan particularmente los abedules, con sus troncos tan identificables y el aroma de su esencia en la sauna… no insistiré sobre el número de saunas por cada habitante, pero sí en lo extraordinario que es su experiencia en las casas de campo «kesämökki« al borde de sus innombrables lagos apartados… sobre todo si la casa en cuestión está pintada de rojo de Falun…

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Isla de Korpo, Archipiélago de Turku, Finlandia

O con la paleta de tonos pastel de amarillo, verde, azul, como en el antiguo centro histórico de Rauma, patrimonio de la humanidad. Un poco como los tonos de la siguiente fotografía.

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Medianoche en agosto cerca de Rovaniemi.

No he experimentado las noches de aurora boreal, pero sí me ha desconcertado agradablemente la bella penumbra clara de las noches de agosto, al norte del círculo polar ártico.

El país tiene diversos parques naturales en que el senderismo es práctica común.

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Incluso en las áreas urbanas, la naturaleza te acompaña. Por ejemplo, Helsinki, « la hija del mar Báltico », se encuentra en un contexto natural atractivo y muy cercano… con espacios que permiten sentirse siempre relajado; la experiencia está al lado opuesto de la densidad parisina, por ejemplo.

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Helsinki

Aunque el área metropolitana de Helsinki se liga a otros municipios urbanos, como Vantaa y Espoo, la sensación espacial agradable se prolonga. Y eso que hablamos de la zona más poblada del país, reuniendo más de 1.4 millones de personas, o un cuarto del total nacional.

En contraste, Rovaniemi, la capital de Lapland – la región del extremo norte del país – no tiene más que 62.000 habitantes aproximadamente y está asentada al borde del bello río Ounas, rodeada de bosques impresionantes. De ahí, cuanto más nos desplacemos hacia el norte, más los paisajes serán realmente distintos con respecto al resto del país. Así, se puede encontrar paisajes de tundra y montañas – Halti es aquella que culmina más alto en el territorio finlandés, con 1,324 m. Es en esos vastos espacios donde han habitado desde tiempos inmemoriales los sámis (o lapones, pero este término tiene en realidad un origen despreciativo), que son el único pueblo indígena de la Unión Europea. Aunque su situación en cuanto ser una minoría que necesita proteger su cultura (compartida con otros sámis en Noruega, Suecia y Rusia) es un desafío para los aproximadamente 10.000 sámis que viven en Finlandia, muchas medidas favorables han sido consideradas por el Estado finlandés – incluso a través de la existencia de un Parlamento Sámi Finlandés. En un artículo que dediqué a la artista sámi sueca Sofia Jannok presento con más detalle contexto general de los sámis. En todo caso, durante el fin de semana que le dedicó el Musée du Quai Branly en París a la cultura sámi de Finlandia, los diversos representantes comentaron que si bien tienen muchos retos, su situación no es tan mala con respecto a la del resto de pueblos indígenas del mundo. Es claramente un tema por debatir en otro artículo. Regresando a la ciudad de Rovaniemi, ésta se enorgullece de ser la sede desde hace 25 años de Arktikum, que reúne al Centro Ártico de la Universidad de Lapland y el Museo Regional de Lapland, en el que se puede experimentar la historia, la cultura y la naturaleza del gran norte en el que habitan los sámi junto con otros finlandeses.

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Algunos aspectos de Lapland, Finlandia, en verano.

Retomando el tema del amor intenso a la naturaleza, grabado en el alma de los finlandeses cualquiera sea su condición, éste es ya un tópico. En el siguiente apartado me enfocaré a otras facetas idiosincrásicas finlandesas.

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Ilustración del Museo Nacional del Bosque Finlandés «Lusto», en Punkaharju, Región del lago Saimaa.

Artes y Cultura – otras «peculiaridades» idiosincrásicas

Sé bien que las observaciones que comparto tienen un sesgo cultural, casi inevitable, porque parto de otro contexto cotidiano. Por ello, también habría podido optar por los adjetivos ‘excéntrico’, ‘extravagante’ o ‘curioso’ para describir las características que voy a mencionar… así que relativicemos, es siempre con buena fe y simpatía en todo caso.

Pensaba por ejemplo en el contraste de la anhelada calma de la naturaleza de muchas personas y el gusto muy extendido y compartido por el Heavy Metal finlandés en esas mismas personas. Incluso la pasión ha superado las fronteras nacionales, llegando al Concurso Eurovision en 2006, con la debida mezcla de seriedad y de humor… El ex-presidente Obama ha bromeado también con respecto a este rasgo. Debe de haber algo de Yin y Yang nórdico en todo esto sin duda.

Más allá, el país de Jean Sibelius – el más grande compositor finlandés que legó a la posteridad una vasta herencia musical y en especial su poema sinfónico Finlandia tan escuchado este año de festejos – tiene una vida musical muy dinámica, con diversos estilos, muchos grupos formales e informales y numerosos festivales – sobre todo en el corto verano.

En el siguiente vídeo, se puede escuchar el poema sinfónico Finlandia acompañado de imágenes que dan énfasis a la naturaleza. Es un entrelazamiento afortunado entre este apartado y el anterior sobre las bellezas finlandesas.

Y mientras la naturaleza prácticamente explota en el verano, también es el caso de la práctica del tango. Sí, el finlandés. Al otro tango, he oído que lo nombran «el tango argentino». Y mientras que los estilos de baile son ciertamente distintos, la vez que se descubre este aspecto cultural es realmente muy sorprendente. El Festival de Seinäjoki dedicado al tango ha llegado a reunir casi 100.000 personas y atraído la atención del New York Times por ejemplo. Como anécdota, cuando participé a una introducción al finés en el Instituto Finlandés en París, la profesora había decidido hacernos cantar el tango más famoso del país, intitulado «Satumaa«, que significa país de abundancia, de Jauja. Así que ésta puede ser una oportunidad novedosa para practicar otra versión del tango para aquellos aficionados que quieran maximizar el placer en una estancia nórdica. Puede ser en un Lavatanssit, uno de los pabellones de danza veraniegos, primos de las guinguettes francesas.

Y para concluir musicalmente esta sección, otra probable sorpresa: el rap en lengua sámi del norte que ‘encendió’ el auditorio del Musée du Quai Branly en París durante la conferencia previamente citada. Se trató de Ailu Valle con los títulos «Dušši dušše duššat» y  «Kiälláseh», acompañado de Amoc y el Trio Boogiemen, esta última canción se puede apreciar en el siguiente vídeo:

Por otro lado, el paisaje artístico en cuanto a artes plásticas, audiovisuales y de la escena es también muy rico; las instituciones culturales y los poderes públicos promueven las prácticas a nivel amateur de manera amplia y a nivel profesional naturalmente. Hay actualmente un énfasis en la participación de los jóvenes. En una sociedad que insiste en la interdisciplinariedad, la vida cultural y la práctica del deporte son bastante generalizados. Hay además, con respecto a las tecnologías de la comunicación, una promoción creciente de los enlaces entre las industrias creativas y culturales, las universidades y las start-ups. De manera semejante, la Civic Tech conoce también un desarrollo importante, como es también el caso de su vecina báltica, Estonia, teniendo influencias recíprocas.

También el diseño y la arquitectura conocen un constante desarrollo, gracias a los talentos jóvenes que comparten ya el espacio mundial con aquellos de países punteros. Se nutren en parte de un patrimonio de alta calidad: baste considerar el legado de Alvar Aalto (1898-1976) o de Eero Saarinen (1910-1961), o de marcas como iittalaMarimekko . Esta última precisamente se unió a la celebración del centenario, con este diseño, entre otros:

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Last but not least, y es de subrayar, el reconocimiento brindado localmente en los últimos años a Touko Valio Laaksonen (1920-1991), mejor conocido como Tom of Finland. Su obra ha sido aceptada al grado de editarse timbres de correo oficiales o un emoji finlandés con una efigie inspirada en sus creaciones. La siguiente imagen lo muestra, junto con otros motivos representativos de Finlandia seleccionados en el marco de su centenario.

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Algunos de los emojis finlandeses: Nokia, Sauna, Bandera Sami, Tom of Finland, Bandera finlandesa, Frutilla del bosque, Tango en Lavatanssit, Auroras boreales y la caja del bebé

Además, este año una película dirigida por Dome Karukoski trata de la biografía de Tom of Finland y nos hace ver que finalmente la apertura a la diversidad sexual es un tanto reciente con respecto a los países escandinavos; de hecho el matrimonio entre personas de mismo sexo no entró en efecto más que el 1° de marzo de este año – aunque antes, a partir de 2012, era posible firmar un convenio de partenariado. En todo caso, y para cerrar este último apartado, algo que me divirtió y sorprendió tiene que ver con la exposición de este artista en Helsinki el año pasado. No, no era su obra, sino ¡el público asistente! Parejas de jóvenes que llevaban a su bebé en coche de niño (eran varias), abuelitas (algunas hablando por teléfono), grupos de amigas de distintas edades, parejas de enamorados heterosexuales… una composición variopinta que no creo que vería en París. O similarmente en un festival de rock en Tampere, cuando apareció en el escenario del club un grupo de músicos sin ropa, lo que no sorprendió a nadie en particular. Ese es parte del encanto radical de la Finlandia de hoy en día: sorprendente cuando menos lo esperas.

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Así que me uno con emotividad y aprecio, en este centenario, a sus más de cinco millones de habitantes actuales y a sus tantos numerosos amigos por el mundo, recordando también a las generaciones que la configuraron.

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Parque cerca de Rovaniemi, Lapland, Finlandia

* Uso «Rusia» para resumir sus diversas denominaciones históricas como URSS, CEI, Federación Rusa, etc.

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El ángel de la independencia se viste de los colores de la bandera de Finlandia. Ciudad de México. Foto: Luís Arango / Finland 100

Autor: rafamandu

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