Temas culturales en la jornada de investigación prospectiva “París 2030”

El viernes 18 de noviembre tuvo lugar una jornada de presentaciones en la sede del Ayuntamiento de París con respecto al Programa de investigaciones universitarias “París 2030”. Iniciado en 2004, su objetivo es contribuir a aumentar los conocimientos sobre París y prefigurar la metrópolis del futuro. A través del programa, se ha financiado hasta hoy 73 proyectos de investigación relacionados con la historia y el patrimonio, la diversidad y las transformaciones sociales, la biodiversidad y desarrollo durable, así como el atractivo científico internacional en relación con las dinámicas económicas, entre otros.

En la presentación de la jornada, Jean-Louis Missika, concejal responsable de la innovación y la investigación universitaria, señalaba claramente entre los desafíos de París el de “atraer a los artistas del mundo entero, favoreciendo la creación y la innovación, preservando al mismo tiempo la riqueza única de su patrimonio”. Por ello, fue natural que uno de los temas de las cuatro mesas redondas del programa de la jornada fuera el de la ciudad creativa, junto con la ciudad del conocimiento, la ciudad inclusiva y la ciudad reticular. Mi interés de base era principalmente el de conocer los aspectos de las investigaciones ligados con la cultura, la creatividad y la innovación. Parecía entonces que la mesa sobre la ciudad creativa sería la más adecuada para esto. En realidad, y afortunadamente, la separación no fue tan drástica, los tres temas que me interesaban aparecieron transversalmente en las otras mesas. Pero comencemos con esa sesión en particular.

Sala de fiestas repleta en el Ayuntamiento de París
De la ciudad creativa

El conferenciante invitado para introducir esta serie de presentaciones fue el Dr. Federico Casalegno, actual director (y fundador en 2005) del Mobile Experience Lab del Massachusetts Institute of Technology. Su Doctorado fue por cierto en Sociología de la Cultura y comunicación de la Universidad Sorbona-París V sobre “la comunicación mediada y la interacción social en las comunidades en red y en las ciudades conectadas”. Presentó brevemente tres experimentos que han puesto en marcha desde el Laboratorio, dos en Italia y uno en Brasil. El primero, ride.link, es un proyecto en la provincia de Brescia, trataba de mejorar la relación entre los jóvenes y la policía para evitar la conducción bajo los efectos del alcohol. Mediante un dispositivo (un brazalete) al cual el joven soplaba antes de conducir su auto, en caso de rebasar el límite legal aceptado, una conexión por teléfono móvil se establecía para informar a un amigo que pudiera remplazarlo en el volante y así asegurar que no se pondría en peligro su propia vida y la de los otros. El segundo proyecto que describió fue Locast – Travels, que consistió en una plataforma para compartir y descubrir vídeos generados por personas (no profesionales) o por la RAI TV en lugares identificados de Venecia, a través de teléfonos móviles y dispositivos computacionales movibles. La innovación consiste en pasar del concepto generalizado de la Web 2.0 al escenario prometedor del Space2.0 que mantiene las cualidades físicas y sociales de las ciudades italianas y las enriquece con el potencial de la computación ubicua. Un vídeo explica el proyecto. La tercera presentación fue de un proyecto llamado “Youth Mapping”, patrocinado por la Unicef. Parte de la constatación de que los jóvenes en las comunidades marginadas viven a menudo en áreas no representadas en mapas y de las que se conoce poco la geografía real en cuanto a servicios y a las interacciones que dan forma a su vida cotidiana. El Laboratorio de experiencia móvil está trabajando en tecnologías que ayuden a dichos jóvenes a crear y distribuir mapas convincentes de sus comunidades para informar y fundamentar las políticas y la toma de decisiones. Durante una semana, en un taller educativo, un grupo de jóvenes probó la plataforma local en un barrio de Rio de Janeiro.

Posteriormente, fue el turno de los tres investigadores del Programa París 2030.

María Gravari-Barbas, directora del Instituto de investigación y estudios superiores de turismo (IREST) y profesora en la Universidad París 1 Panthéon-Sorbonne, abordó el tema “París, metrópolis turística 2030” con el que fue galardonada en 2009. El proyecto analiza las mutaciones contemporáneas del turismo en París con el fin de mostrar sus nuevos territorios, las prácticas emergentes y revelar los puntos críticos en términos de gobernanza, de proyectos urbanos y de infraestructuras. Comentó que los turistas son “transparentes” en muchos estudios realizados sobre París, a pesar de su número considerable e impacto consecuente. Las tendencias muestran que los visitantes van a salir de los caminos trillados. No considera que la ciudad será un museo ni un Disneyland. Destacó la falta de articulación actual entre los proveedores de servicios turísticos: no se comunican ni han formado redes, lo que dificulta la generación de estrategias que estructuren al sector, sobre todo a nivel metropolitano.

Por su parte, Stephen Sawyer, Jefe del Departamento de Historia y estudios urbanos de la Universidad Americana de París, presentó su proyecto de “cartografía cultural de París-Metrópolis”. Partiendo de las dieciocho dimensiones de la sociología clásica, se interesó en representar “ambientes” en la metrópolis parisina. Tres en particular fueron definidos: el “París underground”, el “París bobo (bohemio-burgués)” y el “París art-de-vivre (arte o estilos de vida)”. Se orientó hacia tres dimensiones en función de dichos ambientes: análisis de la planificación cultural; análisis de la democracia metropolitana; análisis socio-económico. Para describir las caracterizaciones del espacio cultural parisino, evocó el “París archipiélago”, el eje “París Este-Oeste”, el “París fluvial”, que demuestran que los “ambientes culturales” resisten a toda lógica “centro-periferia”. Concluyó señalando que París es un vivero de nichos culturales, que florecen pero que son frágiles.

Después, Béatrice Fraenkel, Directora de estudios en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS) – Cátedra de la antropología de la escritura – evocó el proyecto de investigación “Escrituras urbanas de París 2030”, premiado en 2009. Se nutre de los trabajos del sociólogo francés Isaac Joseph. Un gran número de ciudades desarrolla hoy programas de lucha contra la “contaminación visual” (oposición entre la ciudad limpia y la ciudad desbordante), mientras que simultáneamente surge un “arte urbano” de prácticas gráficas individuales, lícitas o no. Su perspectiva es ecológica y política: estudia la ciudad donde se disputa el espacio público, cuyo acceso es un derecho para algunas personas que claman que “la calle nos pertenece”. Es importante reflexionar sobre esta problemática mientras surgen nuevos soportes de información urbana basados en las TICs, como son los Citywalls (se dice que apareció el primero en Helsinki como un experimento). La investigadora denuncia su uso sin antes contar con una filosofía de base.

Para responder a los ponentes, fue invitada Valérie Mancret-Taylor, Directora de planificación y estrategias metropolitanas del Consejo regional de Ile-de-France. Ella aludió la importancia de los imaginarios urbanos y la cuestión territorial: no se trata solamente de desarrollar clústers sino redes también y sobre todo en clave de colaboración, no únicamente de competencia. Evocó a Olivier Mongin, con su concepción de lo post-urbano y el rol de los individuos. Concluyó recordando la importancia de la multiculturalidad en París.

De las otras mesas redondas

Ahora recojo algunas de las ideas que he valorado de las otras mesas redondas, sin que pueda decir que sean completamente características de cada presentación. Señalo solamente que los discursos de los Alcaldes de París y Rio de Janeiro abrieron las jornadas. Después, en la introducción general, Jean Petitot, Director del estudios del Centro de Análisis y Matemáticas Sociales de la EHESS partió de la importancia de la “espacialización” (con a, no especialización) de los fenómenos en la evolución de los seres humanos. Recordó que nuestra inteligencia colectiva es más importante que la individual y que ésta surgió como inteligencia humana (en oposición a la de los primates) gracias a lo urbano. Hoy es importante estudiar y comprender la morfogénesis de París y su diferenciación funcional y espacial prestando una particular atención a los espacios que revisten importancia simbólica. Concluyó recordando que la creatividad y la innovación no se dictan, son imprevisibles, son arte. Cabe destacar la cantidad de tweets positivos generados en torno a esta presentación inicial.

En la mesa redonda “Ciudad cognitiva”, Greg Clark (Reino Unido), miembro del Urban Land Institute y consultor en desarrollo e inversiones para las ciudades y regiones, desarrolló en su ponencia la relación entre economía, espacio y conocimiento. Las capitales como París, Londres, Tokyo se están interesando en los sectores del conocimiento sobre todo ahora en el marco de la crisis, sin embargo otras ciudades como Boston, Singapur, Seattle o Basilea están teniendo más éxito a pesar de ser de tamaño mediano. Clark recordó que no son ciudades que solamente generan conocimiento sino que también lo comercializan. Para él, tres puntos de los que no se habla suficiente son: no hay muchas investigaciones que prueben que se crean muchos empleos; pocas empresas han mostrado ser rentables; es necesario considerar el desarrollo sostenible. Después, el Profesor Stéphane Van Damme, de Sciences Po París, presentó su investigación “Ciencias y capitales europeas: el laboratorio parisino”, en que consideró la sociología histórica de la organización del conocimiento con respecto a las técnicas de la capitalización del saber y de las redes nacionales y a escala europea. Señaló que en las épocas imperiales, el conocimiento circulaba al interior del territorio. París se consolidó en ese entonces como un tribunal científico también. Hoy en día, las ciencias se desarrollan en red, están cada vez menos ligadas a una localidad metropolitana y sus “centros” se encuentran frecuentemente lejos de los centros urbanos. En pocas palabras, se trata de la tensión entre una voluntad de arraigo local y las nuevas necesidades de una ciencia de gran circulación. Por su parte, Catherine Agulhon de la Universidad París 5-Descartes presentó una investigación sobre la acogida de los estudiantes extranjeros en París: “entre afiliación y repliegue”. En un contexto crítico como el que se atraviesa en estos momentos en Francia con respecto a la inmigración y la permanencia de los estudiantes extranjeros, la investigación muestra la heterogeneidad de experiencias, denunciando las dificultades a las que los estudiantes se enfrentan en París (aunque no solamente ellos, como decía un tweet de un estudiante francés). Lamentaron que después de haber hecho una selección tan exigente y haber formado a esos valiosos elementos, el Ministerio del interior dificulte que se queden y así “son los otros países que reciben los beneficios de su educación”.

La mesa “Ciudad incluyente” tuvo como ponente invitado a David Satterthwaite (Reino Unido) quien es investigador en el Instituto internacional para el medio ambiente y el desarrollo. Su presentación resaltó el papel de las federaciones o grupos locales para completar las acciones de los poderes públicos en las zonas más pobres de las ciudades, con ejemplos de la India (el barrio Dharavi en Mumbai) o África. Después, la investigadora Virginie Milliot de la Universidad París evocó el barrio de Barbès, “Laboratorio del pluralismo”. Éste es interesante a más de un título en el campo de la diversidad cultural y el diálogo intercultural: se trata de un espacio particular en la ciudad, un crisol de la vida pública. Numerosos inmigrantes llegan a Barbès en busca de apoyo, de comunicación, de sociabilidad… Las calles de Barbès no son para pasear (flâner) o circular – como en muchos barrios de París – existe un desbordamiento de la vida hacia la calle, lo que confiere una porosidad social al espacio. El humor, muy frecuente, sirve de elemento de ajuste en la negociación y participa en la pacificación en los intercambios entre identidades. El hecho de ser cosmopolita no ha dado lugar sin embargo a una permanencia de habitantes de otros barrios a pesar de las operaciones inmobiliarias. Parece que el fenómeno de gentrificación no se ha podido desarrollar. La profesora Elisabeth Méthais, del Conservatorio de Artes y Oficios de París, compartió brevemente con el público los avances de su investigación con respecto a “vivir en París en 2030 con Alzheimer”. Planteó las posibilidades que se vislumbra con el uso de las tecnologías (almacenamiento de información, comunicación, domótica, robótica…), como la de los dispositivos que ayudarán a situar al enfermo o que le permitirán desplazarse por la ciudad. La Profesora indicó que el estado del arte en la investigación sobre la enfermedad da esperanzas sobre la posibilidad de detectarla veinte años antes de que se desarrolle.

El panel de la mesa “Ciudad reticular” destacó la necesidad de servicios urbanos sostenibles, aprovechando las redes inteligentes, para respetar objetivos definidos en términos de bienes naturales y de energía. Laurence Raineau, investigadora en el Centro de estudios de técnicas, conocimientos y prácticas, de la Universidad París I, aludió estos objetivos mediante el análisis de los eco-barrios existentes en Alemania e Inglaterra, pensando en el impacto que podrían tener si se desarrollaran en París. Señaló que estos dos ejemplos han tenido un rol de “vitrina”, son visitados por muchos ciudadanos, pero están bastante desconectados de los demás barrios y de sus habitantes, creando algunas dinámicas más dignas de un laboratorio que de la realidad. Los cambios climáticos también han sido estudiados, por ejemplo, en cuanto al impacto sobre la agricultura en las zonas rurales que rodean a la ciudad y con modelos para prever las consecuencias del aumento de la temperatura.

La sesión de conclusión, además de los discursos del concejal Jean-Louis Missika, y de Anne Hidalgo, Primera teniente de alcalde de París a cargo del urbanismo y la arquitectura – he decidido no reseñar las presentaciones de naturaleza política – contó con la participación de Bjarke Ingels, dinámico arquitecto danés fundador del estudio de arquitectos BIG, quien mostró algunos proyectos impresionantes de arquitectura en relación con el espacio público y planteó vehementemente la importancia de promover el cambio, propiciando la democracia, la convivencia y la creatividad… Su concepto es el de un “hedonismo sostenible”. Impactante es el proyecto del Ayuntamiento de Tallin llamado el Periscopio, que busca la transparencia entre los ciudadanos y los políticos. También el del complejo de 8HOUSE en Copenhague o el del distrito que ha sido territorio de disturbios sociales y que ahora está en transformación (Red Square en Nørrebro). Gran conocedor de las presentaciones espectaculares (recordemos su participación en TEDGlobal 2009) y con grandes tablas en este campo, su participación fue significativa.

Presentación del Arq. Bjarke Ingels

Una expo casi onírica sobre el París que resiente el cambio climático en 2030

Me pareció particularmente evocadora la exposición montada para la jornada con pósters del proyecto “París +2°C”, mostrando una foto por distrito de París con el antes y después – un texto explicaba las adaptaciones y soluciones encontradas a los desafíos del cambio climático. Entre éstas: que no circulen más los autos, que hayan muchas líneas de tranvía (y que éstos también sirvan para el aprovisionamiento de mercancías), las fachadas serían modificadas, se utilizaría el agua de lluvia y se reciclaría la energía, se controlaría el flujo del río Sena cuyo nivel podría crecer frecuentemente… incluso habría un teleférico Montmartre-Montparnasse… Las imágenes y la expo fueron preparadas por el colectivo de arquitectos “et alors”.

Algunos de los pósters de la exposición

Algunos proyectos laureados en el campo de la cultura no presentados en las jornadas

Es interesante citar un proyecto de investigación laureado en 2008 y que no estuvo entre los ponentes: “Imaginar las prácticas culturales en el París de 2030” de Marie-Christine Bureau, del Laboratorio interdisciplinario de sociología económica del Conservatorio de Artes y Oficios de París.

Finalmente, otro reporte que concierne un tema cultural es “Inventario del patrimonio obrero en el distrito XIII de París” de Jean-Pierre Vallat, del Laboratorio de investigación Phéacie de la Universidad París VII – Diderot.

La lista de todas las investigaciones se puede encontrar en el sitio web del programa. Muchas de ellas tienen un enlace hacia una síntesis o un reporte.

Apostar por la investigación

“La inversión en la materia gris es una de las maneras más eficaces para defenderse de la externalización y la desindustrialización”

Jean-Louis Missika

Más allá de este programa, según el diario Libération, el Ayuntamiento decidió romper la alcancía para la investigación. En efecto, el alcalde Bertrand Delanoë prometió para su segundo mandato – en curso – una inversión en la educación superior y la investigación que se resume en un número redondo: mil millones de euros, que incluye los fondos para las universidades y también dos programas libres de investigación, en otras palabras, sin tema predefinido, llamado Research in Paris y Émergences. No es difícil justificar la inversión: en este siglo de la economía del conocimiento, París se enfrenta a Londres, Nueva York, Boston y pronto, sin duda, a las ciudades indias y chinas. Sin embargo, a mi parecer, la tarea va a ser dura si no se realizan diversas reformas necesarias para terminar de despertar a esta extraordinaria Bella durmiente que por mucho tiempo se ha dormido en sus laureles. Esta jornada muestra parte de esa voluntad.

« We'll always have Paris. » «Siempre nos quedará París»

Abolir les frontières « where technology meets culture »

Depuis quelques années, je suis avec intérêt les projets d’un centre culturel dans un espace culturel partagé entre la Belgique et la France.

Le Manège Mons Maubeuge est un centre culturel unique en son genre situé près de la frontière franco-belge qui joue un rôle prépondérant dans la préparation et le développement du programme de « Mons 2015 » Capitale européenne de la culture dont la trame thématique est expressément « Là où la technologie rencontre la culture ».

Son histoire est liée à un territoire en reconversion qui consacre la culture comme l’un des principaux axes de développement, en mettant l’accent sur la construction européenne et son intégration dans la scène internationale, sans pour autant négliger le tissu social local.

 Séparées de 18 km, dans une région minière victime de la crise sidérurgique, les villes de Mons (B) et de Maubeuge (F) perçoivent des changements dans leurs paysages culturels à la fin des années 80 et une coopération commence à partir d’initiatives de développement culturel présentées par leurs institutions culturelles. En effet, leurs directeurs respectifs, Yves Vasseur et Didier Fusillier se rencontrent pour construire des ponts entre leurs régions avec deux idées principales: la démocratisation culturelle et la qualité de la programmation. Ce qui est conforté en l’an 2000 par Elio Di Rupo, nouveau bourgmestre (maire) de Mons, qui s’engage dans l’exercice de la rationalisation du paysage culturel local. Le Manège de Mons est ainsi créé, intégrant diverses institutions culturelles.

En 2002, les deux villes décident d’officialiser leur collaboration: programmation et communication communes, promotion de la mobilité des publics et des artistes entre leurs différents locaux (avec navettes gratuites, par exemple), création d’un studio de production numérique … Le Manège Mons Maubeuge est établi comme une véritable plateforme transfrontalière pour la création et la diffusion de l’art contemporain. Il y a de nombreux avantages: cohérence dans les décisions de programmation, réduction des coûts d’exploitation, une meilleure visibilité européenne – symbole de l’intégration – et l’optimisation de la gestion technique et financière. La configuration progressive du Manège Mons inclut un lieu dédié à la création théâtrale, le « Théâtre Le Manège » et un nouveau « Centre des écritures contemporaines et numériques », espace d’apprentissage pour l’utilisation des technologies numériques dans les arts du spectacle qui promeut l’interaction avec les technologies de l’information et de la communication (TICs), ce qui nous permet de rappeler la stratégie de la ville de Mons pour attirer les entreprises technologiques comme Google, afin de participer à l’économie créative mondiale. Une autre composante, très originale aussi, qui assure la participation citoyenne et des associations,  la « Maison Folie de Mons » née dans l’élan de Lille 2004 en tant que laboratoire pour la réunion des artistes et des habitants où le processus de co-création est au cœur de nouvelles relations.

Le réseau transfrontalier est confirmé: la saison artistique est organisée en collaboration entre cinq villes et douze espaces culturels de la région, offrant plus de cent spectacles par an, avec près de 60.000 spectateurs et plus de 5.000 abonnés pour une population combinée de 180.000 habitants.

Tout ce processus s’est inscrit dans le cadre d’une perspective intégrale de développement culturel du territoire dans de nouveaux contextes sur laquelle s’appuie le programme de la Capitale européenne. Celui-ci n’a pas été conçu sur une philosophie de grandes expositions et d’événements « vitrine » isolés. Il est basé sur une vision à long terme de la relation entre culture et nouvelles technologies, avec une approche démocratique inclusive. C’est dire si c’est un projet sensé, ambitieux, durable et respectueux des contraintes économiques régnantes. Il faut souligner que d’ici 2015 aucun budget pharaonique pour des actions architecturales n’a été considéré pour la réalisation du programme de Mons 2015.

Je vous invite à visiter les sites web de la Fondation Mons 2015 et du Manège Mons Maubeuge.