Una presentación personal en línea en el marco de la apertura del «II Simposio universitario internacional sobre gestión cultural en Latinoamérica – Eje temático: La gestión cultural global: la dimensión europea » organizado por la Escuela Internacional de Lenguas de la Universidad Anáhuac Cancún (MÉXICO) y la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad EAN (COLOMBIA). Jueves 1° de septiembre, 09:00 hrs (Ciudad de México) = 16:00 hrs (París).
En consonancia con el principio de este blog de «entrelazamientos culturales», mi presentación va a considerar aspectos de políticas y cooperación culturales con respecto a una de las acciones especiales más emblemáticas del Programa «Europa Creativa» de la Unión Europea, enfocándome en el caso de Bodø, la nórdica ciudad noruega, que fue seleccionada a través de un exigente proceso como una de las tres «Capitales europeas de la Cultura» para el año 2024 – junto con Bad Ischl (Austria) y Tartu (Estonia).
Los motivos de inspiración no son pocos. El concepto general y lema del programa de la capitalidad de Bodø es «ARCTICulation», entrelazando en inglés el Ártico ARCTIC con las ideas de articulación ARTICULATION. A través de un ambicioso programa artístico y de desarrollo cultural, la ciudad y la provincia de Nordland contribuirán a la estrategia regional frente a sus desafíos demográficos, ecológicos, económicos, de cohesión social y geopolíticos… y establecerán o reforzarán relaciones de colaboración artística, cultural y humanitaria en las distintas escalas territoriales, desde lo personal y local hasta lo internacional, pasando obviamente por la dimensión europea, subrayada como uno de los objetivos específicos de toda Capital europea de la Cultura.
Entrelazaré entonces estos temas con la gran atracción del norte y del ártico, las auroras boreales, el sol de medianoche y la noche sin fin, la cultura sami, los paisajes naturales entre los más bellos del planeta, la riqueza y alta calidad de vida del país, sin olvidar sus contradicciones y retos. Y miraré con una perspectiva latinoamericana, mexicana particularmente, recordando que la corriente del golfo de México participa ciertamente en que las costas noruegas – y necesariamente la ciudad de Bodø – no sufran de su condición extrema en el hemisferio norte. El Atlántico reúne así sus riberas, las de Bodø y las de Cancún.
De mayo a noviembre, un interesante programa cultural está siendo la ocasión de conocer o redescubrir Le Havre de manera audaz y abierta a la diversidad.
Continuando con el tema de mi artículo anterior «¡Le Havre festeja sus 500 años de historia insólita!«, en las siguientes líneas describiré diversos aspectos de «Un été au Havre 2017» que tuve el gusto de apreciar con un par de amigos, de manera independiente, durante prácticamente dos días (14-15 de julio). No se trata de un recuento exhaustivo, más bien de una fotografía personal, por tanto parcial, sobre esta experiencia, complementándola y contrastándola con otros eventos culturales similares.
No es la primera vez que voy a Le Havre, ciudad-puerto normanda patrimonio mundial de la humanidad. En realidad, ya había hecho dos veces una breve escala anteriormente: en una descubrí el Museo de arte moderno – André Malraux así como Sainte-Adresse, una agradable área balnearia colindante; en otra visité esencialmente su moderno puerto, en un paseo en barco. Sin embargo, se trató en ambas visitas de una estancia puntual, con ganas de cruzar rápidamente el Puente de Normandía e ir a la otra margen del estuario, hacia Honfleur o Trouville. Ahora en cambio estaban reunidos todos los ingredientes para atraer específicamente nuestro interés por visitarla e incluso pernoctar ahí aprovechando el día feriado del 14 de julio.
Como se puede ver en la siguiente foto, el festejo nacional era evidente gracias al despliegue de banderas en la fachada del Ayuntamiento, edificio emblemático del proyecto de reconstrucción del arquitecto Auguste Perret que he descrito en el artículo anterior.
Un programa cultural ecléctico que pone en relieve la arquitectura, el espacio público y lo marítimo en todas sus facetas
Ideado porJean Blaise, reconocido director artístico de festivales y sobre todo por el proyecto del centro cultural Lieu Unique de la ciudad de Nantes, el programa veraniego de Le Havre incluye durante cinco meses 16 obras, 16 eventos, 20 artistas, 26 lugares…
Jean Blaise no deseaba algo nostálgico para festejar el origen de este lugar. Su ambición ha sido generar, a partir de la visión de diversos artistas, un proyecto cultural ligado al territorio, además de acompañar una campaña de (re)valoración de su imagen como destino empresarial y de turismo urbano. De hecho, se espera dos millones de turistas este año. Han considerado para ello un presupuesto de 20 millones de euros.
Comunicación, comunicación, comunicación
Al menos en París, los colores de la campaña de comunicación resaltan por todas partes: estaciones de metro, en calles como la 4 septembre, en plazas como la de la Bourse y en la estación de trenes de Saint-Lazare; en los medios también, incluyendo Métropolis, 28 minutes del canal Arte o en anuncios y artículos en revistas culturales de amplia difusión como Connaissance des arts o Télérama… una cobertura sin común medida con respecto a otros programas culturales de envergadura. Incluso creo que ha podido llegar a poner en dificultades a la ciudad de Nantes, precursora de este tipo de programas de verano desde 2012 con ‘Le voyage à Nantes‘ (concebido también por Jean Blaise) y ello a pesar de la difusión actual de anuncios en las salas de cine MK2 por ejemplo. Como mencionaba en la introducción, «Un été au Havre» no está pasando desapercibido.
Localmente, el diseño gráfico del programa nos acompaña casi por todas partes, desde la llegada a la estación de tren hasta las vitrinas de los variados comercios que han claramente adoptado el programa.
Veamos a continuación uno de los elementos destacados del programa que tuvimos la ocasión de experimentar:
Arte en el espacio público
Se trata de uno de los puntos esenciales del programa. Le Havre está en plena mutación y se ha deseado que los artistas la ayuden activamente en la transformación: artistas plásticos, diseñadores, directores teatrales, novelistas…
Dejando poco lugar a la improvisación o a la flânerie propiamente dicha, la guía de visita señala cuatro recorridos en la ciudad que parten del centro cultural Le Volcan – Espace Oscar Niemeyer, notable obra del arquitecto brasileño, que para esta ocasión alberga un espacio específico de información sobre las actividades del programa y una tienda con diversos libros y toda la gama imaginable de memorabilia sobre la ciudad, su historia y el programa cultural.
Los recorridos se intitulan:
La ciudad Perret
Hacia el puerto
Las escaleras (urbanas)
Las dársenas
Adicionalmente, se creó una aplicación de telefonía móvil para facilitar y enriquecer la visita.
A través de los recorridos, se insiste en la experimentación de su topografía, siguiendo los pasos de Perret, de Niemeyer, de Monet y los impresionistas, de Dufy, de Pierre et Gilles… para facilitar su reinterpretación, y como expresa el propio Jean Blaise, «revelarla a Europa y a ella misma probablemente (…) una ciudad llena de imágenes extrañas (…) ciudad fotogénica (…)» donde el tema de la luz «se ha vuelto un cliché». En resumen, para él, se trata de «comprenderla, apreciarla, ponerla en escena, detectar a aquellos que le inoculan su energía y su talento, ser con ellos audaz, al mismo tiempo justo, hacer que brote su extrañeza y su poesía evidente«.
Muchos de los visitantes usan la guía y la aplicación por lo que he podido ver. Así, es fácil distinguir(nos), además de a través de los otros indicadores usuales como son la cámara fotográfica y un cierto look (el de su deseado turista urbano).
Sería muy largo detallar cada recorrido en este artículo; en la práctica, fuimos un tanto indisciplinados, y los mezclamos. En cualquier caso, me han impactado en especial las siguientes esculturas e instalaciones artísticas:
Cadena de contenedores – Escultura monumental de Vincent Ganivet
Es la formidable «Catène de containers» en versión francesa, localizada en el Quai de Southampton, y que sin lugar a dudas se ha convertido ya en uno de los remates visuales más espectaculares del mundo. El artista plástico y escultor francés Vincent Ganivet ideó sus dos arcos de contenedores que parecen formar parte de un juego de Lego para gigantes, con 13 m. de alto, 36 contenedores y un peso de más de 232 toneladas. ¡Sin mencionar las 350 toneladas de hormigón para los cimientos! Requirió una colaboración de ingeniería sofisticada para el diseño de su armazón – que pasa casi desapercibida – y también de una participación técnica/artesanal, por ejemplo para aplicar los colores como el rojo, el amarillo, el rosa o el naranja que han necesitado capas adicionales de pintura para tener tal efecto visual. El artista menciona una inspiración de parte de Gaudí en sus obras. La ubicación estratégica permite también observar en perspectiva la ida y venida de los más grandes navíos y los ferries. Es un must de los adeptos del selfie y un bello emblema temporal de la ciudad.
Jugando con la perspectiva de la Porte Océane, los artistas Sabina Lang y Daniel Baumann han colocado sobre la playa una estructura blanca en el eje visual de los edificios y de las avenidas colindantes. La escultura emerge sobre los guijarros como un gran pórtico. Monumental y elegante, de un blanco brillante, parece encontrar el equilibrio entre lo usual y lo descabellado, como un ovni, funcional y a la vez construcción de lo absurdo. Sus creadores nos dejan la interrogación… ¿escultura?¿arquitectura? En todo caso, su belleza no se presta a largas discusiones.
Las cabinas de la playa de Le Havre son un símbolo de la ciudad balnearia y en general siempre han sido blancas. Así que al artista gráfico Karel Martens, especializado en tipografía e ilustración, se le ocurrió proponer a los propietarios de las 713 cabinas que se pintaran con bandas de colores, siguiendo un protocolo gráfico originado a partir de los documentos de fundación de Le Havre y mediante el uso de un programa informático. Algunas se mantienen blancas voluntariamente. Aunque al principio hubo cierta reticencia – incluyendo la del entonces alcalde Édouard Philippe – el resultado ha sido acogido con gusto y a primera vista parece algo que siempre ha sido así. De modo que, a mi parecer, tal sofisticación pasa desapercibida y me cuestiona. Independientemente de ello, merece la pena comentar que algunas de estas cabinas han sido muy equipadas por sus propietarios, mientras que otras simplemente almacenan sillas y camastros. Todas tienen la ventaja de proteger del viento del Atlántico, que soplaba fuerte al momento de la visita.
Como mencioné en el artículo interior, la iglesia Saint-Joseph es considerada como un monumento a la memoria de las víctimas de los bombardeos y como la obra mayor del arquitecto Perret (asistido por Raymond Audigier y Georges Brochard). Actualmente en su interior flota una extraordinaria voluta – adorno en forma de espiral – de 25 m. de alto, de lana roja, que parece ser aspirada por la torre octogonal cuya cúspide se eleva a 107 m. Se trata de la obra de la artista japonesa Chiharu Shiota y de su equipo.
Es apropiado resaltar esta obra en un blog cuyo nombre subraya los entrelazamientos (interlacements); de hecho, la artista nipona señala que utiliza los hilos de lana como medio de exploración de las relaciones entre los seres humanos y su sentimiento de pertenencia. Chiharu Shiota representó a su país en la 56a Bienal de Venecia y su obra se expone alrededor del mundo.
He visto un vídeo con respecto a su preparación: sorprendió el tamaño final de la instalación. Incluso he pensado que merece mucho la pena tratar de regresar después para contemplar el interior sin la instalación, porque se percibe parcialmente el interior de la torre que debe de ser en sí impresionante.
«El templo de los 5000 deseos» – Instalación del dúo «La BaZooKa»
La instalación y la experiencia propuesta a los visitantes me pareció entretenida, un rato para jugar simplemente y un pretexto para dar un corto paseo en barca. Los artistas de La BaZooKa relacionaron el jardín japonés tradicional privado que celebra el hermanamiento de Le Havre y Osaka, con la práctica japonesa de escribir deseos y colgarlos (en árboles por ejemplo) y con la de los rituales y sus etapas codificadas.
Así, entre otras cosas, se propone escribir un deseo personal para los 500 años siguientes, introducirlo en una cápsula de color brillante y colocarlo donde uno desee en la isla artificial creada para la ocasión, en la que también hay al centro un poliedro rojo cuya forma se inspira del tsukubai del propio jardín japonés. El poliedro es como un pequeño templo cuyo interior se visita, pero no desvelaré aquí la sorpresa que resguarda su interior.
La lista podría continuar con los siguientes ejemplos:
Venus y Marte – Instalación de Félicie d’Estienne d’Orves
A observar durante la noche: las dos chimeneas de la central térmica de la compañía EDF se iluminan a intervalos variables gracias a 476 LEDS, en función de la velocidad de la luz y las distancias entre la Tierra con respecto a los dos planetas mencionados, que no dejan de recordar a un célebre libro. ¡Todo calculado con el apoyo de un astrofísico!
En el Port Center de Le Havre, la creadora de paisajes sonoros, Charlotte Roux, asocia a su música electrónica, diversas grabaciones de habitantes realizadas en la ciudad: dockers, profesores, boxeadores…
En la Dársena del Comercio, dos poliedros de acero inoxidable separados de 60 m. emergen progresivamente de la superficie del agua en función de las mareas. De ellos surgen dos potentes chorros intermites, uno contra otro, generando una gran nube de gotas, llena de energía, propuesta como metáfora, un «encuentro fuerte y frágil a la vez, siempre en movimiento».
Eventos y exposiciones
Los grandes eventos públicos del programa no tenían lugar durante nuestra estancia. Por un lado, la apertura fue festejada con un desfile popular intitulado «Magnifik Parade» el 27 de mayo. El siguiente gran momento tuvo lugar el fin de semana del 7 al 9 de julio con el espectáculo de la compañía Royal de Luxe llamado «Franciscopolis» que atrajo multitudes. Se trató de la continuación de varias presentaciones de gigantes animados que iniciaron en 1993. Las fotos del evento son grandiosas. Al final del programa, el 8 de octubre se festejará en grande la fecha de la creación de la ciudad (en cambio, la creación del puerto fue decretada el 7 de febrero de 1517).
Sin embargo, en complemento del programa, algo que pudimos notar fue la gran atracción popular que suscitan los fuegos artificiales del 14 de julio, más allá del concierto que les precedió. Por el número de automóviles – y el embotellamiento generalizado resultante – se puede deducir que muchas familias y amigos acuden de toda la región circundante.
La exposición Clair-obscur de Pierre et Gilles en el MuMA
Le Havre es la «Nueva York» de la infancia de Gilles Blanchard, integrante de la célebre pareja de artistas «Pierre et Gilles«, cuya exposición «Clair obscur» en el Museo de arte moderno «André Malraux» está batiendo récords de visitantes. Inaugurada por el actual primer ministro francés, Édouard Philippe, la exposición retrospectiva organizada en colaboración con el Museo de Ixelles de Bruselas presenta más de 80 obras que datan desde el final de los años 1970 hasta hoy en día. Algunas obras se presentan en una línea de cabinas blancas, como las de la playa de la ciudad. También hay obras de la colección del MuMA que los artistas han seleccionado porque les han inspirado de alguna manera; una presentación de recuerdos personales que los vinculan con Le Havre (portadas de revistas, fotos, discos, objetos, figuritas…); un vídeo en que los artistas explican esta relación, entre otros. Así, la diversidad sexual presentada en esta exposición llega sin duda también a nuevos públicos.
Posteriormente, una vez concluida esta interesante y sorprendente exposición, el MuMA va a marcar seguramente un nuevo hito con la exposición «Impression(s), Soleil» que contará con el préstamo excepcional de la obra clave en la historia del arte «Impression, soleil levant» de Claude Monet, pintado en Le Havre en 1872, hoy en la colección del Museo Mamottan Monet de París.
En otros lugares de Le Havre se presentan exposiciones atractivas, como «Ser mecenas en los albores del Renacimiento«; «Ciudades flotantes» sobre la historia de los buques transatlánticos que tenían a Le Havre como puerto; la «Smart Factory» que interroga la relación del arte con la tecnología en «Le Tétris» (centro cultural multidisciplinar y residencia de artistas)… entre otras; la oferta es diversa, interesante y atractiva para diferentes públicos.
48 horas que pasaron en un abrir y cerrar de ojos
Durante nuestra estancia, también dedicamos un tiempo bastante considerable a la visita del conjunto urbano reconstruido según los planes del arquitecto Auguste Perret, del apartamento modelo y del Espacio Oscar Niemeyer (aspectos descritos en detalle en el artículo precedente). Visitamos Sainte-Adresse, los jardines suspendidos con su espléndida vista panorámica de la ciudad, del puerto y la desembocadura del río Sena y realizamos un recorrido botánico al mismo tiempo que podíamos escuchar un concierto dado en el conjunto de esa antigua fortaleza militar. Contamos con la suerte de un tiempo espléndido en esos momentos.
Para concluir esta reseña sobre dos días en Le Havre en el marco de los festejos de sus 500 años y de su primer programa de verano cultural, incluyo algunos puntos adicionales, positivos y negativos, con respecto a nuestra experiencia.
Los +
un serio esfuerzo de mediación, con personas de diversas personalidades y edades, amables y comunicativas en cada uno de nuestros contactos;
puntos de información distribuidos en lugares ideales (un buen indicio de su pertinencia: la fila que se formó a la llegada de nuestro tren en el punto de información);
el punto de vista del programa que considera la ecología – se invita a reciclar los folletos (dejándolos en lugares prácticos para que otros visitantes los usen, por ejemplo);
no visto pero interesante: las visitas teatralizadas al apartamento modelo y las visitas que incorporan aspectos intangibles a la experiencia (las reservaciones estaban completas)
Los –
la capacidad hotelera (¿aparentemente?) limitada: por ejemplo, a pesar de nuestra anticipación para reservar, no quedaban muchas opciones. Incluso durante nuestro check-in, la recepcionista respondió a una llamada indicando que «todo Le Havre estaba lleno durante el fin de semana». Éste puede ser un aspecto estructural limitante del proyecto. Pero si se ampliase la oferta, ¿hasta que punto sería sustentable?
los horarios de la mayoría de los restaurantes brillan por su inflexibilidad – es decir, son muy estrictos y limitados, incluso en un día popular como el sábado. Dadas las cifras de visitantes previstos, nos cuestionamos si los restaurantes fueron suficientemente contactados y convencidos de la afluencia esperada. Después de buscar alguna opción en el área del MuMA y del centro reconstruido a eso de las 14:30, prácticamente no encontramos más que la opción de una crepería – correcta eso sí – pero no éramos los únicos en esta situación; una cierta solidaridad entre ‘turistas urbanos’ se estableció puesto que era evidente que buscábamos alguna solución. Si esto se supiera de antemano o si alguna brasserie cambiara su actitud (puesto que las respuestas de los restaurantes eran incluso desagradables), este punto no constaría aquí. Es decir, atraer al turista urbano también requiere de ajustes en cuanto a los servicios locales – lo que es una oportunidad empresarial también – o a la comunicación honesta en cuanto a las restricciones. También me parece reflejar una limitación estructural; sin embargo, sí hay lugares para tomar un café o tomar bebidas; y,
como anécdota final, un problema con el tren de regreso a París (uno más, dirían muchos viajeros con billetes de la SNCF que en los pasados días debían ir por su parte al Oeste y Suroeste de Francia). Nuestro esperado tren ‘intercités‘ fue remplazado por un vetusto tren de cercanías (RER), lo que en un trayecto de casi tres horas y sin aire acondicionado cuenta mucho en contra. Obviamente, los servicios de la compañía de trenes no son la responsabilidad de la organización del programa cultural, pero sí forman parte de la experiencia global, sobre todo si se pone en evidencia la campaña de comunicación del programa cultural desde la estación de trenes parisina de Saint-Lazare. En fin, unos días después de formular la queja ante la SNCF se recibió una compensación por este incidente.
En resumen, tanto el conjunto del programa cultural ‘Un été au Havre 2017‘, como la experiencia que tuvimos durante 48 horas, me han parecido muy atractivas, llevándome a confirmar que Le Havre es sobria, pero sobre todo, interesante. Y un caso de estudio original de turismo cultural en Francia y de su campaña de comunicación.
Es la pregunta que en el verano de 2017 está flotando en el aire parisino, de manera discreta pero frecuente, en ocasión del festejo del quinto centenario del puerto normando creado por decreto del rey François Ier el 7 de febrero de 1517.
Desde las fotos de amigos en Instagram a los reportajes de los principales noticiarios de la televisión gala, incluyendo el título de «metrópolis de la semana» de uno de los programas del canal franco-alemán Arte, el Jubileo no está pasando desapercibido. Lo que seguramente ha sorprendido a más de uno, ya que durante años los clichés con respecto a Le Havre no han sido particularmente halagadores en cuanto a sus cualidades como destino turístico: para unos, de clima difícil «con cuatro estaciones en un día»; para otros, ciudad industrial de concreto y de aspecto desfavorable (feíta, dirían en confianza); cuyo mar tan frío dificulta bañarse en él… entre otros…
La realidad muestra que, de manera similar a la ya célebre frase de Klaus Wowereit, el ex-alcalde de la capital alemana, que describía a Berlín como «pobre, pero sexy», podemos decir que Le Havre es «sobria, pero interesante».
Voy a dedicar dos artículos a esta ciudad «fundada para abrir Francia al mundo y para vincular a las personas«, como señala su alcalde actual, Luc Lemonnier. Esta entrega resaltará su rica historia marcada por la tragedia; su original reconstrucción, aunada a la herencia de sus siglos anteriores la han llevado a ser inscrita en la lista de la UNESCO como patrimonio de la Humanidad. Hoy en día se encuentra en una etapa de resurgimiento: la segunda entrega se enfocará a una visita de 48 horas que realicé para experimentar el ambicioso programa cultural festivo llamado «Un été au Havre 2017«, con su sorprendente mezcla de eventos y muestras de creación artística contemporánea en el espacio público.
Le Havre – situación geográfica y desarrollo
A 200 km. al Noroeste de París (casi tres horas de tren), la ciudad se halla en la proximidad de la desembocadura atlántica del río Sena.
Su nombre traducido al castellano puede ser «El remanso» (de paz, o «de gracia» según su poética denominación original, ‘de grasse‘ en antiguo francés). Alrededor de la dársena original, Girolamo Bellarmato, arquitecto sienés, trazó el plano de los barrios de Saint-François y de Notre-Dame y fortificó la ciudad. Pocos testimonios quedan hoy de aquella ciudad.
Residencia del siglo XVII que perteneciera a un Corsario real de nombre Dubocage de Bléville. Reconstruida, hoy es uno de los museos de la historia de Le Havre.
Partiendo de una vocación comercial y de reforzamiento defensivo contra la amenaza inglesa, Le Havre conoció una época de oro con el comercio transatlántico – en 1823 dejó su función militar. Nodo continental de la ruta del café, del algodón, del carbón, del petróleo, de personas… desafortunadamente también participó al comercio triangular.
Del 24 de junio al 31 de diciembre de 2017 una exposición aborda, entre otros, el tema de la memoria del comercio triangular, relacionándolo con Senegal.
La importancia de su puerto se ha mantenido a lo largo de los siglos. Como anécdota, se dice que actualmente el 80% del café importado por Francia llega a Le Havre. Hoy en día, la superficie de este puerto ultramoderno es comparable a una vez y media la de París. Es el primer puerto de Francia en cuanto a tránsito de contenedores y el quinto más grande en Europa.
Como a Rotterdam, su gran rival neerlandesa, ser un puerto esencial del comercio europeo la llevó inexorablemente a su ruina durante la Segunda Guerra Mundial. En efecto, su puerto y la ciudad sufrieron de una destrucción casi total a causa de una serie de bombardeos en 1944, sobre todo los británicos del 5 de septiembre sobre estos territorios ocupados por los alemanes. Aunque las cifras varían en cuanto a las desafortunadas pérdidas humanas (5.000 muertos), hay un consenso en cuanto a los 80.000 desalojados al final de la guerra.
Vista de la Rue de Paris, centro de Le Havre (1944)
Al terminar la guerra en 1945, el necesario trabajo de reconstrucción es evidentemente vasto. En cuanto al núcleo urbano de Le Havre, el proyecto es confiado en la primavera de 1945 a Auguste Perret (1874-1954), renombrado arquitecto, entre los primeros en utilizar el hormigón armado a gran escala.
El arquitecto Auguste Perret por Théo Van Rysselberghe. Museo de Orsay, París.
¡Un urbanismo incomparable en el mundo!
Perret y la reconstrucción
Bajo la dirección de Perret, un «taller de la reconstrucción» es constituido con un núcleo de arquitectos, discípulos y ex-alumnos suyos, para llegar después a constar de una centena de miembros. Perret organiza un tipo de concurso interno para trabajar sobre la proposición del plano de la ciudad. En marzo de 1946, se adopta un plan que se caracteriza por una concepción en tres escalas: la escala urbana, la escala del islote de habitación (îlot d’habitation) y la escala del alojamiento tipo (logement type). El plano del conjunto incorpora las doctrinas modernas de arquitectura (como el clasicismo estructural), sistematiza la utilización del hormigón armado y respeta al mismo tiempo la composición histórica de la ciudad – por ejemplo, se pidió conservar «el triángulo de oro» de los antiguos ejes viales: la Rue de Paris, la Avenue Foch y el Boulevard François Ier. Al interior del triángulo, se establece una nueva trama urbana ortogonal en la que se edifican islotes abiertos de 100 m. de lado y produce así perspectivas rectilíneas. Cada vértice queda marcado por un edificio o conjunto monumental identificado por una torre. Como antes de la guerra, los edificios principales son reimplantados en el entrelazado moderno: ayuntamiento, bolsa, iglesias, mercado/lonja, colegios, además de plazas, asegurando así la identidad comercial y portuaria del centro de la ciudad. En cuanto a las calles comerciales, se retomó el principio arquitectónico de los pórticos (como el de la Rue de Rivoli en París) con una planta baja asociada a un entresuelo para las tiendas, tres niveles superiores de habitación y un balcón largo corrido que ponen en relieve la primera planta.
En la concepción de Perret, es importante subrayar la adopción de un módulo – o trama – de 6,24 m. que asegura la cohesión general y constituye la unidad de referencia para la construcción y diseño de los componentes. Estandarización, prefabricación, durabilidad, intemporalidad, son algunas de las palabras claves que podemos usar para acentuar su originalidad. Diversos procedimientos técnicos fueron experimentados. Y precisamente en el campo de la originalidad, va a dar un salto cuántico en lo que respecta al hormigón (concreto) armado: lo decora, lo colorea, lo trata, o lo viste, gracias a novedosas técnicas como el abujardado (bouchardage), el cincelado, el bruñido, el lavado, entre otras, y varía las proporciones de arena, cemento y gravilla, dando colores y efectos plásticos muy variados, por ejemplo a las fachadas, entre las que destaca la blancura (inicial) del edificio del Ayuntamiento. Así, Perret rompió con la idea de que hormigón no era un material suficientemente noble para ser mostrado al exterior.
Son numerosos los edificios monumentales que Perret y su taller concibieron para el nuevo Le Havre, entre ellos se puede citar especialmente:
La iglesiaSaint-Joseph, que por voluntad de Perret constituyó el monumento a la memoria de las víctimas de los bombardeos; recibió la clasificación como monumento nacional francés desde 1965. Es el más alto edificio en el marco de un urbanismo que considera la vista desde lejos. Con base rectangular y torre octogonal, su flecha llega a los 107 m. de altura.
En su interior, la luz es sublimada por los efectos de los vitrales que constan de 12.768 piezas de 50 colores diferentes, creadas por Marguerite Huré, maestra vidriera, que ya había colaborado con Perret para la iglesia de Rainey cerca de París. Es uno de los ejemplos de la co-creación con artistas y artesanos variados en el proyecto general de la ciudad.
Por otro lado, la «Porte Océane» es un conjunto monumental de edificios que forman uno de los vértices del triángulo urbano mencionado anteriormente. Las dos torres principales tienen una altura de 47.50 m. y 13 pisos. Están orientadas hacia el mar como una puerta, de ahí su nombre. Fueron diseñadas por dos colegas del taller de la reconstrucción: Jacques Poirrier y André Hermant. Entre ellas, hoy pasa una línea de tranvía reciente, algo que fue facilitado por los espacios generosos considerados en el diseño urbano que data de un buen número de décadas atrás.
El Ayuntamiento (Hôtel de Ville) fue una de las prioridades de la reconstrucción. Se ubicó prácticamente en el mismo emplazamiento del edificio anterior a los bombardeos y respetando la existencia de un jardín público en su frente.
El diseño de partida fue de Perret, quien ideó el proyecto con un amplio edificio largo acompañado de una torre a su flaco oeste. Al morir Perret durante el proceso de concepción, su colega Jacques Tournant se encargó de llevar al cabo esta importante pieza del complicado rompecabezas de la reconstrucción urbana. Tras un cierto número de debates con los representantes del consejo municipal, el proyecto se aprobó y terminó en 1958, inaugurado especialmente un 14 de julio. La torre culmina a 72,20 m. y consta de 18 pisos para usos esencialmente administrativos, mientras que el edificio largo horizontal, caracterizado por su serie de 16 columnas regulares, se destina más a las actividades civiles y de representación política. A su extremo este, se halla el teatro de la ciudad.
En fin, la lista podría continuar, incluyendo el conjunto de los numerosos edificios con sus entradas monumentales, otros más moderados, siempre con variados motivos que sugieren una nueva consideración del art déco y que potencian los reflejos del cielo y la atmósfera marina. En todos es patente el trabajo artesanal como referencia, como en las columnas acanaladas.
Pero no solamente en el plano macro Perret y su taller fueron precursores: se enfocaron también en lo micro, considerando el diseño interior y las tendencias de las formas de vida moderna en Francia, como describo a continuación.
Actualmente, es casi obligada la visita del apartamento modelo «appartement témoin Perret» que forma parte del concepto de los edificios sin afectación individual ISAI «Immeubles sans affectation individuelle«. En éste, la magia de una máquina del tiempo opera llevándonos a 1949. Lo primero que sorprende es su estilo contemporáneo que nos parece familiar hasta cierto punto; en realidad, fue osado para la época y participó plenamente en la transformación de la vida familiar local del centro de Le Havre.
A primera vista, los pisos son de concepción simple, económica, un tanto escandinava, sin florituras… detrás de ello hubo un gran trabajo conceptual y práctico, a tal grado de que casi pasa desapercibido. Ya se generalizaba en ellos el agua y gaz en cada piso. Retomando el principio de la modularidad y eficiencia, los espacios brillan por la flexibilidad ideada para sus usos y facilitada por puertas y paredes correderas, por ejemplo. Son luminosos naturalmente gracias a sus siete ventanas sin vis-à-vis. Se respira. La cocina «a la americana», abierta hacia el espacio de vida, da testimonio de que ya hay una nueva consideración en el papel de la mujer en el apartamento; se comenta que Perret era feminista antes de la hora, pues afirmaba por ejemplo que «hay que terminar con la esclavitud doméstica de las mujeres («Il faut en finir avec l’esclavage domestique des femmes«). El diseño interior revolucionario incluyó su adaptación para acoger los nuevos electrodomésticos, las vajillas modernas, los muebles de roble… el diablo está en los detalles: en las asas cromadas y el fierro forjado se aprecia también la precisión.
Conforme ha pasado el tiempo, algunos de estos apartamentos han ido convirtiéndose en obras de arte gracias a la voluntad de los propietarios. Son muy buscados y su valor ha aumentado. Además, lo que comentan los habitantes es la dimensión de comunidad que se desprende – con redes de vecinos y amigos identificados con el espíritu de la arquitectura, del diseño y del urbanismo.
De «Estalingrado-del-Mar» a la clasificación UNESCO
A pesar de todos los aspectos que he puesto en valor en las líneas anteriores, el hecho es que por mucho tiempo la percepción popular no favorecía al proyecto de Perret: su obra fue controvertida, eincomprendida por muchos. Por ejemplo, se le daba el nombre irónico de «Stalingrad-sur-mer«. Y es claro que el centro sí me ha recordado a diversas ciudades de Alemania del Este antes de la reunificación e incluso algunas calles reconstruidas del centro de Colonia o de Stuttgart. Sin embargo, el valor único e incomparable de su proceso de concepción, de creación y de preservación le han valido la inscripción por la UNESCO dentro de la lista del patrimonio mundial, precisamente el 15 de julio de 2005. Este reconocimiento ha favorecido una reconsideración progresiva de los detractores y reforzado el sentimiento de pertenencia de sus habitantes. Además, tiene un rol fundamental en la creciente atracción de turistas del mundo entero (como en mi caso), al grado de que incluso cruceros internacionales se están deteniendo en ella. Contrariamente al caso veneciano, estos enormes buques reafirman una sensación optimista y favorable de parte de los habitantes, que contrasta con la imagen injusta que todavía marginalmente se asocia a Le Havre.
Ahora consideremos otros elementos únicos de Le Havre, que la vinculan por un lado ¡con Brasil! y por otro, ¡con los impresionistas!
¿Líneas contra curvas? Le Havre es la cuna de la primera Casa de la Cultura en Francia – hoy llamada Le Volcan
El argumentario presentado ante la UNESCO para la inscripción al patrimonio mundial puso también en relieve la incorporación armoniosamente sui géneris en el centro de Le Havre de una obra concebida por otro gigante de la arquitectura mundial.Vayamos paso a paso…
“No hay ninguna casa como ésta en el mundo (…) Recuerden, habitantes de Le Havre, que se dirá que es aquí, hoy, cuando todo comenzó”. « II n’y a pas une maison comme celle-ci au monde… Souvenez-vous, Havrais, que l’on dira que c’est ici que tout a commencé ». André Malraux.
En Le Havre, el 24 de junio de 1961, André Malraux inauguraba la primera casa de cultura en Francia, lo que marcaba simbólicamente una etapa clave en la política de descentralización cultural que él se había propuesto desarrollar al asumir como “Ministro de Estado, encargado de los asuntos culturales” en 1959.
La Casa de la cultura de Le Havre fue albergada en sus primeros años en el museo que hoy lleva el nombre de Malraux – y posteriormente, durante quince años, en el Teatro de la Ciudad. Sin embargo, el cambio de su localización fue notable ya que después se trasladó a un espacio específico – ¡diseñado por el célebre arquitecto Oscar Niemeyer! e inaugurado el 18 de noviembre de 1982.
Por la forma del edificio principal, en 1990 se le identificó con el nombre de “Le volcan”, ideado por su director Alain Milianti (en cargo hasta 2006), aunque los habitantes de la ciudad ya lo llamaban coloquialmente “pote de yogurt”.
En 1991, la casa de la cultura cambió de denominación, recibiendo la etiqueta de “Scène Nationale” por parte del Ministerio de cultura de Francia. La programación de “Le volcan” ha sido desde su inicio transdisciplinaria, fomentando los más variados intercambios artísticos, e insistiendo en la generación de nuevos públicos entre los habitantes de Le Havre y su fidelización. Cabe notar que el conocido cineasta franco-chileno Raúl Ruiz fue co-director del centro.
El complejo cultural de Niemeyer entró en obras en el verano de 2011 después de que Niemeyer fuera consultado sobre el proyectado trabajo de renovación y restauración, y su reapertura tuvo lugar el 7 de enero de 2015. Mientras tanto, se definió otra sede temporal, en la estación marítima, con la denominación “Le volcan maritime”. El vasto proyecto de restauración y modernización ha dado una nueva vida a sus instalaciones: éstas incluyen una nueva biblioteca en el Petit Volcan y un espacio público más adaptado a las condiciones de vida actuales, de tal modo que la misión original imaginada por Malraux continuará proyectándose hacia el futuro e irrigando culturalmente al territorio de la ciudad. Localmente, el Petit Volcan está ahora de moda en cuanto a su aspecto de flamante nueva biblioteca de la ciudad: abrió el 3 de noviembre de 2015.
A pesar de todas sus cualidades, al inicio, las curvas sensuales y el contraste con la elegancia austera del diseño de Perret dieron lugar también a críticas y a frialdad en la recepción por parte de los habitantes. Sin embargo, actualmente, el espacio Niemeyer forma parte de la misma esencia que enorgullece a la mayoría de ellos.
Curiosamente, otro aspecto de Le Havre nos remite también a Niemeyer. Solamente Brasilia comparte con Le Havre su inscripción por reconocimiento al patrimonio de las ciudades construidas en el periodo posterior al final de la segunda guerra mundial.
También en Le Havre sobresale el MuMA, obra del arquitecto Guy Lagneau, que fue inaugurada como casa de la cultura en 1961, para después transformarse en 1967 en el primer museo abierto en Francia después de la segunda guerra mundial. El edificio sobresale por su transparencia, su minimalismo voluntariamente en contraste con la arquitectura de Perret, iluminado naturalmente de luz plateada por la cercanía del mar. Fue renovado por Laurent Beaudoin en 1999.
En su proximidad, en la fachada del frente al mar, encontramos la escultura de Henri-Georges Adam, llamada «La señal», otro de los emblemas artísticos de la ciudad. Esta obra pionera del uso del hormigón en la escultura monumental pesa 220 toneladas y tiene 23 m. de envergadura.
En el MuMA hay una gran colección de pinturas de Eugène Boudin (1824-1898) y el museo posee ¡la segunda mayor colección de impresionistas en Francia después del museo de Orsay en París!
Tanto Le Havre como Sainte-Adresse – municipio aledaño sobre una colina que domina panorámicamente el vasto mar, la ciudad reconstruida y su puerto – atrajeron a pintores, y entre ellos los principales impresionistas:William Turner, Gustave Courbet, Claude Monet, Camille Pissarro, Georges Braque, Othon Friesz, Henri de Toulouse-Lautrec, Maurice de Vlaminck, etc. Un evento fundamental fue que Claude Monet pintó aquí el importante cuadro «Impression soleil levant» en 1872.
Raoul Duffy en particular es otro pintor de una generación posterior a los impresionistas que habitó Saint-Adresse y Le Havre.
Raoul Dufy (1877-1953), «Souvenir du Havre» (1921), MuMA, Le Havre
La atmósfera singular de la estación balnearia también ha inspirado a escritores y cineastas. En Le Havre se forjó el concepto del existencialismo: Jean-Paul Sartre enseñó filosofía ahí y escribió en ese periodo «La Nausea» (La Nausée). Por su parte, el director finlandés Aki Kaurismäki presentó en 2011 su película Le Havre cuya trama virtualmente hace de la ciudad un protagonista esencial. Y por si fuera poco, también fue filmada en los muelles de Le Havre parte de la película Le Quai des Brumes («El muelle de las brumas«) de Marcel Carné (1938), con una escena ultra-célebre del cine francés, la del beso y la réplica irrepetible :
– Jean Gabin: « T’as d’beaux yeux tu sais » (Tienes unos ojos bellos, ¿sabes?)
– Michèle Morgan: « Embrasse-moi! » (¡Bésame!)
Michèle Morgan y Jean Gabin en la célebre película de Marcel Carné (Le Quai des Brumes – 1938) filmada en parte en Le Havre.
¡Le Havre se está moviendo!
La arquitectura no se ha detenido en los últimos años, y sería un olvido craso no mencionar en este sentido barrios como Les Docks – donde se encuentra la nueva piscina de Jean Nouvel y su taller – estableciendo elementos de la proyección de Le Havre hacia el futuro. El edificio es discreto desde el exterior, con un bello interior blanco compuesto de numerosos mosaicos, y apuesta por los colores vivos en la sección infantil, llena de energía.
Más allá de la arquitectura, la joven generación de Le Havre se enorgullece hoy claramente de su ciudad, la considera a la moda, conectada al mundo…, para el diseñador Alix Chesnel de LH Concept Store, sus siglas LH resuenan como las de LA (Los Angeles, EU). Por la ciudad tuve la oportunidad de ver a cierto número de paseantes que enarbolaban cual banderas algunas de estas prendas:
Diseño inspirado en Le Havre de izquierda a derecha: (1) al mismo nivel que metrópolis mundiales; (2) la mano de Niemeyer; (3) King Kong en LH; (4) LH similar a LA.
Adicionalmente, por una curiosa sincronía con la política francesa, el alcalde Édouard Philippe fue invitado por el presidente Emmanuel Macron a ser el Primer Ministro de su gobierno; lo que centró los reflectores sobre Le Havre y sobre cómo había administrado esta ciudad el hoy Primer Ministro; así, por azares del destino, él mismo propulsó aún más la dimensión de festejo del quinto aniversario que originalmente había concebido.
El Primer Ministro francés, Édouard Philippe (izq.), inaugura la exposición «Clair-obscur» de «Pierre et Gilles» (centro y der., respectivamente) en el MuMA de Le Havre.
Tal sus navíos, Le Havre ha conocido numerosas partidas, y como veremos en el artículo siguiente (48 horas @ Un été au Havre 2017), ahora precisamente zarpa de nuevo, llena de vitalidad cultural con el programa «Un été au Havre 2017». Y, una excelente noticia: ¡el verano durará hasta octubre!
Un interesante caso de estudio sobre la sostenibilidad y el programa de las Capitales Europeas de la Cultura
Mientras que el pasado sábado 21 de enero comenzó el programa de “Guimarães 2012” Capital Europea de la Cultura” (CEC) con una gran ceremonia de apertura – lo que su compañera eslovena “Maribor 2012” hacía una semana antes – llega la hora del balance para las dos ciudades que durante 2011 enarbolaron el título de la capitalidad: Turku en Finlandia y Riga en Estonia. Pero no solamente, comienza también en el desarrollo cultural de ambas ciudades, la transición hacia la etapa posterior al año de la capitalidad. Esa etapa que presenta siempre cierta incertidumbre, a pesar de ya haber sido considerada desde el inicio en la definición del espíritu del programa, así como en su largo proceso de planeación.
Explorar el tema de las Capitales europeas de la Cultura y sus efectos a mediano y largo plazo merece una atención particular, como lo han venido mostrando Robert Palmer o la Dra. Beatriz García, entre otros. En el marco de la plataforma de análisis y reflexión “Poiein kai Prattein” (Crear y hacer), algunos investigadores interesados en el triángulo “Cultura, Desarrollo Sostenible y Ciudades” estamos iniciando una colaboración y nos hemos planteado entre nuestras líneas de trabajo, una sobre las CECs y la sostenibilidad. Como personalmente también me enfoco en los centros culturales, he encontrado un caso que presenta un gran potencial de estudio en este campo: el Centro Cultural Logomode Turku, que jugó un papel preponderante en el transcurso del programa de “Turku 2011”.
El objeto de esta nota es entonces ofrecer una breve descripción del programa de la capitalidad y de este centro cultural que no es muy conocido en Latinoamérica – incluso en Europa, me atrevería a decir – y destacar sus principales características con el fin de entender cómo participó y evocar algunas pistas de observación para la etapa subsiguiente que analizaremos más tarde en este año.
Turku, la ciudad
Turku, en cuyos astilleros se dice que se construyen los mayores buques de cruceros del mundo, es la ciudad más antigua de Finlandia (fundada en 1229). Se encuentra a 150 km. al Este de Helsinki, y por la población de su área metropolitana (300.000 habs.) llega a ser la tercera del país. Fue la capital del país hasta 1812, y hoy en día es la “ciudad oficial de la navidad en Finlandia”. Un terrible incendio en 1827 destruyó los 2/3 de sus edificios, por lo que su actual fisonomía presenta un aspecto bastante uniforme, en un plano cuadriculado, y sin muchas huellas de su pasado medieval. La ciudad cuenta con una buena reputación como cuna de artistas: se puede citar a Meiju Niskala, artista de performance, el escultor Kim Simonsson y el compositor Ulf Langbacka, entre otros. También es conocida por tener una de las mejores academias de arte de Finlandia, por no hablar de su reconocida escuela de circo. Incluso se dice que la música electrónica nació en Turku; de hecho, el más antiguo festival citadino en Finlandia, “Down by the Laituri”, se considera entre los mejores eventos musicales de la Europa nórdica. Para los responsables de la designación de la Capital Europea de la Cultura en Finlandia, el perfil de esta ciudad – un refugio artístico sofisticado pero relativamente desconocido – encajaba perfectamente con las ambiciones del programa comunitario.
“Culture does good”, la cultura hace bien: el programa de la capitalidad
Cuando Turku fue seleccionada en 2006, había dejado atrás a seis competidoras, entre ellas Rovaniemi, Tampere, Oulu, Jyväskylä… El lema de la presentación de su candidatura era “Turku está en llamas” y desde el inicio concibieron la aventura más como un proceso que como un programa para un año. Así, formaron parte del programa 163 proyectos de diverso tamaño de los cuales, tres de cada cuatro habían sido seleccionados a partir de una convocatoria pública. Ello refleja bien los puntos de partida de su proceso: base abierta y participación amplia. El contenido se dividió en cinco temas: Trasformaciones 2011, Despegues (take offs) 2011, Exploraciones del archipiélago2011, Personalmente 2011, y Memorias y verdades 2011. Sus principales objetivos eran el bienestar (well-being), el internacionalismo así como la exportación comercial de la economía creativa y la cultura. Se realizaron aproximadamente 5.000 eventos y actividades (abiertos al público en general o enfocados a grupos de escolares o de mayores, por ejemplo) de los que 70% eran gratuitos. Respondiendo a la vitalidad idiosincrática de la escena artística de Turku, se contó con la participación de 15.000 artistas, contribuidores y productores; los extranjeros provinieron principalmente de Suecia, Gran Bretaña, Alemania, Estonia y Estados Unidos. Hablando del objetivo del bienestar, lo declinaron en dos componentes: salud y medio ambiente. Así, con respecto al segundo, desarrollaron la línea temática del agua, sobre todo durante el verano. Y ligando agua y salud (y fuego), un proyecto cultural emblemático se realizó en torno a los baños sauna – lugares y prácticas tan ligadas a la sociedad y la cultura finlandesa. Es interesante resaltar un aspecto del tratamiento de la relación de salud y cultura: con el respaldo de la comunidad médica y la seguridad social, los doctores en centros de salud de la ciudad distribuyeron 5.500 “recetas culturales”, es decir vouchers que permitían la entrada a eventos del programa de la capitalidad, gratuitos para los habitantes y sin costo para las finanzas de los centros de salud… ¡una creativa manera de poner en práctica su concepción de que la cultura participa en la salud!
Logomo – El “Centro de Cultura”
Una vez planteado el marco, podemos concentrarnos en el centro cultural Logomo, una de las principales sedes del programa cultural de Turku 2011, proyecto lanzado especialmente para la capitalidad, y que según el alcalde de Turku, Aleksi Randell “tiene por misión aprender de los métodos creados por las experiencias durante el año, avanzar y desarrollarlos hasta que se vuelvan operaciones permanentes”. En efecto, muchas de las esperanzas de la ciudad se han depositado en el audaz proyecto de renovación edilicia de lo que fuera un antiguo almacén y un cobertizo de mantenimiento de trenes que remonta a la época de los zares. Vendido por la compañía de ferrocarriles de Finlandia hace seis años a una empresa que intentó, sin éxito, que se convirtiera en un parque de diversiones, el inmenso edificio de ladrillo ha renacido como un Centro Cultural de 24.000 m², con espacios versátiles para conciertos, exposiciones, un restaurante, un café, una tienda y estudios para artistas y empresas creativas. Hartela, una empresa finlandesa, ha invertido 50 millones de euros en la limpieza y remodelación de la estructura en ruinas, apostando en que Turku se convertirá en un imán para las artes y la cultura después de 2011.
Contrasta el aspecto exterior industrial histórico con el interior espacioso y moderno, que ofrece más de lo que parece. Su ubicación central cercana a la estación central de trenes es una gran ventaja. La funcionalidad ha sido prevista como elemento esencial: la mayoría de los espacios pueden ser adaptados (reduciendo o aumentando su capacidad). La gran sala de Logomo puede recibir eventos de hasta 3.500 personas. El escenario puede ser modificado de 0 a 700 m² y colocarse de manera que se pueda crear un anfiteatro moderno. También se puede acoger seminarios, conferencias y congresos al contar con la tecnología necesaria. En 2013, el espacio de oficinas en Logomo será perfectamente adecuado para los trabajadores y las empresas del sector creativo. El objetivo es crear una comunidad de profesionales que se complementen y se apoyen mutuamente y así, fotógrafos, agencias de viajes, ilustradores y traductores tendrían colaboradores al alcance de la mano. Los espacios-estudio se han diseñado para artistas profesionales y van desde salas pequeñas de unos pocos metros cuadrados hasta grandes espacios adecuados para el trabajo colaborativo. En su primera etapa, es decir durante 2011, 9.000m² estuvieron disponibles para albergar un gran número de actividades del programa que no podrían haberse realizado en otras instalaciones de Turku (culturales o no).
El ala Oeste de Logomo recibió las cinco principales exposiciones, abiertas todos los días:
Fire! Fire! Producida en colaboración con el centro finlandés de ciencias, trata del fuego y del gran incendio de Turku, asociando elementos artísticos tanto en la concepción como en la presentación.
Only a Game?Es una exposición para las familias, organizada por la Unión de asociaciones de futbol europeas y que da perspectivas sobre este deporte y sus seguidores, llevando a los visitantes al mundo de los juegos.
Alice in Wonderland(Alicia en el país de las maravillas): Una ambiciosa exposición de fotografía contemporánea del Museo finlandés de fotografía. Con las obras de 31 artistas, interconectadas a través del mundo de la fantasía y llevadas a la realidad por varios métodos, la exposición da lugar al humor y al comentario crítico.
La exposición ARS11 de vídeo instalaciones preparada por el Museo de arte contemporáneo Kiasma con trabajos de Isaac Julien (sobre la migración ilegal en el Mediterráneo con un enfoque visual y poético) y de Eija-Liisa Ahtila (Where is Where?)
La retrospectiva de la obra homoerótica de Tom of Finland(Touko Laaksonen 1920-1991), originario de Turku.
Desde su apertura en enero hasta mediados de diciembre, Logomo había recibido 248.000 personas y concluyó su etapa festiva el 18 de diciembre de 2011. Algunas de las exposiciones se vuelven a abrir en 2012 dado el éxito obtenido. Logomo continúa su desarrollo en el marco de la estrategia prevista, viviendo una transición – no sin cierta nostalgia – con respecto a la explosión de energía que representó su primer año de existencia. Su papel en cuanto a motor del impulso a las industrias culturales y creativas ha generado grandes expectativas.
Turku 2011 «sería un fracaso si durara sólo un año»: un legado con impacto a largo plazo y sostenibilidad
Cay Sevón, Directora ejecutiva de la Fundación Turku 2011, declaraba lo anterior al New York Times, agregando que la designación de Turku como CEC debía “cambiar la ciudad de una manera profunda». La concepción de la candidatura ya incluía la visión de que los logros de la capitalidad debían resonar en el futuro tanto regional como nacionalmente. En consecuencia, un grupo de trabajo fue creado para captar el aprendizaje de las mejores prácticas y generar nuevas ideas a partir de la experiencia de 2011. Por ejemplo, con base en un cuestionario final se encontró que el 78% de los responsables de los proyectos pensaban que las actividades generadas dentro de la capitalidad continuarían después de 2011. También se organizaron seminarios sobre el espacio urbano, la arquitectura y el desarrollo sostenible. Más allá, la ambición es que se pueda compartir a nivel europeo modelos sobre cómo la cultura puede aumentar el bienestar y cómo se puede cooperar de nuevas formas, como en el caso de la ciencia y la cultura. En colaboración con la Universidad de Turku, distintos estudios de seguimiento y tesis doctorales se han emprendido al respecto y se desarrollarán hasta 2016. Además, a nivel local, han emprendido la evaluación de cómo se ha hecho de Turku una ciudad más acogedora y hasta qué grado se ha fortalecido la vida y la experiencia cultural en ella.
Un caso que merece seguimiento
En conclusión, por los elementos expuestos, considero que el centro cultural Logomo y los resultados del programa de Turku 2011 merecen una atención particular de parte de quien se interesa en los temas de la cultura, la sostenibilidad y las ciudades. Obviamente cada experiencia de esta naturaleza es única y no reproductible, pero el caso de Turku puede sin duda dejar muchas lecciones positivas y negativas y aumentar nuestra comprensión del sentido que ha tenido en la práctica el Programa de las Capitales Europeas de la Cultura a largo plazo así como la implicación en ellas de los centros culturales.
El viernes 18 de noviembre tuvo lugar una jornada de presentaciones en la sede del Ayuntamiento de París con respecto al Programa de investigaciones universitarias “París 2030”. Iniciado en 2004, su objetivo es contribuir a aumentar los conocimientos sobre París y prefigurar la metrópolis del futuro. A través del programa, se ha financiado hasta hoy 73 proyectos de investigación relacionados con la historia y el patrimonio, la diversidad y las transformaciones sociales, la biodiversidad y desarrollo durable, así como el atractivo científico internacional en relación con las dinámicas económicas, entre otros.
En la presentación de la jornada, Jean-Louis Missika, concejal responsable de la innovación y la investigación universitaria, señalaba claramente entre los desafíos de París el de “atraer a los artistas del mundo entero, favoreciendo la creación y la innovación, preservando al mismo tiempo la riqueza única de su patrimonio”. Por ello, fue natural que uno de los temas de las cuatro mesas redondas del programa de la jornada fuera el de la ciudad creativa, junto con la ciudad del conocimiento, la ciudad inclusiva y la ciudad reticular. Mi interés de base era principalmente el de conocer los aspectos de las investigaciones ligados con la cultura, la creatividad y la innovación. Parecía entonces que la mesa sobre la ciudad creativa sería la más adecuada para esto. En realidad, y afortunadamente, la separación no fue tan drástica, los tres temas que me interesaban aparecieron transversalmente en las otras mesas. Pero comencemos con esa sesión en particular.
Sala de fiestas repleta en el Ayuntamiento de ParísDe la ciudad creativa
El conferenciante invitado para introducir esta serie de presentaciones fue el Dr. Federico Casalegno, actual director (y fundador en 2005) del Mobile Experience Lab del Massachusetts Institute of Technology. Su Doctorado fue por cierto en Sociología de la Cultura y comunicación de la Universidad Sorbona-París V sobre “la comunicación mediada y la interacción social en las comunidades en red y en las ciudades conectadas”. Presentó brevemente tres experimentos que han puesto en marcha desde el Laboratorio, dos en Italia y uno en Brasil. El primero, ride.link, es un proyecto en la provincia de Brescia, trataba de mejorar la relación entre los jóvenes y la policía para evitar la conducción bajo los efectos del alcohol. Mediante un dispositivo (un brazalete) al cual el joven soplaba antes de conducir su auto, en caso de rebasar el límite legal aceptado, una conexión por teléfono móvil se establecía para informar a un amigo que pudiera remplazarlo en el volante y así asegurar que no se pondría en peligro su propia vida y la de los otros. El segundo proyecto que describió fue Locast – Travels, que consistió en una plataforma para compartir y descubrir vídeos generados por personas (no profesionales) o por la RAI TV en lugares identificados de Venecia, a través de teléfonos móviles y dispositivos computacionales movibles. La innovación consiste en pasar del concepto generalizado de la Web 2.0 al escenario prometedor del Space2.0 que mantiene las cualidades físicas y sociales de las ciudades italianas y las enriquece con el potencial de la computación ubicua. Un vídeo explica el proyecto. La tercera presentación fue de un proyecto llamado “Youth Mapping”, patrocinado por la Unicef. Parte de la constatación de que los jóvenes en las comunidades marginadas viven a menudo en áreas no representadas en mapas y de las que se conoce poco la geografía real en cuanto a servicios y a las interacciones que dan forma a su vida cotidiana. El Laboratorio de experiencia móvil está trabajando en tecnologías que ayuden a dichos jóvenes a crear y distribuir mapas convincentes de sus comunidades para informar y fundamentar las políticas y la toma de decisiones. Durante una semana, en un taller educativo, un grupo de jóvenes probó la plataforma local en un barrio de Rio de Janeiro.
Posteriormente, fue el turno de los tres investigadores del Programa París 2030.
María Gravari-Barbas, directora del Instituto de investigación y estudios superiores de turismo (IREST) y profesora en la Universidad París 1 Panthéon-Sorbonne, abordó el tema “París, metrópolis turística 2030” con el que fue galardonada en 2009. El proyecto analiza las mutaciones contemporáneas del turismo en París con el fin de mostrar sus nuevos territorios, las prácticas emergentes y revelar los puntos críticos en términos de gobernanza, de proyectos urbanos y de infraestructuras. Comentó que los turistas son “transparentes” en muchos estudios realizados sobre París, a pesar de su número considerable e impacto consecuente. Las tendencias muestran que los visitantes van a salir de los caminos trillados. No considera que la ciudad será un museo ni un Disneyland. Destacó la falta de articulación actual entre los proveedores de servicios turísticos: no se comunican ni han formado redes, lo que dificulta la generación de estrategias que estructuren al sector, sobre todo a nivel metropolitano.
Por su parte, Stephen Sawyer, Jefe del Departamento de Historia y estudios urbanos de la Universidad Americana de París, presentó su proyecto de “cartografía cultural de París-Metrópolis”. Partiendo de las dieciocho dimensiones de la sociología clásica, se interesó en representar “ambientes” en la metrópolis parisina. Tres en particular fueron definidos: el “París underground”, el “París bobo (bohemio-burgués)” y el “París art-de-vivre (arte o estilos de vida)”. Se orientó hacia tres dimensiones en función de dichos ambientes: análisis de la planificación cultural; análisis de la democracia metropolitana; análisis socio-económico. Para describir las caracterizaciones del espacio cultural parisino, evocó el “París archipiélago”, el eje “París Este-Oeste”, el “París fluvial”, que demuestran que los “ambientes culturales” resisten a toda lógica “centro-periferia”. Concluyó señalando que París es un vivero de nichos culturales, que florecen pero que son frágiles.
Después, Béatrice Fraenkel, Directora de estudios en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS) – Cátedra de la antropología de la escritura – evocó el proyecto de investigación “Escrituras urbanas de París 2030”, premiado en 2009. Se nutre de los trabajos del sociólogo francés Isaac Joseph. Un gran número de ciudades desarrolla hoy programas de lucha contra la “contaminación visual” (oposición entre la ciudad limpia y la ciudad desbordante), mientras que simultáneamente surge un “arte urbano” de prácticas gráficas individuales, lícitas o no. Su perspectiva es ecológica y política: estudia la ciudad donde se disputa el espacio público, cuyo acceso es un derecho para algunas personas que claman que “la calle nos pertenece”. Es importante reflexionar sobre esta problemática mientras surgen nuevos soportes de información urbana basados en las TICs, como son los Citywalls (se dice que apareció el primero en Helsinki como un experimento). La investigadora denuncia su uso sin antes contar con una filosofía de base.
Para responder a los ponentes, fue invitada Valérie Mancret-Taylor, Directora de planificación y estrategias metropolitanas del Consejo regional de Ile-de-France. Ella aludió la importancia de los imaginarios urbanos y la cuestión territorial: no se trata solamente de desarrollar clústers sino redes también y sobre todo en clave de colaboración, no únicamente de competencia. Evocó a Olivier Mongin, con su concepción de lo post-urbano y el rol de los individuos. Concluyó recordando la importancia de la multiculturalidad en París.
De las otras mesas redondas
Ahora recojo algunas de las ideas que he valorado de las otras mesas redondas, sin que pueda decir que sean completamente características de cada presentación. Señalo solamente que los discursos de los Alcaldes de París y Rio de Janeiro abrieron las jornadas. Después, en la introducción general, Jean Petitot, Director del estudios del Centro de Análisis y Matemáticas Sociales de la EHESS partió de la importancia de la “espacialización” (con a, no especialización) de los fenómenos en la evolución de los seres humanos. Recordó que nuestra inteligencia colectiva es más importante que la individual y que ésta surgió como inteligencia humana (en oposición a la de los primates) gracias a lo urbano. Hoy es importante estudiar y comprender la morfogénesis de París y su diferenciación funcional y espacial prestando una particular atención a los espacios que revisten importancia simbólica. Concluyó recordando que la creatividad y la innovación no se dictan, son imprevisibles, son arte. Cabe destacar la cantidad de tweets positivos generados en torno a esta presentación inicial.
En la mesa redonda “Ciudad cognitiva”, Greg Clark (Reino Unido), miembro del Urban Land Institute y consultor en desarrollo e inversiones para las ciudades y regiones, desarrolló en su ponencia la relación entre economía, espacio y conocimiento. Las capitales como París, Londres, Tokyo se están interesando en los sectores del conocimiento sobre todo ahora en el marco de la crisis, sin embargo otras ciudades como Boston, Singapur, Seattle o Basilea están teniendo más éxito a pesar de ser de tamaño mediano. Clark recordó que no son ciudades que solamente generan conocimiento sino que también lo comercializan. Para él, tres puntos de los que no se habla suficiente son: no hay muchas investigaciones que prueben que se crean muchos empleos; pocas empresas han mostrado ser rentables; es necesario considerar el desarrollo sostenible. Después, el Profesor Stéphane Van Damme, de Sciences Po París, presentó su investigación “Ciencias y capitales europeas: el laboratorio parisino”, en que consideró la sociología histórica de la organización del conocimiento con respecto a las técnicas de la capitalización del saber y de las redes nacionales y a escala europea. Señaló que en las épocas imperiales, el conocimiento circulaba al interior del territorio. París se consolidó en ese entonces como un tribunal científico también. Hoy en día, las ciencias se desarrollan en red, están cada vez menos ligadas a una localidad metropolitana y sus “centros” se encuentran frecuentemente lejos de los centros urbanos. En pocas palabras, se trata de la tensión entre una voluntad de arraigo local y las nuevas necesidades de una ciencia de gran circulación. Por su parte, Catherine Agulhon de la Universidad París 5-Descartes presentó una investigación sobre la acogida de los estudiantes extranjeros en París: “entre afiliación y repliegue”. En un contexto crítico como el que se atraviesa en estos momentos en Francia con respecto a la inmigración y la permanencia de los estudiantes extranjeros, la investigación muestra la heterogeneidad de experiencias, denunciando las dificultades a las que los estudiantes se enfrentan en París (aunque no solamente ellos, como decía un tweet de un estudiante francés). Lamentaron que después de haber hecho una selección tan exigente y haber formado a esos valiosos elementos, el Ministerio del interior dificulte que se queden y así “son los otros países que reciben los beneficios de su educación”.
La mesa “Ciudad incluyente” tuvo como ponente invitado a David Satterthwaite (Reino Unido) quien es investigador en el Instituto internacional para el medio ambiente y el desarrollo. Su presentación resaltó el papel de las federaciones o grupos locales para completar las acciones de los poderes públicos en las zonas más pobres de las ciudades, con ejemplos de la India (el barrio Dharavi en Mumbai) o África. Después, la investigadora Virginie Milliot de la Universidad París evocó el barrio de Barbès, “Laboratorio del pluralismo”. Éste es interesante a más de un título en el campo de la diversidad cultural y el diálogo intercultural: se trata de un espacio particular en la ciudad, un crisol de la vida pública. Numerosos inmigrantes llegan a Barbès en busca de apoyo, de comunicación, de sociabilidad… Las calles de Barbès no son para pasear (flâner) o circular – como en muchos barrios de París – existe un desbordamiento de la vida hacia la calle, lo que confiere una porosidad social al espacio. El humor, muy frecuente, sirve de elemento de ajuste en la negociación y participa en la pacificación en los intercambios entre identidades. El hecho de ser cosmopolita no ha dado lugar sin embargo a una permanencia de habitantes de otros barrios a pesar de las operaciones inmobiliarias. Parece que el fenómeno de gentrificación no se ha podido desarrollar. La profesora Elisabeth Méthais, del Conservatorio de Artes y Oficios de París, compartió brevemente con el público los avances de su investigación con respecto a “vivir en París en 2030 con Alzheimer”. Planteó las posibilidades que se vislumbra con el uso de las tecnologías (almacenamiento de información, comunicación, domótica, robótica…), como la de los dispositivos que ayudarán a situar al enfermo o que le permitirán desplazarse por la ciudad. La Profesora indicó que el estado del arte en la investigación sobre la enfermedad da esperanzas sobre la posibilidad de detectarla veinte años antes de que se desarrolle.
El panel de la mesa “Ciudad reticular” destacó la necesidad de servicios urbanos sostenibles, aprovechando las redes inteligentes, para respetar objetivos definidos en términos de bienes naturales y de energía. Laurence Raineau, investigadora en el Centro de estudios de técnicas, conocimientos y prácticas, de la Universidad París I, aludió estos objetivos mediante el análisis de los eco-barrios existentes en Alemania e Inglaterra, pensando en el impacto que podrían tener si se desarrollaran en París. Señaló que estos dos ejemplos han tenido un rol de “vitrina”, son visitados por muchos ciudadanos, pero están bastante desconectados de los demás barrios y de sus habitantes, creando algunas dinámicas más dignas de un laboratorio que de la realidad. Los cambios climáticos también han sido estudiados, por ejemplo, en cuanto al impacto sobre la agricultura en las zonas rurales que rodean a la ciudad y con modelos para prever las consecuencias del aumento de la temperatura.
La sesión de conclusión, además de los discursos del concejal Jean-Louis Missika, y de Anne Hidalgo, Primera teniente de alcalde de París a cargo del urbanismo y la arquitectura – he decidido no reseñar las presentaciones de naturaleza política – contó con la participación de Bjarke Ingels, dinámico arquitecto danés fundador del estudio de arquitectos BIG, quien mostró algunos proyectos impresionantes de arquitectura en relación con el espacio público y planteó vehementemente la importancia de promover el cambio, propiciando la democracia, la convivencia y la creatividad… Su concepto es el de un “hedonismo sostenible”. Impactante es el proyecto del Ayuntamiento de Tallin llamado el Periscopio, que busca la transparencia entre los ciudadanos y los políticos. También el del complejo de 8HOUSE en Copenhague o el del distrito que ha sido territorio de disturbios sociales y que ahora está en transformación (Red Square en Nørrebro). Gran conocedor de las presentaciones espectaculares (recordemos su participación en TEDGlobal 2009) y con grandes tablas en este campo, su participación fue significativa.
Presentación del Arq. Bjarke Ingels
Una expo casi onírica sobre el París que resiente el cambio climático en 2030
Me pareció particularmente evocadora la exposición montada para la jornada con pósters del proyecto “París +2°C”, mostrando una foto por distrito de París con el antes y después – un texto explicaba las adaptaciones y soluciones encontradas a los desafíos del cambio climático. Entre éstas: que no circulen más los autos, que hayan muchas líneas de tranvía (y que éstos también sirvan para el aprovisionamiento de mercancías), las fachadas serían modificadas, se utilizaría el agua de lluvia y se reciclaría la energía, se controlaría el flujo del río Sena cuyo nivel podría crecer frecuentemente… incluso habría un teleférico Montmartre-Montparnasse… Las imágenes y la expo fueron preparadas por el colectivo de arquitectos “et alors”.
Algunos de los pósters de la exposición
Algunos proyectos laureados en el campo de la cultura no presentados en las jornadas
Es interesante citar un proyecto de investigación laureado en 2008 y que no estuvo entre los ponentes: “Imaginar las prácticas culturales en el París de 2030” de Marie-Christine Bureau, del Laboratorio interdisciplinario de sociología económica del Conservatorio de Artes y Oficios de París.
La lista de todas las investigaciones se puede encontrar en el sitio web del programa. Muchas de ellas tienen un enlace hacia una síntesis o un reporte.
Apostar por la investigación
“La inversión en la materia gris es una de las maneras más eficaces para defenderse de la externalización y la desindustrialización”
Jean-Louis Missika
Más allá de este programa, según el diario Libération, el Ayuntamiento decidió romper la alcancía para la investigación. En efecto, el alcalde Bertrand Delanoë prometió para su segundo mandato – en curso – una inversión en la educación superior y la investigación que se resume en un número redondo: mil millones de euros, que incluye los fondos para las universidades y también dos programas libres de investigación, en otras palabras, sin tema predefinido, llamado Research in Paris y Émergences. No es difícil justificar la inversión: en este siglo de la economía del conocimiento, París se enfrenta a Londres, Nueva York, Boston y pronto, sin duda, a las ciudades indias y chinas. Sin embargo, a mi parecer, la tarea va a ser dura si no se realizan diversas reformas necesarias para terminar de despertar a esta extraordinaria Bella durmiente que por mucho tiempo se ha dormido en sus laureles. Esta jornada muestra parte de esa voluntad.
« We'll always have Paris. » «Siempre nos quedará París»
Proyecto emblemático del mandato de Jean-Marc Ayrault, alcalde de Nantes, ciudad mediana al Oeste de Francia, el centro cultural LaFabriquefue inaugurado el viernes 30 de septiembre, lo que constituye una buena noticia en el marco de morosidad económica y anímica que se está dejando sentir a nivel nacional francés y europeo. A nivel local y metropolitano, su apertura es coherente con una serie de políticas culturales desarrolladas desde los años 90s con el fin de apoyar la emergencia artística, las nuevas formas de creación, las redes culturales y las soluciones colectivas que favorezcan el interés general, en un marco de dinámica transformación urbana y económica.
De hecho, si hubiera que dar un ejemplo significativo en Francia de lo que es la implementación del concepto de la “ciudad creativa”, Nantes podría ser citada en primer lugar, puesto que las autoridades públicas locales están desarrollando un “barrio de la creación” donde se están instalando establecimientos de educación superior y de investigación, empresas y centros culturales y creativos, entre ellos La Fabrique.
En esta nota abordaré brevemente la génesis de la estrategia cultural de la ciudad de Nantes, antes de presentar las características principales del nuevo centro.
Consolidación de la cultura en las políticas de desarrollo territorial de Nantes
“Al contrario de otras ciudades del mismo tamaño en Francia, Nantes es una ciudad de posibles. No se cierra la puerta a la cultura. Una idea respaldada por un buen dossier puede desencadenar una aventura”[1]
Después de las crisis económicas en los sectores naval y agrícola que afectaron a Nantes y su región, los responsables políticos detectaron la necesidad de abrirse a nuevas dimensiones, sobre todo la cultural, ya que deseaban entre otros evitar un repliegue comunitario por parte de los habitantes. Hacía falta desarrollar nuevos imaginarios y generar nuevas miradas sobre Nantes, así como darle una proyección internacional. Al mismo tiempo, ya comenzaban a ser numerosos los artistas residentes, muchos de éstos se presentaban en diversos espacios informales, adoptando formas de expresión artística en ocasiones muy contemporáneas y algunos son ahora aclamados a nivel internacional, como la compañía Royal de Luxe. Jean-Louis Bonnin, consejero cultural del alcalde de Nantes y del Presidente del área metropolitana comentaba en el marco de una formación que muchos actores culturales, como agencias o casas de edición, compañías de músicos y empresas del sector privado lo contactaban para solicitar apoyos o subvenciones con el fin de mejorar su trabajo tanto cualitativa como cuantitativamente, a lo que era difícil responder desde su posición de servicio público. Sin embargo, él estaba plenamente consciente de que esos profesionales de la cultura y sus empresas eran esenciales para el desarrollo mismo de la actividad artística y el acompañamiento de artistas. Comenzó así una reflexión en el Departamento municipal de cultura sobre la importancia de ese polo económico y su influencia en la vida cultural de la ciudad y del área metropolitana, reconociendo que frecuentemente las empresas creativas no tienen acceso a las ayudas de las Cámaras de comercio ni de los bancos. Realizaron entonces un estudio en el que se mostró por ejemplo que decenas de miles de empleos estaban relacionados con dicho sector y que éste tenía una dimensión internacional; una cartografía detallada posterior mostraba también que el 80% de los diplomados de la escuela de arte de Nantes trabajaba en el sector artístico privado local al concluir sus estudios. Enseguida se interrogaron sobre cómo encontrar financiación para este sector y concibieron programas de economía solidaria, cheques creativos, apoyos a la creación de mini empresas de tres o cuatro personas, entre otros. Estudiaron también los temas del valor agregado y de los derechos de autor.
De esta manera, en el marco de la estrategia general de renovación urbana – económica, social, industrial y ciudadana – la cultura encontró su lugar natural, insistiendo en una apertura artística en el campo de las políticas culturales “tradicionales”, pero no solamente: inspirados por la noción de “ciudades creativas”, apostaron también por apoyar a los actores privados de la cultura relacionados con la arquitectura, el diseño, la moda, las tecnologías, los medios audiovisuales, etc., que hasta entonces no se consideraba mucho en la dirección de asuntos culturales. El consejero Bonnin comentó que es una cuestión altamente política en el sentido de que es necesario encontrar un equilibrio entre el servicio público y los imperativos económicos. Para aprender e intercambiar sobre otras experiencias en el área de los clústers culturales, participaron como líderes en el proyecto ECCE(2006-2008), con la colaboración de ciudades europeas, universidades, empresas, etc. y actualmente continúan en ECCE innovation(2009-2011).
En resumen, podríamos decir que el proyecto del barrio creativo “Le quartier de la création” es la punta del iceberg de toda una estrategia política transversal emprendida para transformar a Nantes en una “ciudad creativa” de dimensión internacional con vistas al futuro. Detengámonos ahora en el más reciente de los elementos que integran este proyecto en devenir.
La Fabrique, laboratorio(s) artístico(s) en el “Barrio de la creación” de Nantes
La isla de Nantes, de 337 hectáreas, tiene la particularidad de encontrarse en el corazón del área metropolitana. Era sede de un gran polo industrial que entró en crisis y prácticamente dejó vacío un gran espacio que desde hace diez años está en un ambicioso proceso de rehabilitación, en particular con un proyecto llamado el “Barrio de la creación”. Éste pretende generar un centro de excelencia sobre las industrias creativas orientado a los estilos de vida, al eco-diseño y a la innovación. Bajo el modelo de los polos de competitividad, el clúster estará implicado tanto en el apoyo a la iniciativa empresarial creativa e innovadora como en el desarrollo de la educación superior y la investigación. También incluirá una componente de mediación cultural, científica y técnica para que el público pueda beneficiarse de los resultados de la investigación. Dentro del área de la creatividad, La fabrique tiene un papel central al ser un equipamiento estructurante pluridisciplinario que tiene como misión permitir que se desarrollen en las mejores condiciones aquellos experimentos que representen una dinámica cultural innovadora. El proyecto fue fruto de una colaboración desde 2003 con los actores culturales de Nantes para responder de manera óptima a sus necesidades de creación y de producción. Es decir, La Fabrique es un lugar polivalente para la difusión de todas las formas de músicas amplificadas, creaciones multimedia y transdisciplinarias, con espacios de vida abiertos a todos, donde la creatividad de unos inspira a los otros con la visión de crear pasarelas entre arte y sociedad. Es administrado colectivamente por el Ayuntamiento de Nantes y doce asociaciones locales. Cinco de entre ellas participaron en particular a lo largo de la planeación: Apo33, Mire, Microfaune, Trempolino y Songo. Sin embargo, éstas no se imaginaron aisladas de los otros barrios y asociaciones de la ciudad, sino en red.
En cuanto a la filosofía del proyecto, el eje fuerte consiste en apoyar la creación, que debe “apropiarse” de los lugares, ya sea por medio de colaboraciones puntuales como por ensayos o residencias, mediante la experimentación, el empirismo así como la reflexión. También es previsto como un polo de formación que acompañe a artistas, técnicos, ingenieros e investigadores en el campo de las nuevas tecnologías en su desarrollo profesional, con talleres, conferencias, acciones de proximidad, redes, etc. y está dirigido del mismo modo hacia los públicos. Así, un centro de recursos generalista y especializado participará en su desarrollo. El ambiente será lúdico, pero también profesional, para nada elitista.
“Lo que fue construido por la colectividad debe ser utilizable por todos los actores de la vida cultural de Nantes, lo que es solamente una justa compensación”.
Se ha expresado el compromiso con la protección y la promoción de la diversidad de las expresiones culturales según el espíritu de la UNESCO y de la agenda 21 de la cultura.
Espacialmente, La Fabrique está conformada por dos edificios separados construidos sobre las viejas instalaciones industriales y portuarias. El proyecto es del arquitecto es Michel Bertreux. Se buscaba un confort discreto para una tecnología prodigiosa.
El edificio A, de aspecto “post-industrial” simboliza el espíritu de los astilleros. Corresponde principalmente a la asociación Stereolux. Cuenta con una sala de 1.200 lugares llamada MAXI, una sala modulable de 400 lugares llamada MICRO y un espacio de 100 lugares dedicado específicamente a show-cases llamado La PLACE (140 m2 para experimentación artística y exposiciones alrededor del sonido y el multimedia).
El edificio B representa un cubo metálico luminoso que da la impresión de estar colocado sobre un antiguo Blockhaus de la segunda guerra mundial. Corresponde a la asociación Trempolino. Cuenta con siete niveles en que hay un hall con un bar, un escenario para los show-cases y las performances, así como 16 estudios de ensayo, de formación y de grabación para los músicos y los artistas. Tiene también un jardín experimental. Se habla de un prodigioso laberinto de estudios y locales “sobre-equipados”, accesibles sin embargo con el pago de un abono muy poco oneroso (55€ al mes por estudio por 3 horas de ensayo semanal). De manera similar, para hacer accesible el centro cultural a los organizadores de conciertos más arriesgados (en el sentido artístico y de atracción de públicos), el Ayuntamiento ha previsto participar cubriendo los costes del personal técnico y de seguridad.
Naturalmente, al ser un espacio cultural nuevo en un espacio en rehabilitación, puede tenerse la impresión de que le falta todavía “un alma”, pero se irá rodando conforme pase el tiempo. Si algunas reticencias se dejan oír – “puesto que está inscrito en el ADN del rock estar en guerrilla contra el establishment” – lo que es claro es que “los rockeros de Nantes son niños consentidos”, como diría JD Beauvallet en un artículo.
El costo global de La Fabrique ha sido de €27,5 millones, con la financiación del Ayuntamiento de Nantes, del Área metropolitana de Nantes, del Consejo departamental, del Estado francés, del Consejo regional y de los Fondos europeos-Feder.
Para quienes entienden francés, les recomiendo ver este simpático vídeo de presentación del proyecto. La inauguración del centro fue acompañada de un variado programa de actividades durante todo un fin de semana.
En suma, la Fabrique viene a complementar y enriquecer la animada vida cultural ya desarrollada en este sector en Nantes, tanto en la propia isla con proyectos como L’île des machines, como en sus otros barrios, baste citar el nombre de un centro cultural tan confirmado como Le lieu unique, o Pannonica, o pensar en sus ochenta cafés-concerts, sus muchos organizadores independientes de conciertos en salas muy diversas como el Violon Dingue, el Ferrailleur, Au Chien Stupide… Sin embargo, una de las cuestiones que se deberá observar en los meses siguientes es la relación de los actores del «barrio de la creación» entre sí, ¿serán los contactos naturales o se requerirán pasarelas y puentes para fomentar las interacciones?
Cabe destacar que esta ciudad no entró en la competencia de ciudades francesas para el programa de las capitales europeas de la cultura correspondiente a Francia para el 2013, que ganó Marsella. Nantes decidió continuar su trayectoria con una planificación sólida. Por ello, Nantes nombró para sí a 2012 como “año de la cultura”. Desean mostrar que Nantes es un ejemplo de “ciudad creativa” donde el papel de la cultura participa plenamente de su visión de largo plazo. Se delinea ya como un faro al Oeste de Francia y una ciudad integrada a la cooperación (y ¡competencia!) entre ciudades europeas.
Post Data: Te recuerdo que del 24 al 26 de noviembre se desarrollarán en Madrid las IV Jornadas Ciudades Creativas organizadas por la Fundación Kreanta. Puedes descargar el programa final, inscribirte o seguir las conferencias vía streaming. También hay un blog con información muy interesante en torno a este tema. En twitter: @JornadasKreanta