Mesa Redonda: ¿Cómo conciliar el fin del mundo y la cuenta de resultados?

El Festival Anticipation ofreció del 14 al 17 de septiembre en la Académie du Climat de París un programa artístico y conferencias para «imaginar un futuro habitable y proyectarnos colectivamente hacia nuevas posibilidades». Esta nota presenta una breve reseña de una mesa redonda del sábado 16/09/23

Durante 4 días, más de veinte artistas y ponentes se movilizaron en la Académie du Climat para concienciar sobre los límites planetarios a través de experiencias artísticas, culturales y sociales susceptibles de generar una cultura del cambio.

En el caso de esta mesa redonda, el objetivo era considerar los (des-) equilibrios en las empresas sobre los temas de la responsabilidad (medioambiental/social) y de la rentabilidad, que con demasiada frecuencia se perciben como contradictorios. Dos participantes evocaron sus enfoques empresariales innovadores y una artista su visión que convoca nuevos imaginarios.

Los tres panelistas fueron:

El moderador fue Romain Peton, fundador de Tactic y co-organizador del Festival Anticipation.


María Ibáñez Lago comienza presentando brevemente la naturaleza de su trabajo artístico. En él enumera la representación de la energía en diferentes iconografías, tanto científicas (diagramas de corte, representaciones de ondas o teorías cuánticas) como del imaginario popular (ilustración, manga, cine). El concepto de energía se toma en su aspecto material y sus usos cotidianos como los que se obtienen de la explotación de los hidrocarburos y otros recursos naturales extraídos del subsuelo, sino también en su significado místico y esotérico. Su obra pretende denunciar la explotación abusiva de las fuentes energéticas como una de las causas de las desigualdades y los conflictos. Concibe los objetos como parte de una dramaturgia ausente o muda, que debe ser recompuesta por el espectador. Diversas fotografías de sus creaciones artísticas son proyectadas en la sala al mismo tiempo que presenta estas ideas. Cuenta además que cuando vivía en la Patagonia, Argentina, se enteró de la controversia en torno a la explotación de un yacimiento llamado «Vaca Muerta», y entró en conocimiento de un sistema de evaluación para considerar el impacto de las actividades extractivas en la naturaleza o los paisajes que incluye el concepto del «delta de sacrificio». María se cuestiona sobre los imaginarios y la necesidad de que las empresas cambien de forma de pensar y de actuar.

La obra de la artista María Ibañez durante el Festival Anticipation en la Académie du Climat

Por su parte, Yannick Servant, cofundador de la CEC Convención de las Empresas por el Clima, evoca con sentido del humor su situación como start-uper arrepentido o penitente. Cabe señalar que el objeto de la Convención – según su página de presentación – es movilizar a los responsables de la toma de decisiones económicas para responder a tres preguntas:

  • ¿ Qué pasaría si los tomadores de decisiones económicas tomaran el tiempo necesario para comprender nuestra deuda ecológica al mismo grado con que ellos saben controlar sus cuentas operativas ?
  • ¿ Qué pasaría si involucráramos la inteligencia colectiva de todos los sectores de la economía para revisar la ambición ambiental que cada uno tiene individualmente ?
  • ¿ Qué pasaría si priorizáramos la invención de un futuro deseable y sostenible para la próxima década en lugar de la búsqueda de la máxima rentabilidad para el próximo trimestre ?

La CEC nació de una observación: la emergencia climática requiere que nos tomemos el tiempo para imaginar, diseñar e implementar soluciones capaces de resolver la disonancia entre el colapso ecológico y las prioridades económicas.

La CEC es una Asociación francesa con reconocimiento de interés general cuya vocación es organizar formaciones de sensibilización y de transformación para los tomadores de decisiones económicas con el fin de que sea irresistible pasar de una economía extractiva a la economía regenerativa en 2030.

Durante las diferentes etapas territoriales de las formaciones, cada uno de los miembros de este colectivo ha experimentado a su manera la disonancia cognitiva de la emergencia climática que choca con la inercia del “business as usual”. En el centro del concepto del “triángulo de la inacción”, creen que las empresas encontrarán el poder y la valentía al dar el primer paso: si sus líderes experimentan una toma de conciencia real; si sus empleados suben a bordo; si sus ecosistemas están movilizados.

La verdadera cuestión es la de los límites planetarios. Entre ellos, el clima, pero también la biodiversidad, el uso del suelo, la contaminación, el ciclo del agua, etc.

El clima ocupa todos los debates porque es el tema que mejor se cuantifica (y por lo tanto se puede regular). Y esto es muy desafortunado, incluso muy peligroso, porque el sistema Tierra es complejo y todos los límites están interconectados: no es posible “resolver” uno sin los otros.

Respondió a la pregunta de María sobre cómo pueden cambiar las empresas recordando que cada empresa tiene dirigentes que son humanos, personas con emociones, con su parte sensible, ¡a menos que tengan una esquizofrenia de personalidades! En la formación CEC incluyen actividades como la escritura de una carta personal «para el futuro», para que sea leída en 2040, en la que cuenten los empresarios lo que han comprendido, lo que sienten y lo que van a hacer a partir de ese día pensando en 2040 (parte sensible) después de haber escuchado toda una jornada de conferencias sobre el estado del planeta (parte cerebral). Reconectar la parte sensible y la parte racional es ya un paso de la transformación.

Recuerda el problema de los balances de poder entre los políticos, los lobbys y los ciudadanos (que cada vez más… votan y participan menos). La reconexión con lo sensible es esencial.


Concluyó la ronda de contribuciones principales el profesor de AgroParisTech-CIRED, Alexandre Rambaud, codirector de la cátedra “Contabilidad ecológica”, con la presentación de un método de contabilidad ambicioso: CARE, del inglés Comprehensive Accounting in Respect of Ecology – Contabilidad integrada en el respeto de la ecología. CARE partió de un proyecto ideado por Jacques Richard, profesor emérito de la Universidad Paris-Dauphine, hace 10 años. Precisa que en la concepción del método, la contabilidad es como la estructura de la arquitectura de las actividades de las empresas, ya sean públicas o privadas. CARE es un modelo contable que propone hacer evolucionar los balances y las cuentas de resultados de las empresas, y por tanto todo el análisis del desempeño organizacional, para incluir la obligación de preservar las «entidades de capital» – capitales en el sentido de CARE – incluyendo los capitales naturales y los capitales humanos de las empresas. Por lo tanto, según CARE, una empresa sólo puede calcular su beneficio una vez que el “pago” de su deuda ecológica, hacia estos capitales naturales y humanos, esté garantizado, como ya lo hace con su capital financiero.

Han considerado la confluencia de la contabilidad con las ciencias de los ecosistemas, de los seres humanos y de la economía. CARE incorpora la noción del buen estado ecológico, que se relaciona con la de los límites planetarios – pero éstos últimos conciernen lo macro. Así, el buen estado ecológico corresponde al nivel de la empresa.

Hay más de 30 empresas que ya han optado por esta metodología. CARE ha puesto en evidencia contradicciones, prismas y encrucijadas en el funcionamiento de las empresas. Recuerda que la contabilidad se relaciona con la calificación, la categorización; no son únicamente cifras. Y eso implica un cambio de punto de vista sobre lo que son los activos. Genera debates de fondo al interior de la empresa, más allá de la retórica. Los cambios son profundos. En el salón PRODURABLE en París se presentaron tres ejemplos de su aplicación. En un caso, a pesar de que los resultados de una empresa fueran menores a los esperados, la Banca Pública de Inversión francesa (Bpifrance) mejoró la calificación de la empresa al presentar esta contabilidad rigurosa. Gracias a CARE se sanea el estado de resultados y se pueden tomar decisiones sólidas. Y no hay juicio de valores, es una realidad.

Existe ya un instituto llamado Institut de Formation en Comptabilité et Gestion Soutenables que prepara para obtener la certificación para la contabilidad CARE.

Hoy en día, gracias a la acción de unos de los creadores de CARE, ya existe en la Orden nacional de los expertos contables de Francia un sector (club) para el desarrollo sostenible, junto con los anteriormente establecidos, el fiscal y el social.

Hay contactos con el mundo empresarial belga y suizo (francófonos), pero el paso al mundo anglosajón es incipiente. Concluye señalando que a la sorpresa general de los portadores de CARE, el FMI citó su metodología como ejemplo de sistema para luchar contra la visión del corto plazo de los accionistas (court-termisme actionnarial) y van creciendo exponencialmente gracias a las comunidades de CARE.


El Festival Anticipation nació del encuentro entre dos perspectivas – artística y ecológica – materializadas por la colaboración de la agencia de producción artística togaether, y la agencia de consultoría en estrategia sostenible Tactic/14Septembre.


El autor no ha tenido – a la fecha – ninguna relación con los organizadores. Esta reseña muestra independientemente su reconocimiento al trabajo realizado en beneficio colectivo.