Ecoansiedad y Ecolucidez – Mesa redonda: ¿Cuáles imaginarios concebir para superar la ecoansiedad? (2)

Esta nota presenta la segunda parte de la reseña de la mesa redonda del domingo 17/09/23 en la que los ponentes convocan la generación de nuevos imaginarios y la movilización individual y, sobre todo, colectiva. Apoyados en estudios y procesos participativos, cada vez se cuenta con más herramientas para suscitar compromisos en favor de la transición ecológica, educativa y cultural.

En la primera parte de esta reseña, los panelistas expresaron sus puntos de vista sobre el concepto de la ecoansiedad – que se ha vuelto desafortunadamente un tópico de tendencia en los medios – y la compleja realidad que se relaciona con el miedo al contexto actual de crisis climática que es necesario comprender, a nivel íntimo y a nivel sistémico, con una perspectiva de duración temporal. La ecoconsciencia y la ecolucidez han de relacionarse a la vez con la ansiedad social y la ansiedad política, por ejemplo en los campos de la vida cívica en democracia o en el quehacer artístico. Es necesario movilizarse y actuar, ya sea apoyados en la generación de imaginarios, ya sea a través del militantismo, pasando por el empoderamiento. Cada quien a su manera, pero buscando el bien colectivo. En esta segunda parte, los panelistas se concentran en los imaginarios y la acción para sobrepasar la ansiedad en sus diversas formas.

Segunda de dos partes. Movilizar a través de los imaginarios

Gabriel Malek, presidente de Alter Kapitae, consultor senior de post-crecimiento, señala que el tema de la ecoansiedad ha sido ligado al fatalismo, a un miedo que puede petrificar, pero gracias a las relaciones personales que van desde el círculo familiar o de amigos hasta el colectivo, es posible regenerarse y actuar en términos de movilización.

Como transición, Gabriel Malek comenta que él disfrutó leyendo una colección de manga con el trasfondo de la transición y los imaginarios. Le parece necesario contar con narrativas que ayuden a proyectarse; por ejemplo, cuando a las empresas se les habla del post-crecimiento. Valérie Martin, experta en el activismo y comportamientos ciudadanos relacionados con la ecología, indica que necesitamos de narrativas que empoderen: que acompañen el paso a la acción y que permitan proyectarse en una contranarrativa con respecto a la actual y mayoritaria (de consumismo, utilitarismo, productivismo…) hacia las sobriedades deseadas y de resiliencia secundaria. Es decir, reinventarse reflexionando sobre el mundo en que uno quiere vivir y trabajar, con qué formas de producción y consumo, cómo vivir juntos, qué tipo de relaciones con el Otro y con los otros… porque estamos en crisis en este tipo de relaciones. Para ella, no es con dogmatismo que iremos al mundo de mañana. El 30 de noviembre de 2021, la ADEME publicó « Transiciones 2050 »: cuatro escenarios resultantes de un trabajo inédito de prospectiva que duró dos años. El objetivo de este ejercicio fue contribuir a reunir elementos de conocimiento técnico, económico y social afin de proponer cuatro caminos “tipo”, coherentes y contrastantes, para llevar a Francia hacia la neutralidad de carbono en 2050. Destaca las principales lecciones y plantea las problemáticas que podrían alimentar el debate sobre las opciones posibles y deseables. Los escenarios van desde la reducción drástica de actividades hasta el status quo sin cambio porque se cree que la tecnología va a ser capaz de resolver el desafío. A su vez, los escenarios se declinaron en nueve boletines temáticos: la mezcla eléctrica; los materiales de la transición energética; los efectos macroeconómicos; los modos de vida; el sector de proteínas; el sector de los últimos kilómetros; el sector de la construcción nueva; el sector del gas y de los carburantes líquidos; la adaptación al cambio climático; los suelos; los territorios. Hubiera sido deseable que se incorporara esta reflexión en los temas de la campaña electoral de Francia de 2022, pero no tuvo mucho eco ni en los programas políticos ni en los medios. Para Valérie Martin, no se trata de que todos pensemos lo mismo, sino que debatamos sobre el camino que va a convenir a nuestra sociedad. En ese sentido, han desarrollado acciones para vulgarizar los conocimientos – con el fin de que el vocabulario no se quede a nivel de expertos – y participado en diversos tipos de foros, festivales o generado un podcast intitulado « Demain c’est pas loin – Mañana no está lejos » con nueve episodios. Cita otras acciones de la ADEME en el campo de la co-generación de nuevas narrativas con el ciudadano en el centro, en el corazón de la transición – no son prescriptores – colaboran por ejemplo con la panelista Magali Payen, directora general de Newtopia, fundadora de OnEstPrêt e Imagine 2050; con la Fabrique des récits; el Fresco de las nuevas narrativas (La fresque des nouveaux récits); o la particularmente interesante Asamblea ciudadana de los imaginarios (Assemblée citoyenne des imaginaires): se trata de cocrear nuevas historias cuyo proceso de escritura involucre tanto un panel de ciudadanos, guionistas profesionales inspirados en aportes ciudadanos (experiencias e historias) y expertos acompañando a los ciudadanos y los guionistas hacia estas nuevas historias. El objetivo final es producir obras de cultura popular arraigadas en las experiencias, aspiraciones y sensibilidades de los ciudadanos, que estén a la altura de los grandes desafíos de nuestro tiempo y que combinen pedagogía, sueños colectivos y entretenimiento. Han recibido ya alrededor de 55.000 contribuciones de la sociedad civil a los cuestionarios iniciales y se han escrito 150 narrativas a partir de ellas realizadas por los guionistas, entre los cuales un cierto número han colaborado en una residencia de escritura. El sábado 14 de octubre de 2023 se presentará parte de las sinopsis de estas historias en el marco del Festival de cine Atmosphères en Courbevoie. Más tarde, en diciembre, la gente podrá votar para seleccionar las mejores. Finalmente, Valérie Martin señala que trabaja especialmente en relación con el papel de la publicidad y recomienda visitar el sitio web de la ADEME donde se puede consultar un reporte de Jules Colé (2022) sobre los imaginarios intitulado « ¿Cómo podemos hacer evolucionar nuestra imaginación para cambiar nuestras relaciones con el mundo vivo y avanzar hacia un mundo sostenible y armonioso? » que es actual y concreto.

Al micrófono, el moderador Gabriel Malek

Por su parte, Magali Payen retoma la importancia de reconectarse con la naturaleza para reducir la ansiedad y el estrés. Concuerda con Valérie Martin con respecto al imaginario sobre la sobriedad que es necesario cocrear con la gente a través de procesos de participación democrática. Ellos también trabajaron con expertos en un ejercicio de prospectiva en que se habló del post-crecimiento (¡puede haber crecimiento en la salud, en el bienestar…!) o de remplazar el indicador de PIB por uno de bienestar general. Ella insiste en el imaginario de la ayuda mutua (entre-aide) que será indispensable en términos de resilencia colectiva o individual. Agregó que ellos colaboraron con los guionistas de una serie de televisión francesa exitosa llamada « Plus belle la vie » en cuanto a un tema: el de un apagón. Los guionistas solamente podían pensar en un estado de guerra civil como resultado del apagón, mientras que ellos les mostraron ejemplos de historias verdaderas (como en Texas) donde prevaleció la cooperación y la ayuda mutua. Gabriel Malek concuerda y agrega que ambas son un prerrequisito para la movilización colectiva.

Tanguy Descamps recomienda la lectura de un libro intitulado « Alienación y aceleración: Hacia una teoría crítica de la temporalidad en la modernidad tardía » del filósofo y sociólogo alemán Hartmut Rosa. En otro orden de ideas, señala que las universidades están incorporando estas cuestiones en sus planes de estudio o cursos. El desafío actual es poder masificarlo. Observa que aumenta el número de talleres participativos como los Frescos, con ventajas con respecto a las presentaciones magistrales.

Gabriel Malek desea concluir la mesa redonda con una pregunta sobre la politización amplia del debate ecológico. Valérie Martin señala que no se construye « en contra » si no « para », no hay que pasar el tiempo designando al adversario, al culpable, sino trabajando juntos con sinceridad, humildad y transparencia. Subraya la importancia de la cooperación alrededor de proyectos de territorio (administraciones públicas, instituciones públicas, empresas, ciudadanos, asociaciones…). Citó el ejemplo de La Fabrique des transitions: la Fábrica de Transiciones nació entre cuatro ciudades en el norte de Francia – Loos-en-Gohelle, Grande Synthe, Malaunay y Le Mené – que llevaban varias décadas comprometidas en una estrategia de transición de sus territorios hacia sociedades sostenibles, a través de su deseo de comparar sus experiencias para buscar principios rectores comunes de valor general, lo que las motivó a generar una Carta de compromiso. Hoy se han reunido a esta reflexión 400 territorios. Cita otras experiencias en que las palabras clave son la malla/red territorial, como con la asociación Make Sense y el proyecto GHETT’UP.

Tanguy Descamps desea que recordemos el modelo del dónut y los límites planetarios y que éste forme un terreno común. Hay muchas formas de comprometerse así como visiones distintas (post-crecimiento, crecimiento verde, RSE, decrecimiento…) No desestima el conflicto con las visiones contrarias que no toman conciencia de la problemática medioambiental y que se mantienen en dicha postura. A un momento dado es necesario asumir el conflicto político. Hay que portar los imaginarios del decrecimiento y de la sobriedad de manera positiva. Gabriel Malek recuerda en este sentido el diálogo de sordos reciente durante la universidad del MEDEF (sindicato francés de patrones de empresa) con la reacción negativa del director de la empresa TotalEnergies en cuanto a la urgente necesidad del cambio energético señalada por el climatólogo Jean Jouzel (03/09/2023).

En el corto periodo de preguntas y respuestas restante se manifestó la cuestión de la posición de la ADEME con respecto a sus tutelas y la postura del gobierno actual. ¿Cómo ir más allá de la triple tutela y que llegue su trabajo al conjunto gubernamental francés? Valérie Martin responde que ya hay un eco fuerte y su rol es aconsejar a los ministerios de tutela para acompañar la toma de decisiones. Pero hay un tiempo de preparación y un tiempo de la presentación política y eso es complejo. Por ejemplo, el término « sobriedad »; Valérie Martin lleva treinta años en su estructura y lo han usado desde hace mucho tiempo. Sin embargo, con el reciente « Plan de sobriedad energética » apenas ha tomado sus cartas de nobleza. Por otro lado, con respecto al enfoque sistémico, en el plan de formación de todos los funcionarios franceses se incluye actualmente y mas aún en los ministerios de tutela. Los temas ecológicos irrigan todos los campos de la acción pública. La fuerza de la ADEME es trabajar en el campo de la investigación y de los conceptos, así como estar presente por todo el territorio francés. Esta territorialización de las iniciativas es esencial.

Finalmente, una participante del público comentó una experiencia de una película documental en edición actualmente sobre un liceo en que se habla de ecología con continuidad pedagógica y que tuvo resultados positivos entre los alumnos ya que se sintieron orgullosos de participar, incluso a su joven edad. La realizadora del documental tiene entonces esperanzas sobre la posibilidad del cambio. Valérie Martin recuerda en conclusión que hay una figura en la educación nacional francesa llamada « los ecodelegados » que son alumnos de las clases de secundaria y preparatoria elegidos por los estudiantes de su clase. Estos ecodelegados juegan un papel esencial en la sensibilización y movilización para ayudar a que las escuelas secundarias y preparatorias sean espacios más favorables a la biodiversidad y estén más comprometidos con la mitigación y la adaptación al cambio climático.


El Festival Anticipation nació del encuentro entre dos perspectivas – artística y ecológica – materializadas por la colaboración de la agencia de producción artística togaether, y la agencia de consultoría en estrategia sostenible Tactic/14Septembre.


Fotografías de François-Xavier Guillet y de Rafael Mandujano.

El autor no ha tenido – a la fecha – ninguna relación con los organizadores. Esta reseña muestra independientemente su reconocimiento al trabajo realizado en beneficio colectivo.


Ecoansiedad y Ecolucidez – Mesa redonda: ¿Cuáles imaginarios concebir para superar la ecoansiedad? (1)

En el contexto actual de crisis climática, los términos «ecoansiedad» e «imaginarios» se han vuelto tópicos cotidianos en los medios y en los debates públicos, aludiendo a la vez a fuentes de miedo y de (re)acción. Esta nota presenta una reseña de la mesa redonda del domingo 17/09/23 en la que los ponentes replantean los enfoques sobre la conciencia ecológica lejos del fatalismo.

Del 14 al 17 de septiembre de 2023, más de veinte artistas y ponentes se dieron cita en la chispeante Académie du Climat parisina para promover la toma de conciencia sobre los nueve límites planetarios por medio de experiencias artísticas, culturales y sociales, promoviendo así la necesaria cultura del cambio y la transición ecológica en el marco del Festival Anticipation.

En el caso de esta mesa redonda, los organizadores se dieron por objetivo encontrar un horizonte colectivo positivo para trascender los temores causados por las crisis medioambientales y sociales. Y es que constatan que el futuro que se avecina se asemeja a menudo a una distopía, por lo que las respuestas individuales son diversas y variadas: negación, ecoansiedad, postura ecofuriosa, ansiedad debida al capitalismo, etc.

Los principales panelistas fueron:

  • Valérie Martin, jefa del departamento de movilización ciudadana y medios de comunicación de la Agencia francesa de la transición ecológica ADEME;
  • Tanguy Descamps, coautor del libro «Vivir con la ecolucidez» de editorial Actes Sud y por ser presentado en enero 2024 (ndlr: ecolucidez = éco-lucidité); y
  • Magali Payen, Directora General de Newtopia, fundadora de OnEstPrêt e Imagine 2050.

El moderador fue Gabriel Malek, presidente de Alter Kapitae, consultor senior de post-crecimiento.

Nota: La siguiente reseña de las contribuciones de los panelistas ha sido enriquecida para mayor claridad con información proveniente de los sitios web oficiales de los estudios, proyectos o instituciones citados.


Primera de dos partes. Entender la ecoansiedad y otras formas de angustias (política, social, incertidumbre sobre el futuro…) para reaccionar

Para comprender el concepto de la ecoansiedad, Gabriel Malek cuestiona en primer lugar a Valérie Martin, experta en el activismo y comportamientos ciudadanos relacionados con la ecología, sobre el aumento de la ecoansiedad – particularmente en los jóvenes – y cómo este fenómeno se relaciona con el consumismo (cuyo mensaje es que la felicidad se obtiene gracias a las compras). Valérie Martin comienza indicando que no es posible generalizar en una categoría a « los jóvenes »; además, el término « ecoansiedad » no es pertinente, como lo han concluido en un proyecto llamado « Tu flippes » dirigido por Magali Payen (Asociación OnEstPrêt). Recuerda lo que es la ADEME: Agencia francesa de la Transición Ecológica. Es un establecimiento público industrial y comercial (EPIC) francés bajo la tripe tutela de los Ministerios de Transición Ecológica y Cohesión Territorial, de la Transición Energética y de la Educación Superior e Investigación. En la ADEME realizaron un estudio con respecto al « diálogo intergeneracional sobre el medioambiente » (dialogue intergénérationnel sur l’environnement) Ciertamente, los jóvenes y los mayores ven el mundo de maneras diferentes, pero el diálogo no es tan conflictivo como podría pensarse. Incluso podría ser una palanca para la acción. Separaron la investigación en dos grupos: un estudio para el grupo de personas de 55 a 75 años (en 2022) llamados « jeuniors » (traducimos por « seniors jóvenes ») y otro estudio sobre los jóvenes de 15 a 25 años (publicado en junio de 2023):

  • El estudio “Los jeuniors: conocimiento y transmisión de las cuestiones medioambientales”, tanto cuantitativo como cualitativo, pretende responder a varias preguntas: identificar el grado de conocimiento de las cuestiones medioambientales entre los jóvenes mayores (“jeuniors”), identificar sus prácticas en este ámbito e identificar los contornos de la transmisión de estas preocupaciones, gestos y prácticas en el círculo familiar, en particular entre hijos y nietos.
  • El estudio cuantitativo y cualitativo « Los jóvenes y el diálogo intergeneracional sobre el medioambiente » trata las siguientes cuestiones: identificar el grado de conocimiento sobre temas ambientales entre los jóvenes de 15 a 25 años, y como en el estudio anterior, identificar sus prácticas y la transmisión de estas preocupaciones, gestos y usanzas dentro del círculo familiar, especialmente con sus padres y abuelos. También se consideran las prácticas de los jóvenes en términos de participación pública e información sobre el clima.

Entre los resultados de los tres estudios citados aparece claramente que los jóvenes son muy conscientes (para Valérie Martin es mejor emplear este término). En Tu flippes, 75% de los jóvenes se dicen ecoinquietos (éco-inquiets) y 20% se declaran ecoconscientes (éco-conscients). Hablan no tanto de la meteorología sino de fenómenos que conciernen las sequías, el calor, entre otros. Hay un sentimiento de fatalidad – que es lo que parece más atroz a Valérie Martin – porque sienten que ya no hay perspectivas: es la aprehensión de un mundo que va mal y en el que de todas formas no se puede hacer nada: ellos, no pueden hacer nada. Enseguida, 75% se sienten más comprometidos que las generaciones anteriores. Esto lo traducen esencialmente como realizar ecogestos. 57% de los jóvenes declara no conocer fuentes de información fiables sobre las cuestiones ecológicas; generalmente las relacionan con las redes sociales e identifican algunos streamers como HugoDécrypte, pero no obtienen la información de una manera que les convenga. Otro punto clave es el de la confianza con respecto a la familia y otras generaciones. El 75% de los jóvenes encuestados consideran a las generaciones de sus padres y de sus abuelos como las responsables del cambio climático en grados diversos. Hay una correlación entre los jóvenes que consideran a sus mayores más responsables y los que son los más comprometidos entre ellos (en el sentido de implicación personal a favor de la ecología). 38% considera responsable a la generación de sus padres y 26% a la de sus abuelos. Por ello, es importante conocer más en detalle sus sensaciones; los resultados permiten considerar que la « ecoansiedad » está tintada ya de un cariz patológico que puede afectar en realidad a 5% de la gente. Valérie Martin piensa que se trata entonces de un contexto en que hay cada vez más personas « ecoconscientes » y entre ellos hay quienes frente a la situación, al consumismo o al ultraconsumismo de nuestras sociedades, no saben qué hacer. No se trata de edad solamente, sino también de modos de vida, de clase sociológica, de educación y de situación geográfica.

Al micrófono, a la izquierda: Valérie Martin, jefa del departamento de movilización ciudadana y medios de comunicación de la agencia francesa de transición ecológica ADEME.

Magali Payen se sentía « ecoansiosa » desde hace años pero actualmente encuentra esta palabra muy peyorativa, así como inexacta, en términos médicos porque la ansiedad es una enfermedad que se refiere al miedo ante algo que no tiene causa, mientras que en el caso de nuestra conversación sobre la urgencia climática sí se conoce la causa, la amenaza existe por lo que es normal tener miedo. Mientras que el término puede llevar a estas personas a sentirse frágiles, en realidad son muy lúcidas sobre lo que está pasando, y además son muy valientes ya que lo afrontan con determinación. Ella prefiere emplear los términos de « ecoconsciencia » o de « ecolucidez ». Adicionalmente, Charline Schmerber, autora de la « Pequeña guía de (súper)vivencia para ecoansiosos » indica que detrás de la ecoansiedad hay al menos 175 emociones asociadas. Así que es importante comprender que todos los sentimientos negativos relacionados con el medioambiente y el futuro no son sinónimo de ecoansiedad. Magali Payen lamenta entonces el uso indiscriminado del término por parte de los medios. Más allá, señala que ha conocido jóvenes muy afectados y que prácticamente han llegado a un « burn out » o tenido ideas de suicidio. Pero también ha llevado a muchas personas a transformar la situación en militantismo. Es necesario tomar en cuenta personalmente tanto su ecología interior como la ecología exterior. El estudio « Tu flippes » correalizado con la ADEME es tanto cuantitativo (cuestionario de respuestas múltiples) como cualitativo (con un seguimiento a lo largo del tiempo). Del 75% de las personas que se sienten preocupadas, el 20% piensan en ello constantemente y en el 5% el miedo se desborda, afectando a veces sus relaciones con quienes los rodean y, también, su sueño. En esos casos puede volverse una enfermedad si no se toman cartas en el asunto. El proyecto recomienda buscar ayuda profesional médica si la persona no puede lidiar con esto sola y a los otras personas les propone inscribirse a una lista de emails de apoyo que permiten descubrir en dos semanas 14 cursos de acción para cuidarse y cuidar del mundo. Se trata de convertir la sensación en acción. « Existen numerosos modos de acción y debemos saber encontrar el que más nos convenga, el que nos estimule sin aumentar nuestro nivel de ansiedad. Desobediencia civil, manifestaciones, plantación de árboles, enfoque cero residuos, grupos de apoyo, implicación asociativa o política… ¡cada uno encontrará su propia manera de actuar a su propio ritmo! ». En otras palabras, « Algunos encontrarán una forma de calma a través de acciones grupales, en la fuerza del colectivo. Otros necesitarán concentrarse en sí mismos, maravillándose con imágenes documentales o artículos que enumeran las buenas noticias sobre el medio ambiente o los seres vivos; todo vale cuando se trata de hacer el bien » precisa el sitio web de esta iniciativa. También es importante informarse para evitar volverse manipulable, creyendo en teorías de conspiración o del complot o cayendo en tendencias radicales.

Tanguy Descamps, coautor con Maxime Ollivier del libro « Vivir con la ecolucidez », por ser publicado en 2024, concuerda con todo lo que se ha comentado anteriormente. Ellos partieron del enfoque de la teoría del Dónut sobre los límites planetarios. En particular, consideran que la ecolucidez nos permite alejarnos de la patologización de una reacción legítima ante la alarmante situación ecológica que vivimos y que la « privatiza » llevándola estrictamente al plano individual. « Se trata entonces de politizar el origen de esta preocupación: la debilidad del poder político actual para frenar, mitigar y adaptarse a la crisis de lo viviente. Así redefinida, la ansiedad política nos libera de nuestro sentimiento de impotencia para emprender acciones colectivas ambiciosas ». Usan entonces en un plan positivo el término de la « político-ansiedad ». 

Valérie Martin reacciona en resonancia con este acercamiento político y habla de la paradoja de que hoy en general lo que concierne a la ecología tiene una connotación muy política, pero no se traducen sus efectos en los aspectos positivos, es decir en cuanto a nuestra acción como ciudadanos en el seno de la ciudad; se hace de ello algo que baja al nivel de la política-comunicación y de la politiquería… con el riesgo de que una parte de la población rechace el debate político en esta materia porque no se reconoce necesariamente en él, mientras que realmente aspira a poder comer sanamente, respirar un aire limpio, trabajar, tener aficiones, es decir cuestiones muy concretas. Entonces pregunta a Tanguy Descamps cómo relaciona la político-ansiedad – más allá de los grupos muy comprometidos – con otras partes de la población, como los jóvenes, que incluso no van a votar. Tanguy Descamps clarifica su posición afirmando que todos deberían participar en la política y de intervenir en el debate sobre estos temas.

Gabriel Malek lanza una nueva pregunta: ¿por qué no se habla también de ansiedad social? 

Tanguy Descamps comprende esta noción como el miedo a la posible incapacidad de las personas para comunicar entre ellas cuando algo negativo pasa, como una catástrofe humana, cuando no sea posible organizarse en conjunto. Gabriel Malek interpreta la ausencia de este término en el debate mediático porque se tiende a subrayar el nivel individual y no el colectivo. Valérie Martin agrega que también se debe a que se separaban los temas medioambientales de los sociales, mientras que la transición actual debe ser también justa socialmente. No es posible separar a las poblaciones o hacerlas confrontarse entre ellas. El término de « cooperación » es fundamental. No es viable que las personas en situación de precariedad sufran de una doble pena. La ecología es una parte integrante de todas las políticas públicas; tiene un carácter pluridisciplinario. La cuestión central es el enfoque sistémico, lejos de los silos aislados. Magali Payen retoma el tema de la ansiedad social notando el avance de la extrema derecha en Francia, lo que es un factor de angustia, como los otros mencionados anteriormente, no solamente los ecológicos. Valérie Martin concuerda y recuerda la tensión entre «el fin del mundo y el fin de mes». Entra en juego la cuestión de la temporalidad, muy compleja y fuente de tensión; es difícil proyectarse en un horizonte muy lejano… Un estudio de un instituto de opinión (no recuerda la fuente) presenta el contexto de la sociedad francesa repartida así: un tercio « ansioso »; un tercio « en cólera »; un tercio de personas « con capacidad de proyectarse en el futuro ». Lo que habla del malestar en esta sociedad. Aquellos que se pueden proyectar en el futuro son en mayoría aquellos que tienen más medios económicos.


En la segunda parte del artículo se podrá encontrar las contribuciones en cuanto a la movilización ciudadana para salir de la ansiedad y entrar en vías de acción enriquecedoras colectivamente.


El Festival Anticipation nació del encuentro entre dos perspectivas – artística y ecológica – materializadas por la colaboración de la agencia de producción artística togaether, y la agencia de consultoría en estrategia sostenible Tactic/14Septembre.


Fotografías de François-Xavier Guillet y de Rafael Mandujano.


El autor no ha tenido – a la fecha – ninguna relación con los organizadores. Esta reseña muestra independientemente su reconocimiento al trabajo realizado en beneficio colectivo.


Arte ecológico: exposición «En el espesor de nuestros linderos, ahí donde nacen los dragones» (2)

La revista francesa Connaissance des Arts dice que – « anclados en sus territorios » – los artistas de esta exposición « bordan, cosen, injertan, remiendan y vendan, trabajando para reparar el tejido desgarrado del mundo ». También dan testimonio, catalizan o nos acompañan en la toma de conciencia ecológica para que nuestras mentalidades y comportamientos evolucionen. Porque sigue vigente el lema « ¡no defendemos la naturaleza, somos la naturaleza que se defiende! ». En Chamarande, las obran concurren a sacudir nuestras representaciones de la naturaleza y cuestionar los vínculos profundos que nos unen a nuestro entorno y a nuevos territorios esperanzadores.
Hasta el 15 de octubre de 2023.

DANS L’ÉPAISSEUR DE NOS LISIÈRES, LÀ OÙ NAISSENT LES DRAGONS

Dedicado a mi amiga Mónica García Alonso.

Segunda de dos partes

En la primera parte de este artículo he presentado el Domaine de Chamarande, la explicación del título de la exposición y los detalles de la noción de territorio en sus sentidos tradicional y metafórico, centrales en la justificación y el trasfondo de la exposición.

Esta segunda parte se desarrolla en dos secciones. Por un lado, identificando cinco entrelazamientos temáticos de la exposición con el tema de los territorios y formas en que los artistas se explayan en diversas expresiones del arte ecológico. Por otro lado, presentaré los artistas y sus obras que conforman la exposición.

CARTOGRAFÍAS E IMAGINARIOS

El recorrido de la exposición se desarrolla por nueve espacios de la planta baja del castillo de Chamarande. Una coincidencia fortuita con los nueve límites planetarios… No se trata de una alegoría voluntaria inspirada de la visión de la conformación del universo como la del Palacio de Eggenberg en Graz, Austria, cuya arquitectura, decoración y jardines fueron diseñados para recordar el paso del tiempo y la armonía cósmica en el siglo XVII. 

Sin embargo, este tipo de entrelazamientos – de números simbólicos, sistemas planetarios, límites y representaciones mentales o concretas – tienen un eco en las preocupaciones artísticas contemporáneas relacionadas con las cartografías e imaginarios que abordan varios artistas de la exposición.

TENSIONES Y ENLACES

El trabajo con hilo (costura, touffetage o acolchado, bordado, tapicería…) explorado por parte de los artistas permite establecer un vínculo material entre el pasado y el presente. Estas técnicas de repetición de gestos se consideran un primer paso hacia el futuro, en un mundo frágil y en constante evolución.

REALIDAD EN LOS SUEÑOS

A través de sus experiencias, ciertos artistas nos invitan a cambiar nuestro punto de vista y nos ofrecen la exploración de nuevas geografías donde la noción de límites parece desaparecer.

« ÊTRE D’ICI – SER DE AQUÍ »

Con esta expresión, el equipo de mediación de la exposición se ha referido a algunos de estos artistas que abordan con delicadeza las ideas de desplazamiento, migración, resiliencia y su impacto en la construcción de una identidad. Al convocar hechos históricos y políticos (guerras, colonialismo, etc.), los artistas vuelven a seguir los pasos de nuestras historias personales y colectivas.

HABITAR UN CUERPO

El cuerpo sigue siendo el primer espacio que habitamos. En un contexto en el que no cesamos de ver siempre « más grande », siempre « más allá », ciertos artistas nos devuelven a lo que está ahí, a nuestro alrededor, ante nuestros ojos y que no logramos observar.


Una vez evocados estos cinco entrelazamientos temáticos de la exposición, que hemos de considerar también en relación con toda la problemática de la noción de « territorio » desarrollada en la primera parte de este artículo, es hora de reseñar cada uno de los artistas y sus propuestas presentadas en la exposición bajo la curadoría de Gilles Rion.

Parque del Domaine de Chamarande

Cathryn Boch (1968, Estrasburgo – vive y trabaja en Marsella)

Nuestra incursión por los linderos en búsqueda del dragón comienza con la obra de Cathryn Boch intitulada “Calma, no corran, estamos juntos”. Inicialmente aparece enigmática. En su práctica artística, Boch ha optado por realizar mapas que sean contra-geografías personales y militantes, frente a « la emergencia social, ecológica y humanitaria », y para no dejarse devorar por su enojo. Armada con su máquina de coser, dibuja líneas, injerta, remienda, reviste las superficies con hilos entrelazados y así reúne lo heterogéneo, apoderándose de los intersticios y reinventando los contornos hasta espesar los territorios más allá de su representación y de sus límites. Porque en el contexto actual, todo pende de un hilo. En esa relación física con la materia, nos explica que busca la reacción del potencial de los mapas; explora los múltiples mundos que habitamos y en los que actuamos. Entre los mapas y la proliferación de hilos emerge un entorno que está en plena mutación. Señala que las « estructuras, ventanas, puertas, varillas, son como extensiones arquitectónicas que acompañan (sus) piezas hacia la escultura, la instalación ». Se pregunta ¿cómo acercar lo heterogéneo, lo diferente?, no para apaciguar conflictos, sino para hacer de estos temas un espacio abierto a propuestas, un llamado a aprovechar las formas para construir un pensamiento ». Y concluye así: « En esta red de territorios en perpetua transformación, se revelan las complejidades de la alteridad, de la relación con el mundo. Mis mapas abren nuevos territorios y contienen recuerdos profundos y grandes esperanzas ».


Brankica Zilovic (1974, Belgrado – vive y trabaja en París)

En el salón Ornaison, Brankica Zilovic nos recibe con tres instalaciones inéditas realizadas ex profeso para la exposición. Aborda la esencia caótica y creativa de un mundo en perpetua evolución. La artista nos invita no sólo a tomar conciencia de su inestabilidad, sino también de su fragilidad para repensar mejor nuestra relación con él. 

El imponente tapiz mural « A la deriva, nuestros mañanas » representa el mapa de territorios y continentes a la deriva, con contornos precarios e inciertos. La artista se apoya en la dimensión rizomática del mundo para celebrar su abundante vitalidad: los hilos de lana dibujan líneas de fuga generando nuevos territorios así como nuevas conexiones tanto nerviosas como vegetales, físicas y mentales, involucrando al cuerpo y al ser humano en un todo orgánico.

La fragilidad está particularmente en el centro de las otras dos instalaciones de la exposición. El primero establece un paralelo entre el destino de la Antártida y el de nuestro planeta a través de cincuenta y cinco libros bordados y ligados a una edición de la Odisea de Homero, cada uno de los cuales da la bienvenida a un país “anclado en el sexto continente”. Ella advierte que “preservar la Antártida significa preservarnos a nosotros mismos” y precisa otros sentidos de su obra: “Cada uno de los cincuenta y cinco países se convierte en una isla, como la Antártida o Ítaca, símbolo de la utopía en muchas historias. El regreso a Ítaca es el regreso a nosotros mismos y a nuestros valores olvidados. Esta propuesta supone una cartografía poética que cuenta el viaje de Ulises, pero también nuestro viaje interior, que todos deberíamos prepararnos para emprender”.

Última pero no menos importante, la tercera instalación se entrelaza con la historia personal de la artista, originaria de los Alpes dináricos serbios. Invoca imágenes de glaciares que se están derritiendo, están retrocediendo o desapareciendo en los Alpes, el Himalaya y la cordillera de los Andes. Agrega que para ella, “la montaña es un material que refleja todas (sus) fantasías y (sus) soledades. Es como si pudiéramos descifrar en este caos de cráteres, grietas, ríos, deltas y valles una geometría del deseo… El acto de coser, subraya, sacraliza estos picos nevados, los repara, los salva, los guarda en la memoria. Y concluye contundentemente así: “El gesto de reparación se vuelve aquí obsesivo, desesperado, vano… ¡El deseo en vano!”

Esta topografía sensible del anhelo claramente me trajo a la memoria La Carte de Tendre – « El Mapa del Afecto » – concebida en 1654 por la novelista francesa Madeleine de Scudéry con los metafóricos parajes que ha de recorrer el amor. Pasaremos de esta alegoría galante a aquella sugerida de la (¿puedo decir triste?) época colonial africana por la artista franco-camerunesa Michèle Magema.


Michèle Magema (1977, Kinshasa – vive y trabaja en París) acompañada por Julie Crenn

A través del vídeo, la performance, el dibujo y la fotografía, Michèle Magema desarrolla una obra polimorfa alimentada por su doble cultura franco-congoleña. Su enfoque crítico articula experiencias personales y memorias colectivas, grandes narrativas y microhistorias para abordar temas como la identidad, la explotación o incluso la violencia.

Según Julie Crenn, Michèle Magema se considera “una persona de genealogía” que se sumergió muy temprano en la historia de sus padres, nacidos en los años 1950 y quienes vivieron la colonización y la independencia. Al tener que mudarse, experimentaron una aclimatación a un nuevo entorno. Su historia se convierte entonces en una plataforma de investigación dentro de la que la artista plantea a su propio cuerpo y su propia historia como un vínculo, un límite y un paso entre generaciones.

A partir de imágenes, fragmentos de historias y, sobre todo, silencios, reconstruye poco a poco una historia familiar que conecta a dos continentes a lo largo de un largo período de tiempo. En este sentido, realiza investigaciones en jardines botánicos de Bélgica, Francia y Congo. La memoria colectiva se ve aquí como un inmenso jardín dentro del cual ya se han trazado caminos, mientras que hay otros por imaginar. Para ello será necesario desbrozar, dibujar y materializar nuevos pasajes.

A través de la cartografía, la revelación, el grabado y el cruce de historias, la artista establece una relación física tanto con los documentos oficiales y no oficiales como con las realidades del lugar. Con paciencia y determinación, estudia la orquestación colonial de los jardines y su impacto en los cuerpos. Porque, implícitamente, la noción de aclimatación se despliega en el espacio. El vocabulario botánico y biogeográfico determina entonces lo que corresponde al endemismo (indigenismo) o al exotismo. La aclimatación, consentida o forzada, de individuos, sean humanos o “más que humanos”.


Abraham Poincheval (1972, Alençon – vive en Marsella)

Es uno de los artistas de performances más importantes de los últimos diez años. Ya sean realizadas en itinerancia o, por el contrario, en confinamiento, sus performances radicales son vistas como el compromiso total de un cuerpo puesto en contacto – inclusive a prueba – de un tiempo y un espacio limitados, en el que se plantea de nuevo la cuestión, tanto arquitectónica como filosófica, de cómo habitarlo.

El título de estas obras es « Walk on Clouds », caminar en las nubes. Como antecedentes tiene la serie llamada Vigías en el año 2015, performances durante las cuales acampó durante varios días encaramado en un mástil entre el cielo y la tierra. A partir de ese momento, planeó llevar más lejos esta experimentación del mundo del aire caminando sobre las nubes. La performance se concretó en 2019, con motivo de la Bienal de Lyon: Abraham Poincheval se embarcó hacia Gabón para explorar el cielo, “un espacio etéreo cuya materialidad no puede transportarte”, suspendido de un globo aerostático. A varios cientos de metros de altitud el artista caminó por un territorio en estado gaseoso y sin fronteras, en busca de un paisaje en movimiento, cuyas montañas y surcos se rompen y renacen en cualquier momento. Como lo demuestran las obras presentadas en la exposición (« Walk on Clouds Mural » y « Walk on Clouds Vallotton » de 2020, el artista también reflexiona sobre la importancia fundamental de la relación tierra/cielo en muchas culturas. Nuestra cultura visual está marcada por vistas del cielo y « ascensores simbólicos », pasando por campanarios y minaretes, desde el arte cristiano hasta el arte abstracto, por la pintura de paisajes y la fotografía aérea.

Lejos de cualquier planteamiento conquistador basado en la hazaña, el artista considera la nube como el lugar mismo de la transformación, particularmente de uno mismo. Según el propio artista, « El modo aéreo, aún hoy, conserva algo de territorio ovidiano. Es una frontera abierta a los cuatro vientos de las mitologías. Para convencerse de ello, basta recordar la génesis amerindia, tejida a partir de las relaciones con el aire ». Y agrega que « la nube es, en este espíritu metamórfico, un territorio de gran libertad, un espacio hecho de multitud de polvo de estados, del mundo y del cosmos. También es hoy un lugar de deseos meteo-políticos ».


Kathleen Petyarre (Australie, circa 1940 – 2018)

Toda su vida, la artista recorrió los inmensos territorios del desierto australiano y preservó la memoria y la geografía de estos lugares sagrados a través de la pintura y los representó con líneas a manera de huellas de caminos recorridos.

Esta obra titulada “El sueño (o mito – “dreaming” en inglés) del lagarto diablo de montaña” expresa al más alto grado esta mezcla de sentido estético e inspiración sagrada que es la pintura femenina aborigen de las grandes comunidades del desierto australiano. Revela toda la complejidad simbólica de este arte: convocación del pasado y del presente; de memorias míticas y de clanes; de historias familiares, donde linaje masculino y linaje femenino se responden entre sí a través de una cartografía mística originada en el “Tiempo del Sueño”. Este designa « el tiempo de la Creación » cuando seres míticos, masculinos y femeninos, surgieron de la tierra con apariencia humana, animal o vegetal para darle forma, crear el día y la noche y establecer el ciclo de la vida… Estas figuras ancestrales establecieron las primeras ceremonias religiosas, cantaron las primeras canciones, pintaron los primeros signos que luego revelaron a los hombres en sus « Sueños » o « Tjukurrpa ». Al heredar un « Tjukurrpa » del cual se convierte en “propietario”, cada individuo se convierte también en “guardián” de uno o más sitios específicos asociados con este Sueño.

Explica Stéphane Jacob-Langevin, experto en arte aborigen en la CNES (Cámara nacional francesa de expertos especializados en objetos de arte y de colección), que similarmente a las capacidades de camuflaje del lagarto, Kathleen Petyarre utiliza una paleta restringida para acentuar el carácter sagrado y misterioso de su trabajo. El territorio del clan del artista se presenta aquí como visto desde el cielo: hablamos también de una visión de satélite de este estilo que se inspira en las pinturas de suelo realizadas tradicionalmente durante las ceremonias religiosas. La forma cuadrada en el centro del lienzo evoca el sitio principal. Este se divide en dos partes que evocan las zonas de iniciación masculina por un lado, y el lugar donde se lleva a cabo la actividad ceremonial de las mujeres por otro. Las zonas de color más denso, y tratadas de forma diferente al resto del lienzo están dedicadas principalmente a la leyenda de Arnkerrth, e indican en particular el lugar donde sigue viviendo su espíritu. Esta zona, cercana a un arroyo y a un abrevadero, se encuentra cerca de los lugares donde el padre y el abuelo del artista ejercían sus responsabilidades religiosas. Las otras líneas que se despliegan en cruz hacia las esquinas del lienzo se refieren a otros actores del Tiempo del Sueño: indicando, por ejemplo, la dirección donde se encuentra el territorio del Ancestro Emeu, o incluso el de otro territorio del clan, el del Boniato. Una tercera línea evoca otro lugar ritual donde la Mujer Lagarto realizó, en el Tiempo del Sueño, una danza sagrada. Este centro se refiere por tanto a la vida actual y religiosa de los aborígenes en el territorio de su clan. Pero como suele ocurrir en la imaginación aborigen, el pasado y el presente se superponen y se mezclan: la parte formada por el triángulo superior y la de la derecha todavía se refieren al presente.

Kathleen Petyarre, “El sueño del lagarto diablo de montaña”, 2010

Éric Tabuchi (1959, París – vive y trabaja en Essonne) / Nelly Monnier (1988, Bourg-en-Bresse – vive y trabaja en Essonne)

Este dúo de artistas viaja y recorre las zonas de Francia para constituir una enciclopedia fotográfica llamada «Atlas de las Regiones Naturales» (ARN). En esta exposición documentan y archivan los edificios de posguerra de la antigua Ruta Nacional 20. La arquitectura anónima se mezcla con elementos patrimoniales que descubrimos a medida que avanzamos por la sala. En modo de juego de palabras en francés, han acercado el nombre popular abreviado de la ruta « Nationale vingt » con el título de la obra « Nationale vaine » que se puede traducir como « Nacional vana ». Lo que tanto en francés como en español evoca un amplísimo campo semántico… Recordemos algunas de sus acepciones: falto de realidad, sustancia o entidad; hueco, vacío y falto de solidez; inútil, infructuoso o sin efecto; arrogante, presuntuoso, envanecido; que no tiene fundamento, razón o prueba; insubsistente, poco durable o estable; etc. Lo que nos puede recordar la expresión que usó hace varias décadas la revista Télérama para llamar ese tipo de lugares o paisajes periféricos: la « France moche » o la « Francia fea » y que los últimas semanas (desde el 11 de septiembre de 2023) ha sido citada de nuevo al ser presentado un nuevo « plan de transformación de las zonas comerciales ».

La ruta partía de la municipalidad de Antony, al sur de París, bordeando Chamarande al oeste y luego se dirigía hacia Toulouse y España. La Nationale 20 es un perfecto antimodelo porque concentraba muchas de las patologías del urbanismo vinculadas a la omnipotencia del automóvil; figuraba desde hacía mucho tiempo en la lista de territorios que querían explorar los artistas. Así, « Nationale vaine » aparece como contrapunto al precioso clasicismo del Domaine de Chamarande y propone viajar de otra manera por el universo familiar que constituye la gran periferia de París siguiendo el eje de esta mítica carretera radial francesa que fue la RN20. Pero « más que la arqueología generalmente aceptada de una vanidad contemporánea », la obra invita al visitante a reconsiderar la relación que tiene con el cambio de paisaje, el desarraigo, la distancia, el desplazamiento y también la idea misma del progreso. Cuando los artistas empezaron a pensar en lo que iban a mostrar, y especialmente en cómo lo iban a hacer, la idea de doblar fotografías y colgarlas en un patrón oblicuo a lo largo de toda la pared surgió de forma natural : el visitante las descubre de lado, como todos aquellos carteles comerciales al borde de la carretera que llaman al automovilista y tratan de detenerlo. Los artistas avanzaron así en su cuestionamiento sobre la manera más precisa para representar(se) un territorio, con todos sus matices.

Suzanne Husky (1975, Bazas – vive y trabaja entre Burdeos y San Francisco)

Cambiando de ala del castillo y de referencias visuales, encontramos las obras de la artista franco-estadounidense Suzanne Husky cuyo conjunto ha llamado « Saciar la sed. Por el feliz regreso del castor » y en el que evoca – a través de tapicería, acuarelas, objetos encontrados y vídeo – la salud de nuestros ecosistemas y la urgencia ecológica en que vivimos. Husky complementó su formación en la Escuela de Bellas Artes de Burdeos con estudios en paisajismo hortícola, luego en permacultura y agroecología. Todas sus obras giran en torno a las relaciones entre el hombre y lo viviente. Milita desde la acuarela hasta los tapices, desde la cerámica hasta los documentales y podcasts, por el regreso del castor, «esa especie clave sin la cual, apunta, no podemos pensar en la buena salud de nuestros ecosistemas”. En efecto, dice la artista : « Cuando pensamos en el ciclo del agua, no visualizamos al castor y los millones de toneladas de agua que retiene en los mantos acuíferos y, sin embargo, al casi erradicar esta especie hemos secado dramáticamente nuestros continentes. El informe del IPCC de 2022 recomienda la colaboración con los castores como solución al calentamiento global. Se trata de unir fuerzas con los castores, dejarles trabajar creando sus prodigiosos ecosistemas que regulan el exceso de contaminación, restauran los bosques ribereños, hidratan los paisajes y permiten brotar una vegetación exuberante y aumentar la biodiversidad… y también reducir las inundaciones mortales, soportar los bajos niveles de agua del verano y reducir los incendios. Este informe ya ha tenido numerosas repercusiones y ha permitido financiar restauraciones con presas de transición de baja tecnología (low-tech) así como reubicar a castores».

Francia mantiene huellas de la presencia del castor por todas partes, como podemos comprobar en el mapa de topónimos e hidrónimos que lo refieren (los río Beuve o Bièvre y lugares como Beuvry, Beuvron, Buverchy, Bivre, Vibre, Bièvres, Bibracte…). La geografía humana se fue sustituyendo progresivamente a la geografía de los castores y fue el comercio de pieles lo que los hizo desaparecer de Francia hace varios siglos (a excepción de un enclave en la sureña Camargue).

Con su tapiz contemporáneo llamado « Castor, constructor de mundos » de 2023 e inspirado en el estilo primo renacentista como el del célebre tapiz de « la Dama y el Unicornio » de inicios del siglo XVI (Museo de Cluny, París), sugiere que además de reconocer la trascendencia del castor, pensemos en la necesaria solidaridad intergeneracional y la herencia del medio ambiente que hemos de preservar. Cabe agregar que en un estilo similar, Husky había creado el tapiz « La Noble Pastoral » en 2017, donde un activista trata en vano de detener el avance de un bulldozer que se apresta a abatir un árbol. Utilizando el arte tradicional de la tapicería, ha inscrito en el imaginario colectivo y en la Historia la lucha de los defensores del medio ambiente frente a la deforestación.

Jordi Colomer (1962, Barcelona) /Anne Houel (1987 – vive y trabaja en Neuilly-en-Sancerre)

Producida en 2013 por el Fondo regional de arte contemporáneo FRAC Baja Normandía con motivo del trigésimo aniversario del FRAC, esta videoinstalación del artista Jordi Colomer ofrece una mirada etérea a un territorio normando que oscila entre la realidad y la ficción, el arte y la arquitectura, « la grande » y « la pequeña » Historia…

A partir de 2001, las investigaciones del artista comenzaron a enfocarse en el espacio urbano, explorando los diversos escenarios de la vida social (barrios, calles, terrazas, etc.) y también el desierto, visto como su complemento, y se fueron extendiendo paulatinamente a la cuestión territorial durante la década siguiente, donde abordó temas como el espacio público, los suburbios, las calles e incluso los techos. A menudo en forma de “microficciones” tan realistas como extrañas, el artista cuestiona la relación entre los personajes residentes y el espacio construido en el que viven. En este caso, la película intitulada « La soupe américaine (La sopa americana) / The American Soup » sitúa su acción en los “cuarteles americanos” UK 100, formados por cien elementos prefabricados que se ensamblaban in situ y que el Estado francés adquirió al final de la Segunda Guerra Mundial para “(…) sustituir temporalmente los 450.000 edificios completamente destruidos”. Colomer sigue la huella normanda de este hábitat de emergencia ahora olvidado, desde Caen, donde descubre uno de estos pabellones en el patio de la escuela de arte, hasta Pont-Audemer, donde quedan una treintena de estas construcciones que se convertirán precisamente en el escenario de la película. El artista alterna visiones actuales, en el contexto de los preparativos de una reunión “Tupperware” y extractos de un noticiero de 1945. Sin embargo, la vida cotidiana de los habitantes en el vídeo parece ir más allá de lo común hasta alcanzar una forma de inquietante extrañeza.

Jordi Colomer « La soupe américaine (La sopa americana) / The American Soup » / Anne Houel

La instalación también va acompañada de una obra realizada en colaboración con Anne Houel, compuesta por ventanas y puertas desmontadas de un UK 100 y en la que ha dibujado con blanco Meudon un “horizonte de la” vivienda estandarizada actual.

Capucine Vever (1986, París – vive y trabaja en Bobigny)

Subjetivamente diría que cierra con broche de oro la exposición.

Capucine Vever desarrolla un trabajo contextual interesado en las nociones de lo invisible, lo inalcanzable y lo imperceptible. Ya sea geográfico, social y/o cultural, el territorio es central en su planteamiento artístico. Su práctica intenta entablar una relación poética explotando el potencial narrativo de cada espacio. Sus obras discurren a través de collages, analogías, fricciones permanentes entre realidad y ficción, investigación científica y narración, cartografía y leyenda, desplazamiento e inmovilidad.

Esta instalación videoacústica realizada en 2022 fue rediseñada específicamente para su presentación en el Domaine de Chamarande. Conduce al espectador al corazón de una deriva en el Atlántico Norte, en las afueras de la isla de Gorée situada en la bahía de Dakar en Senegal.

La erosión costera y el aumento del nivel del agua están enterrando poco a poco la isla, provocando la desaparición de uno de los puntos más importantes del comercio de esclavos en África. El comercio triangular, actividad humana deletérea basada en la explotación del hombre y su entorno, constituye los inicios del comercio globalizado y del capitalismo, desempeñando un papel protagonista en los cambios climáticos que se producen en la actualidad. En un bucle casi perfecto y no exento de cinismo, el Capitaloceno o incluso el Negroceno van borrando poco a poco los lados oscuros de su historia. Propuestos respectivamente por el historiador Jason W. Moore en 2015 y por el ingeniero Malcom Ferdinand en 2019, los términos capitaloceno o negroceno se plantean críticamente ante la aparición del concepto de Antropoceno que no tiene en cuenta la responsabilidad del historia del colonialismo y de la globalización en las transformaciones ambientales sin precedentes provocadas por la actividad humana.

La videoinstalación de cinco pantallas permite transmitir una relación física con el espacio oceánico. Se trata de un territorio complejo que tiene sus propios movimientos, remolinos, corrientes y leyes físicas.

Además, el fenómeno de la subida del nivel del agua oscila entre lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño, pero sigue siendo difícil de percibir. Pensado a escala del cuerpo, el dispositivo multipantalla reproduce esta situación que escapa a un punto de vista único y totalizador. La narrativa de la película se desarrolla en un movimiento vertical desde la superficie hasta el fondo marino y sigue metafóricamente el proceso de inmersión que sufre la isla de Gorée. Si en la superficie el ritmo se agita y el espacio se restringe, en la profundidad la temporalidad se estira y el espacio se disuelve.

Los puntos de vista de las cámaras son los del océano que sube y erosiona milímetro a milímetro la isla de la memoria de la trata de esclavos. Desde la superficie hasta el fondo marino, pasado y presente se entrelazan y fusionan, en el lento e incierto movimiento de una fábula ecológica y política.

El océano es aquí el personaje central; sus movimientos, su oleaje, su tráfico, su voz y su memoria nos acompañan en su vertiginosa y altamente metafórica inmensidad. Se trata de repensar la aproximación al espacio oceánico a la luz de las cuestiones medioambientales contemporáneas que escapan a la mirada del tiempo. Jugando con una poesía del entierro, de la pérdida de orientación, Dunking Island busca una plasticidad en lo que no es visible.

El autor y compositor Wasis Diop participa en la escritura de la historia e infunde el pensamiento de la comunidad de Lébous con su voz en wolof y francés. El dispositivo acústico de nueve puntos, diseñado por el compositor Valentin Ferré, permite que capas de sonido atraviesen la instalación y generen ondas como las corrientes marinas. Colaboraron también el artista programador Pierre-Yves Fave y el director de fotografía submarino Léo Leibovici. Dunking Island recibió el premio Michel Nessim Boukris 2021 de la Fondation des Artistes y fue nominada al premio COAL 2022.


Fuentes/Lectura recomendada:

  • Comunicado de prensa, folleto de mediación y dossier de la Exposición
  • Sitio web http://chamarande.essonne.fr/
  • Lauranne Germond, Loïc Fel con Joan Pronnier, «Art et écologie«, Ed. Palette, 2021.
  • «Les artistes s’engagent pour la nature», Connaissance des Arts, N°826, junio 2023.

Traducciones y adaptaciones realizadas por el autor. Las imágenes incluidas en este artículo son únicamente con fines pedagógicos de ilustración y de transmisión y no hay fines de lucro.


Postdata Interlacements 1: relación entre la palabra francesa lisière (lindero, linde, borde) y la palabra seuil (umbral)

En el campo semántico de lindero encontramos también el umbral. Hay una bella película justamente intitulada  « Habiter le seuil » o « Habitar el umbral » de Marine Chesnais y Vincent Bruno. La coreógrafa y bailarina contemporánea va al encuentro de las ballenas jorobadas de la Isla de la Reunión. De estas interacciones en el azul profundo surgen improvisaciones danzadas en apnea, que son filmadas como fuente de investigación para el dúo coreográfico. Al mostrar el proceso de encuentro con un animal salvaje en su entorno natural, Habiter le Seuil cuestiona lo que está en juego en nosotros en este espacio de relación donde nada es controlable – excepto nuestra apertura a lo que sucede – y cuestiona más ampliamente nuestra forma de habitar lo viviente.

Dice la presentación del sitio web sobre el gesto artístico de la coreógrafa que « ante las emergencias ecológicas y esta crisis de conexión con lo viviente, el concepto de danza bioinspirada tiene como objetivo desarrollar una práctica perceptual de despertar, para comprender mejor lo que está en juego en nosotros mismos y obtener inspiración concreta de lo que está sucediendo en la naturaleza. No para lograr imitarlo, sino para entrar en un proceso de desidentificación, frustrando nuestros hábitos e inspirando otras identidades, móviles y porosas ».

Postdata Interlacements 2: « Territorios, encuentros de cine documental »

En el marco del Festival internacional de cine documental de Buenos Aires (FIDBA) hay precisamente una serie de conferencias, mesas redondas y encuentros personales para productores de largometrajes de no ficción (fuera del área metropolitana de Buenos Aires) en etapas de desarrollo, producción, primer corte o corte final intitulada «Territorios». En la edición de 2022 participó precisamente la película Habiter le Seuil. Así se entrelaza el tema de esta exposición de Chamarande – los territorios – con los encuentros cinematográficos del festival FIDBA y el tema de la bioinspiración de la danza.

Postdata Interlacements 3: La obra «naturaleza Muerta : Nature Morte» en el domaine départemental de chamarande

Para iniciar la segunda parte del artículo he seleccionado la fotografía de una obra que se encuentra desde hace un cierto número de años en el extenso parque de la finca de Chamarande. Tiene un eco particular con nuestro tema del arte ecológico y la exposición de 2023.

En la instalación de Nature Morte, el término se materializa mediante una escultura de barreras o barreras esculpidas, una especie de celda que prohíbe el acceso a un espacio, una obra en construcción. El artista Christian Robert-Tissot jugó con el significado de la palabra. Al circunscribir así los espacios naturales con sus barreras, el hombre delimita una naturaleza muerta, a la manera de un pintor que representa elementos naturales muertos dispuestos en un entorno lleno de significado. Asimismo, obstruyendo especialmente el acceso al sitio, deja a la naturaleza sin vida o al menos circunscrita fuera de nuestras vidas, como si estuviera condenada al ostracismo. Es la paradoja de una «Naturaleza muerta» ambientada en un parque paisajístico donde la naturaleza ha sido moldeada por la mano del hombre.


Arte ecológico: exposición «En el espesor de nuestros linderos, ahí donde nacen los dragones» (1)

El arte ecológico, marginado durante mucho tiempo en Francia, está ahora en auge. Una toma de conciencia, tras la crisis del Covid, de la fragilidad y vulnerabilidad de nuestro modelo de desarrollo. En el caso del Castillo de Chamarande se aborda esta reflexión a través de una exposición colectiva con un recorrido por nueve universos artísticos que, cada uno a su manera, ofrecen una mirada particular sobre la noción de territorio. ¡Poética y percutante!
Hasta el 15 de octubre de 2023.

Castillo del «Domaine départemental de Chamarande», Essonne, Francia

Dedicado a mi amiga Mónica García Alonso.

Primera de dos partes

Situado a 45 kilómetros de París (alrededor de 1h 15min en transporte público), el sitio de Chamarande se extiende sobre 98 hectáreas, entre el bosque del Belvédère y el valle de Juine, y cuenta con el reconocimiento oficial de “jardín extraordinario” del Ministerio de Cultura francés. Reúne un centro artístico y cultural, las reservas de la colección del fondo departamental de arte contemporáneo, el archivo departamental y el centro de alojamiento Auguste-Mione, todos en constante diálogo al servicio de un ecléctico programa anual que alterna presentaciones de artistas de renombre internacional y exposiciones de artistas emergentes, eventos, talleres, conciertos, espectáculos, en colaboración con asociaciones y operadores locales, orientándose así a todos los públicos.

En 2022, la temporada artística del Domaine de Chamarande tuvo por tema la relación entre el mundo animal y el mundo del hombre, cuyas exposiciones atrajeron a más de 32,000 visitantes.

Realmente me parece ideal para quien busque una nueva experiencia lejos de los clásicos circuitos parisinos y de la región Île-de-France, ya que el disfrute está garantizado por el placer sensorial e intelectual que ofrecen su patrimonio arquitectónico y sus actividades culturales, así como por la naturaleza reposante en que se enmarca el castillo.

Primavera en el parque del Domaine départemental de Chamarande. Foto de Rafael Mandujano.

«Dans l’épaisseur de nos lisières, là où naissent les dragons»

Se exhiben en esta exposición obras de Cathryn Boch, Jordi Colomer/Anne Houel, Suzanne Husky, Michèle Magema, Kathleen Petyarre, Abraham Poincheval, Éric Tabuchi, Capucine Vever y Brankica Zilovic. Ya sea a través del dibujo, la pintura o la escultura, y también a través de la performance, el vídeo o el trabajo textil, cada artista nos sumerge en una nueva forma de territorio que no se deja encerrar en categorías tradicionales: lo onírico y lo real; lo vivido y la memoria; lo sensible y lo inteligible; el espacio y el tiempo… categorías que se organizan para formar nuevas constelaciones, breves e inéditas. Cada artista a su manera alerta; imagina; se imagina o se proyecta a sí mismo; repara; encuentra la naturaleza en sí mismo… para sugerir, para dejar huella en el imaginario colectivo y para actuar por el medio ambiente.

¿Por qué este tema y el título de la exposición ?

Gilles Rion – curador responsable de las exposiciones y del fondo de arte contemporáneo del departamento de Essonne hasta agosto de 2023 – dice enigmáticamente en introducción que “todo, de hoy en adelante, es territorio”. Continúa explicando que en el territorio se condensan todas las aspiraciones y todos los desgarres, todos los futuros proyectados y todas las historias por las que corre la fantasía y la imaginación. Y todos parecemos pretender a un “territorio”, el mismo a menudo. Porque si es cierto que con él emerge un laberinto de parajes donde a nuestra imaginación le gusta vagar – entre lo cercano y lo lejano, de lo conocido a lo desconocido y viceversa – un territorio parece ser codiciado con ansia inicialmente, antes de ofrecerse al ensueño y al deseo. Y justamente en ese vaivén interviene la formulación del título: se trata de acercarse al territorio con la cautela de un niño en los linderos, cuando atraviesa silenciosamente una frontera, a la vez preocupado y curioso, impaciente por hacer salir al dragón dormido. Sólo entonces el territorio tiembla y cobra vida: ya no es una llanura lúgubre, una extensión de zonas valladas por cruzar para llegar al otro lado, sino un paisaje mental que va tomando forma a medida que viajamos. Ya no es ese depósito pasivo de recursos fungibles, sino que surge, con su memoria y sus historias, sus usos y sus formas de ser habitado. Gana espesor y se convierte en un cuerpo, en cuya concavidad es posible alojarse. Y en su interior se reactiva permanentemente el vínculo íntimo y orgánico entre colectivos de seres plurales.

Territorio: un concepto que ha lastrado nuestros imaginarios e hincado injusticias

Conforme a la presentación de la exposición, la noción de territorio apareció en el siglo XIII y conserva hasta hoy un significado – al menos en francés – derivado de dos principios: por un lado, un territorio sería una porción de espacio, habitada por una entidad – colectiva o individual, humana, animal o vegetal (1) y, por otro lado, reclamada, gobernada o administrada por una autoridad (2).

La noción se difundió en el siglo XVI, mientras se generalizaba la idea misma de la apropiación y de los derechos de propiedad. Durante cinco siglos, su definición se alimentó de ida y vuelta entre la literatura socio-política, antropológica y etológica, comparando territorios humanos y animales para legitimar una visión muy antropocéntrica y europeísta, a la vez guerrera, masculina y patriarcal; la idea del “territorio” está configurada entonces por el conflicto y la competencia, tanto para la subsistencia como para la reproducción y el enriquecimiento.

Esta concepción ha fragmentado el espacio en parcelas exclusivas y excluyentes defendidas por las armas de sus habitantes; se han explorado y conquistado tierras desconocidas; las fronteras se han generado y reproducido en los mapas y a la vez éstas se han marcado en los paisajes. Podemos agregar que la relación con el territorio y la frontera como línea divisoria, como límite, se ha trasladado también al campo metafórico, como producto de los imaginarios. Su resonancia simbólica es muy fuerte. Como ha dicho la geógrafa investigadora Hélène Velasco-Graciet: “hay fronteras imposibles de dibujar porque existen solamente en las mentes, o al contrario, porque no existen en las mentes”. En este sentido, la relación del territorio y de la frontera con el tema de la identidad es estrecha. Ya regresaremos a este aspecto más tarde, al considerar el tema de las cartografías, los imaginarios y las expresiones artísticas de los participantes en la exposición en Chamarande.

El texto del conservador Gilles Rion subraya que entonces no es insignificante ni inocente que la palabra “territorio” esté disfrutando actualmente de tal éxito, mucho más allá de su única circunscripción geográfica. Y regresamos así a la proposición de partida del conservador, ampliada ya esta vez: “Porque todo, en adelante, hace territorio – el Arte, lo íntimo, el Yo… – y por lo tanto, genera conflicto”.

Para cerrar esta introducción, podemos preguntarnos como el conservador de la exposición si el territorio nos condena al equilibrio de poder entre pretendientes que se han convertido en beligerantes; si todo es sólo una cuestión de defensas y ataques, controles e invasiones. ¿O podemos cuestionar la comprensión moderna de la noción para adoptar nuevas perspectivas? Nos indica Gilles Rion que para eso quizás primero tengamos que esquivar el territorio precisamente, seguir sus contornos para redefinirlo a partir del intenso susurro de sus márgenes. Él considera que estos territorios requieren una nueva estética: necesitan imágenes, formas y materiales para imprimirse en la superficie de nuestras retinas y de nuestros sentidos. Invocan una nueva cartografía que ya no se contente con el simple trazado de relaciones de dominación y explotación, sino que apunte a crear nuevos mundos. Los territorios están esperando ser dibujados, contados, encarnados. Gilles Rion concluye señalando que la exposición está dedicada a algunas de estas historias.

En la segunda parte de este artículo presentaré una reseña personal de la exposición con los entrelazamientos que me ha inspirado con respecto al arte ecológico, la crisis climática, la tensión entre el actuar ahora y el propiciar la generación paulatina de nuevos imaginarios… en nuevos territorios sugeridos a los que jamás deberemos acercarnos como depredadores o como conquistadores… 

Fuentes: Comunicado de prensa y dossier de la Exposición / Sitio web http://chamarande.essonne.fr/ Traducciones y adaptaciones realizadas por el autor. Las imágenes incluidas en este artículo son únicamente con fines pedagógicos de ilustración y de transmisión y no hay fines de lucro.

Mesa Redonda: ¿Cómo conciliar el fin del mundo y la cuenta de resultados?

El Festival Anticipation ofreció del 14 al 17 de septiembre en la Académie du Climat de París un programa artístico y conferencias para «imaginar un futuro habitable y proyectarnos colectivamente hacia nuevas posibilidades». Esta nota presenta una breve reseña de una mesa redonda del sábado 16/09/23

Durante 4 días, más de veinte artistas y ponentes se movilizaron en la Académie du Climat para concienciar sobre los límites planetarios a través de experiencias artísticas, culturales y sociales susceptibles de generar una cultura del cambio.

En el caso de esta mesa redonda, el objetivo era considerar los (des-) equilibrios en las empresas sobre los temas de la responsabilidad (medioambiental/social) y de la rentabilidad, que con demasiada frecuencia se perciben como contradictorios. Dos participantes evocaron sus enfoques empresariales innovadores y una artista su visión que convoca nuevos imaginarios.

Los tres panelistas fueron:

El moderador fue Romain Peton, fundador de Tactic y co-organizador del Festival Anticipation.


María Ibáñez Lago comienza presentando brevemente la naturaleza de su trabajo artístico. En él enumera la representación de la energía en diferentes iconografías, tanto científicas (diagramas de corte, representaciones de ondas o teorías cuánticas) como del imaginario popular (ilustración, manga, cine). El concepto de energía se toma en su aspecto material y sus usos cotidianos como los que se obtienen de la explotación de los hidrocarburos y otros recursos naturales extraídos del subsuelo, sino también en su significado místico y esotérico. Su obra pretende denunciar la explotación abusiva de las fuentes energéticas como una de las causas de las desigualdades y los conflictos. Concibe los objetos como parte de una dramaturgia ausente o muda, que debe ser recompuesta por el espectador. Diversas fotografías de sus creaciones artísticas son proyectadas en la sala al mismo tiempo que presenta estas ideas. Cuenta además que cuando vivía en la Patagonia, Argentina, se enteró de la controversia en torno a la explotación de un yacimiento llamado «Vaca Muerta», y entró en conocimiento de un sistema de evaluación para considerar el impacto de las actividades extractivas en la naturaleza o los paisajes que incluye el concepto del «delta de sacrificio». María se cuestiona sobre los imaginarios y la necesidad de que las empresas cambien de forma de pensar y de actuar.

La obra de la artista María Ibañez durante el Festival Anticipation en la Académie du Climat

Por su parte, Yannick Servant, cofundador de la CEC Convención de las Empresas por el Clima, evoca con sentido del humor su situación como start-uper arrepentido o penitente. Cabe señalar que el objeto de la Convención – según su página de presentación – es movilizar a los responsables de la toma de decisiones económicas para responder a tres preguntas:

  • ¿ Qué pasaría si los tomadores de decisiones económicas tomaran el tiempo necesario para comprender nuestra deuda ecológica al mismo grado con que ellos saben controlar sus cuentas operativas ?
  • ¿ Qué pasaría si involucráramos la inteligencia colectiva de todos los sectores de la economía para revisar la ambición ambiental que cada uno tiene individualmente ?
  • ¿ Qué pasaría si priorizáramos la invención de un futuro deseable y sostenible para la próxima década en lugar de la búsqueda de la máxima rentabilidad para el próximo trimestre ?

La CEC nació de una observación: la emergencia climática requiere que nos tomemos el tiempo para imaginar, diseñar e implementar soluciones capaces de resolver la disonancia entre el colapso ecológico y las prioridades económicas.

La CEC es una Asociación francesa con reconocimiento de interés general cuya vocación es organizar formaciones de sensibilización y de transformación para los tomadores de decisiones económicas con el fin de que sea irresistible pasar de una economía extractiva a la economía regenerativa en 2030.

Durante las diferentes etapas territoriales de las formaciones, cada uno de los miembros de este colectivo ha experimentado a su manera la disonancia cognitiva de la emergencia climática que choca con la inercia del “business as usual”. En el centro del concepto del “triángulo de la inacción”, creen que las empresas encontrarán el poder y la valentía al dar el primer paso: si sus líderes experimentan una toma de conciencia real; si sus empleados suben a bordo; si sus ecosistemas están movilizados.

La verdadera cuestión es la de los límites planetarios. Entre ellos, el clima, pero también la biodiversidad, el uso del suelo, la contaminación, el ciclo del agua, etc.

El clima ocupa todos los debates porque es el tema que mejor se cuantifica (y por lo tanto se puede regular). Y esto es muy desafortunado, incluso muy peligroso, porque el sistema Tierra es complejo y todos los límites están interconectados: no es posible “resolver” uno sin los otros.

Respondió a la pregunta de María sobre cómo pueden cambiar las empresas recordando que cada empresa tiene dirigentes que son humanos, personas con emociones, con su parte sensible, ¡a menos que tengan una esquizofrenia de personalidades! En la formación CEC incluyen actividades como la escritura de una carta personal «para el futuro», para que sea leída en 2040, en la que cuenten los empresarios lo que han comprendido, lo que sienten y lo que van a hacer a partir de ese día pensando en 2040 (parte sensible) después de haber escuchado toda una jornada de conferencias sobre el estado del planeta (parte cerebral). Reconectar la parte sensible y la parte racional es ya un paso de la transformación.

Recuerda el problema de los balances de poder entre los políticos, los lobbys y los ciudadanos (que cada vez más… votan y participan menos). La reconexión con lo sensible es esencial.


Concluyó la ronda de contribuciones principales el profesor de AgroParisTech-CIRED, Alexandre Rambaud, codirector de la cátedra “Contabilidad ecológica”, con la presentación de un método de contabilidad ambicioso: CARE, del inglés Comprehensive Accounting in Respect of Ecology – Contabilidad integrada en el respeto de la ecología. CARE partió de un proyecto ideado por Jacques Richard, profesor emérito de la Universidad Paris-Dauphine, hace 10 años. Precisa que en la concepción del método, la contabilidad es como la estructura de la arquitectura de las actividades de las empresas, ya sean públicas o privadas. CARE es un modelo contable que propone hacer evolucionar los balances y las cuentas de resultados de las empresas, y por tanto todo el análisis del desempeño organizacional, para incluir la obligación de preservar las «entidades de capital» – capitales en el sentido de CARE – incluyendo los capitales naturales y los capitales humanos de las empresas. Por lo tanto, según CARE, una empresa sólo puede calcular su beneficio una vez que el “pago” de su deuda ecológica, hacia estos capitales naturales y humanos, esté garantizado, como ya lo hace con su capital financiero.

Han considerado la confluencia de la contabilidad con las ciencias de los ecosistemas, de los seres humanos y de la economía. CARE incorpora la noción del buen estado ecológico, que se relaciona con la de los límites planetarios – pero éstos últimos conciernen lo macro. Así, el buen estado ecológico corresponde al nivel de la empresa.

Hay más de 30 empresas que ya han optado por esta metodología. CARE ha puesto en evidencia contradicciones, prismas y encrucijadas en el funcionamiento de las empresas. Recuerda que la contabilidad se relaciona con la calificación, la categorización; no son únicamente cifras. Y eso implica un cambio de punto de vista sobre lo que son los activos. Genera debates de fondo al interior de la empresa, más allá de la retórica. Los cambios son profundos. En el salón PRODURABLE en París se presentaron tres ejemplos de su aplicación. En un caso, a pesar de que los resultados de una empresa fueran menores a los esperados, la Banca Pública de Inversión francesa (Bpifrance) mejoró la calificación de la empresa al presentar esta contabilidad rigurosa. Gracias a CARE se sanea el estado de resultados y se pueden tomar decisiones sólidas. Y no hay juicio de valores, es una realidad.

Existe ya un instituto llamado Institut de Formation en Comptabilité et Gestion Soutenables que prepara para obtener la certificación para la contabilidad CARE.

Hoy en día, gracias a la acción de unos de los creadores de CARE, ya existe en la Orden nacional de los expertos contables de Francia un sector (club) para el desarrollo sostenible, junto con los anteriormente establecidos, el fiscal y el social.

Hay contactos con el mundo empresarial belga y suizo (francófonos), pero el paso al mundo anglosajón es incipiente. Concluye señalando que a la sorpresa general de los portadores de CARE, el FMI citó su metodología como ejemplo de sistema para luchar contra la visión del corto plazo de los accionistas (court-termisme actionnarial) y van creciendo exponencialmente gracias a las comunidades de CARE.


El Festival Anticipation nació del encuentro entre dos perspectivas – artística y ecológica – materializadas por la colaboración de la agencia de producción artística togaether, y la agencia de consultoría en estrategia sostenible Tactic/14Septembre.


El autor no ha tenido – a la fecha – ninguna relación con los organizadores. Esta reseña muestra independientemente su reconocimiento al trabajo realizado en beneficio colectivo.


Mesa redonda: Límites planetarios y diseño : ¿restricciones u oportunidades creativas?

La Académie du Climat (París) acoge del 14 al 17 de septiembre el Festival Anticipation: « cuando el arte y la ecología se encuentran para imaginar el mañana ». Esta nota presenta una reseña de la mesa redonda del viernes 15/09/23

La presentación de la filosofía del festival Anticipation indica que » para tomar medidas concretas frente a los problemas ambientales y los desafíos climáticos, el festival ofrece un espacio para imaginar un futuro habitable y proyectarnos colectivamente hacia nuevas posibilidades «. Durante 4 días, más de veinte artistas y ponentes se movilizan para concienciar sobre los límites planetarios invitándonos a vivir experiencias artísticas, culturales y sociales susceptibles de generar una cultura del cambio.

La Academia del Clima

Al agruparse los cuatro primeros ayuntamientos centrales de París el 11 de julio de 2020 y decidirse que la sede del ayuntamiento central sería el edificio que correspondía al 3er arrondissement, quedaron vacantes las otras tres sedes iniciales. Por lo tanto se otorgó una nueva función a cada uno de los tres majestuosos edificios restantes. En el caso del desaparecido ayuntamiento del 4° arrondissement, hace exactamente dos años, el 15 de septiembre de 2021 abrió sus puertas la «Académie du Climat» con el objetivo de implicar de manera decisiva a la juventud en la transición ecológica. Su misión es también apoyar a quienes deseen movilizarse, realizar proyectos concretos, encontrar espacios de encuentro e intercambio para actuar y formarse en las amplias temáticas relacionadas con las cuestiones ambientales.

Podemos decir que se trata de una nueva concepción de institución que incluye aspectos habituales de los centros culturales y de los centros cívicos con elementos innovadores de los Tiers-Lieux que se están desarrollando en Francia desde hace una década. Para saber más sobre los Tiers-Lieux, en un artículo anterior he hecho una presentación más detallada.

Puntos de partida de la mesa redonda ‘Límites planetarios y diseño: ¿restricciones u oportunidades creativas?’

Regresando al festival Anticipation de este año, el tema de la mesa atrajo mi atención particularmente porque me recordó una frase del célebre escritor André Gide que ya he citado en un artículo anterior sobre la economía circular y la cooperación cultural transfronteriza de proximidad

Por su parte, dicen los organizadores que los recursos limitados y los problemas sociales nos obligan a repensar nuestra forma de diseñar nuestros objetos, nuestros espacios y, más ampliamente, la sociedad. Hay que entender estos cambios profundos para poder actuar; los participantes de la mesa redonda se preguntan «si no seguimos sentados todavía en sofás demasiado blandos para hacerlo».

Preparada en colaboración con la Paris Design Week (Semana del Diseño de París 2023), la mesa redonda ha sido una oportunidad para reflexionar sobre cómo el diseño debe promover la regeneración de los ecosistemas. Es hora de pensar diferente, de considerar los límites sociales y ambientales como una condición para toda producción. Los ponentes invitados han compartido sus ideas y experiencias sobre cómo convertir estos desafíos en oportunidades creativas y presentado enfoques radicales e innovadores centrados en el eco-diseño y la circularidad.

Los panelistas han sido:

La moderadora Mathilde Maitre, diseñadora y fundadora de Punktional, inicia la mesa redonda recordándonos la noticia de que el pasado miércoles 13 de septiembre de 2023 un nuevo estudio realizado por 29 científicos de ocho países diferentes y publicado en la revista ‘Science Advances’ ha indicado que las actividades humanas han dado lugar a que ya se hayan superado seis de los nueve límites planetarios que regulan la estabilidad y la habitabilidad de las personas en la Tierra. Éstos límites son el cambio climático, la integridad de la biosfera, el cambio en el uso del suelo, el uso del agua dulce, el flujo biogeoquímico y la introducción de nuevas entidades. Mathilde dice que la Tierra está mal y que la reflexión debe ir claramente más allá de reducir la huella de carbono en la atmósfera. Amplía la cuestión del diseño a la creación de imaginarios, para que el cambio sea deseable.

El diseñador Julien Gorrias con cierta dosis de humor ya se ha preguntado ¿ y si el futuro del diseño será el del mercado de antigüedades ? Él continúa pensando que crear y fabricar son consustanciales del hombre; son una necesidad a la que el ser humano no puede renunciar. Sin embargo, la pregunta es la de la duración del uso del objeto para que éste sea considerado sostenible. En todo caso, en su proyecto de «la silla que esconde el bosque» – nombre que juega con el equivalente en francés de la frase proverbial «los árboles no dejan ver el bosque», todos los materiales han sido naturales y trabajados con técnicas artesanales. Su creación y su degradación no tendrá ningún impacto sobre la naturaleza… e incluso sería capaz de regenerarla: la silla incluye semillas en su interior.

Los ponentes del Atelier Craft por su parte forman un binomio que reúne a un arquitecto y a un diseñador. Al relacionar lo artesanal/artístico con lo industrial me han recordado el espíritu de los talleres de la agrupación Wiener Werkstätte de principios del siglo XX. Pero los tiempos han cambiado de sobremanera. Se cuestionan cómo reinventar sus oficios. Se desempeñan tanto en el diseño de espacios como en la arquitectura experimental, pasando por la museografía. Después de presentar las tres fotografías correspondientes a estas áreas, concluyen afirmando que trabajan con eco-materiales (es decir respetando los principios de desarrollo sostenible – écosourcés) y que impulsan las obras participativas. Su obra «Empreinte – Table N01 1868-2023» (Huella – Mesa N01 1868-2023) mostrada en la exposición del festival resulta de una experimentación que recorre las temáticas de la memoria y de la influencia del contexto en el diseño, así como la posible circularidad de los materiales dentro de la práctica de diseñador arquitecto. La obra está realizada en aluminio, material fácilmente mecanizable, ligero y reciclable 100% sin alterar sus propiedades.

David Amar recuerda que cuando se trata de acelerar la transición ecológica en las empresas, el cambio toma mucho tiempo y energía. Requiere disciplina y tenacidad, además de que se tiene que hacer ¡ahora! y pasar a la acción. Piensa que en las organizaciones que generalmente se han mantenido con jerarquías verticales, el cambio debe comenzar desde arriba. Recordó por otro lado la obra de William McDounough «De la cuna a la cuna. Rediseñando la forma en que hacemos las cosas» (2002) y lo cita «El diseño es la primera señal de la intención humana». Se trata de concebir «la abundancia para todos y la sobriedad para cada uno». Si la cultura del egoísmo continúa siendo celebrada y alentada, como en el caso de los ultrarricos, la humanidad va directamente contra el muro. David Amar concluye recordando el ejemplo del primer ejemplo de diseño de silla diseñada de la cuna a la cuna, la Mirra Chair (2004) editada por Herman Miller. Se dice que es 96% reciclable. Otro ejemplo que cita son los altoparlantes de Bang & Olufsen Level 2021 que se pueden desmontar y permitirán adaptaciones conforme la tecnología avance.

Concluye el ciclo de contribuciones Frédérique Pain, directora de ENSCI Les Ateliers Paris. Se trata de una escuela creada en 1982 en el barrio de la Bastilla y es particularmente especial según su directora porque está dedicada exclusivamente a la creación industrial y al diseño. Para ella, es necesario estar en una disposición de completa agilidad para crear actualmente. La intuición de pensar considerando al futuro es parte de la enseñanzas que se deben anclar en cada diseñador, un reflejo que sea inconsciente. Ella señala que buscan alejarse del academicismo en sus programas y al contrario, se centran cada vez en proyectos, sin dudar integrar equipos interdisciplinarios. Los cursos se renuevan constantemente. Ella señala la interacción entre «el uso», «la producción» y «el territorio». Cierra recordando la necesidad de que comprendamos el concepto del «poder en común» de Hannah Arendt.


La mesa redonda fue seguida de un emotivo espectáculo-performance de la actriz y cantante Gildaa, sobre la historia de una mujer destrozada.



El Festival Anticipation nació del encuentro entre dos perspectivas – artística y ecológica – materializadas por la colaboración de la agencia de producción artística togaether, y la agencia de consultoría en estrategia sostenible Tactic/14Septembre.


El autor no ha tenido – a la fecha – ninguna relación con los organizadores. Esta reseña muestra independientemente su reconocimiento al trabajo realizado en beneficio colectivo.


Albert Edelfelt – Luces de Finlandia, ¡chispas de japonismo!

El Petit Palais, Museo de las Bellas Artes de la Ciudad de París, presenta del 10 de marzo al 10 de julio de 2022 la exposición «Albert Edelfelt (1854-1905) – Luces de Finlandia».

Organizada en colaboración con el Museo de Arte Ateneum de Helsinki, esta original monografía de una de las glorias de la pintura finlandesa de la segunda mitad del siglo XIX y los albores del XX presenta una centena de obras que dan seña de la evolución de su carrera y de la manera en que el artista contribuyó ampliamente al reconocimiento de un arte finlandés que se inscribe sin contradicción en los movimientos artísticos europeos de esa época y que incorpora toda una inspiración parisina… y, por ende, destellos del japonismo en pleno auge.

Además de subrayar el interés de la exposición, en este artículo me concentraré en recordar la ola del japonismo en Francia y cómo esta influencia es patente en diversas obras de Edelfelt, entrelazando a través de la pintura a Francia, Finlandia y Japón… Entrelazamientos que este blog estima particularmente.

Albert Edelfelt – una naturaleza encantadora, fina, delicada y abierta a todas las impresiones

Una nota del diario francés Le Journal des Débats presentaba así la personalidad del artista después de dieciocho años de su desaparición. Y es que la memoria y el renombre de una de las celebridades artísticas de Finlandia se ha mantenido con el paso del tiempo, tanto por su obra en sí, rotunda, como por el legado de su apoyo a los jóvenes talentos finlandeses que emergían (baste citar a Akseli Gallen-Kallela o a Magnus Enckell), sin dejar de mencionar su contribución cimentando la construcción del sentimiento nacional en pos de una Finlandia independiente del Imperio ruso.

Nacido en la propiedad familiar de Kiiala en Porvoo, en la costa meridional de Finlandia, Albert Edelfelt es hijo de un arquitecto de origen sueco. Recibe una primera formación artística en Helsinki (1871-1873) y después obtiene una subvención de Estado que le permite continuar sus estudios en la Academia de las Bellas Artes de Amberes, Bélgica (1873-1874).

Pascal Dagnan-Bouveret, «Retrato de Albert Edelfelt», 1887.

Una primera vocación: la pintura histórica

Determinado a desarrollar una carrera de pintor de historia, del « gran género », viaja después a París, donde se instala como muchos otros artistas en esa época y asiste de 1874 a 1877 a los cursos del taller de Jean-Léon Gérôme en la Escuela de Bellas Artes. Esos años de estudio son la ocasión de desarrollar una red de camaradería artística: frecuenta varios colegas finlandeses con quienes crea lazos privilegiados, como Gunnar Berndtson con quien comparte su taller, o el escultor Ville Vallgren. Cabe mencionar que en ese entonces la élite artística finlandesa habla esencialmente sueco, por lo que la proximidad lingüística facilita también la relación con otros artistas nórdicos (daneses, noruegos o suecos) presentes en la capital francesa, siendo una colonia artística muy numerosa según la exposición.

El pueblo incendiado: episodio de la revuelta de los campesinos finlandeses en 1596, 1879

Una nueva vía: la pintura al aire libre

Lógicamente, por su formación, gusto y cálculo, los primeros envíos de Edelfelt al Salón de París se inscriben en la corriente historicista, pero no deja de evolucionar inspirándose de las tendencias innovadoras del medio artístico parisino. Pronto conoce, en 1875, al gran representante del naturalismo, Jules Bastien-Lepage (1848-1884), quien lo lleva hacia el « pleinairisme », pintura al aire libre que privilegia el estudio de la luz y la observación de la naturaleza. Se puede considerar como un encuentro fundamental. De tal forma que la pintura de Edelfelt ofrece a partir de ese momento una nueva visión, mezclando realismo e impresionismo. Los críticos y el público lo plebiscitan.

El convoy de un niño, Finlandia, 1879
Servicio divino al borde del mar, Finlandia, 1881

Edelfelt, retrastista de prestigio

Los retratos representan aproximadamente la mitad de la obra de Edelfelt. Su aptitud a la observación realista, conjugada a su comprensión del modelo, lo hacen un retratista muy solicitado por los círculos mundanos, tanto intelectuales como políticos, incluso aristocráticos – siendo el clímax en este sentido la realización de retratos del Zar Nicolás II (de estilo muy oficial) o de los hijos de Alejandro III (de estilo íntimo) encargados por la familia imperial rusa. De hecho Edelfelt era miembro de la Academia imperial de las Bellas Artes desde 1881.

El reconocimiento internacional: el retrato de Louis Pasteur

En 1886, el pintor inmortaliza a Louis Pasteur en plena celebridad porque acaba de descubrir la vacuna contra la rabia. El retrato, verdadera alegoría de la ciencia en acción, encuentra un éxito rotundo en el Salón de París y le permite obtener un renombre internacional. La crítica reconoce la superioridad de su obra con respecto a la de un maestro confirmado, Léon Bonnat, quien expone igualmente una efigie del célebre científico. Edelfelt representa a Pasteur en su laboratorio: tomado en las primicias de su gran descubrimiento, con el rostro concentrado y determinado, examina un trozo de médula espinal en un recipiente. Encarnación de la ciencia positivista promovida por la tercera República francesa, el Retrato de Louis Pasteur es adquirido por el Estado francés y vale a Edelfelt la obtención de la Legión de honor. Desde el encuentro de Edelfelt con Jean-Baptiste, el hijo de Pasteur, en 1880, el pintor desarrolla lazos de amistad duraderos con la familia, de la que se vuelve retratista oficial. Un último testimonio de estas relaciones entrañables es el Retrato de la Sra. Pasteur en duelo, presentado en la Exposición Universal de 1900.

Retrato de Louis Pasteur, 1886


Edelfelt realizó además otros retratos de científicos, como el del Doctor Roux y el del profesor Runeberg.

« El más parisino de los finlandeses y el más finlandés de los parisinos »

Es en París, en París, donde siento batir mi corazón, es ahí donde comprendo lo que es vivir

– Albert Edelfelt a Charles Baude, San Petersburgo, 21/11/1888

Edelfelt reside permanentemente en París de 1874 hasta 1889, año en que regresa a Finlandia, pero conserva toda su vida una relación especial con la capital francesa, teatro de sus más grandes éxitos y trampolín de su carrera internacional.

En el jardín del Luxemburgo, 1887

Curiosamente el artista realiza solamente un gran cuadro del exterior parisino durante su carrera: En el Jardín del Luxemburgo (1887). Presentado en la galería Georges Petit, se caracteriza por su encuadre descentrado, una composición dinámica, la sutileza de su luminosidad y el virtuosismo cromático, en especial en el tratamiento de los distintos matices del blanco.

Escenas de la vida moderna – Chispas de japonismo

Joven mujer pelirroja con un abanico japonés, 1879

« Notable intérprete de la gracia femenina » – como señala la comunicación del Petit Palais – Edelfelt gusta de representar a las elegantes parisinas, en la esfera pública o privada, frecuentemente bajo los rasgos de su modelo preferida, Virginie. Cuida describir precisamente el fulgor de los trajes y el refinamiento de los accesorios, lo que es posible percibir en la muestra de cuadros presentados en esta sección de la exposición: a nivel de los artículos salta a la vista el japonismo en boga en esos momentos, ya sea en un abanico ya sea en los biombos o en un paño de fondo, confiriendo al conjunto una atmósfera sofisticada y sin llegar a ser extravagante en ningún momento. La placa que acompaña el cuadro « Parisina leyendo » de 1880 señala que Edelfelt compraba sus accesorios en el gran almacén « Le Bon Marché ».

Parisina leyendo, 1880
Virginie, 1883
La respuesta, 1887
Al piano, 1884

Una obra más con elementos japonisantes, pero de su colega Gunnard Berndtson:

Gunnar Berndtson, «Un poco, con locura, nada – pausa en el taller», 1879

Ahora propongo que hagamos justamente un breve entrelazamiento con respecto al fenómeno del japonismo.

La gran ola del japonismo

En 1872, el crítico de arte Philippe Burty (1830-1890), aficionado francés de objetos de arte y estampas, publica en la revista “El renacimiento literario y artístico” una serie artículos en que manifiesta su interés por la cultura japonesa. En uno de ellos, del 6 de julio de 1872, utiliza por primera vez en francés el término Japonisme. En efecto, Francia fue el país a partir del cual esta moda se propagó, cubriendo todas las áreas artísticas.

Si es cierto que ya la propia reina Marie-Antoinette disponía de artículos japoneses – como su célebre colección de lacas – la llegada de más ejemplares y de mejor calidad en el segundo tercio del siglo XIX, encontró en Francia especialmente (y en Occidente en general) un territorio fértil, curioso y en búsqueda de innovación y ruptura en las bellas artes y las artes decorativas.

En pintura, por ejemplo, la lista de artistas es larga y de una calidad sin comentarios: Édouard Manet, Vincent Van Gogh, Claude Monet, Mary Cassatt, Edgar Degas, Paul Gauguin, Pierre Bonnard…

Hay claras muestras de esta moda en dos obras de Édouard Manet de las que he tomado sendos fragmentos: uno con abanicos japoneses (lo que ha inspirado uno de los títulos de la pintura « La Dama de los abanicos » de 1873) y otro con una estampa decorativa de un personaje japonés (« Retrato de Émile Zola » de 1868). Ambas anteriores a la llegada de Edelfelt a París en 1874; podemos intuir que Edelfelt iba a estar inmerso completamente en el ambiente del japonismo desde entonces.

Junto con Manet y Monet, otro de los mejores ejemplos es Van Gogh quien descubre en Amberes en 1885 las estampas de Hiroshige, de Hokusai, y de Reisei. Admira sus composiciones simples, la frescura y los colores vivos, llegando incluso a adquirir más de 400 de estas estampas. Monet, por su parte, las colecciona y son hoy en día uno de los grandes atractivos de su casa-museo en Giverny. 

He abordado este fenómeno en otros artículos, ligándolo por ejemplo con la célebre estampa de La Gran Ola de Kanagawa de Hokusai.

El fenómeno del Japonismo, visto en retrospectiva, nos dice mucho de la polinización cruzada entre Occidente y el Extremo Oriente que, a pesar de diferencias de intensidad a través del tiempo, se ha mantenido y crecido.

La siguiente obra, intitulada « Puesta de sol sobre las colinas de Kaukola » de 1889-1890 nos va a permitir hacer una transición de regreso a la obra de Edelfelt, acercándonos a los temas finlandeses que privilegia y defiende en los últimos años de su vida. Como lo precisa el comentario de la exposición, de este cuadro trasparece la admiración de Edelfelt por las estampas japonesas: el pintor emplea un original formato vertical para un paisaje de Finlandia (pensemos en los kakemonos japoneses). Presentada en el Salón de la Sociedad nacional de las Bellas Artes en 1890, la obra seduce a la crítica por su luminosidad sutil y su atmósfera casi mística.

Puesta de sol sobre las colinas de Kaukola, 1889-1890

El canto de la tierra natal – Obras a connotación patriótica – El regreso a Haikko

Paralelamente a su carrera parisiense, Edelfelt mantiene una relación fuerte con su tierra natal. Dispone de un port d’attache (puerto de amarre) en Haikko en el que se hace construir un taller en 1883 y regresa ahí todos los veranos.

Vista de Haikko, 1989

El pintor saca de los paisajes septentrionales y de la vida rural de sus compatriotas temas de inspiración para las grandes composiciones que desea proponer en el Salón, y con los que consolida su reputación, como « La hora de regreso de los obreros » o « Delante la Iglesia, Finlandia »). En estas obras emblemáticas, el pintor pone en escena la esencia misma de lo que constituye su patria: los finlandeses (pueblo de campesinos y marinos), los paisajes que combinan lagos y bosques (« Vista sobre Haikko »), la luz crepuscular (« Puesta de sol sobre las colinas de Kaukola »), sin olvidar la nieve y las casas de madera (« Paisaje de invierno en el parque Kaivopuisto, Helsinki »). La exposición subraya la gran ternura de las representaciones de sus conciudadanos.

La hora del regreso de los obreros, Finlandia, 1885
Niña tejiendo un calcetín, 1886

Gran viajero y patriota, Edelfelt tiene un papel mayor en la promoción de Finlandia y en su lucha por la independencia, como su compatriota Juhani Ano. Más allá de su relación visceral a su tierra natal, su apego a los temas específicamente finlandeses forma parte de un real compromiso político. Esta militancia aparece en diversas obras, como el retrato de la cantante de runes Larin Paraske, encarnación de la identidad finlandesa.

Larin Paraske (Encantamiento), 1893

En su tela « Pescadores finlandeses », el pintor da un aire feroz y determinado a los tres personajes que escrutan el horizonte, símbolo de la patria bien decidida a luchar contra el yugo del opresor. Difundido a través de copias, este cuadro se ha vuelto un icono de la resistencia patriótica.

Pescadores finlandeses, 1898

De la misma manera, el paisaje de la « Isla de Särkkä, Helsinki » puede ser interpretado como un manifiesto en favor de la autonomía finlandesa: la fortaleza instalada sobre la isla fue construida en el siglo XVIII para resistir al invasor ruso.

Curiosamente, en la exposición no se menciona una posible inspiración del Kalevala, la epopeya finlandesa compilada por Elias Lönnrot, publicada una primera vez en 1835 y posteriormente en su versión final en 1849. Me parece sorprendente, ya que Edelfelt vive en el periodo en que esta obra literaria tiene un impacto decisivo en la constitución del sentimiento nacional finlandés y la afirmación de la importancia de la lengua finesa, que no se convierte lengua oficial nacional sino hasta 1902, junto al ruso y el sueco. El Kalevala sí es, en cambio, una fuente de inspiración del pintor Akseli Gallen-Kallela, once años menor que Edelfelt.

La postura diplomática de Albert Edelfelt es consagrada por su nominación como Comisario de la sección finlandesa en la Exposición universal de 1900 en París. El pabellón finlandés, distinto del de los rusos, es puesto al mismo nivel que los pabellones de otros países, consagrando a Finlandia como nación autónoma. Responsable de la decoración del pabellón del arquitecto Eliel Saarinen, Edelfelt encarga obras a varios colegas y pinta él mismo dos paisajes, como esta vista del puerto de Helsinki:

El puerto de Nyländska Jaktklubben en Helsinki, 1899

Por su empeño político y estético, así como su estatura internacional, el pintor se afirma como un modelo para la joven generación de artistas finlandeses, entre los cuales destacan el mencionado Akseli Gallen-Kallela, o Helene Schjerfbeck y Magnus Enckell.

Edelfelt muere el 18 de agosto de 1905, a los 51 años, en Haikko, su lugar tan querido que pinta hasta el final de su vida, un refugio íntimo, asociado estrechamente a su universo familiar poblado de mujeres: su madre Alexandra, su esposa, sus hermanas Berta y Annie y la vieja aya Tatja. Serán sus hermanas quienes publicarán en 1923 la correspondencia de Edelfelt con su madre; ellas también contribuirán a preservar su memoria y su reconocimiento.

El Cottage de los Karlsson, 1905. Acuarela, gouache y lápiz sobre cartón.

La exposición de Albert Edelfelt en el marco de una « primavera finlandesa en París » en 2022

Simultáneamente a « Luces de Finlandia », dos exposiciones temporales más tienen lugar en París y en su cercanía sobre otros pintores finlandeses: « Gallén-Kallela, mitos y naturaleza » en el Museo Jacquemart-André y « 1882, un verano nórdico en el Castillo de Maisons ». Ambas se entrelazan naturalmente con la trayectoria de Albert Edelfelt.

El Petit Palais la presenta poco tiempo después de la exposición sobre « Ilya Répine (1844-1930) – Pintar el alma rusa ». « La edad de oro de la pintura danesa (1801-1864) » o « Anders Zorn – El maestro de la pintura sueca » fueron también organizadas previamente, dando a conocer mejor la creatividad de artistas nórdicos al público en la capital francesa. Merece la pena recordar también « La Hora Azul de Peder Severin Krøyer » presentada por el Museo Marmottan Monet en 2021, cuyo director recuerda a la vez su asombro al ver la exposición « Luces del Norte » en 1987 en el propio Petit Palais… Seguramente el título de la exposición de Edelfelt en 2022, « Luces de Finlandia », hace un guiño a dicha muestra.

Edelfelt, un artista inscrito en su tiempo

Guy Boyer, director de la redacción de la revista « Connaissance des arts » comenta que la exposición revela todas las facetas de Edelfelt, de las más convencionales a las más revolucionarias, aunque señala una trayectoria desigual. Aprecia menos sus componentes historicistas o de retratista « sin gran originalidad » y pone en relieve su trabajo en cuanto a los paisajes, con las acuarelas tintadas de japonismo y casi abstractas. 

Por mi parte, considero que la exposición nos hace entender que lógicamente Edelfelt no es revolucionario en toda su obra: por ejemplo, adopta poco del movimiento impresionista que justamente surge en ese entonces – incluso lo critica en un principio – y parece voluntariamente mantener de su formación académica la idealización, el refinamiento y el virtuosismo. También comprendo que Edelfelt se enfoca en tener éxito en las diferentes ediciones del Salón de París, cuyos jurados no aprecian precisamente en ese contexto los cambios radicales.

En otro orden de ideas, no se aborda en la exposición su contacto con el orientalismo (significativa inspiración artística en Francia tanto en la literatura, la pintura, la música, la ópera, la danza, etc… anterior y simultánea al japonismo, que sí abrazó plenamente Jean-Léon Gérôme, su profesor) ni incluye obras relacionadas con su viaje a España por ciudades como Madrid, Sevilla, Granada, Córdoba y Toledo, en 1881. Diversas pinturas me han recordado a los cuadros luminosos de la playa o de pescadores de Joaquín Sorolla (1863-1923). Se puede entender este entrelazamiento si pensamos en el movimiento de la pintura en aire libre (pleinairisme) al que Edelfelt participó y en el « luminismo valenciano ». Similarmente, pienso en obras del sueco Anders Zorn (1860-1920) y del danés Peder Severin Krøyer (1851-1909). Todos habiendo pasado por París… y en el caso de Zorn, amigo de Edelfelt.

Niños al borde del agua, 1884

En cuanto al japonismo que he puesto especialmente en relieve, los cuadros expuestos muestran más su afición por los complementos decorativos, ya sea por objetos o telas, que una intención de encontrar nuevas soluciones a problemas inherentes del arte occidental en que está inmerso. En todo caso, no participa de lo que se podría llamar « falso japonismo » o « japonismo mal comprendido » con un eclecticismo oriental quimérico y exótico.  

Sin ser forzosamente de todas las vanguardias europeas del último cuarto de siglo XIX, el legado de Edelfelt brilla por su inserción en el contexto artístico europeo basado en París, iniciando la vía más singular de la pintura nacional finlandesa y apoyando el camino hacia la confirmación del sentimiento patriótico finlandés frente al ocupante ruso. Como dice Guy Boyer, « imágenes patrióticas que resuenan extrañamente en estos días de invasión rusa en Ucrania ». 

Edelfelt abrió puertas.

Fuentes: Comunicado de prensa y dossier de la Exposición del Petit Palais / Biografía de Abert Edelfelt en el sitio web «Biografía nacional de Finlandia» / Conferencia de Laura Gutman en el Petit Palais (29/03/22) / Sitio web http://albertedelfelt.com . Traducciones realizadas por el autor. Las imágenes incluidas en este artículo son únicamente con fines pedagógicos de ilustración y de transmisión y no hay fines de lucro; sin mención de autor, las obras son de Albert Edelfelt.

Exposición «Todos, sangres mezcladas» en el MAC VAL

Del 22 de abril al 03 de septiembre de 2017 se presentó en el Museo de Arte Contemporáneo de Val-de-Marne «MAC VAL» una exposición colectiva que se propuso explorar una noción tan «universal como candente»: la identidad cultural. Dedicar un artículo a esta exposición no es más que natural en la medida de que el corazón de los fundamentos de este blog se encuentra «en la fuerza de las relaciones de entrelazamientos que caracterizan nuestro mundo, desde la genética con el ADN a doble espiral hasta los procesos de migraciones y la diversidad de expresiones culturales», como señalo en la página de presentación.

La exposición se relacionó con los temas de actualidad a través de las miradas y las experiencias de artistas, alrededor de preguntas clave que agitan a nuestro mundo, como «¿Qué nos reúne? ¿Cómo se construye una cultura común a pesar de orígenes siempre diversos? ¿Qué hay al centro de la noción de identidad cultural invocada por los Estados para justificar la autoridad de sus instituciones, de sus historias, y de sus fronteras? A través del arte, cuya definición es tan relativa como la de la identidad, la exposición nos sugirió una multitud de caminos de reflexión.

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Comisarios: Julie Crenn y Frank Lamy, asistidos de Julien Blanpied y Ninon Duhamel

El arte como herramienta de análisis de lo real

En esta ocasión, alrededor de 120 obras jugaron con el visitante, como metáforas en tres dimensiones en una exposición voluntariamente antinacionalista, ‘anticomunitarista’, pro-mestizaje, pro-inmigración, de acuerdo con la presentación de sus comisarios. Entre los sesenta artistas incluidos, muchos han experimentado alguna de las formas del desarraigo: geográfica, cultural, de género o generacional.

¿Qué quiere decir ‘nosotros‘? ¿Qué significa formar parte de un grupo? ¿Cómo se reconoce uno dentro de un grupo? ¿Qué crea la diferencia y cómo esta diferencia puede crear problemas?

Sin un recorrido preestablecido o separación jerárquica o temática, las obras llamaron libremente a nuestros sentidos y pensamiento, evocando directa o sutilmente las dimensiones de las lenguas, los territorios, las fronteras, los mapas, las banderas, las escrituras, las imágenes, las familias, la Historia y sus narraciones, los estereotipos… en diversos formatos como las instalaciones, collages, vídeos, fotografías, esculturas, entre otros.

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(A partir de aquí, la redacción está al presente, ya que escribí el artículo cuando la exposición estaba montada).

Asuntos exteriores. Asuntos interiores. Ambos. Selección de algunas obras

A continuación presento, subjetivamente, algunas de las obras expuestas, con subtítulos que propongo para introducir una de las principales dimensiones aludidas por el artista. Algunas obras son generalistas, muchas otras se relacionan con ejemplos y situaciones singulares vividas por los artistas. Y por los visitantes, seguramente.

¿Los principios y valores de la Carta de las Naciones Unidas al centro de rondas de diálogo sin fin?

En preámbulo, podemos encontrar al exterior de la sala de exposición principal la obra de Chen Zhen «Mesa redonda».

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Chen Zhen (Shanghai, 1955 – París, 2000), «Round Table» (1995), Collection Centre national des arts plastiques, dépôt au Musée national d’art moderne / Centre de création industrielle, Paris.

Se conforma por 29 sillas heteróclitas provenientes de los cinco continentes y de países diferentes, empotradas en torno a una mesa circular de madera, suspendidas arriba del suelo por una estructura metálica. Al centro de la mesa, un texto en mandarín evoca los principales artículos de la Carta de las Naciones Unidas.

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La obra fue realizada en ocasión de la exposición «Diálogo de la paz» que celebró el 50° aniversario de las Naciones Unidas en Ginebra. El motivo de la mesa redonda es recurrente en la obra de Zhen y simboliza el diálogo y la voluntad de reunirse. Sin embargo, la invitación a sentarse alrededor de la mesa se vuelve rápidamente algo imposible por la disposición de las sillas. La utopía del diálogo entre los pueblos se enfrenta al obstáculo de la incomprensión. Así, en este contexto, la mesa se convierte en un símbolo de poder, de las negociaciones y de los acuerdos políticos. Al mismo tiempo, la mesa es un simple objeto cotidiano, como la que se encuentra en los restaurantes de China, lugar donde se comparte y se intercambia. La referencia a dicho país es también directa por el extracto del texto de la ONU en mandarín, como una evocación subyacente a la política autoritaria china.

El artista llegó a Francia en 1986 y creó instalaciones que asocian y confrontan objetos contemporáneos y tradicionales de las culturas china y occidental. Adepto de un ‘exilio permanente’, Zhen se definía como un «sin abrigo cultural (sans abri culturel)», es decir, «no pertenecer a nadie pero estar en posesión de todo».

Bienvenida (y/o despedida) con la paradoja del concepto relativo del ‘extranjero’

Dos accesos nos llevan a la sala principal de la exposición, pero también son indistintamente las vías de salida. En ambos encontramos sendas inscripciones del colectivo «Claire Fontaine» con la frase «Extranjeros en todas partes» escrita en tubos de neón en diferentes lenguas incluyendo el castellano. Ésta se refiere a un colectivo anarquista italiano de Turín (Stranieri Ovunque) que combatía el racismo. El colectivo Claire Fontaine utiliza esta expresión a la manera de Albert Camus que escribía «todos somos el extranjero para el otro» («on est tous l’étranger de l’autre«) declinada por otros tantos también en una enorme variedad de frases similares en discursos, entrevistas y artículos.

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Vista parcial de «Étrangers partout», 2010, del colectivo Claire Fontaine basado en París. 20 neones en 20 lenguas distintas

Para complementar el sentido de esta obra, se menciona que en el libro «El racismo explicado a mi hija» (1998), el escritor, poeta y pintor Tahar Ben Jalloun escribió:

– ¿Qué es un extranjero?

– La palabra ‘extranjero’ viene de la palabra ‘extraño’, que significa ‘fuera’, ‘exterior’. Designa a aquél que no es de la familia, que no pertenece al clan o a la tribu. Es alguien que viene de otro país, ya sea próximo o lejano, a veces de otra ciudad o de otro pueblo. De ella surgió la palabra ‘xenofobia’, que significa hostil a los extranjeros, a lo que viene del extranjero. (…) ¡No olvides! Siempre uno es el extranjero para alguien, es decir que uno siempre es percibido como alguien extraño por aquél que no es de nuestra cultura.

Desde este acceso, es patente que los puntos de vista se desplazan, se invierten, se multiplican e incluso pueden estallar cuando se busca definiciones absolutas.

Mapas celestes para travesías individuales

Las Constellations de Bouchra Khalili abaten las representaciones hegemónicas del territorio, esas mismas que determinan administrativamente la noción de « extranjero ». Los caminos de la migración toman la forma de mapas de estrellas realizados por la mano del artista, apoyándose en los relatos de personas en el exilio. Las grandes ciudades etapa corresponden a los astros, mientras que las líneas entre ellos son las travesías individuales. El fondo azul noche, las líneas y los puntos blancos ignoran los mares y las montañas, los puntos de control y las fronteras rectilíneas que separan a Sudán, Libia y Egipto o Irak y Siria. El cielo indiferente resalta la absurdidad de las delimitaciones políticas. A continuación, una de las seis constelaciones presentadas en la exposición:

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Bouchra Khalili (Casablanca, 1975). Vive y trabaja en Berlín y París. «The constellation n°8», 2011. Impresión serigráfica sobre papel BFK Rive, contracollage sobre aluminio, 62 x 42 cm. Colección Fondo municipal de la Ciudad de París

La imagen ocupa un lugar central y ofrece visibilidad a los individuos y su relación con los territorios. Mediante un cuestionamiento sobre los viajes de personas o los transportes de mercancías, sobre lo escrito, la oralidad y la traducción, sobre los discursos oficiales frente a la experiencia íntima de la Historia, el artista hace resonar las problemáticas que se dibujan alrededor de las fronteras.

Por cierto, ‘Constellations‘ es también el nombre dado a la presentación actual de las obras de la colección de la Tate Liverpool en que se destacan las relaciones entre obras pivote revolucionarias que han dejado un impacto profundo en el arte moderno y contemporáneo y otras ligadas a ellas a través del tiempo y de localidades. Nada lejos del Albert Dock donde se ubica la Tate se encuentra una escultura conmemorativa en bronce llamada ‘Legacy Sculpture‘ de Mark DeGraffenried, en que una familia joven representa a los nueve millones de emigrantes que partieron desde Liverpool hacia el ‘Nuevo Mundo’. Lo que me lleva de regreso al MAC VAL, donde una notable escultura mucho menos figurativa, menos convencional y menos nostálgica ocupa un lugar esencial de la exposición. Se trata de una obra de Karim Ghelloussi, sin título, aunque se le conoce como ‘pasajeros del silencio’.

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Karim Ghelloussi (Argenteuil, 1977). Vive y trabaja en Niza. ‘Sans-titre (passagers du silence)’, 2011-2014. 16 personajes de tamaño real, resina y mortero, dimensiones variables.

Más que preguntarnos a quiénes representan estos personajes, lo presentimos. Intuimos que transitan. Son migrantes a los que los eventos han llevado (u obligado) a partir. Sus maletas son modestas, incluso inexistentes para algunos de ellos. Han dejado todo detrás de ellos, quizás la familia, los amigos, bienes… Tras la fatiga, tras el agotamiento naciente, se adivina una fuerza a pesar de todo. Aquella de la esperanza de una mejor condición, de un mayor respeto hacia la persona humana, hacia la vida y la dignidad.

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Karim Ghelloussi. ‘Sans-titre (passagers du silence)’, 2011-2014.

Derechos básicos de circulación

Las constelaciones anteriores, que muestran travesías, y los pasajeros del silencio, pueden encontrar un eco en una obra del artista Taysir Batniji intitulada «El hombre no vive solamente de pan #2» de 2012. Acuña un artículo de la Declaración universal de los derechos del hombre y del ciudadano sobre jabones de Marsella (y en referencia clara también al consagrado jabón de Alepo, Siria).

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Taysir Batniji (Gaza, 1966). Vive y trabaja en París. «El hombre no solo vive de pan #2», 2012. Jabón de Marsella. 81 x 253,5 x 4 cm. Producción Marseille-Provence 2013, Talleres del Euro-Mediterráneo

Artículo 13

(1) Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.
(2) Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.

Toute personne a le droit de circuler librement et de choisir sa résidence à l’intérieur d’un État. Toute personne a le droit de quitter tout pays y compris le sien et de revenir dans son pays.

En Francia, se comenta que cerca de 50.000 personas se encuentran internadas en campos de retención, y la ‘hospitalidad a los indocumentados’ es considerada un delito.

La primera versión de esta obra fue realizada en 2007 con letras de chocolate suizo. El público comió todo el artículo durante un día de la exposición. Al recurrir a materiales frágiles y alterables, Taysir Batniji aborda el tema de la libertad bajo el ángulo de la versatilidad, así como de la usurpación. Crea una tensión entre la permanencia y lo efímero; entre margen de acción y restricción.

Por otro lado, el artista portugués Marco Godinho, dejaría estampado por doquier su sello «forever inmigrant» (por siempre inmigrante). En el museo, lo realiza in situ sobre un muro – muy elocuente, dado el contexto actual de la obsesión presidencial norteamericana. El joven artista evoca el estatuto del extranjero que no se define por una pertenencia cultural y lingüística sino por un conjunto de medidas legislativas y reglamentarias que fijan las condiciones de entrada y de estancia/residencia en un país dado, en un marco de atención tensa por parte de muchos Estados que se preocupan por el dominio de los flujos migratorios. La visa y la impresión del sello son los estigmas que el artista desvía de su sentido en este caso.

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Marco Godinho (Salvaterra de Magos, Portugal, 1978). Vive y trabaja en París y Luxemburgo. En la parte superior, vista general del muro sellado con «Forever immigrant», 2017, MAC VAL

Cartografía y arbitrariedad

Bady Dalloul nos confronta en su vídeo (2016) y su tríptico compuesto de mapas, collages, dibujos y escritura sobre tela (2015) al aspecto arbitrario y maquiavélico de la definición de las fronteras. « Discussion Between Gentlemen » se refiere a un hecho histórico cuyas consecuencias han sido devastadoras hasta hoy en día: dos pares de manos trazan « zonas » en un mapa del Medio Oriente en 1920, con la ayuda de una regla, de una goma y lápices de colores que delimitan « territorios ».

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Esta discusión silenciosa entre caballeros se refiere a los Acuerdos Sykes-Picot (1916), negociados en secreto entre Francia y el Reino-Unido bajo la autorización de la Sociedad de Naciones, con trasfondo del descubrimiento de enormes reservas de petróleo en la región y la búsqueda de protección al acceso del Canal de Suez (abierto en 1869 gracias a fondos británicos y franceses). Todo ello incluso cuando se había hecho una promesa de apoyar la creación de un Estado árabe unificado.

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Body Dalloul (París, 1986). «Discussion Between Gentleman», 2015.

Incluir a Mona Hatoum es ineludible, no solo por haber realizado una residencia en el propio MAC VAL, sino por su notable obra cuya retrospectiva en el Centro Georges Pompidou en 2015 ha sido un hito. Está presente en la exposición con una tela de terciopelo en que está plasmada una proyección de Peters del mapamundi. Esta representación no occidental y antiimperialista del mundo muestra los diferentes continentes según sus proporciones reales. El uso del terciopelo se relaciona con el espacio doméstico, confortable y protector, en contraste con la imagen casi fantasmagórica y enigmática del mundo en que es difícil situarse.

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Mona Hatoum (Beirut, 1952), «Projection (velvet)», 2013. Terciopelo de seda y barra de acero, 97 x 162 cm.

Mona Hatoum nació en 1952 en Beirut, Líbano; es hija de palestinos desplazados después de la creación del Estado de Israel en 1948. Por ello considera que sufrió de un primer exilio incluso antes de su nacimiento. Creció sintiendo la cólera resultante del exilio por parte de sus padres. En 1975 conoció un segundo exilio: mientras que se encontraba de viaje en Londres, el contexto de la guerra civil en el Líbano la obligó a mantener su estancia ahí. Actualmente vive y trabaja en Londres y en Berlín. Cabe destacar que la artista considera su propio cuerpo como un territorio de investigación y una herramienta plástica. Explora el sentimiento de pertenencia: una cultura, una nación, un hogar, un cuerpo, una familia, una comunidad. Puedo complementar la obra presentada en el MAC VAL con otros ejemplos presentados en el Centro Pompidou:

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Mona Hatoum, algunas de las 100 obras presentadas en su primer gran monografía en el Centro Georges Pompidou, París, 2015.

La imposibilidad de regresar a su domicilio, como ha sido el caso desafortunado de tantas personas y familias, permite una transición de la creación de Mona Hatoum hacia otra obra de Taysir Batniji, sin título, un manojo de llaves de vidrio. Por restricciones políticas, el regreso a Gaza es imposible para el artista a partir de 2006. Las llaves de vidrio son la copia de lo único que conserva de su taller hoy inaccesible. Bellas, frágiles, inútiles. Se refleja el estado de «entre-deux«, situación a caballo entre otras, transitoria, compartida por numerosos individuos en el contexto palestino actual.

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Taysir Batniji (Gaza, 1966). Vive y trabaja en París. «Sans titre», 2014. Manojo de llaves de vidrio, escala 1/1

El tema de la narración y de los relatos personales y grupales

Por lo general, la versión de los cazadores (y no la de los conejos) es la que se escribe, se transmite y se glorifica. Los mexicanos lo sabemos, a través de un contra-ejemplo, la crónica de Miguel León Portilla «Visión de los vencidos» sobre la conquista española. En la exposición, parte la historia mexicana también es aludida. Con su vídeo «Álamo», Sylvie Blocher confronta cuatro versiones de un mismo evento histórico: el sitio del Fuerte de Álamo, Texas, en 1836. Éste es un lugar de conmemoración de la revolución de los colonos por la independencia de Texas, en ese entonces territorio mexicano. Cuando éstos reclamaron su autonomía con respecto a México – que había abolido la esclavitud en 1829 – recibieron una ayuda armada de los Estados Unidos. La guarnición del Fuerte Álamo fue aniquilada en marzo de 1836 por las tropas del dictador mexicano López de Santa Anna. A pesar de ello, la República de Texas proclamó su independencia en abril de ese año.

La artista filma de la misma manera (escenario, postura, enfoque) a cuatro perfiles, un poco tal arquetipos, pero sin caer en una caricatura: un hombre ‘anglo’, una mujer ‘latina’, una mujer ‘afro’ y un hombre ‘nativo’. Mientras que el WASP, guía de museo, recita con romanticismo patriótico una versión aprobada por las instituciones, las miles de víctimas y la memoria mexicana aparecen en la versión de la segunda participante. La tercera, comenta los crímenes racistas perpetrados por la ideología de los WASP que reintrodujeron la esclavitud en el contexto de la independencia texana y sus consecuencias, y al final, la cuarta secuencia cuenta la exterminación de los amerindios y de su cultura en voz del último jefe de la tribu Auteca Paguame. Así, la confrontación de diversas voces sobre este evento clave de la construcción de los Estados Unidos puede participar en la deconstrucción de una mitología nacional única y reductora.

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Sylvie Blocher (France, 1953). Vive y trabaja en Saint-Denis «Álamo», 2014 Instalación vídeo colo, sonido, 16’9″ En esta ilustración, la versión 3 con Kitty A. Williams y la versión 4 con Ramón Vásquez y Sánchez

Historia, geografía y colonialismo

Podemos destacar otras obras en las que la amnesia y la hipocresía son enfrentados a la memoria (y el deber de la memoria), a los archivos, a la difícil o imposible reparación…

Entre ellos, un par de fotografías de Sammy Baloji, quien explora su propia historia y la de su país, la República Democrática de Congo – que ha cambiado cinco veces de nombre en un siglo –  y de su región, Katanga, codiciada por sus recursos mineros. En el marco de una misión que lo llevó a fotografiar la arquitectura colonial y los sitios industriales de Lubumbashi, accede a fondos privados de archivos fotográficos de empresas mineras, con fotos nunca antes difundidas o estudiadas. De este encuentro nació la serie de collages ‘Memoria’ (Mémoire) de 2004-2006. Incrusta retratos de indígenas y de colonos tomados de las antiguas fotografías en blanco y negro a fotografías contemporáneas en color de las minas y terriles abandonados.

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Sammy Baloji (Lubumbashi, 1978). Vive y trabaja a Lubumbashi y Bruselas. ‘Untitled #7, de la série Mémoire’, 2006 Fotografía digital sobre papel mate satinado, 60 x 191 cm.

Estos collages cuestionan el rol de la memoria mediante la actualización de hechos que pertenecen tanto a su presente como a su pasado. Evoca la explotación durante la colonización belga (1885-1960); aquella después de la independencia por parte del Estado central de Kinshasa; y actualmente, la ejercida por empresas y bandas armadas rivales, frecuentemente extranjeras.

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Sammy Baloji. ‘Untitled #21, de la série Mémoire’, 2006 Fotografía digital sobre papel mate satinado, 60 x 163 cm.

Sube y baja constante de las relaciones entre imperios y colonias

En un plano dinámico, a través de una instalación juguetona de un balancín y dos personajes vestidos de colores y cabezas de globo terráqueo, Yinka Shonibare MBE está presente con «End of Empire» de 2016.

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Yinka Shonibare MBE (Londres, 1962). Vive y trabaja en Londres. ‘End of Empire’, 2016. Instalación, maniquís en fibra de vidrio, wax en algodón, metal, madera, motor, globos y cuero. 296 x 510 x 99 cm

La construcción de la identidad y de las relaciones ambivalentes entre África y Europa están al centro del trabajo de la artista británica de origen nigeriano, quien acompaña su nombre de las siglas MBE (Member of the British Empire – miembro del Imperio Británico). Nos sorprende de diversas maneras. Por ejemplo, su tela de predilección es el ‘wax‘; inicialmente era una tela de algodón con motivos indonesios, fabricada en Holanda, vendida en África del Oeste en el siglo XIX. Durante la descolonización, los africanos se la apropian para reivindicar y celebrar su identidad frente a los europeos. Considerada como auténticamente africana, la tela es en realidad el resultado de un mestizaje cultural y de la historia colonial.

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Yinka Shonibare MBE. ‘End of Empire’, 2016. Vista de uno de los personajes con ropa de tela ‘wax’

Esta instalación fue creada para la celebración del centenario de la Primera Guerra Mundial. Los dos personajes están vestidos con trajes victorianos de tela wax. Sus cabezas, globos terráqueos, ilustran la situación geopolítica de las alianzas europeas en 1917. De esta manera, recuerda la implicación de las colonias en este conflicto. La oscilación del balancín traduce las relaciones de fuerza entre los dos campos.

Genotipos, fenotipos, estereotipos…

Seguramente muchos hemos visto circular en las redes sociales un enlace que lleva a un sitio que «analiza» la fotografía de perfil de la persona y por un logaritmo mágico determina en un clic las raíces ocultas del origen de la persona expresado en porcentajes de procedencia… perfectamente discutible en lectura literal y sin gracia realmente en segundo grado. En fin, esta introducción me remite a un proyecto expuesto de la artista Nina Esber intitulado «Arlésienne» de 2005. Se trata de un autorretrato fotográfico con 49 imágenes, a la vez fragmentado y plural ya que las imágenes la presentan de distintas formas. En cada foto, al pie aparece una pregunta inscrita en caracteres rojos, por ejemplo: ¿argelina? ¿libanesa? ¿portuguesa?… 49 preguntas que pueden resumirse en un ¿de dónde viene?

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Nina Esbar (Beirut, 1971). Vive y trabaja en París y Beirut. ‘Arlésienne’, 2005. Vista parcial de la serie de 49 fotografías en autorretrato, 15 x 21 cm

Nina Esber retoma voluntariamente los códigos de la fotografía de identidad. La multiplica según los orígenes hipotéticos que la gente le comenta cotidianamente. A la figura de ‘extranjera’, la artista prefiere una ficticia «Arlésienne» (de Arles), invisible, fantasmagórica. La artista rechaza las designaciones y los estereotipos, reivindicando su derecho a la indeterminación y a la invisibilidad.

Por su parte, Malik Nejmi está representado por tres fotografías de jóvenes francesas de origen laosiano que llevan los trajes tradicionales del Pi Maï, la fiesta de año nuevo. Estas jóvenes tienen un papel importante en la celebración porque bailan danzas tradicionales para toda su comunidad. El efecto es que los retratos condensan aparentes oposiciones: maquillajes y expresiones del siglo XXI frente a peinados y vestuario tradicional del pasado. El artista comenta que las jóvenes pasan con naturalidad ‘de una identidad a la otra’, rompiendo así con los cánones de la ‘identidad nacional’.

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Malik Nejmi (Orleans, 1973). Vive y trabaja en Orleans. ‘Aune’, ‘Alice’ y ‘Chinayz’, ‘Orléans de la série Pi MAÏ’, 2010. 110 x 110 cm cada una

Por otro lado, el ya citado Karim Ghelloussi se interesa por el espacio mediático, para examinar nuestras relaciones con respecto a las imágenes y sus incidencias en el imaginario colectivo. Trabaja con aquellas que son sintomáticas de un evento o de un contexto político específico; que van a obtener un estatuto de icono. El artista las trata mediante un proceso que diríamos de digestión y de transposición. Se apropia la técnica tradicional de la marquetería o parcha los retratos oficiales u oficiosos de dirigentes políticos europeos como Marco Draghi, Jean-Claude Junker, Christine Lagarde o incluso Jean-Marie Le Pen. No son seleccionados al azar: el artista subraya sus responsabilidades frente a la Historia y los problemas económicos y políticos. Las imágenes, constituidas de  virutas de madera, resultan de bricolaje, de una reconstitución voluntariamente torpe que participa a una reflexión crítica hacia las actrices y los actores del poder.

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Arriba, la foto de la Presidenta del FMI, Christine Lagarde, en Douala durante la gira en África en enero de 2016. Abajo, la obra de Karim Ghelloussi (Argenteuil, 1977). «Sin título», 2016. Marquetería, Virutas de madera, 188 x 241 x 5 cm.

Fragmentación y dislocación de los órdenes estéticos establecidos

Continuando con el tema de los fragmentos, Jimmie Durham, artista de origen cheroqui, se ha afirmado como militante de la causa india y de los derechos cívicos. Su producción artística traduce una investigación sobre la identidad, llevada por una crítica del imperialismo y la segregación. En sus obras, de tono subversivo, da sentido a los objetos rotos, abandonados o relegados. Así, en Aphrodite Unchained de 2014, una cabeza de Afrodita – referencia a las raíces antiguas de la civilización occidental – es la piedra que rompe un vaso de estilo siglo XVIII, objeto representativo del «siglo de las luces» durante el que el hombre blanco redactó la Declaración de los derechos humanos y del ciudadano, al mismo tiempo que continuaba la práctica de la trata de esclavos.

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Jimmie Durham (Arkansas, 1940). Vive y trabaja en Europa. ‘Aphrodite Unchained’, 2014. Mármol, resina, cerámica, dimensiones variables

La obra denuncia las condiciones que hicieron posible la exclusión y la esclavización de un pueblo por otro pueblo. Estos gestos de destrucción recurrentes en la obra de Durham mezclan violencia y humor; son liberadores: el artista pone en tela de juicio todo orden estético establecido.

Diálogos y participación

En la exposición, no hay conclusiones – tan complejo y rico es lo relacionado a la identidad cultural. Más allá de la visita y la interesante co-construcción de sentidos que han fomentado los comisarios, hay tres elementos más que resaltar: la mediación constante con el público, las visitas guiadas incluyendo la lengua de signos, y las instancias de diálogo con el público – como durante los fines de semana. A este efecto se encuentra un ágora en el espacio de la sala de exposición, donde una serie de debates y presentaciones se ha realizado en un ciclo los domingos. Por ejemplo, la tertulia intitulada «Dioramas» en la que Jessica Paez, la responsable de programación de la Haus Der Kulturen Der Welt de Berlín, propuso una visita y una discusión alrededor de la descontextualización de una imagen o de un objeto de arte de parte de una institución museística, del movimiento de descolonización de la cultura, del papel de las imágenes en la construcción de la historia y de la cultura nacional.

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Colectivo Présence Panchounette (activo de 1968 a 1990). Bateke (Walkman), 1985. Escultura en madera patinada, valijas de cartón, walkman, 158 x 80 x 55 cm. Colección MAC VAL

Como un intento de conclusión, vale la pena recordar que los comisarios manifestaron su rechazo a proponer un mensaje bien-pensante, naïf o utópico; la exposición se aventuró al enfrentamiento de la Historia oficial, de sus relatos, de sus olvidos, de sus traducciones, para aprehender la situación actual y tratar de comprender el regreso al deseo colectivo de repliegue, de defensa de una identidad que se habría vuelto nacional. A las tentaciones comunitaristas, lo universalista, la atmósfera culpante y los valores peligrosamente moralistas, los comisarios prefieren el diálogo, el mestizaje, los frotes, la prospección, las diferencias y los cruces. Recuerdan al filósofo Achille Mbembe que dice que « todos somos pasantes », ya sea individuos o grupos, en movimiento. Junto con los comisarios, podemos decir que la identidad cultural es una construcción, un concepto que se performa (ejecuta/actúa); se transforma a lo largo de las experiencias, es cambiante, fluctuante, movediza, porosa, criolla. Todos somos pasantes, migrantes, mestizos, híbridos, extranjeros, construcciones, seres en relación… «Todos, de sangres mezcladas».

Con la gran diversidad de la colección de este museo y en colaboración con otros, nuevas exposiciones temporales seguirán enriqueciendo esta reflexión evolutiva, consolidando el trabajo notable de la institución y sus comisarios. En las líneas siguientes me detengo un momento para una breve descripción del proyecto del Museo de Arte Contemporáneo de Val-de-Marne.

El MAC VAL

El MAC VAL es el primer museo exclusivamente dedicado a la escena artística francesa a nivel de un Departamento, el ‘Val-de-Marne’ (administración territorial intermedia entre el municipio y la región), a partir de una idea incubada desde los años 1950. Inaugurado en 2005, se encuentra en la periferia sudeste de París, en el municipio de Vitry-sur-Seine, caracterizado por su gran diversidad de habitantes. El proyecto del museo se desarrolló a partir de la creación del Fondo Departamental de Arte Contemporáneo en 1982, basándose en la convicción de que el apoyo a la creación artística, volcada de manera determinada hacia los públicos, concurre al crecimiento personal, al conocimiento del otro, al respeto mutuo y a la cohesión social. Se trata de una visión humanista de la cultura que se ilustra a través de las misiones del museo, con las más de 2.500 obras que componen la colección. Entre ellas, obras de artistas ineludibles como Christian Boltanski, Bruno Perramant, Claude Closky, Gina Pane, Annette Messager, Pierre Huyghe… y artistas emergentes – confirmando la voluntad del museo de estar lo más cerca posible de la creación actual, de ser experimental e innovador.

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Vista exterior del MAC VAL © Rafael Mandujano

Importantes residencias artísticas han sido fomentadas en su marco, entre ellas la de la artista plástica anteriormente mencionada, Mona Hatoum, en 2009, que culminó con una obra intitulada «Suspendu«.

En armonía con la presentación de su colección, tres o cuatro exposiciones temporales se organizan anualmente. Monográficas o colectivas, éstas toman la forma de una invitación y un encuentro con un artista; son una prolongación de la colección y dan lugar a la posibilidad de ir más lejos en el descubrimiento del arte contemporáneo. Por ejemplo, otro de los ejes de su trabajo trata de las fronteras de los géneros, en particular el de la masculinidad en 2015.

Version 2

Los lazos con los temas sociales y de actualidad en las exposiciones temporales han estado siempre presentes, como cuando abordaron las relaciones entre el arte y la economía; el ciclo llamado «Zona de productividad concertada»; la exposición Stardust sobre cómo el artista se posiciona en el cosmos; la emoción con la exposición onírica «Llévame» (Emporte-moi), entre otras.

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MAC VAL. Una de las salas de exposición.

Si desarticuláramos al bello recinto del MAC VAL, con sus generosos y luminosos espacios, de su diverso entorno cosmopolita y de los temas de enfoque definidos para su misión – que vinculan el arte contemporáneo con la complejidad del mundo actual –  como si lo desplazáramos a los barrios reproductibles y artificiales en desarrollo en múltiples territorios (como Dubai o Abu Dhabi), encontraríamos solamente un islote desconectado y un laboratorio de artificialidad de más. El MAC VAL en cambio, además de su innegable estética arquitectónica, me parece que sabe vincularse de manera sincera y comprometida con su espacio circundante. Prueba de ello, el porcentaje largamente mayoritario de habitantes de su proximidad (municipios, Departamento) en las estadísticas de visitantes. Una situación alentadora en cuanto a democratización cultural, con perspectivas aún para ir más lejos. Seguiré con atención su programa después del cierre de esta exposición.

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48 horas @ «Un été au Havre 2017»

De mayo a noviembre, un interesante programa cultural está siendo la ocasión de conocer o redescubrir Le Havre de manera audaz y abierta a la diversidad.

Continuando con el tema de mi artículo anterior «¡Le Havre festeja sus 500 años de historia insólita!«, en las siguientes líneas describiré diversos aspectos de «Un été au Havre 2017» que tuve el gusto de apreciar con un par de amigos, de manera independiente, durante prácticamente dos días (14-15 de julio). No se trata de un recuento exhaustivo, más bien de una fotografía personal, por tanto parcial, sobre esta experiencia, complementándola y contrastándola con otros eventos culturales similares.

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No es la primera vez que voy a Le Havre, ciudad-puerto normanda patrimonio mundial de la humanidad. En realidad, ya había hecho dos veces una breve escala anteriormente: en una descubrí el Museo de arte moderno – André Malraux así como Sainte-Adresse, una agradable área balnearia colindante; en otra visité esencialmente su moderno puerto, en un paseo en barco. Sin embargo, se trató en ambas visitas de una estancia puntual, con ganas de cruzar rápidamente el Puente de Normandía e ir a la otra margen del estuario, hacia Honfleur o Trouville. Ahora en cambio estaban reunidos todos los ingredientes para atraer específicamente nuestro interés por visitarla e incluso pernoctar ahí aprovechando el día feriado del 14 de julio.

Como se puede ver en la siguiente foto, el festejo nacional era evidente gracias al despliegue de banderas en la fachada del Ayuntamiento, edificio emblemático del proyecto de reconstrucción del arquitecto Auguste Perret que he descrito en el artículo anterior.

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14/07/2017 Ayuntamiento de Le Havre Foto: © Rafael Mandujano

Un programa cultural ecléctico que pone en relieve la arquitectura, el espacio público y lo marítimo en todas sus facetas

Ideado por Jean Blaise, reconocido director artístico de festivales y sobre todo por el proyecto del centro cultural Lieu Unique de la ciudad de Nantes, el programa veraniego de Le Havre incluye durante cinco meses 16 obras, 16 eventos, 20 artistas, 26 lugares…  

Jean Blaise no deseaba algo nostálgico para festejar el origen de este lugar. Su ambición ha sido generar, a partir de la visión de diversos artistas, un proyecto cultural ligado al territorio, además de acompañar una campaña de (re)valoración de su imagen como destino empresarial y de turismo urbano. De hecho, se espera dos millones de turistas este año. Han considerado para ello un presupuesto de 20 millones de euros.

Comunicación, comunicación, comunicación

Al menos en París, los colores de la campaña de comunicación resaltan por todas partes: estaciones de metro, en calles como la 4 septembre, en plazas como la de la Bourse y en la estación de trenes de Saint-Lazareen los medios también, incluyendo Métropolis, 28 minutes del canal Arte o en anuncios y artículos en revistas culturales de amplia difusión como Connaissance des arts o Télérama… una cobertura sin común medida con respecto a otros programas culturales de envergadura. Incluso creo que ha podido llegar a poner en dificultades a la ciudad de Nantes, precursora de este tipo de programas de verano desde 2012 con ‘Le voyage à Nantes‘ (concebido también por Jean Blaise) y ello a pesar de la difusión actual de anuncios en las salas de cine MK2 por ejemplo. Como mencionaba en la introducción, «Un été au Havre» no está pasando desapercibido.

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Uno de los carteles publicitarios del programa presentes en las estaciones de metro parisino. Foto: ©Daniel Gosset

Localmente, el diseño gráfico del programa nos acompaña casi por todas partes, desde la llegada a la estación de tren hasta las vitrinas de los variados comercios que han claramente adoptado el programa.

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De arriba a la izq. y siguiendo las manecillas del reloj: Pegatina en la vitrina de un hotel afiliado a «Les ambassadeurs du commerce»; cartel monumental en la estación de tren; otro estilo de cartel en una vitrina; cartel en el MuMA; automóvil de la campaña. Fotos: © Rafael Mandujano

Veamos a continuación uno de los elementos destacados del programa que tuvimos la ocasión de experimentar:

Arte en el espacio público

Se trata de uno de los puntos esenciales del programa. Le Havre está en plena mutación y se ha deseado que los artistas la ayuden activamente en la transformación: artistas plásticos, diseñadores, directores teatrales, novelistas…

Dejando poco lugar a la improvisación o a la flânerie propiamente dicha, la guía de visita señala cuatro recorridos en la ciudad que parten del centro cultural Le Volcan – Espace Oscar Niemeyer, notable obra del arquitecto brasileño, que para esta ocasión alberga un espacio específico de información sobre las actividades del programa y una tienda con diversos libros y toda la gama imaginable de memorabilia sobre la ciudad, su historia y el programa cultural.

Los recorridos se intitulan:

  1. La ciudad Perret
  2. Hacia el puerto
  3. Las escaleras (urbanas)
  4. Las dársenas

Adicionalmente, se creó una aplicación de telefonía móvil para facilitar y enriquecer la visita.

Itinéraires et application

A través de los recorridos, se insiste en la experimentación de su topografía, siguiendo los pasos de Perret, de Niemeyer, de Monet y los impresionistas, de Dufy, de Pierre et Gilles… para facilitar su reinterpretación, y como expresa el propio Jean Blaise,  «revelarla a Europa y a ella misma probablemente (…) una ciudad llena de imágenes extrañas (…) ciudad fotogénica (…)» donde el tema de la luz «se ha vuelto un cliché». En resumen, para él, se trata de «comprenderla, apreciarla, ponerla en escena, detectar a aquellos que le inoculan su energía y su talento, ser con ellos audaz, al mismo tiempo justo, hacer que brote su extrañeza y su poesía evidente«.

Muchos de los visitantes usan la guía y la aplicación por lo que he podido ver. Así, es fácil distinguir(nos), además de a través de los otros indicadores usuales como son la cámara fotográfica y un cierto look (el de su deseado turista urbano).

Sería muy largo detallar cada recorrido en este artículo; en la práctica, fuimos un tanto indisciplinados, y los mezclamos. En cualquier caso, me han impactado en especial las siguientes esculturas e instalaciones artísticas:

Cadena de contenedores – Escultura monumental de Vincent Ganivet

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Vista desde la Rue de Paris. La escultura es prácticamente el emblema del programa. Foto: © Rafael Mandujano

Es la formidable «Catène de containers» en versión francesa, localizada en el Quai de Southampton, y que sin lugar a dudas se ha convertido ya en uno de los remates visuales más espectaculares del mundo. El artista plástico y escultor francés Vincent Ganivet ideó sus dos arcos de contenedores que parecen formar parte de un juego de Lego para gigantes, con 13 m. de alto, 36 contenedores y un peso de más de 232 toneladas. ¡Sin mencionar las 350 toneladas de hormigón para los cimientos! Requirió una colaboración de ingeniería sofisticada para el diseño de su armazón – que pasa casi desapercibida – y también de una participación técnica/artesanal, por ejemplo para aplicar los colores como el rojo, el amarillo, el rosa o el naranja que han necesitado capas adicionales de pintura para tener tal efecto visual. El artista menciona una inspiración de parte de Gaudí en sus obras. La ubicación estratégica permite también observar en perspectiva la ida y venida de los más grandes navíos y los ferries. Es un must de los adeptos del selfie y un bello emblema temporal de la ciudad.

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Contaste de los arcos de colores con la arquitectura de reconstrucción de Perret. Foto: ©Rafael Mandujano

Instalación UP#3 – escultura de Sabina Lang y Daniel Baumann

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UP#3 – 2017 Foto: ©Rafael Mandujano

Jugando con la perspectiva de la Porte Océane, los artistas Sabina Lang y Daniel Baumann han colocado sobre la playa una estructura blanca en el eje visual de los edificios y de las avenidas colindantes. La escultura emerge sobre los guijarros como un gran pórtico. Monumental y elegante, de un blanco brillante, parece encontrar el equilibrio entre lo usual y lo descabellado, como un ovni, funcional y a la vez construcción de lo absurdo. Sus creadores nos dejan la interrogación…  ¿escultura?¿arquitectura? En todo caso, su belleza no se presta a largas discusiones.

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UP#3 – 2017 Foto: ©Rafael Mandujano

Instalación «Colores en la playa» – Proyecto de Karel Martens

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Instalación «Couleurs sur la plage». Fotos: ©Rafael Mandujano

Las cabinas de la playa de Le Havre son un símbolo de la ciudad balnearia y en general siempre han sido blancas. Así que al artista gráfico Karel Martens, especializado en tipografía e ilustración, se le ocurrió proponer a los propietarios de las 713 cabinas que se pintaran con bandas de colores, siguiendo un protocolo gráfico originado a partir de los documentos de fundación de Le Havre y mediante el uso de un programa informático. Algunas se mantienen blancas voluntariamente. Aunque al principio hubo cierta reticencia – incluyendo la del entonces alcalde Édouard Philippe – el resultado ha sido acogido con gusto y a primera vista parece algo que siempre ha sido así. De modo que, a mi parecer, tal sofisticación pasa desapercibida y me cuestiona. Independientemente de ello, merece la pena comentar que algunas de estas cabinas han sido muy equipadas por sus propietarios, mientras que otras simplemente almacenan sillas y camastros. Todas tienen la ventaja de proteger del viento del Atlántico, que soplaba fuerte al momento de la visita.

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Panorama hacia la ciudad, con la torre octogonal de la Iglesia Saint-Joseph y las cabinas de playa con la instalación «Couleurs sur la plage». Foto: ©Rafael Mandujano

Iglesia Saint-Joseph – Instalación «Acumulación de poder»

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Detalle de la instalación de Chiharu Shiota. Foto: ©Rafael Mandujano

Como mencioné en el artículo interior, la iglesia Saint-Joseph es considerada como un monumento a la memoria de las víctimas de los bombardeos y como la obra mayor del arquitecto Perret (asistido por Raymond Audigier y Georges Brochard). Actualmente en su interior flota una extraordinaria voluta – adorno en forma de espiral – de 25 m. de alto, de lana roja, que parece ser aspirada por la torre octogonal cuya cúspide se eleva a 107 m.  Se trata de la obra de la artista japonesa Chiharu Shiota y de su equipo.

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«Acumulación de poder», instalación de Chiharu Shiota. Foto: ©Rafael Mandujano

Es apropiado resaltar esta obra en un blog cuyo nombre subraya los entrelazamientos (interlacements); de hecho, la artista nipona señala que utiliza los hilos de lana como medio de exploración de las relaciones entre los seres humanos y su sentimiento de pertenencia.  Chiharu Shiota representó a su país en la 56a Bienal de Venecia y su obra se expone alrededor del mundo.

He visto un vídeo con respecto a su preparación: sorprendió el tamaño final de la instalación. Incluso he pensado que merece mucho la pena tratar de regresar después para contemplar el interior sin la instalación, porque se percibe parcialmente el interior de la torre que debe de ser en sí impresionante.

«El templo de los 5000 deseos» – Instalación del dúo «La BaZooKa»

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La instalación y la experiencia propuesta a los visitantes me pareció entretenida, un rato para jugar simplemente y un pretexto para dar un corto paseo en barca. Los artistas de La BaZooKa relacionaron el jardín japonés tradicional privado que celebra el hermanamiento de Le Havre y Osaka, con la práctica japonesa de escribir deseos y colgarlos (en árboles por ejemplo) y con la de los rituales y sus etapas codificadas.

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La isla artificial con el templo rojo de la instalación «El templo de los 5000 deseos». Foto: © Rafael Mandujano

Así, entre otras cosas, se propone escribir un deseo personal para los 500 años siguientes, introducirlo en una cápsula de color brillante y colocarlo donde uno desee en la isla artificial creada para la ocasión, en la que también hay al centro un poliedro rojo cuya forma se inspira del tsukubai del propio jardín japonés. El poliedro es como un pequeño templo cuyo interior se visita, pero no desvelaré aquí la sorpresa que resguarda su interior.

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El Tsukubai del jardín japonés de Le Havre; las cápsulas multicolores para los deseos; la isla artificial con el templo rojo. Foto: ©Rafael Mandujano

Otras instalaciones notables

La lista podría continuar con los siguientes ejemplos:

  • Venus y Marte – Instalación de Félicie d’Estienne d’Orves

A observar durante la noche: las dos chimeneas de la central térmica de la compañía EDF se iluminan a intervalos variables gracias a 476 LEDS, en función de la velocidad de la luz y las distancias entre la Tierra con respecto a los dos planetas mencionados, que no dejan de recordar a un célebre libro. ¡Todo calculado con el apoyo de un astrofísico!

En el Port Center de Le Havre, la creadora de paisajes sonoros, Charlotte Roux, asocia a su música electrónica, diversas grabaciones de habitantes realizadas en la ciudad:  dockers, profesores, boxeadores…

  • Impact – Instalación perenne de Stéphane Thidet 

En la Dársena del Comercio, dos poliedros de acero inoxidable separados de 60 m.  emergen progresivamente de la superficie del agua en función de las mareas. De ellos surgen dos potentes chorros intermites, uno contra otro, generando una gran nube de gotas, llena de energía, propuesta como metáfora, un «encuentro fuerte y frágil a la vez, siempre en movimiento».

Eventos y exposiciones

Los grandes eventos públicos del programa no tenían lugar durante nuestra estancia. Por un lado, la apertura fue festejada con un desfile popular intitulado «Magnifik Parade» el 27 de mayo. El siguiente gran momento tuvo lugar el fin de semana del 7 al 9 de julio con el espectáculo de la compañía Royal de Luxe llamado «Franciscopolis» que atrajo multitudes. Se trató de la continuación de varias presentaciones de gigantes animados que iniciaron en 1993. Las fotos del evento son grandiosas. Al final del programa, el 8 de octubre se festejará en grande la fecha de la creación de la ciudad (en cambio, la creación del puerto fue decretada el 7 de febrero de 1517).

Sin embargo, en complemento del programa, algo que pudimos notar fue la gran atracción popular que suscitan los fuegos artificiales del 14 de julio, más allá del concierto que les precedió. Por el número de automóviles – y el embotellamiento generalizado resultante – se puede deducir que muchas familias y amigos acuden de toda la región circundante.

La exposición Clair-obscur de Pierre et Gilles en el MuMA

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Le Havre es la «Nueva York» de la infancia de Gilles Blanchard, integrante de la célebre pareja de artistas «Pierre et Gilles«, cuya exposición «Clair obscur» en el Museo de arte moderno «André Malraux» está batiendo récords de visitantes. Inaugurada por el actual primer ministro francés, Édouard Philippe, la exposición retrospectiva organizada en colaboración con el Museo de Ixelles de Bruselas presenta más de 80 obras que datan desde el final de los años 1970 hasta hoy en día. Algunas obras se presentan en una línea de cabinas blancas, como las de la playa de la ciudad. También hay obras de la colección del MuMA que los artistas han seleccionado porque les han inspirado de alguna manera; una presentación de recuerdos personales que los vinculan con Le Havre (portadas de revistas, fotos, discos, objetos, figuritas…); un vídeo en que los artistas explican esta relación, entre otros. Así, la diversidad sexual presentada en esta exposición llega sin duda también a nuevos públicos.

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Una de las cabinas de la exposición Clair-obscur de «Pierre et Gilles» en el MuMA. Foto: © Rafael Mandujano

Posteriormente, una vez concluida esta interesante y sorprendente exposición, el MuMA va a marcar seguramente un nuevo hito con la exposición «Impression(s), Soleil» que contará con el préstamo excepcional de la obra clave en la historia del arte «Impression, soleil levant» de Claude Monet, pintado en Le Havre en 1872, hoy en la colección del Museo Mamottan Monet de París.

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En otros lugares de Le Havre se presentan exposiciones atractivas, como «Ser mecenas en los albores del Renacimiento«; «Ciudades flotantes» sobre la historia de los buques transatlánticos que tenían a Le Havre como puerto; la «Smart Factory» que interroga la relación del arte con la tecnología en «Le Tétris» (centro cultural multidisciplinar y residencia de artistas)… entre otras; la oferta es diversa, interesante y atractiva para diferentes públicos.

48 horas que pasaron en un abrir y cerrar de ojos

Durante nuestra estancia, también dedicamos un tiempo bastante considerable a la visita del conjunto urbano reconstruido según los planes del arquitecto Auguste Perret, del apartamento modelo y del Espacio Oscar Niemeyer (aspectos descritos en detalle en el artículo precedente). Visitamos Sainte-Adresse, los jardines suspendidos con su espléndida vista panorámica de la ciudad, del puerto y la desembocadura del río Sena y realizamos un recorrido botánico al mismo tiempo que podíamos escuchar un concierto dado en el conjunto de esa antigua fortaleza militar. Contamos con la suerte de un tiempo espléndido en esos momentos.

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Para concluir esta reseña sobre dos días en Le Havre en el marco de los festejos de sus 500 años y de su primer programa de verano cultural, incluyo algunos puntos adicionales, positivos y negativos, con respecto a nuestra experiencia.

Los +

  • un serio esfuerzo de mediación, con personas de diversas personalidades y edades, amables y comunicativas en cada uno de nuestros contactos;
  • puntos de información distribuidos en lugares ideales (un buen indicio de su pertinencia: la fila que se formó a la llegada de nuestro tren en el punto de información);
  • el punto de vista del programa que considera la ecología – se invita a reciclar los folletos (dejándolos en lugares prácticos para que otros visitantes los usen, por ejemplo);
  • no visto pero interesante: las visitas teatralizadas al apartamento modelo y las visitas que incorporan aspectos intangibles a la experiencia (las reservaciones estaban completas)

Los –

  • la capacidad hotelera (¿aparentemente?) limitada: por ejemplo, a pesar de nuestra anticipación para reservar, no quedaban muchas opciones. Incluso durante nuestro check-in, la recepcionista respondió a una llamada indicando que «todo Le Havre estaba lleno durante el fin de semana». Éste puede ser un aspecto estructural limitante del proyecto. Pero si se ampliase la oferta, ¿hasta que punto sería sustentable?
  • los horarios de la mayoría de los restaurantes brillan por su inflexibilidad – es decir, son muy estrictos y limitados, incluso en un día popular como el sábado. Dadas las cifras de visitantes previstos, nos cuestionamos si los restaurantes fueron suficientemente contactados y convencidos de la afluencia esperada. Después de buscar alguna opción en el área del MuMA y del centro reconstruido a eso de las 14:30, prácticamente no encontramos más que la opción de una crepería – correcta eso sí – pero no éramos los únicos en esta situación; una cierta solidaridad entre ‘turistas urbanos’ se estableció puesto que era evidente que buscábamos alguna solución. Si esto se supiera de antemano o si alguna brasserie cambiara su actitud (puesto que las respuestas de los restaurantes eran incluso desagradables), este punto no constaría aquí. Es decir, atraer al turista urbano también requiere de ajustes en cuanto a los servicios locales – lo que es una oportunidad empresarial  también – o a la comunicación honesta en cuanto a las restricciones. También me parece reflejar una limitación estructural; sin embargo, sí hay lugares para tomar un café o tomar bebidas; y,
  • como anécdota final, un problema con el tren de regreso a París (uno más, dirían muchos viajeros con billetes de la SNCF que en los pasados días debían ir por su parte al Oeste y Suroeste de Francia). Nuestro esperado tren ‘intercités‘ fue remplazado por un vetusto tren de cercanías (RER), lo que en un trayecto de casi tres horas y sin aire acondicionado cuenta mucho en contra. Obviamente, los servicios de la compañía de trenes no son la responsabilidad de la organización del programa cultural, pero sí forman parte de la experiencia global, sobre todo si se pone en evidencia la campaña de comunicación del programa cultural desde la estación de trenes parisina de Saint-Lazare. En fin, unos días después de formular la queja ante la SNCF se recibió una compensación por este incidente.

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En resumen, tanto el conjunto del programa cultural ‘Un été au Havre 2017‘, como la experiencia que tuvimos durante 48 horas, me han parecido muy atractivas, llevándome a confirmar que Le Havre es sobria, pero sobre todo, interesante. Y un caso de estudio original de turismo cultural en Francia y de su campaña de comunicación.

¡Le Havre festeja sus 500 años de historia insólita!

“ ¿ Ya fuiste a Le Havre ? ”

Es la pregunta que en el verano de 2017 está flotando en el aire parisino, de manera discreta pero frecuente, en ocasión del festejo del quinto centenario del puerto normando creado por decreto del rey François Ier el 7 de febrero de 1517.

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Desde las fotos de amigos en Instagram a los reportajes de los principales noticiarios de la televisión gala, incluyendo el título de «metrópolis de la semana» de uno de los programas del canal franco-alemán Arte, el Jubileo no está pasando desapercibido. Lo que seguramente ha sorprendido a más de uno, ya que durante años los clichés con respecto a Le Havre no han sido particularmente halagadores en cuanto a sus cualidades como destino turístico: para unos, de clima difícil «con cuatro estaciones en un día»; para otros, ciudad industrial de concreto y de aspecto desfavorable (feíta, dirían en confianza); cuyo mar tan frío dificulta bañarse en él… entre otros…

La realidad muestra que, de manera similar a la ya célebre frase de Klaus Wowereit, el ex-alcalde de la capital alemana, que describía a Berlín como «pobre, pero sexy», podemos decir que Le Havre es «sobria, pero interesante».

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Vista desde la Plaza del Ayuntamiento. Al centro se extiende la Rue de París hacia el océano. © Rafael Mandujano

Voy a dedicar dos artículos a esta ciudad «fundada para abrir Francia al mundo y para vincular a las personas«, como señala su alcalde actual, Luc Lemonnier. Esta entrega resaltará su rica historia marcada por la tragedia; su original reconstrucción, aunada a la herencia de sus siglos anteriores la han llevado a ser inscrita en la lista de la UNESCO como patrimonio de la Humanidad. Hoy en día se encuentra en una etapa de resurgimiento: la segunda entrega se enfocará a una visita de 48 horas que realicé para experimentar el ambicioso programa cultural festivo llamado «Un été au Havre 2017«, con su sorprendente mezcla de eventos y muestras de creación artística contemporánea en el espacio público.

Le Havre – situación geográfica y desarrollo

A 200 km. al Noroeste de París (casi tres horas de tren), la ciudad se halla en la proximidad de la desembocadura atlántica del río Sena.

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Su nombre traducido al castellano puede ser «El remanso» (de paz, o «de gracia» según su poética denominación original, ‘de grasse‘ en antiguo francés). Alrededor de la dársena original, Girolamo Bellarmato, arquitecto sienés, trazó el plano de los barrios de Saint-François y de Notre-Dame y fortificó la ciudad. Pocos testimonios quedan hoy de aquella ciudad.

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Residencia del siglo XVII que perteneciera a un Corsario real de nombre Dubocage de Bléville. Reconstruida, hoy es uno de los museos de la historia de Le Havre.

Partiendo de una vocación comercial y de reforzamiento defensivo contra la amenaza inglesa, Le Havre conoció una época de oro con el comercio transatlántico – en 1823 dejó su función militar. Nodo continental de la ruta del café, del algodón, del carbón, del petróleo, de personas…  desafortunadamente también participó al comercio triangular.

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Del 24 de junio al 31 de diciembre de 2017 una exposición aborda, entre otros, el tema de la memoria del comercio triangular, relacionándolo con Senegal.

La importancia de su puerto se ha mantenido a lo largo de los siglos. Como anécdota, se dice que actualmente el 80% del café importado por Francia llega a Le Havre. Hoy en día, la superficie de este puerto ultramoderno es comparable a una vez y media la de París. Es el primer puerto de Francia en cuanto a tránsito de contenedores y el quinto más grande en Europa.

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Como a Rotterdam, su gran rival neerlandesa, ser un puerto esencial del comercio europeo la llevó inexorablemente a su ruina durante la Segunda Guerra Mundial. En efecto, su puerto y la ciudad sufrieron de una destrucción casi total a causa de una serie de bombardeos en 1944, sobre todo los británicos del 5 de septiembre sobre estos territorios ocupados por los alemanes. Aunque las cifras varían en cuanto a las desafortunadas pérdidas humanas (5.000 muertos), hay un consenso en cuanto a los 80.000 desalojados al final de la guerra.

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Vista de la Rue de Paris, centro de Le Havre (1944)

Al terminar la guerra en 1945, el necesario trabajo de reconstrucción es evidentemente vasto. En cuanto al núcleo urbano de Le Havre, el proyecto es confiado en la primavera de 1945 a Auguste Perret (1874-1954), renombrado arquitecto, entre los primeros en utilizar el hormigón armado a gran escala.

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El arquitecto Auguste Perret por Théo Van Rysselberghe. Museo de Orsay, París.

¡Un urbanismo incomparable en el mundo!

Perret y la reconstrucción

Bajo la dirección de Perret, un «taller de la reconstrucción» es constituido con un núcleo de arquitectos, discípulos y ex-alumnos suyos, para llegar después a constar de una centena de miembros. Perret organiza un tipo de concurso interno para trabajar sobre la proposición del plano de la ciudad. En marzo de 1946, se adopta un plan que se caracteriza por una concepción en tres escalas: la escala urbana, la escala del islote de habitación (îlot d’habitation) y la escala del alojamiento tipo (logement type). El plano del conjunto incorpora las doctrinas modernas de arquitectura (como el clasicismo estructural), sistematiza la utilización del hormigón armado y respeta al mismo tiempo la composición histórica de la ciudad – por ejemplo, se pidió conservar «el triángulo de oro» de los antiguos ejes viales: la Rue de Paris, la Avenue Foch y el Boulevard François Ier. Al interior del triángulo, se establece una nueva trama urbana ortogonal en la que se edifican islotes abiertos de 100 m. de lado y produce así perspectivas rectilíneas. Cada vértice queda marcado por un edificio o conjunto monumental identificado por una torre. Como antes de la guerra, los edificios principales son reimplantados en el entrelazado moderno: ayuntamiento, bolsa, iglesias, mercado/lonja, colegios, además de plazas, asegurando así la identidad comercial y portuaria del centro de la ciudad. En cuanto a las calles comerciales, se retomó el principio arquitectónico de los pórticos (como el de la Rue de Rivoli en París) con una planta baja asociada a un entresuelo para las tiendas, tres niveles superiores de habitación y un balcón largo corrido que ponen en relieve la primera planta.

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La calle comercial «Rue de Paris» en Le Havre. © Rafael Mandujano

En la concepción de Perret, es importante subrayar la adopción de un módulo – o trama – de 6,24 m. que asegura la cohesión general y constituye la unidad de referencia para la construcción y diseño de los componentes. Estandarización, prefabricación, durabilidad, intemporalidad, son algunas de las palabras claves que podemos usar para acentuar su originalidad. Diversos procedimientos técnicos fueron experimentados. Y precisamente en el campo de la originalidad, va a dar un salto cuántico en lo que respecta al hormigón (concreto) armado: lo decora, lo colorea, lo trata, o lo viste, gracias a novedosas técnicas como el abujardado (bouchardage), el cincelado, el bruñido, el lavado, entre otras, y varía las proporciones de arena, cemento y gravilla, dando colores y efectos plásticos muy variados, por ejemplo a las fachadas, entre las que destaca la blancura (inicial) del edificio del Ayuntamiento. Así, Perret rompió con la idea de que hormigón no era un material suficientemente noble para ser mostrado al exterior.

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Motivos ornamentales llamados «claustras» que acompañan al uso del hormigón en el exterior de las fachadas. Colegio Raoul Dufy. © Rafael Mandujano

Edificaciones convertidas en emblemas

Son numerosos los edificios monumentales que Perret y su taller concibieron para el nuevo Le Havre, entre ellos se puede citar especialmente:

La iglesia Saint-Joseph, que por voluntad de Perret constituyó el monumento a la memoria de las víctimas de los bombardeos; recibió la clasificación como monumento nacional francés desde 1965. Es el más alto edificio en el marco de un urbanismo que considera la vista desde lejos. Con base rectangular y torre octogonal, su flecha llega a los 107 m. de altura.

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Vista nocturna parcial de la iglesia Saint-Joseph. © Rafael Mandujano

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Detalle del interior de la iglesia Saint-Joseph. © Rafael Mandujano

En su interior, la luz es sublimada por los efectos de los vitrales que constan de 12.768 piezas de 50 colores diferentes, creadas por Marguerite Huré, maestra vidriera, que ya había colaborado con Perret para la iglesia de Rainey cerca de París. Es uno de los ejemplos de la co-creación con artistas y artesanos variados en el proyecto general de la ciudad.

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Al centro destaca la torre octogonal de la Iglesia Saint-Joseph del arquitecto A. Perret. Culmina a casi 110m. © Rafael Mandujano

Por otro lado, la «Porte Océane» es un conjunto monumental de edificios que forman uno de los vértices del triángulo urbano mencionado anteriormente. Las dos torres principales tienen una altura de 47.50 m. y 13 pisos. Están orientadas hacia el mar como una puerta, de ahí su nombre. Fueron diseñadas por dos colegas del taller de la reconstrucción: Jacques Poirrier y André Hermant. Entre ellas, hoy pasa una línea de tranvía reciente, algo que fue facilitado por los espacios generosos considerados en el diseño urbano que data de un buen número de décadas atrás.

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Al centro sobresalen las dos torres del conjunto «Porte Océane». © Rafael Mandujano

El Ayuntamiento (Hôtel de Ville) fue una de las prioridades de la reconstrucción. Se ubicó prácticamente en el mismo emplazamiento del edificio anterior a los bombardeos y respetando la existencia de un jardín público en su frente.

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Vista de frente del Ayuntamiento de Le Havre – 14 de julio de 2017 © Rafael Mandujano

El diseño de partida fue de Perret, quien ideó el proyecto con un amplio edificio largo acompañado de una torre a su flaco oeste. Al morir Perret durante el proceso de concepción, su colega Jacques Tournant se encargó de llevar al cabo esta importante pieza del complicado rompecabezas de la reconstrucción urbana. Tras un cierto número de debates con los representantes del consejo municipal, el proyecto se aprobó y terminó en 1958, inaugurado especialmente un 14 de julio. La torre culmina a 72,20 m. y consta de 18 pisos para usos esencialmente administrativos, mientras que el edificio largo horizontal, caracterizado por su serie de 16 columnas regulares, se destina más a las actividades civiles y de representación política. A su extremo este, se halla el teatro de la ciudad.

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Detalle de la trama de la torre del Ayuntamiento. © Rafael Mandujano

En fin, la lista podría continuar, incluyendo el conjunto de los numerosos edificios con sus entradas monumentales, otros más moderados, siempre con variados motivos que sugieren una nueva consideración del art déco y que potencian los reflejos del cielo y la atmósfera marina. En todos es patente el trabajo artesanal como referencia, como en las columnas acanaladas.

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Detalle del trabajo en hormigón de un edificio de Perret de la Avenue Foch. © Rafael Mandujano

Pero no solamente en el plano macro Perret y su taller fueron precursores: se enfocaron también en lo micro, considerando el diseño interior y las tendencias de las formas de vida moderna en Francia, como describo a continuación.

Perret y la vida moderna

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Vista parcial del «apartamento modelo Perret». © Rafael Mandujano

Actualmente, es casi obligada la visita del apartamento modelo «appartement témoin Perret» que forma parte del concepto de los edificios sin afectación individual ISAI «Immeubles sans affectation individuelle«.  En éste, la magia de una máquina del tiempo opera llevándonos a 1949. Lo primero que sorprende es su estilo contemporáneo que nos parece familiar hasta cierto punto; en realidad, fue osado para la época y participó plenamente en la transformación de la vida familiar local del centro de Le Havre.

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Vista parcial del «apartamento modelo Perret». © Rafael Mandujano

A primera vista, los pisos son de concepción simple, económica, un tanto escandinava, sin florituras… detrás de ello hubo un gran trabajo conceptual y práctico, a tal grado de que casi pasa desapercibido. Ya se generalizaba en ellos el agua y gaz en cada piso. Retomando el principio de la modularidad y eficiencia, los espacios brillan por la flexibilidad ideada para sus usos y facilitada por puertas y paredes correderas, por ejemplo. Son luminosos naturalmente gracias a sus siete ventanas sin vis-à-vis. Se respira. La cocina «a la americana», abierta hacia el espacio de vida, da testimonio de que ya hay una nueva consideración en el papel de la mujer en el apartamento; se comenta  que Perret era feminista antes de la hora, pues afirmaba por ejemplo que «hay que terminar con la esclavitud doméstica de las mujeres («Il faut en finir avec l’esclavage domestique des femmes«). El diseño interior revolucionario incluyó su adaptación para acoger los nuevos electrodomésticos, las vajillas modernas, los muebles de roble… el diablo está en los detalles: en las asas cromadas y el fierro forjado se aprecia también la precisión.

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Vista parcial de la habitación principal del «apartamento modelo Perret». © Rafael Mandujano

Conforme ha pasado el tiempo, algunos de estos apartamentos han ido convirtiéndose en obras de arte gracias a la voluntad de los propietarios. Son muy buscados y su valor ha aumentado. Además, lo que comentan los habitantes es la dimensión de comunidad que se desprende – con redes de vecinos y amigos identificados con el espíritu de la arquitectura, del diseño y del urbanismo.

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Calle peatonal de la «ciudad Perret». © Rafael Mandujano

De «Estalingrado-del-Mar» a la clasificación UNESCO

A pesar de todos los aspectos que he puesto en valor en las líneas anteriores, el hecho es que por mucho tiempo la percepción popular no favorecía al proyecto de Perret: su obra fue controvertida, e incomprendida por muchos. Por ejemplo, se le daba el nombre irónico de «Stalingrad-sur-mer«. Y es claro que el centro sí me ha recordado a diversas ciudades de Alemania del Este antes de la reunificación e incluso algunas calles reconstruidas del centro de Colonia o de Stuttgart. Sin embargo, el valor único e incomparable de su proceso de concepción, de creación y de preservación le han valido la inscripción por la UNESCO dentro de la lista del patrimonio mundial, precisamente el 15 de julio de 2005. Este reconocimiento ha favorecido una reconsideración progresiva de los detractores y reforzado el sentimiento de pertenencia de sus habitantes. Además, tiene un rol fundamental en la creciente atracción de turistas del mundo entero (como en mi caso), al grado de que incluso cruceros internacionales se están deteniendo en ella. Contrariamente al caso veneciano, estos enormes buques reafirman una sensación optimista y favorable de parte de los habitantes, que contrasta con la imagen injusta que todavía marginalmente se asocia a Le Havre.

Version 2

Ahora consideremos otros elementos únicos de Le Havre, que la vinculan por un lado ¡con Brasil! y por otro, ¡con los impresionistas!

¿Líneas contra curvas? Le Havre es la cuna de la primera Casa de la Cultura en Francia – hoy llamada Le Volcan

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Vista parcial del Espacio Oscar Niemeyer © Rafael Mandujano

El argumentario presentado ante la UNESCO para la inscripción al patrimonio mundial puso también en relieve la incorporación armoniosamente sui géneris en el centro de Le Havre de una obra concebida por otro gigante de la arquitectura mundial. Vayamos paso a paso…

“No hay ninguna casa como ésta en el mundo (…) Recuerden, habitantes de Le Havre, que se dirá que es aquí, hoy, cuando todo comenzó”. « II n’y a pas une maison comme celle-ci au monde… Souvenez-vous, Havrais, que l’on dira que c’est ici que tout a commencé ». André Malraux.

En Le Havre, el 24 de junio de 1961,  André Malraux inauguraba la primera casa de cultura en Francia, lo que marcaba simbólicamente una etapa clave en la política de descentralización cultural que él se había propuesto desarrollar al asumir como “Ministro de Estado, encargado de los asuntos culturales” en 1959.

La Casa de la cultura de Le Havre fue albergada en sus primeros años en el museo que hoy lleva el nombre de Malraux – y posteriormente, durante quince años, en el Teatro de la Ciudad. Sin embargo, el cambio de su localización fue notable ya que después se trasladó a un espacio específico – ¡diseñado por el célebre arquitecto Oscar Niemeyer! e inaugurado el 18 de noviembre de 1982.

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Vista parcial del Espacio Niemeyer – el Grand Volcan alberga un espacio teatral y una agradable cafetería.© Rafael Mandujano

Por la forma del edificio principal, en 1990 se le identificó con el nombre de “Le volcan”, ideado por su director Alain Milianti (en cargo hasta 2006), aunque los habitantes de la ciudad ya lo llamaban coloquialmente “pote de yogurt”.

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Vista parcial del Espacio Niemeyer. Se trata del Petit Volcan, transformado en biblioteca recientemente. © Rafael Mandujano

En 1991, la casa de la cultura cambió de denominación, recibiendo la etiqueta de “Scène Nationale” por parte del Ministerio de cultura de Francia. La programación de “Le volcan” ha sido desde su inicio transdisciplinaria, fomentando los más variados intercambios artísticos, e insistiendo en la generación de nuevos públicos entre los habitantes de Le Havre y su fidelización. Cabe notar que el conocido cineasta franco-chileno Raúl Ruiz fue co-director del centro.

El complejo cultural de Niemeyer entró en obras en el verano de 2011 después de que Niemeyer fuera consultado sobre el proyectado trabajo de renovación y restauración, y su reapertura tuvo lugar el 7 de enero de 2015. Mientras tanto, se definió otra sede temporal, en la estación marítima, con la denominación “Le volcan maritime”. El vasto proyecto de restauración y modernización ha dado una nueva vida a sus instalaciones: éstas incluyen una nueva biblioteca en el Petit Volcan y un espacio público más adaptado a las condiciones de vida actuales, de tal modo que la misión original imaginada por Malraux continuará proyectándose hacia el futuro e irrigando culturalmente al territorio de la ciudad. Localmente, el Petit Volcan está ahora de moda en cuanto a su aspecto de flamante nueva biblioteca de la ciudad: abrió el 3 de noviembre de 2015.

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Vista del Espacio Niemeyer. Se percibe la escultura de la mano del arquitecto en la parte inferior del Grand Volcan. © Rafael Mandujano

A pesar de todas sus cualidades, al inicio, las curvas sensuales y el contraste con la elegancia austera del diseño de Perret dieron lugar también a críticas y a frialdad en la recepción por parte de los habitantes. Sin embargo, actualmente, el espacio Niemeyer forma parte de la misma esencia que enorgullece a la mayoría de ellos.

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Líneas y curvas en moderno matrimonio armonioso: así se apreció, incluyendo a la Unesco. © Rafael Mandujano

Le Havre, la Brasilia a la francesa

Curiosamente, otro aspecto de Le Havre nos remite también a Niemeyer. Solamente Brasilia comparte con Le Havre su inscripción por reconocimiento al patrimonio de las ciudades construidas en el periodo posterior al final de la segunda guerra mundial.

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Brasilia – diseño de Oscar Niemeyer

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Vista desde el «Bassin du Commerce» hacia el Espacio Niemeyer, con la torre de la iglesia Saint-Joseph al fondo. © Rafael Mandujano

El Museo de Arte Moderno «André Malraux» – MuMA y  los impresionistas que pasaron por Le Havre

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MuMA – segunda planta con vista hacia un conjunto de edificios Perret. © Rafael Mandujano

También en Le Havre sobresale el MuMA, obra del arquitecto Guy Lagneau, que fue inaugurada como casa de la cultura en 1961, para después transformarse en 1967 en el primer museo abierto en Francia después de la segunda guerra mundial. El edificio sobresale por su transparencia, su minimalismo voluntariamente en contraste con la arquitectura de Perret, iluminado naturalmente de luz plateada por la cercanía del mar. Fue renovado por Laurent Beaudoin en 1999.

En su proximidad, en la fachada del frente al mar, encontramos la escultura de Henri-Georges Adam, llamada «La señal», otro de los emblemas artísticos de la ciudad. Esta obra pionera del uso del hormigón en la escultura monumental pesa 220 toneladas y tiene 23 m. de envergadura.

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Fachada principal del MuMA con la emblemática escultura «Le Signal» de Henri-Georges Adam. © Rafael Mandujano

En el MuMA hay una gran colección de pinturas de Eugène Boudin (1824-1898) y el museo posee ¡la segunda mayor colección de impresionistas en Francia después del museo de Orsay en París! 

Tanto Le Havre como Sainte-Adresse – municipio aledaño sobre una colina que domina panorámicamente el vasto mar, la ciudad reconstruida y su puerto – atrajeron a pintores, y entre ellos los principales impresionistas: William Turner, Gustave Courbet, Claude Monet, Camille Pissarro, Georges Braque, Othon Friesz, Henri de Toulouse-Lautrec, Maurice de Vlaminck, etc. Un evento fundamental fue que Claude Monet pintó aquí el importante cuadro «Impression soleil levant» en 1872.

Raoul Duffy en particular es otro pintor de una generación posterior a los impresionistas que habitó Saint-Adresse y Le Havre.

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Raoul Dufy (1877-1953), «Souvenir du Havre» (1921), MuMA, Le Havre

La atmósfera singular de la estación balnearia también ha inspirado a escritores y cineastas. En Le Havre se forjó el concepto del existencialismo: Jean-Paul Sartre enseñó filosofía ahí y escribió en ese periodo «La Nausea» (La Nausée). Por su parte, el director finlandés Aki Kaurismäki presentó en 2011 su película Le Havre cuya trama virtualmente hace de la ciudad un protagonista esencial. Y por si fuera poco, también fue filmada en los muelles de Le Havre parte de la película Le Quai des Brumes («El muelle de las brumas«) de Marcel Carné (1938), con una escena ultra-célebre del cine francés, la del beso y la réplica irrepetible :

–  Jean Gabin: « T’as d’beaux yeux tu sais » (Tienes unos ojos bellos, ¿sabes?)

–  Michèle Morgan: « Embrasse-moi! » (¡Bésame!)

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Michèle Morgan y Jean Gabin en la célebre película de Marcel Carné (Le Quai des Brumes – 1938) filmada en parte en Le Havre.

¡Le Havre se está moviendo!

La arquitectura no se ha detenido en los últimos años, y sería un olvido craso no mencionar en este sentido barrios como Les Docks – donde se encuentra la nueva piscina de Jean Nouvel y su taller – estableciendo elementos de la proyección de Le Havre hacia el futuro. El edificio es discreto desde el exterior, con un bello interior blanco compuesto de numerosos mosaicos, y apuesta por los colores vivos en la sección infantil, llena de energía.

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Les Bains des Docks, proyecto del taller de Jean Nouvel. © Le Havre Tourisme

Más allá de la arquitectura, la joven generación de Le Havre se enorgullece hoy claramente de su ciudad, la considera a la moda, conectada al mundo…, para el diseñador Alix Chesnel de LH Concept Store, sus siglas LH resuenan como las de LA (Los Angeles, EU). Por la ciudad tuve la oportunidad de ver a cierto número de paseantes que enarbolaban cual banderas algunas de estas prendas:

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Diseño inspirado en Le Havre de izquierda a derecha: (1) al mismo nivel que metrópolis mundiales; (2) la mano de Niemeyer; (3) King Kong en LH; (4) LH similar a LA.

Adicionalmente, por una curiosa sincronía con la política francesa, el alcalde Édouard Philippe fue invitado por el presidente Emmanuel Macron a ser el Primer Ministro de su gobierno; lo que centró los reflectores sobre Le Havre y sobre cómo había administrado esta ciudad el hoy Primer Ministro; así, por azares del destino, él mismo propulsó aún más la dimensión de festejo del quinto aniversario que originalmente había concebido.

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El Primer Ministro francés, Édouard Philippe (izq.), inaugura la exposición «Clair-obscur» de «Pierre et Gilles» (centro y der., respectivamente) en el MuMA de Le Havre.

Tal sus navíos, Le Havre ha conocido numerosas partidas, y como veremos en el artículo siguiente (48 horas @ Un été au Havre 2017), ahora precisamente zarpa de nuevo, llena de vitalidad cultural  con el programa «Un été au Havre 2017». Y, una excelente noticia: ¡el verano durará hasta octubre!

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