El espectáculo operístico ante el desafío climático, opus 3: Transiciones y movilidades (producciones, obras y artistas), las nuevas rutas de la Ópera
Primera de dos partes
El punto de partida de los organizadores para esta edición se concentra tanto en el plano material como en el de los imaginarios. Nos plantean que las representaciones de la naturaleza siempre han supuesto un desafío artístico para la música y el escenario y que hoy debemos cuestionarnos precisamente sobre la materialidad del espectáculo, la evolución de su economía y las formas en que la emergencia ambiental nos lleva a repensar la Ópera en la ciudad. ¿Cómo ve la profesión en sentido amplio el futuro del sector de la Ópera en este siglo de emergencia climática? En este artículo en dos partes presentaré las ideas clave de las mesas redondas del lunes 25 de septiembre de 2023.
Primera sesión: Cuando la obra (se) desplaza / Quand l’oeuvre (se) déplace
Agnès Terrier, dramaturga del Teatro Nacional de la Ópera Cómica, inició la jornada recordando que en esta crisis climática el costo de la inacción será particularmente grande mañana con respecto al costo de la acción hoy. Indicó que cuatro de los cinco ejes del plan de acción del Ministerio francés de la cultura a favor de la transición ecológica señalados por la ministra en 2022 corresponden a este tipo de instituciones culturales:
- crear de manera más eco-responsable;
- desarrollar la sobriedad en lo digital;
- preservar y conservar para mañana de manera más ecológica; y
- repensar la movilidad preservando la accesibilidad.
Ndlr: el quinto eje de trabajo – no pertinente en este contexto según los organizadores – es «inventar los territorios y los paisajes de mañana».
Enseguida, Agnès Terrier recordó los objetivos del coloquio, «modestos pero vitales»: compartir interrogaciones, discutir sobre las acciones y pistas de mejora, reforzar los compromisos.
En este año 2023 se decidió abordar especialmente el tema de la movilidad: la del público es la que tiene un mayor impacto en la huella de carbono relacionada con las casas de Ópera, pero depende menos de los programadores que de las políticas públicas. De tal manera que pensaron considerar la movilidad en cuanto a las obras, los espectáculos y los intérpretes. Y también extender el análisis a toda su familia lexical: movilidad, movimiento, emoción, movilización… y a otras palabras clave relacionadas – creación, invención, difusión y circulación.
Isabelle Moindrot, profesora de Estudios Teatrales en la Universidad París 8, recordó que el pasado coloquio de marzo de 2022 estuvo enfocado en las casas de Ópera, su sostenibilidad medioambiental y la realización de los estudios sobre el cálculo de la huella de carbono en la cultura. Se ha encontrado que la categoría del transporte es la más impactante. Para un sector que vive de los intercambios – atrayendo públicos, suscitando la movilidad – esa es una noticia difícil de aprehender. Con ocasión de este coloquio pensaron entonces de manera holística: además de insistir sobre la necesidad de salir de nuestra adicción a las energías fósiles, decidieron declinar las sesiones en cuanto a los impactos sobre la profesión, ahí donde se encarna concretamente la problemática: las decisiones de los directores de las casas de Ópera en materia de políticas de programación y de coproducción; las soluciones técnicas propuestas por sus servicios; las proposiciones creativas de los servicios de mediación; la percepción por parte de los artistas y de quienes los ayudan a formarse y desarrollar sus carreras profesionales; las formas como los artistas escénicos y de la música abordan sus creaciones, etc., cada uno según su sensibilidad propia hacia las cuestiones medioambientales de nuestra época. Todas estas dimensiones están imbricadas, enredadas y requieren un enfoque macro y micro. Se parte de historias cruzadas que dibujan un paisaje operístico particularmente contrastado; el sector de la ópera tiene condiciones y realidades de existencia extremadamente variadas. Y sin embargo tiene un rol especial al suministrar valores, modelos, que pueden ser positivos o negativos, frenos o incitaciones a transformar el mundo. Los invitados han mostrado ya un compromiso en el camino de la transición, pero se expresan de manera matizada sobre la eco-responsabilidad y los temas de la jornada.
Primera mesa redonda – Coproducciones: ¿Qué modelos para mañana?
Participantes por orden alfabético de apellidos:
- Frédéric Amiel, director general de giras del Festival de Aix-en-Provence;
- Thierry Leonardi, especialista y asesor en responsabilidad social de las empresas (RSE);
- Alain Perroux, director de la Ópera Nacional del Rin;
- Alain Mercier, director de la Ópera de Limoges;
Moderación: Agnès Terrier, dramaturga del Teatro Nacional de la Ópera Cómica, París
La coproducción de espectáculos – creando o difundiéndolos en red – es una práctica que se ha ido consolidando por razones económicas (menores costos de fabricación, por ejemplo) además de las relacionadas con el enriquecimiento de la creación artística en contextos diferentes. Esto conlleva también el transporte de los decorados, vestuarios, material y equipos técnicos y artísticos… La moderadora preguntó si la urgencia climática ha llevado a los panelistas a repensar sus formas de trabajo en red, la lógica geográfica de sus proyectos, la programación de las temporadas…
El director de la Ópera Nacional del Rin, Alain Perroux, señaló que en su caso ha decidido de coproducir todos los espectáculos a partir de la próxima temporada, tanto por razones medioambientales (amortizar impacto) o económicas (compartir costos), como lo ha venido haciendo desde hace tiempo el Festival de Aix-en-Provence. Serán necesarios ajustes y esfuerzos. La pregunta es ¿con quién coproducir? Por la proximidad parece factible con la Ópera Nacional de Lorena por ejemplo. Pero ¿qué hacer con respecto a propuestas que vendrían por ejemplo de Dinamarca… o más lejos, de América del Norte o de Japón? Serán dilemas. La coproducción no es sin embargo una panacea: se reduce el impacto con la eco-concepción de los decorados, vestuarios y accesorios pero al hacerlos viajar se implica una huella de carbono. Terminó explicando una característica particular de su institución y es que desde hace 50 años es ínter-municipal, reuniendo a Estrasburgo, Mulhouse y Colmar. Desde entonces se han desplazado los espectáculos entre estas ciudades y, además, con otro dispositivo llamado « Opéra volant » se llevan formas reducidas – versiones de cámara por ejemplo – a otros lugares de Alsacia y de la Región Grand-Est. Por un lado se llega a públicos más variados por todo el territorio (con la subvención correspondiente que favorece esta política) pero por el otro los equipos se desplazan mucho y la flota de transporte todavía no es eléctrica.
El director de la Ópera de Limoges, Alain Mercier, compartió el punto de vista anterior con respecto al mandato paradójico que pesa sobre ellos de « producir mejor, difundir mejor » que quizás debe entenderse como « producir menos, difundir más ». En la Ópera no se trata del mismo caso que en el Teatro porque se habla en general de hacer circular producciones bastante voluminosas, a parte de las personas. Actualmente ya se piensa en el orden en que se optimiza la secuencia de espectáculos en gira. Se pueden mejorar en cambio las condiciones de transporte y de almacenamiento a través de una logística que incluiría agrupamientos de casas de ópera con plataformas compartidas en dos puntos seleccionados juiciosamente en Francia. Se está estudiando también la posibilidad del uso de transporte por vía férrea. Trabajando de manera aislada se continúa incurriendo en el impacto del transporte por la ruta con varios camiones. Hay ya intercambios de ideas entre las óperas, como entre la que él dirige y la de Burdeos. Con el acompañamiento de especialistas en sinergias y agrupaciones se puede realmente mejorar. Además, la ópera se puede inspirar de modelos exteriores virtuosos. Concluyó señalando la importancia de estar en contacto con la gente – los públicos – para hablar de desarrollo sostenible y que no hay que considerarlos únicamente como compradores de entradas a los espectáculos.
El director general de las giras del Festival de Aix-en-Provence, Frédéric Amiel, dijo que también han estudiado el uso del tren o el transporte fluvial. Ya tiene años que las casas de ópera se han interrogado sobre esta cuestión del impacto medioambiental y hay pistas y soluciones. Es el momento de ponerlas en práctica; lo que es más complicado. A través de los partenariados a lo largo del tiempo es posible compartir la misma voluntad y llegar lejos. Por ejemplo, se ha creado el « Colectivo 17 hrs 25 » al que participan la Ópera de Lyon, el Festival de Aix-en-Provence, la Ópera de París, el Théâtre du Châtelet y el Théâtre royal de la Monnaie de Bruselas, en torno al eco-diseño de decorados. Más allá de ser un círculo de reflexión y de intercambio de experiencias, este grupo estará trabajando en particular durante 3 años en la creación de un repertorio de elementos escenográficos estandarizados y adaptados a todos los lugares, con el objetivo de reducir el número de objetos por producir y también por transportar en el marco de las giras; está previsto compartir los planos en OpenSource. Mas allá, está la limitante de los presupuestos y de los marcos jurídicos, como los aduanales. Por ejemplo, tienen un decorado que estaba en Helsinki y que después viajó a Londres y de ahí debe ir a San Francisco y enseguida a Adelaida y finalmente a Nueva York. La reglamentación europea de exportaciones no definitivas los va a obligar a que entre Adelaida y Nueva York el decorado regrese a la Unión Europea (sin justificación otra mas que cumplir la regla).
Alain Perroux retomó el tema de la contradicción entre « producir mejor y llegar a más personas » en un contexto económico difícil para las casas de Ópera que han visto sus subsidios congelados desde hace quince años y la cuestión de las posibles ayudas para la transición medioambiental que van a mantener esta paradoja. También agregó que es difícil decir no a ofertas desde los países que tienen mayores capacidades financieras. En otro orden de ideas, comentó que el público francés que viaja para ver óperas es minoritario por lo cual no parece ser infundada la idea de presentar el mismo espectáculo en Estrasburgo, en Nancy y en París. Además, las iniciativas como la Co[opera]tiva son interesantes.
Alain Mercier, por su parte, recordó que como instituciones públicas, las Óperas están obligadas por la ley a pasar por subastas o concursos públicos que no consideran los circuitos cortos de aprovisionamiento. Hay casos en que las materias primas vienen de China, e incluso hacen dos ciclos de ida y vuelta entre Francia y China, como un cierto ejemplo de maderas… lo que tiene un impacto mayor que el de decidir en qué orden se realiza la tournée. Junto con la Ópera de Burdeos esta problemática ya se ha expresado al poder público para que se avance en este punto.
Thierry Leonardi, especialista y asesor en responsabilidad social de las empresas, afirmó que para el sector de la Ópera es posible producir de manera sostenible y circular, manteniéndose creativo. El beneficio económico de la coproducción parece ser bastante evidente, pero en el caso del medioambiental no lo es tanto. Citó un ejemplo en Escocia; hay que pensar de manera radical dada la urgencia a la que nos enfrentamos hoy, hay que considerar la relocalización, como lo recomienda el The Shift Project, y en una nueva forma de autonomía. Habrá probablemente una cuestión de renunciamiento. Para él, difundir únicamente en Francia no es un problema. Aludió otro espectáculo en Limoges en que se va a usar la decoración que ya existía para otro espectáculo de teatro. Alain Mercier recordó la política de « cero compras » en la Ópera de Burdeos; la eco-concepción para el espectáculo « Cassandra » del Teatro de la Monnaie; otro concepto que es el de « un artista, dos proyectos, un solo decorado ». Son experimentaciones que realizan. También la Ópera Comique ha hecho algo similar con el « Roméo et Juliette » del año pasado, usando los decorados de la Comédie Française. Thierry Leonardi agregó que en cuanto a la creatividad misma se puede suponer que dado que nos dirigimos a un mundo de sobriedad en el uso de los recursos naturales, con ello también va a emerger una estética de la sobriedad. Como en el caso del proyecto de la tetralogía de Wagner por la Ópera de Göteborg, Suecia, con un solo decorado.
Alain Perroux comentó también el tema de la disposición de los artistas y su aceptación de estos enfoques (directores de escena, escenógrafos, cantantes y músicos). Hay un trabajo de pedagogía que no puede ser impulsado solamente por el director de la institución, debe ser compartido en conjunto. Alain Mercier mencionó ejemplos en que los escenógrafos han ido más lejos en términos de eco-concepción con materiales 100% reciclables por ejemplo o directores de escena que han cambiado sus decisiones artísticas para adaptarse a estas circunstancias, sin que esta apertura sea forzosamente una cuestión de generación.
Respondiendo a las preguntas del público, se afirmó la importancia del trabajo en red para reflexionar y actuar en este campo: a través de la organización « Opera Europa » por ejemplo, o la Asociación Arviva – Artes vivas, artes sostenibles (Arts vivants, arts durables), o Les Forces Musicales – sindicato profesional de óperas, orquestas y festivales de ópera, etc.
Segunda mesa redonda – Política cultural y territorio
Participantes por orden alfabético de apellidos:
- Matthieu Dussouillez, director de la Ópera Nacional de Lorena;
- Martin Kubich, director de la Ópera de Vichy y de Vichy Culture;
- Catherine Massip, musicóloga y tesorera de la asociación Les Arts Florissants; y
- Emmanuel Quinchez, productor/programador (MC2 Grenoble, la co[opera]tiva, Miroirs Étendus)
Moderación: Raphaëlle Blin, dramaturga del Festival d’Aix-en-Provence.
La mesa redonda comenzó con una breve presentación de las instituciones y los proyectos de cada participante.
Catherine Massip nos recuerda que Les Arts Florissants es uno de los conjuntos de música barroca más reconocidos del mundo, fundado en 1979 por William Christie. Apasionados por el arte barroco en todas sus vertientes, Les Arts Florissants han ampliado a lo largo de los años su actividad a otras dos pasiones de William Christie: el arte de los jardines y el patrimonio. Una evolución transdisciplinar y significativa, bajo el signo de la transmisión, que permitió al proyecto Arts Florissants obtener la etiqueta “Centro de Encuentro Cultural” en 2016 y la creación de una Fundación. Tiene dos establecimientos, uno en París y otro en Thiré. Y es justamente en Thiré, en Vendée, donde esta aventura se construye en torno a tres proyectos emblemáticos: los notables jardines de William Christie, el Logis du Bâtiment y el Quartier des Artistes, que ofrece una programación abierta a todos. La proximidad del río Smagne permitió crear un entorno de alta belleza donde se ofrecen conciertos. No hay trenes ni aeropuertos cerca del territorio, por lo que el uso del auto es necesario.
Pos su parte, Emmanuel Quinchez nos comenta que colabora con tres organismos:
- Es programador musical para MC2 Casa de la Cultura – Scène nationale (Teatro nacional) de Grenoble que dispone de un auditorio de 1.000 butacas, un lugar cultural bastante clásico, aunque buscan salir de sus muros también y llegar al territorio con espectáculos pluridisciplinarios. El obstáculo es su contrato de objetivos (cahier de charges) del Ministerio francés de la cultura que impone la realización in situ de las actividades. Entonces es posible argumentar que las políticas nacionales condicionan la relación con el territorio fuera de la capital francesa.
- Por otro lado, colabora con la Co[opera]tiva como secretario general, un colectivo de producción que reúne seis estructuras culturales comprometidas con dar vida a la ópera y difundirla por todo el país, además del trabajo de las principales instituciones operísticas. Los Teatros nacionales de Besançon, Dunkerque, Quimper, así como el Teatro Imperial – Ópera de Compiègne, la Ópera de Rennes y el Atelier Lyrique de Tourcoing aúnan sus fuerzas y conocimientos en un proceso de toma de decisiones original: a razón de una producción anual coproducida a partes iguales, los cooperadores se comprometen a crear y difundir ampliamente espectáculos que busquen los más altos estándares artísticos, tanto teatrales como musicales, en formatos adaptados a redes de escenarios multidisciplinares como así como a los teatros de ópera, en Francia y en el extranjero.
- Y como presidente del comité artístico de la compañía de creación lírica llamada « Miroirs Étendus » que está basada en Lille, en el norte de Francia. La compañía une fuerzas con artistas de todos los campos de la creación para producir formas de óperas actuales, recitales y conciertos, afirmando una fuerte línea de dramaturgia, sonido y luz que forma parte de su identidad.
Comenta que es sobre todo este último tipo de organismos los que inyectan vitalidad en el territorio (principalmente rural) junto con los festivales, en contraste con las casas de Ópera o los teatros Scènes nationales (concentradas en el teatro y la danza). Hay un movimiento de apropiación del territorio por parte de las estructuras independientes: para encontrar una relación con el público más cercana y también compensar la falta de una red de difusión de música en Francia.
Enseguida, Martin Kubich, director de la Ópera de Vichy y de Vichy Culture, señala el carácter predominantemente rural del territorio del Departamento francés del Allier en que se encuentra, en que tres ciudades junto con la propia Vichy congregan 80.000 habitantes. Hay una doble problemática, una ligada a lo urbano de Vichy que sin embargo está muy abierta a la naturaleza (parques o un lago); la otra la ruralidad – incluso extrema ruralidad sin que sea peyorativo, lo que se relaciona con la movilidad para llegar a los confines del Departamento. En cuanto al ayuntamiento, hay una fuerte voluntad de hacer participar a los habitantes y por ello organizaron unos encuentros sobre la cultura (Les Assises de la Culture). Están también trabajando en la redacción de su plan de política cultural. Kubich señala que hay una incertidumbre compartida con los concejales municipales sobre el porvenir social y medioambiental para los próximos cinco años. Tienen un contexto vago, pero desean reforzar cada día la relación con el territorio.
Matthieu Dussouillez, director de la Ópera Nacional de Lorena, en la Región Grand-Est. Su Ópera es un símbolo fuerte de la concentración: se halla en la Plaza Stanislas en el epicentro de la ciudad de Nancy (metrópolis de 300.000 habitantes) que fue considerada en 2021 el monumento preferido de los franceses. Agrega en otro orden de ideas que es importante comentar un libro de Camille de Toledo intitulado « Histoire du vertige » (Historia del vértigo) publicado en Francia en 2023. Según la presentación de su editor, « a su manera, es un libro de aventuras. Se abre con la fuga de Don Quijote: ese ser hechizado por la ficción y que se parece tanto a nosotros. Y a partir de ahí, gira incansablemente en torno a una especie: la nuestra, preguntándose ¿cómo destruimos nuestros soportes terrestres? Fresco de la actualidad, de nuestros vértigos ante la crisis ecológica y las pruebas de la guerra, el libro se dirige a un lector imaginario: un amigo, un hermano, un compañero. Habla de nosotros, de nuestra pérdida del equilibrio, de nuestra sensación de que nada nos sostiene, de que todo se derrumba; enseñándonos sin embargo, poco a poco, a aguantar el vértigo. Conectándonos con un mundo infinito, mucho más grande, donde el pequeño «yo» de la gente moderna se desvanece ». Matthieu Dussouillez se refiere en particular a la idea de que « Vivimos “por encima” del mundo, en burbujas narrativas; lo que vemos, a lo lejos, desde esta altura, es una Tierra dañada, agotada ». El hombre contemporáneo se ha desconectado y no logra anclarse. Dussouillez es percutante porque lleva la pregunta a un nivel más trascendental que el del plano material o puramente estético – para los que ya tenemos soluciones. Incluso se pregunta sobre el futuro de la Ópera: ¿será una forma artística sostenible para el futuro? ¿Cómo el libreto o la música nos narran y nos ayudan a conectarnos con el mundo que nos rodea y nos aleja de su destrucción?
Emmanuel Quinchez suscribe a lo señalado por Dussouillez en cuanto a la concentración en Francia de los recursos por el sector (la Ópera recibe la mayor parte de la financiación) así como geográficamente (esencialmente en París). Agrega que la subvención del propio Festival lírico de Aix-en-Provence corresponde al 10% del monto de todas las ayudas otorgadas a los festivales por parte del Estado. Lo que es necesario relacionar con la reflexión sobre la parte de responsabilidad del sector en los temas de impacto medioambiental. Con respecto a las burbujas narrativas, recuerda que éstas fueron forjadas por el hombre; el marco para su trabajo fue definido por el Estado y sus políticas públicas. Tiene además una preocupación: la falta de correlación entre « lo que ellos hacen y lo que piensan estar haciendo » y lo que la gente « ve » que están haciendo o que piensan estar haciendo. Y que puede tener una traducción política. Señala que mientras algunas proposiciones electoralistas consideran bajar las subvenciones a las casas de Ópera, ha habido diputados de la extrema derecha francesa que han contactado a las instituciones para asegurarles de su apoyo en caso de estar en el gobierno local y que critican a los gobiernos ecologistas porque obligan a la transición ecológica. Las casas de Ópera no deben transigir y tienen la responsabilidad de participar a la transformación.
Catherine Massip recuerda cifras espectaculares oficiales del número de festivales que hay anualmente en Francia (7.000) y que estos están repartidos por todo el país participando en la territorialización. En el caso de su sede en Thiré hay un contacto que se establece con el público en un marco natural, independientemente de si los visitantes conocen la música o no. Ella es más optimista; ha habido una evolución con el paso del tiempo y Francia sigue siendo un país en la que el Estado y los mecenas apoyan la vida artística.
Martin Kubich por su parte comenta que se han relacionado con otros actores locales – no forzosamente de la cultura – para cuestionarse sobre el paisaje, el arte en medio rural, los oficios. También realizan trabajo de acción sociocultural y organizan por ejemplo paseos de senderismo musical (durante tres horas al menos) para reconectarse con el paisaje y el arte. Han perdurado este tipo de iniciativas, pero la situación es muy frágil. Hay miedo cada vez más por parte de la población con respecto a lo que ellos proponen así como miedo de lo que representan: el nombre de la « Ópera de Vichy » conlleva un cierto imaginario.
Matthieu Dussouillez retoma el tema de la relocalización. No por razones financieras o por imposición, sino para responder con arte localmente ante las crisis social, ecológica y digital (relacionada con la inteligencia artificial). Es necesario que haya lugar para los músicos. Puede haber un después del periodo capitalista. También se pregunta ¿qué hacer del repertorio? Por otro lado, comenta que el edificio de la Ópera tiene problemas de infiltraciones de agua y es un desastre térmico… La municipalidad no prevé obras en breve para corregir la situación, lo que es lamentable y sorprendente. Finalmente, él ha estado trabajando en un proyecto para que un escenario móvil pueda llegar a otros territorios.
Martin Kubich también tiene problemas de infiltraciones en su Ópera y es una preocupación. Replantea la importancia de reconectar la población a la cultura y abrir el lugar a la cultura para sus habitantes y el turismo. Son necesarios medios para repararlos y medios para hacerlos vivir todo el año. Cita proyectos territoriales con escape games; eco-concepción de un decorado con un liceo técnico de la región; un proyecto que relaciona el básquetbol y la Ópera… para que los habitants se sientan como en su casa.
Emmanuel Quinchez concluye con humor sobre el hecho de que su teatro también tiene infiltraciones de agua, pero como el gobierno es ecologista, tienen subvenciones para renovarlo y aislarlo para buscar la eficiencia energética. Fuera de eso, la posibilidad de montar festivales por parte de conjuntos tiene muchas ventajas: trabajar en red; financiación suplementaria; mecenas y asociados suplementarios; genera una relación a mayor plazo con la población. Pero para ello requieren casas e instituciones que estén funcionando y así puedan albergar las creaciones artísticas y los espectáculos.
En la segunda parte de este artículo presentaré las síntesis de las otras mesas redondas de este encuentro pertinente y multifocal.