Emmanuel Chabrier en España (1882): el viaje de su vida

¿Cómo no dedicar a Emmanuel Chabrier mi primera reseña de los episodios que el programa de radio francés «Musicopolis» ha consagrado a compositores, lugares y contextos relacionados con la influencia de la música española y de la imagen de una España exótica en la música moderna francesa?

El episodio en cuestión se intitula justamente en francés «Emmanuel Chabrier en Espagne: le voyage de sa vie«. Fue difundido el 17 de junio de 2020 y es accesible via podcast.

La agradable voz de Anne-Charlotte Rémond nos transporta hacia los años 1880, cuando muchos músicos franceses sentían una gran atracción por la música popular y el «exotismo» de España, en un contraste anhelado con respecto a la ya establecida y casi omnipresente música alemana, sobre todo la wagneriana, considerada la expresión de la vanguardia. Sin embargo, a diferencia de un cierto número de escritores y pintores franceses insignes, pocos compositores emprendían realmente el viaje al otro lado de los Pirineos. No fue éste el caso de Emmanuel Chabrier, quien de finales de julio a diciembre de 1882 cumplió su sueño. Con su esposa, durante esos meses visitó ciudades como San Sebastián, Burgos, Valladolid, Salamanca, Zamora, Ávila, Madrid, Toledo, Sevilla, Granada, Córdoba, Málaga, Valencia o Barcelona.

La música nacional en España es de una riqueza incomparable.

Emmanuel Chabrier (1841-1894), carta aL editor ENOCH Desde Granada, 04 de OCTUBRE DE 1882

El descubrimiento del folclor español fue una verdadera revelación para Chabrier. Observador atento y curioso, con un apreciable sentido del humor, el compositor compartió en su correspondencia sus impresiones musicales e idiosincrásicas de los lugares que conformaron su itinerario. Este viaje fue un hito en su vida. Como la obra de Chabrier, quien a la vez tuvo mucha influencia en los compositores franceses de las generaciones siguientes.

Alrededor del piano, pintura de Henri Fantin-Latour, 1885. Chabrier está al piano.
Foto : RMN-Grand Palais – H. Lewandowski

El compositor, nacido en Ambert, en la región de Auvernia (Auvergne), tuvo desde niño el sueño de ir a España.

Es cierto que dicho pueblo se encuentra a la misma distancia de París que de la frontera española, pero el sur tenía mayor poder de evocación. Por ejemplo, sus profesores de música eran refugiados españoles (como Manuel Zaporta Martí o Mateo Pitarch); recordemos que el siglo XIX español fue marcado por numerosos pasajes de inestabilidad política y económica.

El padre de Chabrier, abogado, hablaba español. Cabe agregar que las biografías de Chabrier hablan de su madre como una mujer interesada por las artes y la música, lo que participó en su gusto.

En todo caso, durante parte de su infancia vivió también en Clermont-Ferrand y a partir de los quince años en París. Y no fue sino a los cuarenta y siete años que finalmente concretó el viaje a España. 

Chabrier llegó con toda su familia a San Sebastián al final de julio de 1882. Llevaba consigo a su esposa, Alice Dejean, a sus dos hijos de tres y ocho años, y a su vieja aya, llamada afectuosamente Nanine. En ese entonces, el compositor no tenía todavía una gran notoriedad. 

San Sebastián era una ciudad ligeramente cosmopolita y su « color local » era bastante… atenuado. Sin embargo, la vista de las montañas ya era un gran cambio con respecto a la parisina calle Rochechouart.

En el programa, la evocación del viaje se basa sobre todo en fragmentos de cartas llenas de buen humor que Chabrier escribió a los señores Enoch y Costallat, editores de su ópera en gestación «Gwendoline» .

A Chabrier le fascinaba Wagner y llevó las partituras de la Tetralogía a España para mostrarlas; pensaba iniciar en ello a un maestro de capilla, según lo comentó en una de sus cartas.

Les escribió también que el domingo siguiente iría a ver una corrida, a eso de las cuatro de la tarde. Soñaba con ello desde hace ocho días. Bromeaba diciendo que quería dar miedo al toro mostrándole el manuscrito del tercer acto de su ópera inconclusa « Les muscadins » y haciéndole escuchar su tercer vals… pero su esposa lo desmotivó al reprobar de antemano tales osadías.

La familia permaneció en San Sebastián todo el mes de agosto y gran parte de septiembre; con su pequeña familia no podían desplazarse con facilidad a los lugares que deseaban. Así que en esos días se contentaron con recorrer el norte de España.

Anne-Charlotte Rémond, con su tono cordial acostumbrado, dice que Chabrier « abre las orejas en grande » durante su estancia en España y que el compositor describe a sus editores toda la música que tiene al alcance. Sobre las zarzuelas de Fernández Caballero, Emilio Arrieta, Ruperto Chapi, entre otros… Chabrier decía que se trataba de Verdi « en malo »… precisando que « la última malagueña – cantada por el último de los gitanos y más o menos compuesta por éste – tiene cien veces más valor que esos tontos finales a la italiana y que los tríos a la Bellini de los que los compositores de Madrid hacen un abuso desesperante ». En otro orden de ideas, Chabrier les escribió que no conocía otro país cuya música nacional tuviera tal variedad de ritmos:

« Es maravilloso, y noten que todavía no me he movido de la Guipúzcoa del norte; cada provincia tiene sus aires y ritmos especiales, de los que están muy orgullosos. Así, el otro día en Vitoria me desperté con dos sonoros oboes y un tamboril que daban la vuelta de la ciudad interpretando una pasacalle y les pregunté si esa melodía era del país. «- No», me respondieron. Su no significaba: nunca en la vida. Había orgullo e ironía en ese no. «- Nosotros somos de Navarra». De la misma manera que una habanera debe ser cantada por una española, esas notas de oboe debían ser tocadas por gente de su país ».

Édouard Manet, «El cantante español», 1860. Metropolitan Museum, Nueva York.

Chabrier decía estar tan inspirado por su estancia española que quisiera escribir una ópera. Imploraba a sus editores con humor: « Ah, si ustedes pudieran encontrarme tres actos muy alegres cuya acción tuviera lugar en España, haría una obra que tendría color; no se necesitaría hacer el viaje, olería a puchero a una legua; pondría banderillas de fuego (en español en el texto) a todas mis melodías; el terceto llevaría decoración de plumas, cascabeles, borlas de lana como una mula de corrida; el coro sería gallardo como el martes de carnaval en Sevilla; toda la sala bailaría palmeando al ritmo de mis peteneras… ».

Chabrier y su esposa enviaron después a sus hijos y a la aya de regreso a Francia y pudieron continuar su viaje hacia Andalucía. Desde Sevilla, Chabrier continuó con el relato de sus observaciones sobre los bailes flamencos, los toreros en traje de ciudad, las gitanas cantando sus malagueñas y bailando tango, bebiendo la manzanilla que se pasa de mano en mano y que todos deben beber… « Esos ojos, esas flores en admirables cabelleras, los chales anudados a la cadera, esos pies que golpean el piso con un ritmo variado al infinito, los brazos que se mueven al ritmo del cuerpo siempre en estremecimiento, esas ondulaciones de la mano, esas sonrisas resplandecientes, y ese admirable posterior sevillano girando en todos los sentidos mientras que el resto del cuerpo parece inmóvil; y todo al ritmo de gritos ¡Olé, anda la María, anda la chiquita, eso es! ¡Baile la Carmen, anda, anda! que vociferan otras mujeres y el público. Sin embargo, los dos guitarristas, siempre con un cigarrillo en labio y el aire serio y grave, continúan tocando la guitarra a tres tiempos – solo el tango va a dos tiempos. Los gritos de las mujeres continúan excitando a la bailarina cuyo cuerpo, hacia el final de su paso, parece enloquecer de manera inaudita… ».

Desde Cádiz (25 de agosto), Chabrier escribió también a su amigo director de orquesta Charles Lamoureux. Con lujo de detalles musicales y coreográficos describió todas las danzas que vió y escuchó. Después de pedirle noticias sobre la temporada musical parisina de la orquesta Lamoureux, Chabrier terminó su carta con una promesa, que se volvió incluso una profecía:

A mi regreso a París, escribiré una fantasía extraordinaria, muy española, con los recuerdos de este espléndido viaje. Mis aires, mis ritmos, agitarán a todo el público de movimientos febriles, todos se abrazarán en un beso supremo. Incluso Ud. mismo deberá abrazar al concertino de la orquesta de tan voluptuosas que serán mis melodías. Adiós hombre muy valiente, adiós director entre los directores, adiós batuta encantadora (…) esperándome mucho éxito, mucho dinero, una buena salud, un millón de saludos a su hija, la señorita Lamoureux, y para Ud. el mejor apretón de manos de su servidor, Emmanuel Chabrier.

«En los conciertos de invierno», Charles Lamoureux en su pupitre de director de orquesta, estampa. Gallica – BnF

A su regreso en Francia, con todas las vivencias y aprendizajes acumulados, Chabrier compuso de enero a agosto de 1883 la pieza rapsódica «España«. Al principio la había llamado simplemente «Jota», pero rápidamente le cambió el nombre con el que ha pasado a la posteridad. Fue creada el 4 de noviembre de 1883 en París por la Sociedad de nuevos conciertos dirigida por el propio Charles Lamoureux.

En su libro «Rêve d’Espagne», Marie-Christine Vila cita la presentación de la obra que hizo el propio Chabrier para el programa del concierto: «La música popular española se distingue, entre todas, por sus expresiones melódicas profundamente personales, y sobre todo, por una asombrosa variedad de ritmos que le vienen de los Moros. Es posible encontrar en España los estribillos vigorosos de la Jota, combinados con las frases libres y soñadoras de las Malagueñas. Estas dos esencias musicales de las Españas del sur y del norte se mezclan y se superponen según las fantasías de la polirritmia, esta característica de las músicas orientales».

Chabrier no tuvo un rol de etno-musicólogo deseoso de transcribir el folclor español, sino que buscó expresar las numerosas impresiones que recibió durante su soñada estancia en España… algunas de ellas tan agradablemente evocadas por este episodio de Musicopolis.


Algunas versiones para escuchar

La Philharmonie de Paris propone una versión de España en el siguiente enlace: https://pad.philharmoniedeparis.fr/doc/CIMU/1100988

O un extracto de la obra en vídeo en este otro enlace: https://pad.philharmoniedeparis.fr/doc/CIMU/0959647


La inspiración española en la música moderna francesa presentada en los programas de «Musicopolis» de France Musique

Una ciudad, una obra, un compositor, una época. Una historia de la música contada por Anne-Charlotte Rémond desde 2015 en el programa radiofónico «Musicopolis». Se puede escuchar en directo o por medio de los archivos de podcast de la emisora (en lengua francesa).

Cada día, durante veintiséis minutos, el programa de radio francés intitulado Musicopolis nos lleva de viaje a través de la historia de la música de manera fresca, amena e instructiva. Sus variados episodios evocan momentos clave en la vida de los compositores, relacionándolos con las ciudades y las épocas en que se desarrollaron e incluyen una rica selección de extractos musicales. Se trata de ejemplos perfectos de entrelazamientos culturales, tema principal de este blog.

El sitio web de la emisión presenta un conjunto de dossiers temáticos, como «Musicopolis de las compositoras», «Musicopolis: 250 aniversario de Beethoven», «Musicopolis en Viena», «Musicopolis en París», o las reseñas integrales de las composiciones abordadas en Musicopolis según sus años de creación, entre otros.

En diversos artículos que publicaré en este blog voy a enfocarme en los episodios que abordan la inspiración española en las composiciones de los músicos franceses como Emmanuel Chabrier (España, el viaje de su vida), Claude Debussy (Iberia), Georges Bizet (Carmen vista por la prensa ; la première de Carmen) o Maurice Ravel (la «Rapsodia española» o el «Bolero«), entre otros.

Posteriormente, en otra serie, me concentraré en los episodios que muestran las relaciones de músicos españoles con ciudades o contextos franceses, entre ellos Manuel de Falla («Noches en los jardines de España» o «El amor brujo» o «Manuel de Falla en Granada, 1927″ ), Albéniz (Isaac Albéniz en París en 1908), Joaquín Rodrigo («Concierto de Aranjuez«) o Federico Mompou (Música callada).

La intención no será la de transcribir y traducir integralmente los episodios, sino presentar una versión condensada y comentada sobre el acercamiento de esta agradable emisión en cuanto a las relaciones musicales entre Francia y España, tanto a nivel de compositores como de lugares, imágenes, estereotipos, lugares comunes, exotismo y más, en el marco de un claro boomerang cultural entre los dos lados de los Pirineos que entrelazaron la música moderna entre el siglo XIX y el siglo XX.

Además, complementaré ciertos elementos con notas basadas en el excelente libro de Marie Christine Vila, intitulado «Rêve d’Espagne – Musique espagnole en France«, de la colección Les chemins de la musique de editorial Fayard, 2018.

2020 y las palabras que inician con V

El difícil inicio de los años veinte del siglo XXI

Cosas del mundo, o cosas de la vida. No se nos puede escapar que la v, letra inicial de la serie de estos años, coincidió con la de la palabra virus. Y aunque estos organismos nos han acompañado desde siempre, es evidente que el coronavirus  SARS-CoV-2 se ha distinguido con mención «especial», valga el eufemismo.

En realidad preferiría recordar otras palabras relacionadas con la uve inicial este año. Así que aquí van algunas palabras para contrarrestar la citada en introducción.

V de Viena.

V de Verdi. De Viva Verdi. De Visto en Viena.

V de Vals. También de Viena.

V de Verano, que se prolonga.

V de Valladolid, que me ha encantado.

V de Vínculo(s), que se ha(n) modificado. Par la force des choses. De las cosas del mundo, de las cosas de la Vida.

Viena. Detalle de la fachada lateral del Palacio de la Secesión Vienesa.

Luis II de Baviera y Versalles – Inspiración e interpretación

El jueves 23 de enero de 2020 tuvo lugar en la École nationale des chartes (París), una original e interesante conferencia sobre las relaciones entre el legendario rey bávaro Luis II (1845-1886) y Versalles. En efecto, el rey siempre se mostró fascinado por el universo versallesco, y no fue menos que Raphaël Masson, el Conservador en jefe del patrimonio del Castillo de Versalles, quien durante más de una hora y media deleitó a un público curioso por saber más sobre los entrelazamientos biográficos, históricos, artísticos y geográficos del soberano y la magnificente encarnación arquitectónica y paisajística de la monarquía absolutista francesa.

Palacio de Herrenchiemsee, Baviera, Alemania (1886)

Ciertamente, el castillo de Herrenchiemsee – mostrado en la imagen anterior – es el testimonio más elocuente de su pasión por el palacio y el sitio real de Versalles, así como por las costumbres de la corte francesa establecida allí y que tuvo su apogeo a finales del siglo XVII y durante el s. XVIII, prácticamente dos siglos antes de su nacimiento. Matizando esta evidencia, Masson nos mostró detalladamente que Luis II no se limitó únicamente a este espectacular homenaje arquitectónico. De hecho, el rey se había forjado desde muy joven una sólida cultura histórica en todos los campos de las artes, incluyendo el teatro, haciendo de sí mismo un auténtico experto e investigador – a su manera – de este patrimonio cultural que lo obsesionaba.

Versalles… su arquitectura, su historia y sus colecciones… lo inspiraron conjuntamente para disponer y decorar también sus apartamentos de la Residenz en Múnich o el castillo de Linderhof. Y lejos de buscar realizar réplicas, a partir de sus profundos conocimientos, de los libros e impresos especializados que adquiría, de las fotografías encargadas a fotógrafos pioneros, y de sus visitas a los reales sitios franceses (incluso tratando de pasar desapercibido), Luis II creó su universo interpretando y adaptando sus espacios según las condiciones de su tiempo. Y no debemos ignorar que todo ello estaba enfocado exclusivamente para su propia lectura y disfrute. Según el conferencista, Luis II no pensaba en absoluto dejar una herencia patrimonial; en realidad pensaba ordenar destruir todo a su muerte.

Raphaël Masson, en perfecto conocedor del palacio de Versalles, nos mostró algunas de las numerosas correspondencias entre obras de arte originales y las obras encargadas por Luis II para sus posesiones, muchas de ellas adaptadas a nuevas dimensiones o materiales. En algunas ocasiones, las “citas” bávaras han permitido identificar algunas obras originales que se encontraban perdidas o que no estaban claramente identificadas. Algunas excepciones también fueron señaladas, como las fuentes esculturales de Herrenchiemsee que se inspiran más bien de otro palacio real, el de la Granja de San Ildefonso en Segovia, España, y que tenían una inspiración también particularmente afrancesada. O las fuentes escalonadas de este sitio segoviano y las fuentes de Linderhof, inspiradas en el sitio real más privado de los reyes franceses, sobre todo del rey sol, Marly.

En el caso de Linderhof, el modelo principal se trató del Petit Trianon de María Antonieta, y la leyenda cuenta que siempre que el rey bávaro pasaba frente a la escultura del busto de la última reina francesa en la glorieta de la fuente, se reclinaba para homenajearla con respeto y no le daba la espalda en ningún momento.

El video de la conferencia en francés se puede encontrar en este enlace al sitio de youtube.

¡Feliz centenario, Finlandia!

El 6 de diciembre de 2017 se conmemoró el primer centenario de la República de Finlandia.

Los festejos – que llegaron a su acmé ese día – incluyeron una gran variedad de actos a lo largo de 2017, no solamente en su territorio, sino alrededor del mundo. Se trató de un programa que conoció una verdadera adhesión interna y que incluso superó las expectativas iniciales de los organizadores.

Con la publicación de esta nota precisamente el 6 de diciembre participé a mi manera a la celebración, y expresé la gran dosis de admiración que me ha suscitado ir conociendo cada vez un poco más el territorio de este país nórdico, su historia y su contemporaneidad, sus habitantes, su arte y sus culturas…

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Partiendo de mi punto de vista de visitante, de aficionado casi enamorado, el intento de escribir sobre Finlandia se me iba tintando de reserva en muchos momentos. Es como si la propia personalidad de sus habitantes y de sus paisajes hubiera impregnado mi forma de ver y de sentir a Finlandia. Sin embargo, en una fecha tan especial, no podía menos que celebrar sus logros tan significativos, sobre todo considerando los retos inmensos a los que tuvo que enfrentarse desde 1917.

Finlandia

100 segundos (de lectura) para evocar sus 10 décadas 

Discreta sobre su historia, no se sabe mucho en el exterior que poco tiempo después de su independencia de Rusia en 1917, Finlandia conoció una corta pero terrible guerra civil. A pesar de la tragedia resultante, tres años después de la conclusión del conflicto, la educación obligatoria fue generalizada y se dieron tierras a sus habitantes más pobres, entre otras medidas sociales – aunque el voto de las mujeres ya era posible desde ¡1906! (En Francia, en comparación, solamente a partir de 1944). La nación en construcción mostró confianza y generosidad para salir adelante, con un panorama optimista hasta los años treinta, cuando la geopolítica comenzó de nuevo a comprometer su libertad. En efecto, cabría extender la célebre frase « Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos » para plantear las dificultades de aquellos años de nuestra amiga nórdica debido a su difícil vecino del este que ya la había anexado por más de un siglo: « Pobre Finlandia, tan lejos de Dios y tan cerca de Rusia* ».

Fueron periodos complejos, tanto el previo como el propio de la Segunda Guerra Mundial: un contexto desgarrador con dilemas cornelianos para asegurar su supervivencia, entre alianzas con la URSS o con la Alemania de Hitler; la destrucción total de Rovaniemi; la evacuación de miles de niños hacia Suecia u otros países; la amputación soviética de 11% de su territorio (áreas de Carelia, Sala y Petsamo); la exorbitante reparación exigida por Stalin… Al final del conflicto, la paz, la reconstrucción y la educación fueron sus prioridades, así como el desarrollo industrial, manteniéndose independiente pero inevitablemente entrelazada con su vecino, con el que a través de una doctrina pragmática logró conservar su libertad y salir adelante durante la guerra fría. Al colapsarse la URSS, Finlandia se orientó más claramente hacia Occidente, integrando por ejemplo la Unión Europea en 1995, al mismo tiempo que Austria y Suecia.

Ya lejos de los conflictos armados, apostando continuamente en políticas públicas de calidad, inmersa en relaciones amplias de cooperación con los demás países nórdicos, Finlandia ha vivido ciertamente etapas de prosperidad, pero también de algunas crisis económicas; la globalización financiera y comercial en la que se ha insertado le han mostrado que desafortunadamente su nivel de vida elevado y su Estado providencia no están al abrigo de turbulencias, y tampoco está a salvo a nivel político de alguna tendencia populista interna, como en tiempos más cercanos.

Sin embargo, Finlandia cuenta con sus propias fuerzas desarrolladas en estas décadas – difícilmente evaporables – que la llevaron de ser un país particularmente pobre, rural, víctima de hambre y de gran emigración, a situarse hoy en día entre los más altos rankings a nivel mundial de desarrollo humano, económico o tecnológico, de gobernanza, de compromiso medioambiental, de justicia social, de igualdad de género y de menor corrupción… Seguramente me dirán – y lo sé – que no todo es ideal o color de rosa, pero relativicemos. Agrego: ¿no nos gustaría llevar a nuestros propios países más cerca de esos estándares?

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El siguiente vídeo subtitulado en inglés, de 100 segundos, presenta varias generaciones de habitantes finlandeses evocando el paso de los 100 años y los cambios que han experimentado con el tiempo.

Ahora voy a compartir algunos aspectos que han llamado mi atención al ir descubriendo a Suomi, su nombre en finés. Mezclo deliberadamente los procesos y los hechos más objetivos de la sección anterior con sensaciones más personales, incluso corroborando algunos lugares comunes difundidos sobre ella… y con algo del sentido de humor  finlandés…

Excepcionalidad, desde sus lenguas

El finés está considerado entre las lenguas más difíciles de aprender para los que no la tienen como lengua materna. De tal forma que, al tomar algunos medios de transporte que hacen los anuncios tanto en finés como en sueco (ambas lenguas oficiales), cuando oigo el sueco… ¡tengo la impresión de entenderlo! El finés me parece entonces sorprendente más allá de sus expresiones de base útiles para los viajes y la cortesía. Sin embargo, me gusta su musicalidad inconfundible. También me ha llamado la atención descubrir una característica de la estructura de la lengua: se requiere en general esperar al final de cada frase para entender completamente su sentido. Ello ha prefigurado el modo de interacción entre sus locutores, quienes rara vez se interrumpen, además de escuchar atentamente. Se siente así una dosis de paz en los intercambios. Lo que me lleva también a recordar que los finlandeses tienden a hablar únicamente cuando hay algo que decir; no se sienten obligados a « amueblar » los silencios, como puede pasar en otras culturas y otras lenguas.

Por otro lado, el sueco es minoritario, lo hablan aproximadamente 300.000 personas entre los 5.500.000 habitantes, incluyendo sus diferentes dialectos (presenta algunas diferencias con respecto al sueco de Suecia). La mayoría de los estudiantes finlandeses lo aprenden, pero lo practican poco por lo general. Hay áreas geográficas del país en que el sueco se habla principalmente, como la costa de Ostrobotnia, o en ciudades como Turku o Vaasa, por razones históricas, y de generación en generación. Hay una voluntad de mantener la práctica del sueco: el Estado subvenciona programas de radio y televisión, diarios, libros y otras publicaciones.

Finalmente, cabe señalar que el finés fue por siglos una lengua esencialmente oral, usada por los campesinos, mientras que la nobleza y la burguesía hablaban sueco. Una figura esencial en la evolución del finés fue el obispo de Turku, Mikael Agricola (c.1510-1557), quien terminó la traducción al finés del Nuevo Testamento en 1548 y creó el primer alfabeto finés. Adicionalmente, su ‘Abecedario’ constituyó el primer libro impreso en esta lengua. Durante el movimiento de configuración del nacionalismo finlandés, sobre todo a partir de mediados del s. XIX, hubo una clara intención de promover el finés como vector de identidad por parte de intelectuales y políticos (incluso quienes hablaban cotidianamente sueco) y destaca la inmensa contribución de Elias Lönrot (1802-1884) al compilar el poema épico ‘Kalevala, que se convertiría en la referencia literaria principal de la cultura finlandesa. Después de la independencia, el finés se consagró definitivamente como la lengua oficial más hablada.

Como lo mencionaré más tarde, también se hablan versiones de la lengua sámi en la Laponia finlandesa (Lapland), entre las cuales hay algunas en peligro de desaparición, y otras lenguas minoritarias practicadas por los inmigrantes, como el ruso. En cuanto al uso del inglés para la comunicación con los no finohablantes, es prácticamente hablado por todos y de manera fluida en la mayoría de los casos.

¿Tienes ganas de oír un poco más de finés mientras paseas por un lago en el verano? El siguiente vídeo corto nos transporta al lago Saimaa, el más extenso de Finlandia.

Felices en conjunto – Juntos – Yhdessä – Tillsammans

Entre las conferencias que he organizado, la experiencia con la ciudad de Tampere me impresionó, tanto en las etapas de organización como de realización, gracias al trabajo en equipo de las personas con las que colaboré. Inteligencia, conocimientos, horizontalidad (ningún peso de jerarquías), intergeneracionalidad, eficiencia, simpatía, sentido de acogida y compromiso podrían ser algunas de las características que más aprecié.

En la conferencia, abordando el tema de la innovación social y la cultura, los diversos ponentes hicieron manifiesto que la búsqueda de la felicidad de los habitantes es una de las misiones de las políticas locales y estatales en Finlandia, basándose en una concepción de la felicidad socialmente compartida, lo que constituye un enfoque diferente al que estamos habituados y en el que se insiste en la esencia individual de la felicidad. No es de extrañar entonces que el tema general del programa del centenario sea « Juntos » (Yhdessä / Tillsammans / Together).

También en la conferencia apreciamos el contenido del Manifiesto « Las políticas de la Felicidad » que nos presentó el Think tank Demos Helsinki. Es un trabajo inspirador realmente.

Como sabemos bien, la educación juega un papel esencial, y la relacionaron claramente con la importancia de las bibliotecas en la vida local, concebidas ambiciosamente como reales centros educativos y cívicos, en el corazón del servicio público a nivel local y nacional.

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Frente a la Biblioteca de Tampere, Finlandia

Entre las razones de estas relaciones solidarias, se mencionó además el rol primario de la naturaleza y del clima, por las dificultades que éstos generaban, e incluso actualmente. Así que, a la vez que la privacidad y la soledad (deseada en muchas ocasiones) se respetan, se confía en los demás en caso de necesidad y prevalece el sentimiento de seguridad. El siguiente vídeo (con la opción de subtítulos en español) me parece corresponder bien a estas características y me servirá de enlace para subrayar otro aspecto esencial de Finlandia: la belleza contrastante de sus condiciones naturales y el apego que le tienen sus habitantes.

«Sielunmaisema»: el paisaje que uno siempre lleva en el fondo de su corazón

Lagos, bosques, islas, costas de granito al borde del Báltico, ríos claros o teñidos de marrón, colinas, campos sembrados… Todos sus paisajes son cambiantes frecuentemente, según las estaciones – ¡aunque, por supuesto, cambian un poco menos los abetos!

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Vista del archipiélago de Turku. Isla de Korpo, Finlandia

Me gustan particularmente los abedules, con sus troncos tan identificables y el aroma de su esencia en la sauna… no insistiré sobre el número de saunas por cada habitante, pero sí en lo extraordinario que es su experiencia en las casas de campo «kesämökki« al borde de sus innombrables lagos apartados… sobre todo si la casa en cuestión está pintada de rojo de Falun…

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Isla de Korpo, Archipiélago de Turku, Finlandia

O con la paleta de tonos pastel de amarillo, verde, azul, como en el antiguo centro histórico de Rauma, patrimonio de la humanidad. Un poco como los tonos de la siguiente fotografía.

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Medianoche en agosto cerca de Rovaniemi.

No he experimentado las noches de aurora boreal, pero sí me ha desconcertado agradablemente la bella penumbra clara de las noches de agosto, al norte del círculo polar ártico.

El país tiene diversos parques naturales en que el senderismo es práctica común.

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Incluso en las áreas urbanas, la naturaleza te acompaña. Por ejemplo, Helsinki, « la hija del mar Báltico », se encuentra en un contexto natural atractivo y muy cercano… con espacios que permiten sentirse siempre relajado; la experiencia está al lado opuesto de la densidad parisina, por ejemplo.

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Helsinki

Aunque el área metropolitana de Helsinki se liga a otros municipios urbanos, como Vantaa y Espoo, la sensación espacial agradable se prolonga. Y eso que hablamos de la zona más poblada del país, reuniendo más de 1.4 millones de personas, o un cuarto del total nacional.

En contraste, Rovaniemi, la capital de Lapland – la región del extremo norte del país – no tiene más que 62.000 habitantes aproximadamente y está asentada al borde del bello río Ounas, rodeada de bosques impresionantes. De ahí, cuanto más nos desplacemos hacia el norte, más los paisajes serán realmente distintos con respecto al resto del país. Así, se puede encontrar paisajes de tundra y montañas – Halti es aquella que culmina más alto en el territorio finlandés, con 1,324 m. Es en esos vastos espacios donde han habitado desde tiempos inmemoriales los sámis (o lapones, pero este término tiene en realidad un origen despreciativo), que son el único pueblo indígena de la Unión Europea. Aunque su situación en cuanto ser una minoría que necesita proteger su cultura (compartida con otros sámis en Noruega, Suecia y Rusia) es un desafío para los aproximadamente 10.000 sámis que viven en Finlandia, muchas medidas favorables han sido consideradas por el Estado finlandés – incluso a través de la existencia de un Parlamento Sámi Finlandés. En un artículo que dediqué a la artista sámi sueca Sofia Jannok presento con más detalle contexto general de los sámis. En todo caso, durante el fin de semana que le dedicó el Musée du Quai Branly en París a la cultura sámi de Finlandia, los diversos representantes comentaron que si bien tienen muchos retos, su situación no es tan mala con respecto a la del resto de pueblos indígenas del mundo. Es claramente un tema por debatir en otro artículo. Regresando a la ciudad de Rovaniemi, ésta se enorgullece de ser la sede desde hace 25 años de Arktikum, que reúne al Centro Ártico de la Universidad de Lapland y el Museo Regional de Lapland, en el que se puede experimentar la historia, la cultura y la naturaleza del gran norte en el que habitan los sámi junto con otros finlandeses.

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Algunos aspectos de Lapland, Finlandia, en verano.

Retomando el tema del amor intenso a la naturaleza, grabado en el alma de los finlandeses cualquiera sea su condición, éste es ya un tópico. En el siguiente apartado me enfocaré a otras facetas idiosincrásicas finlandesas.

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Ilustración del Museo Nacional del Bosque Finlandés «Lusto», en Punkaharju, Región del lago Saimaa.

Artes y Cultura – otras «peculiaridades» idiosincrásicas

Sé bien que las observaciones que comparto tienen un sesgo cultural, casi inevitable, porque parto de otro contexto cotidiano. Por ello, también habría podido optar por los adjetivos ‘excéntrico’, ‘extravagante’ o ‘curioso’ para describir las características que voy a mencionar… así que relativicemos, es siempre con buena fe y simpatía en todo caso.

Pensaba por ejemplo en el contraste de la anhelada calma de la naturaleza de muchas personas y el gusto muy extendido y compartido por el Heavy Metal finlandés en esas mismas personas. Incluso la pasión ha superado las fronteras nacionales, llegando al Concurso Eurovision en 2006, con la debida mezcla de seriedad y de humor… El ex-presidente Obama ha bromeado también con respecto a este rasgo. Debe de haber algo de Yin y Yang nórdico en todo esto sin duda.

Más allá, el país de Jean Sibelius – el más grande compositor finlandés que legó a la posteridad una vasta herencia musical y en especial su poema sinfónico Finlandia tan escuchado este año de festejos – tiene una vida musical muy dinámica, con diversos estilos, muchos grupos formales e informales y numerosos festivales – sobre todo en el corto verano.

En el siguiente vídeo, se puede escuchar el poema sinfónico Finlandia acompañado de imágenes que dan énfasis a la naturaleza. Es un entrelazamiento afortunado entre este apartado y el anterior sobre las bellezas finlandesas.

Y mientras la naturaleza prácticamente explota en el verano, también es el caso de la práctica del tango. Sí, el finlandés. Al otro tango, he oído que lo nombran «el tango argentino». Y mientras que los estilos de baile son ciertamente distintos, la vez que se descubre este aspecto cultural es realmente muy sorprendente. El Festival de Seinäjoki dedicado al tango ha llegado a reunir casi 100.000 personas y atraído la atención del New York Times por ejemplo. Como anécdota, cuando participé a una introducción al finés en el Instituto Finlandés en París, la profesora había decidido hacernos cantar el tango más famoso del país, intitulado «Satumaa«, que significa país de abundancia, de Jauja.

Así que ésta puede ser una oportunidad novedosa para practicar otra versión del tango para aquellos aficionados que quieran maximizar el placer en una estancia nórdica. Puede ser en un Lavatanssit, uno de los pabellones de danza veraniegos, primos de las guinguettes francesas.

Y para concluir musicalmente esta sección, otra probable sorpresa: el rap en lengua sámi del norte que ‘encendió’ el auditorio del Musée du Quai Branly en París durante la conferencia previamente citada. Se trató de Ailu Valle con los títulos «Dušši dušše duššat» y  «Kiälláseh», acompañado de Amoc y el Trio Boogiemen, esta última canción se puede apreciar en el siguiente vídeo:

Por otro lado, el paisaje artístico en cuanto a artes plásticas, audiovisuales y de la escena es también muy rico; las instituciones culturales y los poderes públicos promueven las prácticas a nivel amateur de manera amplia y a nivel profesional naturalmente. Hay actualmente un énfasis en la participación de los jóvenes. En una sociedad que insiste en la interdisciplinariedad, la vida cultural y la práctica del deporte son bastante generalizados. Hay además, con respecto a las tecnologías de la comunicación, una promoción creciente de los enlaces entre las industrias creativas y culturales, las universidades y las start-ups. De manera semejante, la Civic Tech conoce también un desarrollo importante, como es también el caso de su vecina báltica, Estonia, teniendo influencias recíprocas.

También el diseño y la arquitectura conocen un constante desarrollo, gracias a los talentos jóvenes que comparten ya el espacio mundial con aquellos de países punteros. Se nutren en parte de un patrimonio de alta calidad: baste considerar el legado de Alvar Aalto (1898-1976) o de Eero Saarinen (1910-1961), o de marcas como iittalaMarimekko . Esta última precisamente se unió a la celebración del centenario, con este diseño, entre otros:

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Last but not least, y es de subrayar, el reconocimiento brindado localmente en los últimos años a Touko Valio Laaksonen (1920-1991), mejor conocido como Tom of Finland. Su obra ha sido aceptada al grado de editarse timbres de correo oficiales o un emoji finlandés con una efigie inspirada en sus creaciones. La siguiente imagen lo muestra, junto con otros motivos representativos de Finlandia seleccionados en el marco de su centenario.

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Algunos de los emojis finlandeses: Nokia, Sauna, Bandera Sami, Tom of Finland, Bandera finlandesa, Frutilla del bosque, Tango en Lavatanssit, Auroras boreales y la caja del bebé

Además, este año una película dirigida por Dome Karukoski trata de la biografía de Tom of Finland y nos hace ver que finalmente la apertura a la diversidad sexual es un tanto reciente con respecto a los países escandinavos; de hecho el matrimonio entre personas de mismo sexo no entró en efecto más que el 1° de marzo de este año – aunque antes, a partir de 2012, era posible firmar un convenio de partenariado. En todo caso, y para cerrar este último apartado, algo que me divirtió y sorprendió tiene que ver con la exposición de este artista en Helsinki el año pasado. No, no era su obra, sino ¡el público asistente! Parejas de jóvenes que llevaban a su bebé en coche de niño (eran varias), abuelitas (algunas hablando por teléfono), grupos de amigas de distintas edades, parejas de enamorados heterosexuales… una composición variopinta que no creo que vería en París. O similarmente en un festival de rock en Tampere, cuando apareció en el escenario del club un grupo de músicos sin ropa, lo que no sorprendió a nadie en particular. Ese es parte del encanto radical de la Finlandia de hoy en día: sorprendente cuando menos lo esperas.

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Así que me uno con emotividad y aprecio, en este centenario, a sus más de cinco millones de habitantes actuales y a sus tantos numerosos amigos por el mundo, recordando también a las generaciones que la configuraron.

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Parque cerca de Rovaniemi, Lapland, Finlandia

* Uso «Rusia» para resumir sus diversas denominaciones históricas como URSS, CEI, Federación Rusa, etc.

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El ángel de la independencia se viste de los colores de la bandera de Finlandia. Ciudad de México. Foto: Luís Arango / Finland 100

Los albores del Japonismo – relaciones nacientes Francia-Japón en el s. XIX

En el marco de la celebración de su 20° aniversario, la Casa de la cultura de Japón ofrece un acercamiento a los primeros lazos que se dieron entre Francia y Japón en el siglo XIX, a través de numerosas piezas de arte conservadas actualmente en diferentes museos franceses, como objetos de laca, nácar o cerámica, libros, pinturas, estampas, modelos de casas japonesas… también se evoca en ella la presencia de misiones de embajadas japonesas durante el Segundo Imperio francés y la primera participación de Japón a una Exposición universal, la de París en 1867. Evoca el inicio de la época en que los artistas franceses descubren con admiración el tornasol de los kimonos, los colores y las perspectivas de las estampas de los años 1840-1865 de Hokusai y de sus contemporáneos.

Continuando con la serie de artículos que el blog Interlacements dedica a las siempre fértiles y complejas relaciones entre las culturas del ‘Occidente’ y las del ‘Extremo Oriente’, en esta ocasión vamos a presentar una exposición recientemente inaugurada en la ‘Casa de la Cultura de Japón en París’ y que ha sido concebida con una mirada original.

En efecto, si ya un cierto número de exposiciones ha tratado del fenómeno artístico y social del Japonismo en museos del propio Japón, de los Estados Unidos o de Europa (como en Francia, Bélgica y los Países-Bajos), la exposición ‘À l’Aube du Japonismeadopta voluntariamente un enfoque preciso en el periodo que lo va ir configurando – menos evocado por lo general – y durante el cual las relaciones entre Francia y Japón se van a desarrollar. Éstas se enmarcan en una creciente llegada de objetos japoneses a Francia, de sendas misiones diplomáticas, de la apertura más bien forzada de puertos japoneses al comercio internacional, de la primera participación de Japón a una Exposición Universal – precisamente en París – y del tenso entorno local japonés que vería el final del Shogunato y la ‘Restauración Meiji‘ en 1868.

Este artículo dividido en dos partes se compone, por un lado, de un resumen de los principales elementos de la exposición, siguiendo el ángulo privilegiado por la comisaria, Geneviève Lacambre; por otro lado, como complemento, un breve recordatorio del marco más amplio de la influencia y de la imbricación artística cruzada del Japonismo.

Cabe destacar que la exposición sirve asimismo de precedente a otra manifestación del Japonismo, esta vez anclada en el s. XXI: actualmente, con cerca de 160 años de relaciones de amistad Francia-Japón formalizadas, se prepara un ambicioso programa bilateral de eventos denominado «Japonismos 2018: Almas en Resonancia«, prueba de la vitalidad y la trascendencia que el Japonismo decimonónico nos heredó.

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Exposición en la Casa de la Cultura del Japón en París (22/11/2017 – 20/01/2018)

A. Entender los entrelazamientos que abrieron el camino hacia el Japonismo en Francia 

La excepcionalidad de la historia japonesa y su particularidad geográfica permitieron el desarrollo de aspectos culturales notabletamente originales, de los que el resto del mundo tenía poco conocimiento en los siglos anteriores al s. XIX. Lo que permeaba fuera del archipiélago era filtrado por algunos escasos intermediarios europeos, esencialmente con fines comerciales; las eventuales intenciones de espionaje exterior eran seriamente vigiladas y castigadas por el shogunato Tokugawa. Durante la época de Edo (la actual Tokio), a pesar de las grandes diferencias sociales existentes y de algunos periodos, áreas o estamentos con serias dificultades alimentarias, fue posible encontrar un real florecimiento económico que favoreció la creatividad artística y artesanal japonesa. Con ello, objetos variados de altísima sofisticación fueron producidos en Japón y despertaron el interés de los mercaderes extranjeros, quienes coleccionaron, regalaron o vendieron ejemplares generalmente magníficos en Europa. La exposición muestra un conjunto de objetos artísticos, señalando el origen y la etapa histórica en que llegaron a Francia, a pesar del aislamiento voluntario nipón.

Primero recordemos el contexto general de los intercambios, antes de entrar en materia sobre el enfoque específico de la exposición.

Por más de dos siglos, un Japón cerrado al mundo, pero con cierta porosidad… controlada

Así es, a partir de la primera mitad del siglo XVII, el shogunato impuso estrictas limitaciones al comercio con el exterior, prohibió los viajes al extranjero a sus habitantes así como el ingreso de extranjeros a su territorio, a través de su política de aislamiento llamada “sakoku”. Ésta terminó solamente en 1854.

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Vista de Dejima en la Bahía de Nagasaki. Archivo de la Prefectura de Nagasaki.

Localizado en la isla sureña de Kyushu, Nagasaki fue el único puerto abierto lícitamente al comercio con unos pocos países – esencialmente Holanda y China – y por tanto actuó como la puerta de entrada para Occidente. Al encontrarse recluidos los comerciantes holandeses en la bahía de Nagasaki, específicamente en la pequeña isla artificial llamada Deshima, a partir de 1641, el interés de los japoneses por las cosas extranjeras que entraban o transitaban por dicha factoría era sumamente grande; incluso se sabe de japoneses que aprendieron el holandés para facilitar los intercambios. La severa administración del shogunato imponía a los holandeses de Deshima una visita a Edo cada cuatro años, conocida como «Edo sanpu«. De tal forma que – inevitablemente – sí hubo una ‘infiltración’ oficial – o marginal por contrabando – de objetos, noticias y libros occidentales dentro del Japón, aunque ésta fuera limitada.

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Primera vista de la ciudad de Nagasaki y su rada. Atribuida a Kawahara Keiga (1786-hacia 1865). París, Museo nacional de la marina.

Es célebre el caso del doctor alemán Philipp Franz von Siebold que permaneció durante seis años en la mencionada factoría holandesa de Deshima, compartiendo conocimientos occidentales en el campo de la medicina, por ejemplo, así como obteniendo información sobre la flora, la fauna y la cultura japonesa. Se dice incluso que estaba en contacto con el artista grabador Hokusai en ese entonces. Considerado finalmente como un espía para Rusia, por colectar mapas del Norte de Japón, entre otros, Siebold fue expulsado del país en 1829. A pesar de ello, logró sacar del país una considerable colección botánica y de objetos, parte de los cuales se pueden ver incluso hoy en día en la casa museo ‘Japanmuseum Sieboldhuis’ de la ciudad de Leiden, Países-Bajos.

Similarmente, un cierto número de artículos pudieron llegar hasta Francia y a la postre formar parte de las colecciones permanentes de diversos museos franceses. Esencialmente de ellos provienen los artículos que presenta la exposición, como se describe en los apartados correspondientes a las seis divisiones temáticas del recorrido expositivo.

De relaciones por goteo a una fluida curiosidad recíproca facilitada por la apertura japonesa a partir de la segunda mitad del s. XIX

Los franceses no contaban con la posición privilegiada de los holandeses, éstos van a depender sobre todo de intermediarios hasta el momento en que la apertura más o menos forzada del país impuesta por las potencias como los Estados Unidos o el Reino Unido marca un punto de inflexión en las relaciones internacionales limitadas del país del sol naciente.

I – Objetos encargados a Japón por los holandeses

En los últimos años del s. XVIII, los holandeses comenzaron a hacer encargos a los artesanos japoneses claramente orientados a los clientes europeos. Se trataba de paneles de cobre laqueados y dorados elaborados con base en grabados europeos, así como medallones que representaban emperadores romanos o celebridades del mundo occidental basados en los retratos de la publicación «La Europa ilustre» de Jean-François Dreux du Radier (1755). Algunos coleccionistas franceses adquirieron así retratos de franceses famosos en dicha época, entre ellos el escultor François Girardon o el pintor Pierre Mignard, e incluso personajes religiosos, como el cardenal arzobispo Melchior de Polignac o el obispo de Auxerre, Jacques Amyot.

II – Objetos japoneses llegados a Francia por intermedio de China

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Modelo reducido de una residencia japonesa de clase distinguida. Formaba parte de la colección Paul Ginier. París, Musée du quai Branly.

Los chinos instalados desde el final del s. XVII no lejos de Deshima eran los intermediarios entre Nagasaki y China. Exportaban artículos japoneses tanto para el mercado chino como para los europeos cuyos barcos iban a abastecerse a Cantón. De 1840 a 1842, en la boutique ‘Bazar Bonne-Nouvelle’ de París se presentó una exposición de objetos asiáticos, lo que constituyó un verdadero evento al ser una primera aproximación a la civilización japonesa en París. Entre las numerosas piezas expuestas, los objetos japoneses adquiridos por el marsellés Paul Ginier durante su viaje en el Sureste de Asia y China fueron comprados por el Museo de la Marina con el fin de enriquecer sus colecciones etnográficas, así como por el Museo de la manufactura de Sèvres, interesada en el estudio de las técnicas de la cerámica.

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Modelo de palanquín y personaje masculino. Madera, laca y oro, metal, pasamano, textil y cerámica. Formaba parte de la colección Paul Ginier. Brest metrópolis, Museo de Bellas Artes

Otros objetos japoneses presentes en la exposición provenían de la misión Lagrené, que firmó en 1844 en Cantón el Tratado de Whampoa, que abría cinco puertos chinos a los comerciantes franceses; de un jesuita muerto cerca de Shanghai en 1848; de Charles de Montigny, cónsul en Shanghai y Ningpo, cuya colección china presentada en la Exposición Universal de 1855 se incorporó al Museo de la Marina, incluyendo algunos objetos japoneses.

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Dos tabaqueras (1840-1844). Madera lacada, nácar de color, plata. A la izq., proveniente de la misión Lagrené. París, Musée du quai Branly. A la der., colección de J.-B. Cécille. Brest metrópolis, Museo de Bellas Artes

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Bandeja cuadrada. Madera lacada, nácar colorado. Proveniente de un regalo del jesuita François Estève. Colección particular.

III – Obras llegadas por intermedio de la factoría holandesa de Deshima

Johan Willem de Sturler fue el responsable de la factoría de Deshima de 1823 a 1826. Durante una visita reglamentaria al Shogún en Edo, adquirió en 1826 una serie de pinturas de Hokusai y su taller, que entraron en 1855 en el Departamento de los Manuscritos de la Biblioteca Imperial de Francia (hoy en día la Biblioteca Nacional).

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Estampa atribuida a Hokusai «Pintura de una linterna en Kayabacho», ca. 1823-1826. París, Biblioteca Nacional de Francia.

El año siguiente, el francés J.-C. Delprat, quien trabajó en Deshima entre 1845 y 1849, ofreció al Museo de la Marina un panel excepcional en laca y nácar representando una vista de la factoría de la Compañía holandesa de las Indias orientales, con la leyenda precisa de los lugares, tal y como se encontraba antes del incendio que la destruyó en 1798.

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Vista de la factoría de Deshima. Madera lacada, nácar con color. Ca. 1800. París, Museo nacional de la marina.

IV – Objetos y libros de Japón llevados a Francia por franceses

Bajo las amenazas de los navíos del Comodoro Perry de los Estados Unidos en 1853 y 1854, Japón se vio forzado a abrir los puertos de Nagasaki, Shimoda y Hakodate a los barcos occidentales y firmó en 1858 tratados de paz, amistad y comercio con cinco países, entre ellos Francia.

El Barón de Chassiron, miembro de la embajada francesa que negoció el Tratado de Edo, trajo a Francia un número importante de lacas, libros, Netsuke y otros objetos variados que serían legados posteriormente a la ciudad de La Rochelle. Todos estos objetos eran fabricados para el mercado japonés y diferentes de los que se podían traer de China en ese entonces.

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Escritorio «Suzuribako». Madera lacada negra, oro, realces de laca roja, cuarzo venturina. Colección del Barón de Chassiron. La Rochelle, Museos de arte e historia.

Después del saqueo del Palacio de Verano de Pekín en 1860, algunos oficiales franceses pasaron por Japón y compraron en el nuevo puerto de Yokohama – abierto poco tiempo antes a los extranjeros – objetos lujosos que aparecieron rápidamente en París en el marco de ventas públicas.

V – Las embajadas japonesas durante el Segundo Imperio francés

En 1862, cuatro años después de la firma del tratado de amistad y de comercio entre Francia y Japón, una embajada japonesa emprendió el camino hacia Europa. El objetivo era tratar de retardar hasta 1868 la apertura de las ciudades de Edo y de Osaka, así como de otros eventuales nuevos puertos. Una de las razones principales era que en Japón comenzaba a manifestarse cierta hostilidad hacia los extranjeros, junto con el inicio de cambios radicales en la situación interna heredada de siglos de shogunato. Durante su misión de aproximadamente un año, pasaron su tiempo también estudiando la civilización occidental.

En París, el fotógrafo Nadar multiplicó las fotografías de estos japoneses; incluso una parte de ellas fue publicadas en la prensa. Su colega Jacques-Philippe Potteau llevó al cabo en esos días también una campaña sistemática de retratos de frente y de perfil de los visitantes japoneses para el Museo nacional de historia natural.

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Fotografía realizada por Jacques-Philippe Potteau. Retrato de Fukuzawa Yukichi, 27 años, oficial japonés de Edo. Fundador de una escuela de lengua que se volvería la Universidad Keio en Tokio. Intelectual y escritor, su autobiografía evoca su viaje en Europa y el inicio de la hostilidad contra los extranjeros en el territorio de Chôshû.

No faltó mucho tiempo para que un verdadero clima de guerra civil se instalara en Japón, separándose en facciones de partisanos a favor de la apertura al Oeste y los otros que buscaban expulsar a los ‘bárbaros’ y que temían por la integridad de la cultura japonesa. Así, en 1864, la segunda embajada japonesa enviada a Francia, ésta vez hostil a los extranjeros, tenía por objeto negociar el cierre del puerto de Yokohama, lo que no obtuvo. Sin embargo, como la primera embajada, atrajo la atención de los fotógrafos, fascinados por el traje tradicional portado por sus miembros.

Con respecto a los occidentales que pudieron pasar cierto tiempo en Japón en esa época, el suizo Aimé Humbert tuvo una estancia en Edo de 1863 a 1864, cuando buscaba la firma de un tratado de amistad y de comercio entre Japón y Suiza. En ese periodo logró reunir una considerable cantidad de documentos que servirían para ilustrar, a partir de 1866, los artículos sobre Japón en la revista francesa «Le Tour du monde» (la vuelta al mundo).

VI – La Exposición Universal de 1867 en París

La primera participación oficial de Japón a una exposición universal fue en París en 1867, por invitación de Francia, enriqueciendo considerablemente el conocimiento del arte japonés y seduciendo a los numerosos visitantes franceses y extranjeros. Las piezas seleccionadas para la exposición eran de una gran diversidad: armaduras, textiles, cerámicas, estampas, libros, objetos de artesanía… junto con obras encargadas a artistas y artesanos, figuraron algunos objetos antiguos.

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A la izquierda, taza cubierta y platillo de porcelana con decorado azul y blanco. A la derecha, taza cubierta y platillo con decoración de fénix y crisantemos. Porcelana «cáscara de huevo». Ambos de ca.1866. Sèvres, Cité de la céramique. Objetos adquiridos en París en la Exposición Universal de 1867.

Japón encontró en esta exposición la oportunidad para mostrar la calidad de sus creaciones en diferentes disciplinas, ganando en dicha ocasión numerosos premios. Esta experiencia positiva dio un impulso todavía más fuerte a la política de modernización de Japón en las décadas siguientes y estableció las premisas del Japonismo.

Además, hecho extraordinario, el príncipe Tokugawa Akitake, con solamente trece años, visitó Francia en este contexto, y dada la situación complicada en Japón, permaneció en Francia donde realizó estudios, antes de ser autorizado a regresar, una vez cimentada la restauración Meiji.

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Fragmento (1) de un álbum facticio que presenta estampas como las que circularon en la Exposición Universal de París en 1867. Presenta dos actores de Kabuki. Por Tsukioka Yoshitoshi. 1862. Rouen, Biblioteca municipal.

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Fragmento (2) del álbum facticio. Dos actores de kabuki. Por Utagawa Kunisada. 1862. Rouen, Biblioteca municipal.

Camino abierto para la innovación artística del (primer) Japonismo

Entre los principales objetivos de la exposición, según su comisaria, se encuentra el mostrarnos cómo los objetos fueron particularmente importantes en las nacientes relaciones entre Francia y Japón, asociados con la idea de ‘truchement‘, es decir, a la vez la intermediación y el rol de ‘intérpretes-traductores’ entre ambas culturas, cuando éstas no comenzaban más que a descubrirse mutuamente. Si es cierto que la propia reina Marie-Antoinette ya disponía de artículos japoneses – como su célebre colección de lacas – la llegada de más ejemplares y de mejor calidad en el segundo tercio del siglo XIX, casi ‘curados’ podríamos decir en términos museísticos actuales, encontró en Francia especialmente (y en Occidente en general) un territorio fértil, curioso y en búsqueda de innovación y ruptura. Los ideales del progreso, el impulso al comercio internacional, la atracción por la sofisticación, entre otros, también actuaron a favor del auge de la aceleración de los intercambios. Y, mientras que las personas comenzaban muy poco a poco los viajes de descubrimiento (como Émile Guimet o Henri Cernuschi), los imaginarios volaron rápidamente, alimentándose desde entonces casi sin cesar, en un recurrente boomerang cultural, como se puede dar testimonio hoy en día.

La parte siguiente va más allá del periodo tratado en la exposición, como complemento para comprender lo que se fue gestando poco a poco y que tuvo un auge sin precedente.

B. El boom del Japonismo

No es posible estudiar el arte japonés (…) sin volverse más alegre y más feliz”. Vincent Van Gogh en su correspondencia con su hermano Theo.

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Ya en la era Meiji (1868-1912), es decir más allá del periodo evocado en la exposición, la historia se acelera con la apertura de Japón y el comercio con el archipiélago avanza considerablemente. Los comerciantes y los coleccionistas occidentales pudieron adquirir a buen precio objetos de arte y de culto, incluso obras antiguas de gran importancia que provenían de templos budistas saqueados en los primeros años de dicha era. Ello conformó una de las vertientes de este fenómeno, llamado hoy Japonismo Búdico, que marcó un acercamiento hacia Japón a la vez desde un punto de vista estético como religioso – por ejemplo a nivel del incipiente conocimiento de sus fundamentos específicamente japoneses.

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El Museo de etnografía de Ginebra, Suiza, propuso una excepcional exposición sobre el Japonismo búdico. Hacer clic en la imagen para conocer mi artículo al respecto.

Del origen de la denominación ‘Japonisme

En 1872, el francés Philippe Burty (1830-1890), un gran aficionado de objetos de arte y estampas, publica en la revista “El renacimiento literario y artístico” una serie artículos en que manifiesta su interés por la cultura japonesa. En uno de ellos, del 6 de julio de 1872, utiliza por primera vez en francés el término Japonismo. Francia fue el país a partir del cual esta moda se propagó, cubriendo todas las áreas artísticas.

El Japonismo como factor de enriquecimiento de las formas artísticas de la época

El auge de esta corriente se debió a la pasión de los artistas occidentales de aquellos tiempos por crear nuevos modos de expresión; en ese entonces algunos artistas sentían que estaban sumamente limitados, que les resultaba difícil respirar y por ello se producían frecuentes reacciones, como por ejemplo contra la academia francesa y otras instituciones que establecían normas sobre pintura a las que había que adaptarse si querían ser reconocidos (baste recordar la creación en Francia del “Salón de los rechazados”). El arte japonés comenzó a aparecer en ese contexto, en momentos en que los artistas se preguntaban si no habría otros modos de expresión. París era el centro mundial del arte en esa época, de modo que lo que ocurrió fue que los artistas aprendieron allí lo relativo al Japonismo y luego lo trasladaron a sus países de origen y muchos lo adoptaron. Se puede decir que la llegada del arte nipón fue uno de los motivos principales que propiciaron el nacimiento del arte moderno en el mundo. En pintura, por ejemplo, la lista es larga y de una calidad sin comentarios: Édouard Manet, Vincent Van Gogh, Claude Monet, Mary Cassatt, Edgar Degas, Paul Gauguin, Pierre Bonnard, … Junto con Monet, uno de los mejores ejemplos es Van Gogh quien descubre en Amberes en 1885 las estampas de Hiroshige, de Hokusai, y de Reisei. Admira sus composiciones simples, la frescura y los colores vivos, llegando incluso a adquirir más de 400 de estas estampas. Monet, por su parte, las colecciona y son hoy en día uno de los grandes atractivos de su casa-museo en Giverny. También he abordado este fenómeno en otro artículo, ligándolo con la célebre estampa de La Gran Ola de Kanagawa de Hokusai.

Entre las personalidades que más contribuyeron este auge se debe mencionar a Siegfried (Samuel) Bing (1838-1905), industrial y ceramista alemán naturalizado francés quien fue el mayor comerciante de objetos de Extremo Oriente de su época y participó activamente a la difusión del Japonismo. Abrió su primera boutique en París en 1888 y vendió en ella gran parte las obras traídas de sus viajes en Japón.

Su prestigiosa revista “Le Japon artistique”, editada entre 1888 y 1891, con magníficas ilustraciones, fue traducida simultáneamente en inglés, francés y alemán con un impacto considerable. Gran amigo de coleccionistas y apasionados por Asia, su revista tuvo como objetivo dar a los industriales, artesanos y artistas los modelos que prefiguraban una renovación de las artes decorativas.

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Le Japon artistique: Documents d’art et d’industrie, No.10; Siegfried Bing (ed.); Feb. 1889; 33.0 x 26.0cm

En 1896 fundó el salón del “Art Nouveau” que buscaba regenerar las industrias del arte. Así generó un nombre para esta nueva corriente, que se apoya en las líneas curvas inspiradas particularmente de la estética japonesa y de su fuerte relación con los elementos naturales.

En este contexto, llegaron a Europa las estampas japonesas, inicialmente como simple material de protección de las mercancías transportadas (vajillas, bibelots, etc). En realidad, la mayoría de las estampas no costaban mucho (se dice que tan poco como un bol de arroz) y la leyenda dice incluso que ¡los libros de Manga de Hokusai llegaron de esta manera hasta las manos de artistas y coleccionistas ávidos de novedades estéticas!

Del entusiasmo al acostumbramiento

A pesar de la gran euforia, en menos de dos décadas, el público comenzó a cansarse de los objetos producidos en masa en Japón para la exportación y vendidos durante las exposiciones nacionales y universales que florecieron en Europa y América. Incluso se llegó a dar un nombre irónico a los productos japoneses: “japoniaiseries” (Jules François Félix Husson-Champfleury jugó con la palabra ‘niais’ que significa simplón o bobo integrándola a japonaiserie que fue el término empleado por Van Gogh para expresar la influencia japonesa). Se puede decir que el entusiasmo por Japón muestra una cierta declinación y el interés del mercado y de artistas como Picasso se voltea hacia el arte de África y de Oceanía.

Sin embargo, en la exposición universal de París de 1900, por solicitud del gobierno francés, Japón prestó obras de arte antiguo provenientes de las colecciones imperiales. Estos objetos de valor patrimonial son de épocas anteriores a las de Edo, como del período de Kamakura (1185-1333), lo que provocó un nuevo efecto positivo considerable en el público.

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Naturaleza muerta japonesa. Auguste Donnay (1862-1921). Bélgica. Inicio del siglo 20. Musée des Beaux-Arts de Liège (BAL)

Entrelazamientos por venir

El fenómeno del Japonismo, visto en retrospectiva, nos dice mucho de la polinización cruzada entre Occidente y el Extremo Oriente que, a pesar de diferencias de intensidad a través del tiempo, se ha mantenido y crecido.

Actualmente podríamos considerar que de nuevo entre Japón y Francia se intensifican los entrelazamientos culturales, tanto de manera oficial – como lo deja manifiesto el programa de festejos de los 160 años del tratado de amistad y de comercio entre ambos países llamado explícitamente Japonismos 2018: Almas en resonancia (del verano de 2018 al invierno de 2019) – como de manera independiente, con tantas experiencias y proyectos observables cotidianamente en ambos países (arquitectura, moda, gastronomía, cómics, anime, artes visuales…).

Muestra de que precisamente una fascinación mutua, ‘a pesar de‘ – así como ‘debida a‘ – diferencias y contradicciones, constituye un sólido campo de inspiración y de acción para las expresiones culturales de la humanidad.     

Postdata Interlacements 1: Hokusai – la polémica atribución de su ‘descubridor’ en Francia

Félix Bracquemond (1833-1914) – pintor, grabador y decorador francés – reivindicó haber sido el primero en descubrir los croquis extraordinarios del pintor, dibujante y grabador japonés Hokusai (1760-1849). Según la leyenda, en 1856, al desenvolver cerámicas japonesas de una caja en casa de un amigo impresor, Bracquemond habría descubierto un carnet de dibujos de Hokusai usado para proteger los objetos. Inmediatamente se apasionó por la manera de dibujar y de grabar de Hokusai –  bastante desconocida en Europa todavía. El género japonés kacho-ga figuraba en efecto flores, animales, insectos y crustáceos, lo que lo inspiró a decorar así un servicio de cerámica muy conocido con el nombre de «Service Rousseau».

Edmond de Goncourt (1822-1896), francés apasionado conocedor del arte japonés, también reclamó para sí la autoría del descubrimiento de las estampas de Hokusai; ¡Bracquemond y él se disputaron la primicia! Sin embargo, no era un asunto tan serio, ya que eran amigos y por ejemplo, Bracquemond realizó un retrato de Goncourt en aguafuerte.

 

Le Réseau «Femmes pour la Culture» s’est réuni à Saint-Domingue du 22 au 25 novembre 2017

La capitale de la République dominicaine a récemment accueilli la cinquième réunion internationale de ce réseau culturel d’Amérique Latine appelé en espagnol «Mujeres por la Cultura«. Cette édition –  la première à avoir lieu dans un pays des Caraïbes – a été organisée en collaboration avec le Ministère de la culture et le Ministère de la femme de la République dominicaine, le Festival culturel «Hermanas Mirabal» et la Fondation «Proyecta Cultura».

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Le but de cette rencontre était de promouvoir l’échange d’expériences qui rendent compte des apports de la femme à travers une optique culturelle et une perspective de genre. Il a aussi été question de promouvoir la formation et le développement professionnel des femmes dans le domaine culturel ainsi que dans celui de la prévention et l’élimination de toute forme de violence de genre. Plus particulièrement, les principes d’autonomisation des femmes proposés par l’UNIFEM et le Pacte mondial des Nations Unies ont constitué le substrat des réflexions.

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Le programme a proposé des conférences, des ateliers, des expositions et des visites d’études. Les participantes provenaient de divers pays, comme le Chili, le Mexique, l’Argentine, l’Équateur, la Colombie, le Pérou, l’Uruguay, le Brésil, Haïti, la République dominicaine, entre autres.

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La quatrième réunion du réseau, à Buenos Aires, s’est décidément inscrite dans le cadre du mouvement de protestation «Pas une seule femme en moins» (Ni una menos).

Mais… qui a peur du Réseau «Femmes pour la Culture»?

Si le titre de ce paragraphe évoque clairement une célèbre pièce de théâtre (et son adaptation au cinéma), il fait aussi allusion à la brillante exposition de l’Orangerie et du Musée d’Orsay «Qui a peur des femmes photographes?» qui a questionné en 2016 la participation des femmes dans l’histoire de la photographie, non pas sous l’angle d’une ‘vision féminine’, mais en termes de territoires des genres (physiques et symboliques) et de stratégies de succès (critique et commercial; d’élargissement des périmètres…). Ces axes de réflexion originaux et pertinents m’ont spécialement fait penser à ce réseau culturel latino-américain dont l’enthousiasme des participantes me semble particulièrement contagieux.

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Membres du Réseau «Mujeres x Cultura» réunies à Quito, Équateur en décembre 2015

Un réseau enthousiaste et enthousiasmant!

Le réseau est né dans le cadre du 9ème Campus Euroaméricain de Coopération Culturelle de Cuenca, Équateur, en 2012. De manière autonome, et au-delà des collaborations qui se sont développées entre les membres du réseau, des rencontres internationales ont déjà été organisées dans quatre pays différents:

  • 1ère édition à Santiago, Chili, en 2013
  • 2ème édition à Cuernavaca, Mexique, en 2014
  • 3ème édition à Quito, Équateur, en 2015
  • 4ème édition à Buenos Aires, Argentine, en 2016

En effet, avant la réunion en République dominicaine, leur conférence précédente a eu lieu au Centre culturel Recoleta de Buenos Aires du 14 au 17 décembre 2016, sous la forme d’une résidence. Une brève vidéo de la télévision publique argentine nous fait vivre l’atmosphère créative et de réflexion qui a régné à cette occasion.

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Diseño: Carolina Cavale – Cuore

«Mujeres x la Cultura» s’est donné pour objectifs principaux la reconnaissance et la consolidation du rôle de la femme dans le développement culturel, à travers des espaces d’échange d’expériences, de savoirs et d’immersion, pour la réflexion et le débat – tant individuels que communautaires – en incorporant les nouvelles perspectives des femmes latino-américaines.

«Nous sommes des femmes de couleurs très différentes. Nous ne pensons pas de la même manière. Nous ne sommes ni du même signe politique ni de la même religion. Nous ne sommes pas toutes mères ni femmes mariées. Certaines sont plus jeunes, certaines plus âgées. Nous sommes la diversité même et dans cette même diversité nous partageons et nous construisons».

J’ai eu le plaisir d’échanger à propos du réseau avec deux de ses membres qui sont très impliquées dans ses activités: Romina Bianchini (co-fondatrice) et Susana Salerno, toutes les deux activistes et expertes en politiques culturelles. Voici quelques éléments sur leur motivations pour contribuer au développement du réseau, tantôt présentés sous forme d’entretien, tantôt complétés à partir des comptes-rendus de leurs activités (traduits et adaptés, le cas échéant, par mes soins).

Un réseau de femmes… ?

Rafael Mandujano : «Je vais jouer à l’avocat du diable. Depuis une ‘perspective masculine’, pourquoi un ‘réseau de femmes‘ alors que nous vivons des temps où la transversalité, la diversité culturelle, les rencontres de cultures, entre autres, sont nos paradigmes? Bien sûr, j’ai déjà une idée de vos raisons, mais j’aimerais connaître vos idées à ce propos».

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Romina Bianchini : «Je pense que le réseau se base sur ces paradigmes-là. Ce n’est pas parce que c’est un réseau de femmes qu’il ne prend pas en compte la transversalité; de même, si à l’origine le réseau émerge à partir de la rencontre d’administratrices de projets culturels (gestoras culturales), il n’est pas exclusivement composé de cette catégorie professionnelle. Le réseau propose précisément la transversalité au niveau des âges, des connaissances, des savoirs-faire, des points de vue, et ainsi de suite, en vue d’un objectif commun: la visibilité du rôle de la femme dans le développement culturel. C’est aussi cela lorsque nous parlons de rencontre entre les cultures; dans ce réseau sont réunies des femmes indigènes (1) avec des femmes afro-américaines, des femmes rurales, des femmes urbaines, chacune avec ses initiatives propres et son propre parcours, provenant de ‘mondes différents’, et qui se réunissent afin de travailler ensemble pour le développement d’une communauté conçue par des femmes du secteur culturel. (…) Si tu me demandes pourquoi le réseau est né et si c’est seulement pour les femmes, nous disons que c’est une invitation ouverte, en dialogue, dans laquelle ‘les masculinités’ sont présentes: des hommes ont participé aux rencontres, et à diverses reprises nous avons co-produit avec ‘leur complicité’; il y a des administrateurs culturels qui soutiennent et mettent en valeur ce processus auquel tous ceux qui luttent pour l’équité et ‘l’empowerment’ des femmes doivent participer. Je souhaite mettre en valeur aussi la contribution ‘activiste’ de collègues et de familles qui, depuis d’autres situations (comme le champ privé), accompagnent notre participation dans le réseau, dans le cadre de nos rencontres autogérées et auto-déterminées qui nous emmènent à confluer lors de notre réunion annuelle ‘auto-convoquée’. Celle-ci nourrit notre développement professionnel et personnel, dans un espace conçu pour nous-mêmes par nous-mêmes (ndlr: au féminin en espagnol ‘por nosotras para nosotras’). C’est pour cela que le réseau est fondamentalement composé par des femmes, mais cela ne veut pas dire que ce soit ‘un ghetto’- cela est une condition première pour nous».

foto_susi_2Susana Salerno nous renseigne pour sa part sur l’origine du réseau: «Des femmes collègues, amies, camarades… nous trouvions que les meilleurs thèmes – ceux non traités dans les programmes officiels des congrès culturels – surgissaient et se débattaient horizontalement, dans le contexte des cafés et des espaces plus décontractés. C’est là que les échanges s’envolaient passionnément, que l’académique s’entrelaçait avec la vie quotidienne, que le savoir cohabitait avec la sagesse, sans appréhension ni étiquettes». Pour Susana, le réseau est «un manteau où s’abritent des femmes et des hommes qui veulent modifier les discours et les styles officialisés dans le domaine culturel».

Romina m’a également parlé de ce point de départ, et dont les conséquences se ressentent clairement dans ses commentaires précédents. Elle tient à rappeler certaines constatations sur la composition des panels des conférences, sur la manière d’aborder les thèmes… «Nous croyons à l’importance de construire nos narratives propres (…) en nous questionnant sur notre travail… est-ce qu’il y a une manière différente de gestion du point de vue des femmes (plus 360°, plus sensibles, plus intuitives, plus complexes?). Nous sommes convaincues du besoin de garantir l’équité des opportunités pour que les femmes puissent participer pleinement à la vie culturelle, et ce en tant que droit humain».

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Un réseau stimulant, au sens collectif, généreux

Rafael: Qu’est-ce qui vous excite le plus dans votre participation au réseau ?

Romina: «La construction collective, basée sur le respect, la reconnaissance, les liens personnels qui se tissent, dans le cadre d’un espace où nous nous rencontrons pour des ‘raisons professionnelles’ spécifiques du domaine culturel et dans le contexte de la situation des femmes au niveau mondial (…) C’est un espace où le politique et l’individuel vont de pair. Nous bâtissons une communauté de femmes, qui travaillent ensemble, en faveur des droits de toutes les femmes».

Susana: «Moi, ce qui m’enthousiasme le plus… c’est l’enthousiasme du réseau! C’est comme si nous étions de vieilles amies qui se retrouvent, et à chaque fois c’est nouveau, c’est généreux; personne n’est pas là pour briguer une chaire, on dit ce qu’on pense, on pose des questions, on partage, on visite. Cela me rend heureuse. Cela nous permet de prendre de l’air et de redémarrer (…), et nous incite à nous dépasser et à ne pas tomber dans des stéréotypes: ne pas préjuger, tête et corps disponibles pour recevoir, modifier, donner… nous participons à un voyage de découverte à chaque fois».

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Des conférences aux programmes riches, variés et ancrés sur de besoins concrets

En effet, un simple parcours d’un programme de leur rencontre annuelle permet de cerner l’ample portée de leurs ambitions.  Par exemple, celui de Quito qui apparaît sur leur site internet (en espagnol, cliquez sur l’image).

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Quito 2015, Programme, 1/2

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Quito 2015, Programme, 2/2

Rafael: Vous étiez intervenantes lors de la rencontre de Quito, est-ce que vous pourriez partager avec nous des idées sur le contenu de vos présentations qui vous semblent essentielles ?

Romina:  «A Quito, il m’a semblé très important de proposer une présentation qui donne matière à controverse, sur les mauvaises féministes, c’est à dire, en reconnaissant nos contradictions; il faut être conscient que ces contradictions se déroulent dans la réalité et qu’elles vont au-delà du niveau personnel. Cela nous demande de nous engager pour le développement de stratégies créatives, sensibles, liées à la lutte pour l’équité et contre les violences, les abus et les sexismes, dont nous souffrons quotidiennement, et qui dépassent nos situations personnelles. Cette réalité historique et universelle doit nous retrouver unies et actives si nous ambitionnons un changement culturel; un changement de paradigme que nous considérons prioritaire, en tant que femmes, et ce à partir du secteur culturel. Après avoir expliqué ce cadre général, ma présentation s’est focalisée sur l’analyse de la situation des femmes à l’intérieur du secteur culturel et sur le nécessaire travail en réseau pour faire face à cette situation».

Susana: «Pour ma part, j’ai décidé de participer en organisant un atelier (cela fait déjà deux éditions). Depuis des années, je souhaitais mettre en mouvement les administrateurs de projets culturels (…) et j’ai trouvé une technique théâtrale, la méthode des actions physiques, qui m’a semblé pertinente pour ce faire. Je dois ajouter que mon idée de départ a évolué à partir de sa mise en pratique, notamment lors des événements des «43 disparus» au Mexique. En effet, j’ai guidé cet atelier juste quelques jours après ces faits, et alors que sur nos têtes survolaient des hélicoptères, nous nous sommes retrouvés à réagir viscéralement en dansant, telle une rencontre ancestrale. Cela a été une révélation, la technique prenait là une tout autre dimension. Pour l’anecdote, j’ai souhaité changer le nom de l’atelier pour qu’il s’appelle ‘Taller de Amorosidad‘ (jeu de mots intraduisible avec ‘amour’, ‘a-morosité’…) mais on lui préfère le nom plus formel ‘Méthode des actions physiques pour la gestion culturelle'».

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Susana Salerno avec Felipe Mella et Rafael Mandujano lors du Campus euroaméricain de coopération culturelle à Las Palmas de Gran Canaria, décembre 2010.

Les étapes suivantes de la vie du réseau

RafaelQuelles sont les prochaines activités du réseau, à court et moyen terme?

En plus de la rencontre internationale du 14 au 17 décembre 2016 à Buenos Aires, Romina signale que «nous soutenons des projets locaux et des initiatives des membres du réseau qui favorisent l’articulation entre les participants, par exemple à travers les réunions ‘Féminas’ (en Argentine, au Chili) où les projets lient les femmes et leurs territoires. Nous faisons également des dynamiques 2.0 à travers les réseaux sociaux, pour développer des campagnes sur les droits des femmes. Nous avons un projet portant sur des ateliers de formation en matière du genre dans le domaine des politiques publiques de la culture, et de sensibilisation sur les droits culturels des femmes. Nous souhaitons aussi lancer des projets de recherche sur la relation des femmes et le patrimoine (thème de la dernière rencontre). Et nous abordons activement la production collaborative de la prochaine conférence; nous avons décidé de développer des liens avec d’autres réseaux de femmes et d’inciter la participation d’organisations dans le domaine de la coopération.»

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Visiblement, le réseau «Mujeres x la Cultura» n’a pas, quant à lui, peur de porter de hautes ambitions! Parmi de nombreux réseaux culturels, il fait preuve de pertinence et d’énergie partagée. Je suis sûr que dans les années à venir le réseau continuera à connaître un grand succès!

Le réseau a une page Facebook que je vous recommande – très active notamment lors de leurs rencontres. Si vous comprenez l’espagnol, n’hésitez pas à visiter le site ‘Mujeres x Cultura‘ pour plus d’information.

1: Indigènes: Personne native du pays où elle vit et où ses ascendants ont vécu depuis une époque reculée (http://www.cnrtl.fr/definition/indigène)

Biographies

Romina Bianchini (Argentine)

romi_profile_arts_summitEn 2003, Romina a créé la plate-forme internationale d’administrateurs culturels “Proyecta Cultura”. Romina est coordinatrice du Réseau d’Art Urbain ‘Neural’ depuis 2011. Elle travaille actuellement au Centre Culturel Recoleta, à  Buenos Aires,  au sein du département des contenus.Activiste des droits de l’homme, Romina a travaillé depuis 2004 en tant qu’éducatrice dans le cadre d’ateliers sur les droits culturels dans plusieurs communautés à travers l’Amérique Latine et les Caraïbes. Elle est spécialiste dans le domaine de la création et de l’administration de réseaux culturels internationaux pour la coopération au développement, et elle est consultante indépendante dans le domaine culturel depuis plus de 16 ans. Elle est aussi intervenante à l’Université National de La Plata (Diplôme technique de musique populaire).

Récemment, Romina a été intervenante lors du 7ème Sommet Mondial des Arts et de la Culture, à La Vallette, Malte, en octobre 2016.

Susana Salerno (Argentine)

foto_susi_fbActrice, productrice et administratrice culturelle. Au-delà d’un longue expérience dans le domaine du théâtre et du cinéma en tant qu’actrice, Susana a aussi une riche carrière en matière des politiques culturelles et de la coopération (coordinatrice des relations publiques et de la coopération internationale au sein du Ministère de la Culture de la Ville autonome de Buenos Aires).

Elle a organisé les rencontres des Coalitions pour la diversité culturelle à Buenos Aires en vue de la préparation de la Convention pour la diversité culturelle de l’UNESCO.

Susana a participé à de nombreux colloques, séminaires, festivals et congrès internationaux. Elle a aussi préparé et géré le projet ‘L’art contre la discrimination’ pour l’INADI. Elle développe des ateliers pratiques basés sur des techniques théâtrales. Susana travaille actuellement pour la télévision publique argentine.

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Exposición «Todos, sangres mezcladas» en el MAC VAL

Del 22 de abril al 03 de septiembre de 2017 se presentó en el Museo de Arte Contemporáneo de Val-de-Marne «MAC VAL» una exposición colectiva que se propuso explorar una noción tan «universal como candente»: la identidad cultural. Dedicar un artículo a esta exposición no es más que natural en la medida de que el corazón de los fundamentos de este blog se encuentra «en la fuerza de las relaciones de entrelazamientos que caracterizan nuestro mundo, desde la genética con el ADN a doble espiral hasta los procesos de migraciones y la diversidad de expresiones culturales», como señalo en la página de presentación.

La exposición se relacionó con los temas de actualidad a través de las miradas y las experiencias de artistas, alrededor de preguntas clave que agitan a nuestro mundo, como «¿Qué nos reúne? ¿Cómo se construye una cultura común a pesar de orígenes siempre diversos? ¿Qué hay al centro de la noción de identidad cultural invocada por los Estados para justificar la autoridad de sus instituciones, de sus historias, y de sus fronteras? A través del arte, cuya definición es tan relativa como la de la identidad, la exposición nos sugirió una multitud de caminos de reflexión.

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Comisarios: Julie Crenn y Frank Lamy, asistidos de Julien Blanpied y Ninon Duhamel

El arte como herramienta de análisis de lo real

En esta ocasión, alrededor de 120 obras jugaron con el visitante, como metáforas en tres dimensiones en una exposición voluntariamente antinacionalista, ‘anticomunitarista’, pro-mestizaje, pro-inmigración, de acuerdo con la presentación de sus comisarios. Entre los sesenta artistas incluidos, muchos han experimentado alguna de las formas del desarraigo: geográfica, cultural, de género o generacional.

¿Qué quiere decir ‘nosotros‘? ¿Qué significa formar parte de un grupo? ¿Cómo se reconoce uno dentro de un grupo? ¿Qué crea la diferencia y cómo esta diferencia puede crear problemas?

Sin un recorrido preestablecido o separación jerárquica o temática, las obras llamaron libremente a nuestros sentidos y pensamiento, evocando directa o sutilmente las dimensiones de las lenguas, los territorios, las fronteras, los mapas, las banderas, las escrituras, las imágenes, las familias, la Historia y sus narraciones, los estereotipos… en diversos formatos como las instalaciones, collages, vídeos, fotografías, esculturas, entre otros.

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(A partir de aquí, la redacción está al presente, ya que escribí el artículo cuando la exposición estaba montada).

Asuntos exteriores. Asuntos interiores. Ambos. Selección de algunas obras

A continuación presento, subjetivamente, algunas de las obras expuestas, con subtítulos que propongo para introducir una de las principales dimensiones aludidas por el artista. Algunas obras son generalistas, muchas otras se relacionan con ejemplos y situaciones singulares vividas por los artistas. Y por los visitantes, seguramente.

¿Los principios y valores de la Carta de las Naciones Unidas al centro de rondas de diálogo sin fin?

En preámbulo, podemos encontrar al exterior de la sala de exposición principal la obra de Chen Zhen «Mesa redonda».

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Chen Zhen (Shanghai, 1955 – París, 2000), «Round Table» (1995), Collection Centre national des arts plastiques, dépôt au Musée national d’art moderne / Centre de création industrielle, Paris.

Se conforma por 29 sillas heteróclitas provenientes de los cinco continentes y de países diferentes, empotradas en torno a una mesa circular de madera, suspendidas arriba del suelo por una estructura metálica. Al centro de la mesa, un texto en mandarín evoca los principales artículos de la Carta de las Naciones Unidas.

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La obra fue realizada en ocasión de la exposición «Diálogo de la paz» que celebró el 50° aniversario de las Naciones Unidas en Ginebra. El motivo de la mesa redonda es recurrente en la obra de Zhen y simboliza el diálogo y la voluntad de reunirse. Sin embargo, la invitación a sentarse alrededor de la mesa se vuelve rápidamente algo imposible por la disposición de las sillas. La utopía del diálogo entre los pueblos se enfrenta al obstáculo de la incomprensión. Así, en este contexto, la mesa se convierte en un símbolo de poder, de las negociaciones y de los acuerdos políticos. Al mismo tiempo, la mesa es un simple objeto cotidiano, como la que se encuentra en los restaurantes de China, lugar donde se comparte y se intercambia. La referencia a dicho país es también directa por el extracto del texto de la ONU en mandarín, como una evocación subyacente a la política autoritaria china.

El artista llegó a Francia en 1986 y creó instalaciones que asocian y confrontan objetos contemporáneos y tradicionales de las culturas china y occidental. Adepto de un ‘exilio permanente’, Zhen se definía como un «sin abrigo cultural (sans abri culturel)», es decir, «no pertenecer a nadie pero estar en posesión de todo».

Bienvenida (y/o despedida) con la paradoja del concepto relativo del ‘extranjero’

Dos accesos nos llevan a la sala principal de la exposición, pero también son indistintamente las vías de salida. En ambos encontramos sendas inscripciones del colectivo «Claire Fontaine» con la frase «Extranjeros en todas partes» escrita en tubos de neón en diferentes lenguas incluyendo el castellano. Ésta se refiere a un colectivo anarquista italiano de Turín (Stranieri Ovunque) que combatía el racismo. El colectivo Claire Fontaine utiliza esta expresión a la manera de Albert Camus que escribía «todos somos el extranjero para el otro» («on est tous l’étranger de l’autre«) declinada por otros tantos también en una enorme variedad de frases similares en discursos, entrevistas y artículos.

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Vista parcial de «Étrangers partout», 2010, del colectivo Claire Fontaine basado en París. 20 neones en 20 lenguas distintas

Para complementar el sentido de esta obra, se menciona que en el libro «El racismo explicado a mi hija» (1998), el escritor, poeta y pintor Tahar Ben Jalloun escribió:

– ¿Qué es un extranjero?

– La palabra ‘extranjero’ viene de la palabra ‘extraño’, que significa ‘fuera’, ‘exterior’. Designa a aquél que no es de la familia, que no pertenece al clan o a la tribu. Es alguien que viene de otro país, ya sea próximo o lejano, a veces de otra ciudad o de otro pueblo. De ella surgió la palabra ‘xenofobia’, que significa hostil a los extranjeros, a lo que viene del extranjero. (…) ¡No olvides! Siempre uno es el extranjero para alguien, es decir que uno siempre es percibido como alguien extraño por aquél que no es de nuestra cultura.

Desde este acceso, es patente que los puntos de vista se desplazan, se invierten, se multiplican e incluso pueden estallar cuando se busca definiciones absolutas.

Mapas celestes para travesías individuales

Las Constellations de Bouchra Khalili abaten las representaciones hegemónicas del territorio, esas mismas que determinan administrativamente la noción de « extranjero ». Los caminos de la migración toman la forma de mapas de estrellas realizados por la mano del artista, apoyándose en los relatos de personas en el exilio. Las grandes ciudades etapa corresponden a los astros, mientras que las líneas entre ellos son las travesías individuales. El fondo azul noche, las líneas y los puntos blancos ignoran los mares y las montañas, los puntos de control y las fronteras rectilíneas que separan a Sudán, Libia y Egipto o Irak y Siria. El cielo indiferente resalta la absurdidad de las delimitaciones políticas. A continuación, una de las seis constelaciones presentadas en la exposición:

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Bouchra Khalili (Casablanca, 1975). Vive y trabaja en Berlín y París. «The constellation n°8», 2011. Impresión serigráfica sobre papel BFK Rive, contracollage sobre aluminio, 62 x 42 cm. Colección Fondo municipal de la Ciudad de París

La imagen ocupa un lugar central y ofrece visibilidad a los individuos y su relación con los territorios. Mediante un cuestionamiento sobre los viajes de personas o los transportes de mercancías, sobre lo escrito, la oralidad y la traducción, sobre los discursos oficiales frente a la experiencia íntima de la Historia, el artista hace resonar las problemáticas que se dibujan alrededor de las fronteras.

Por cierto, ‘Constellations‘ es también el nombre dado a la presentación actual de las obras de la colección de la Tate Liverpool en que se destacan las relaciones entre obras pivote revolucionarias que han dejado un impacto profundo en el arte moderno y contemporáneo y otras ligadas a ellas a través del tiempo y de localidades. Nada lejos del Albert Dock donde se ubica la Tate se encuentra una escultura conmemorativa en bronce llamada ‘Legacy Sculpture‘ de Mark DeGraffenried, en que una familia joven representa a los nueve millones de emigrantes que partieron desde Liverpool hacia el ‘Nuevo Mundo’. Lo que me lleva de regreso al MAC VAL, donde una notable escultura mucho menos figurativa, menos convencional y menos nostálgica ocupa un lugar esencial de la exposición. Se trata de una obra de Karim Ghelloussi, sin título, aunque se le conoce como ‘pasajeros del silencio’.

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Karim Ghelloussi (Argenteuil, 1977). Vive y trabaja en Niza. ‘Sans-titre (passagers du silence)’, 2011-2014. 16 personajes de tamaño real, resina y mortero, dimensiones variables.

Más que preguntarnos a quiénes representan estos personajes, lo presentimos. Intuimos que transitan. Son migrantes a los que los eventos han llevado (u obligado) a partir. Sus maletas son modestas, incluso inexistentes para algunos de ellos. Han dejado todo detrás de ellos, quizás la familia, los amigos, bienes… Tras la fatiga, tras el agotamiento naciente, se adivina una fuerza a pesar de todo. Aquella de la esperanza de una mejor condición, de un mayor respeto hacia la persona humana, hacia la vida y la dignidad.

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Karim Ghelloussi. ‘Sans-titre (passagers du silence)’, 2011-2014.

Derechos básicos de circulación

Las constelaciones anteriores, que muestran travesías, y los pasajeros del silencio, pueden encontrar un eco en una obra del artista Taysir Batniji intitulada «El hombre no vive solamente de pan #2» de 2012. Acuña un artículo de la Declaración universal de los derechos del hombre y del ciudadano sobre jabones de Marsella (y en referencia clara también al consagrado jabón de Alepo, Siria).

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Taysir Batniji (Gaza, 1966). Vive y trabaja en París. «El hombre no solo vive de pan #2», 2012. Jabón de Marsella. 81 x 253,5 x 4 cm. Producción Marseille-Provence 2013, Talleres del Euro-Mediterráneo

Artículo 13

(1) Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.
(2) Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.

Toute personne a le droit de circuler librement et de choisir sa résidence à l’intérieur d’un État. Toute personne a le droit de quitter tout pays y compris le sien et de revenir dans son pays.

En Francia, se comenta que cerca de 50.000 personas se encuentran internadas en campos de retención, y la ‘hospitalidad a los indocumentados’ es considerada un delito.

La primera versión de esta obra fue realizada en 2007 con letras de chocolate suizo. El público comió todo el artículo durante un día de la exposición. Al recurrir a materiales frágiles y alterables, Taysir Batniji aborda el tema de la libertad bajo el ángulo de la versatilidad, así como de la usurpación. Crea una tensión entre la permanencia y lo efímero; entre margen de acción y restricción.

Por otro lado, el artista portugués Marco Godinho, dejaría estampado por doquier su sello «forever inmigrant» (por siempre inmigrante). En el museo, lo realiza in situ sobre un muro – muy elocuente, dado el contexto actual de la obsesión presidencial norteamericana. El joven artista evoca el estatuto del extranjero que no se define por una pertenencia cultural y lingüística sino por un conjunto de medidas legislativas y reglamentarias que fijan las condiciones de entrada y de estancia/residencia en un país dado, en un marco de atención tensa por parte de muchos Estados que se preocupan por el dominio de los flujos migratorios. La visa y la impresión del sello son los estigmas que el artista desvía de su sentido en este caso.

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Marco Godinho (Salvaterra de Magos, Portugal, 1978). Vive y trabaja en París y Luxemburgo. En la parte superior, vista general del muro sellado con «Forever immigrant», 2017, MAC VAL

Cartografía y arbitrariedad

Bady Dalloul nos confronta en su vídeo (2016) y su tríptico compuesto de mapas, collages, dibujos y escritura sobre tela (2015) al aspecto arbitrario y maquiavélico de la definición de las fronteras. « Discussion Between Gentlemen » se refiere a un hecho histórico cuyas consecuencias han sido devastadoras hasta hoy en día: dos pares de manos trazan « zonas » en un mapa del Medio Oriente en 1920, con la ayuda de una regla, de una goma y lápices de colores que delimitan « territorios ».

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Esta discusión silenciosa entre caballeros se refiere a los Acuerdos Sykes-Picot (1916), negociados en secreto entre Francia y el Reino-Unido bajo la autorización de la Sociedad de Naciones, con trasfondo del descubrimiento de enormes reservas de petróleo en la región y la búsqueda de protección al acceso del Canal de Suez (abierto en 1869 gracias a fondos británicos y franceses). Todo ello incluso cuando se había hecho una promesa de apoyar la creación de un Estado árabe unificado.

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Body Dalloul (París, 1986). «Discussion Between Gentleman», 2015.

Incluir a Mona Hatoum es ineludible, no solo por haber realizado una residencia en el propio MAC VAL, sino por su notable obra cuya retrospectiva en el Centro Georges Pompidou en 2015 ha sido un hito. Está presente en la exposición con una tela de terciopelo en que está plasmada una proyección de Peters del mapamundi. Esta representación no occidental y antiimperialista del mundo muestra los diferentes continentes según sus proporciones reales. El uso del terciopelo se relaciona con el espacio doméstico, confortable y protector, en contraste con la imagen casi fantasmagórica y enigmática del mundo en que es difícil situarse.

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Mona Hatoum (Beirut, 1952), «Projection (velvet)», 2013. Terciopelo de seda y barra de acero, 97 x 162 cm.

Mona Hatoum nació en 1952 en Beirut, Líbano; es hija de palestinos desplazados después de la creación del Estado de Israel en 1948. Por ello considera que sufrió de un primer exilio incluso antes de su nacimiento. Creció sintiendo la cólera resultante del exilio por parte de sus padres. En 1975 conoció un segundo exilio: mientras que se encontraba de viaje en Londres, el contexto de la guerra civil en el Líbano la obligó a mantener su estancia ahí. Actualmente vive y trabaja en Londres y en Berlín. Cabe destacar que la artista considera su propio cuerpo como un territorio de investigación y una herramienta plástica. Explora el sentimiento de pertenencia: una cultura, una nación, un hogar, un cuerpo, una familia, una comunidad. Puedo complementar la obra presentada en el MAC VAL con otros ejemplos presentados en el Centro Pompidou:

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Mona Hatoum, algunas de las 100 obras presentadas en su primer gran monografía en el Centro Georges Pompidou, París, 2015.

La imposibilidad de regresar a su domicilio, como ha sido el caso desafortunado de tantas personas y familias, permite una transición de la creación de Mona Hatoum hacia otra obra de Taysir Batniji, sin título, un manojo de llaves de vidrio. Por restricciones políticas, el regreso a Gaza es imposible para el artista a partir de 2006. Las llaves de vidrio son la copia de lo único que conserva de su taller hoy inaccesible. Bellas, frágiles, inútiles. Se refleja el estado de «entre-deux«, situación a caballo entre otras, transitoria, compartida por numerosos individuos en el contexto palestino actual.

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Taysir Batniji (Gaza, 1966). Vive y trabaja en París. «Sans titre», 2014. Manojo de llaves de vidrio, escala 1/1

El tema de la narración y de los relatos personales y grupales

Por lo general, la versión de los cazadores (y no la de los conejos) es la que se escribe, se transmite y se glorifica. Los mexicanos lo sabemos, a través de un contra-ejemplo, la crónica de Miguel León Portilla «Visión de los vencidos» sobre la conquista española. En la exposición, parte la historia mexicana también es aludida. Con su vídeo «Álamo», Sylvie Blocher confronta cuatro versiones de un mismo evento histórico: el sitio del Fuerte de Álamo, Texas, en 1836. Éste es un lugar de conmemoración de la revolución de los colonos por la independencia de Texas, en ese entonces territorio mexicano. Cuando éstos reclamaron su autonomía con respecto a México – que había abolido la esclavitud en 1829 – recibieron una ayuda armada de los Estados Unidos. La guarnición del Fuerte Álamo fue aniquilada en marzo de 1836 por las tropas del dictador mexicano López de Santa Anna. A pesar de ello, la República de Texas proclamó su independencia en abril de ese año.

La artista filma de la misma manera (escenario, postura, enfoque) a cuatro perfiles, un poco tal arquetipos, pero sin caer en una caricatura: un hombre ‘anglo’, una mujer ‘latina’, una mujer ‘afro’ y un hombre ‘nativo’. Mientras que el WASP, guía de museo, recita con romanticismo patriótico una versión aprobada por las instituciones, las miles de víctimas y la memoria mexicana aparecen en la versión de la segunda participante. La tercera, comenta los crímenes racistas perpetrados por la ideología de los WASP que reintrodujeron la esclavitud en el contexto de la independencia texana y sus consecuencias, y al final, la cuarta secuencia cuenta la exterminación de los amerindios y de su cultura en voz del último jefe de la tribu Auteca Paguame. Así, la confrontación de diversas voces sobre este evento clave de la construcción de los Estados Unidos puede participar en la deconstrucción de una mitología nacional única y reductora.

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Sylvie Blocher (France, 1953). Vive y trabaja en Saint-Denis «Álamo», 2014 Instalación vídeo colo, sonido, 16’9″ En esta ilustración, la versión 3 con Kitty A. Williams y la versión 4 con Ramón Vásquez y Sánchez

Historia, geografía y colonialismo

Podemos destacar otras obras en las que la amnesia y la hipocresía son enfrentados a la memoria (y el deber de la memoria), a los archivos, a la difícil o imposible reparación…

Entre ellos, un par de fotografías de Sammy Baloji, quien explora su propia historia y la de su país, la República Democrática de Congo – que ha cambiado cinco veces de nombre en un siglo –  y de su región, Katanga, codiciada por sus recursos mineros. En el marco de una misión que lo llevó a fotografiar la arquitectura colonial y los sitios industriales de Lubumbashi, accede a fondos privados de archivos fotográficos de empresas mineras, con fotos nunca antes difundidas o estudiadas. De este encuentro nació la serie de collages ‘Memoria’ (Mémoire) de 2004-2006. Incrusta retratos de indígenas y de colonos tomados de las antiguas fotografías en blanco y negro a fotografías contemporáneas en color de las minas y terriles abandonados.

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Sammy Baloji (Lubumbashi, 1978). Vive y trabaja a Lubumbashi y Bruselas. ‘Untitled #7, de la série Mémoire’, 2006 Fotografía digital sobre papel mate satinado, 60 x 191 cm.

Estos collages cuestionan el rol de la memoria mediante la actualización de hechos que pertenecen tanto a su presente como a su pasado. Evoca la explotación durante la colonización belga (1885-1960); aquella después de la independencia por parte del Estado central de Kinshasa; y actualmente, la ejercida por empresas y bandas armadas rivales, frecuentemente extranjeras.

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Sammy Baloji. ‘Untitled #21, de la série Mémoire’, 2006 Fotografía digital sobre papel mate satinado, 60 x 163 cm.

Sube y baja constante de las relaciones entre imperios y colonias

En un plano dinámico, a través de una instalación juguetona de un balancín y dos personajes vestidos de colores y cabezas de globo terráqueo, Yinka Shonibare MBE está presente con «End of Empire» de 2016.

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Yinka Shonibare MBE (Londres, 1962). Vive y trabaja en Londres. ‘End of Empire’, 2016. Instalación, maniquís en fibra de vidrio, wax en algodón, metal, madera, motor, globos y cuero. 296 x 510 x 99 cm

La construcción de la identidad y de las relaciones ambivalentes entre África y Europa están al centro del trabajo de la artista británica de origen nigeriano, quien acompaña su nombre de las siglas MBE (Member of the British Empire – miembro del Imperio Británico). Nos sorprende de diversas maneras. Por ejemplo, su tela de predilección es el ‘wax‘; inicialmente era una tela de algodón con motivos indonesios, fabricada en Holanda, vendida en África del Oeste en el siglo XIX. Durante la descolonización, los africanos se la apropian para reivindicar y celebrar su identidad frente a los europeos. Considerada como auténticamente africana, la tela es en realidad el resultado de un mestizaje cultural y de la historia colonial.

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Yinka Shonibare MBE. ‘End of Empire’, 2016. Vista de uno de los personajes con ropa de tela ‘wax’

Esta instalación fue creada para la celebración del centenario de la Primera Guerra Mundial. Los dos personajes están vestidos con trajes victorianos de tela wax. Sus cabezas, globos terráqueos, ilustran la situación geopolítica de las alianzas europeas en 1917. De esta manera, recuerda la implicación de las colonias en este conflicto. La oscilación del balancín traduce las relaciones de fuerza entre los dos campos.

Genotipos, fenotipos, estereotipos…

Seguramente muchos hemos visto circular en las redes sociales un enlace que lleva a un sitio que «analiza» la fotografía de perfil de la persona y por un logaritmo mágico determina en un clic las raíces ocultas del origen de la persona expresado en porcentajes de procedencia… perfectamente discutible en lectura literal y sin gracia realmente en segundo grado. En fin, esta introducción me remite a un proyecto expuesto de la artista Nina Esber intitulado «Arlésienne» de 2005. Se trata de un autorretrato fotográfico con 49 imágenes, a la vez fragmentado y plural ya que las imágenes la presentan de distintas formas. En cada foto, al pie aparece una pregunta inscrita en caracteres rojos, por ejemplo: ¿argelina? ¿libanesa? ¿portuguesa?… 49 preguntas que pueden resumirse en un ¿de dónde viene?

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Nina Esbar (Beirut, 1971). Vive y trabaja en París y Beirut. ‘Arlésienne’, 2005. Vista parcial de la serie de 49 fotografías en autorretrato, 15 x 21 cm

Nina Esber retoma voluntariamente los códigos de la fotografía de identidad. La multiplica según los orígenes hipotéticos que la gente le comenta cotidianamente. A la figura de ‘extranjera’, la artista prefiere una ficticia «Arlésienne» (de Arles), invisible, fantasmagórica. La artista rechaza las designaciones y los estereotipos, reivindicando su derecho a la indeterminación y a la invisibilidad.

Por su parte, Malik Nejmi está representado por tres fotografías de jóvenes francesas de origen laosiano que llevan los trajes tradicionales del Pi Maï, la fiesta de año nuevo. Estas jóvenes tienen un papel importante en la celebración porque bailan danzas tradicionales para toda su comunidad. El efecto es que los retratos condensan aparentes oposiciones: maquillajes y expresiones del siglo XXI frente a peinados y vestuario tradicional del pasado. El artista comenta que las jóvenes pasan con naturalidad ‘de una identidad a la otra’, rompiendo así con los cánones de la ‘identidad nacional’.

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Malik Nejmi (Orleans, 1973). Vive y trabaja en Orleans. ‘Aune’, ‘Alice’ y ‘Chinayz’, ‘Orléans de la série Pi MAÏ’, 2010. 110 x 110 cm cada una

Por otro lado, el ya citado Karim Ghelloussi se interesa por el espacio mediático, para examinar nuestras relaciones con respecto a las imágenes y sus incidencias en el imaginario colectivo. Trabaja con aquellas que son sintomáticas de un evento o de un contexto político específico; que van a obtener un estatuto de icono. El artista las trata mediante un proceso que diríamos de digestión y de transposición. Se apropia la técnica tradicional de la marquetería o parcha los retratos oficiales u oficiosos de dirigentes políticos europeos como Marco Draghi, Jean-Claude Junker, Christine Lagarde o incluso Jean-Marie Le Pen. No son seleccionados al azar: el artista subraya sus responsabilidades frente a la Historia y los problemas económicos y políticos. Las imágenes, constituidas de  virutas de madera, resultan de bricolaje, de una reconstitución voluntariamente torpe que participa a una reflexión crítica hacia las actrices y los actores del poder.

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Arriba, la foto de la Presidenta del FMI, Christine Lagarde, en Douala durante la gira en África en enero de 2016. Abajo, la obra de Karim Ghelloussi (Argenteuil, 1977). «Sin título», 2016. Marquetería, Virutas de madera, 188 x 241 x 5 cm.

Fragmentación y dislocación de los órdenes estéticos establecidos

Continuando con el tema de los fragmentos, Jimmie Durham, artista de origen cheroqui, se ha afirmado como militante de la causa india y de los derechos cívicos. Su producción artística traduce una investigación sobre la identidad, llevada por una crítica del imperialismo y la segregación. En sus obras, de tono subversivo, da sentido a los objetos rotos, abandonados o relegados. Así, en Aphrodite Unchained de 2014, una cabeza de Afrodita – referencia a las raíces antiguas de la civilización occidental – es la piedra que rompe un vaso de estilo siglo XVIII, objeto representativo del «siglo de las luces» durante el que el hombre blanco redactó la Declaración de los derechos humanos y del ciudadano, al mismo tiempo que continuaba la práctica de la trata de esclavos.

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Jimmie Durham (Arkansas, 1940). Vive y trabaja en Europa. ‘Aphrodite Unchained’, 2014. Mármol, resina, cerámica, dimensiones variables

La obra denuncia las condiciones que hicieron posible la exclusión y la esclavización de un pueblo por otro pueblo. Estos gestos de destrucción recurrentes en la obra de Durham mezclan violencia y humor; son liberadores: el artista pone en tela de juicio todo orden estético establecido.

Diálogos y participación

En la exposición, no hay conclusiones – tan complejo y rico es lo relacionado a la identidad cultural. Más allá de la visita y la interesante co-construcción de sentidos que han fomentado los comisarios, hay tres elementos más que resaltar: la mediación constante con el público, las visitas guiadas incluyendo la lengua de signos, y las instancias de diálogo con el público – como durante los fines de semana. A este efecto se encuentra un ágora en el espacio de la sala de exposición, donde una serie de debates y presentaciones se ha realizado en un ciclo los domingos. Por ejemplo, la tertulia intitulada «Dioramas» en la que Jessica Paez, la responsable de programación de la Haus Der Kulturen Der Welt de Berlín, propuso una visita y una discusión alrededor de la descontextualización de una imagen o de un objeto de arte de parte de una institución museística, del movimiento de descolonización de la cultura, del papel de las imágenes en la construcción de la historia y de la cultura nacional.

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Colectivo Présence Panchounette (activo de 1968 a 1990). Bateke (Walkman), 1985. Escultura en madera patinada, valijas de cartón, walkman, 158 x 80 x 55 cm. Colección MAC VAL

Como un intento de conclusión, vale la pena recordar que los comisarios manifestaron su rechazo a proponer un mensaje bien-pensante, naïf o utópico; la exposición se aventuró al enfrentamiento de la Historia oficial, de sus relatos, de sus olvidos, de sus traducciones, para aprehender la situación actual y tratar de comprender el regreso al deseo colectivo de repliegue, de defensa de una identidad que se habría vuelto nacional. A las tentaciones comunitaristas, lo universalista, la atmósfera culpante y los valores peligrosamente moralistas, los comisarios prefieren el diálogo, el mestizaje, los frotes, la prospección, las diferencias y los cruces. Recuerdan al filósofo Achille Mbembe que dice que « todos somos pasantes », ya sea individuos o grupos, en movimiento. Junto con los comisarios, podemos decir que la identidad cultural es una construcción, un concepto que se performa (ejecuta/actúa); se transforma a lo largo de las experiencias, es cambiante, fluctuante, movediza, porosa, criolla. Todos somos pasantes, migrantes, mestizos, híbridos, extranjeros, construcciones, seres en relación… «Todos, de sangres mezcladas».

Con la gran diversidad de la colección de este museo y en colaboración con otros, nuevas exposiciones temporales seguirán enriqueciendo esta reflexión evolutiva, consolidando el trabajo notable de la institución y sus comisarios. En las líneas siguientes me detengo un momento para una breve descripción del proyecto del Museo de Arte Contemporáneo de Val-de-Marne.

El MAC VAL

El MAC VAL es el primer museo exclusivamente dedicado a la escena artística francesa a nivel de un Departamento, el ‘Val-de-Marne’ (administración territorial intermedia entre el municipio y la región), a partir de una idea incubada desde los años 1950. Inaugurado en 2005, se encuentra en la periferia sudeste de París, en el municipio de Vitry-sur-Seine, caracterizado por su gran diversidad de habitantes. El proyecto del museo se desarrolló a partir de la creación del Fondo Departamental de Arte Contemporáneo en 1982, basándose en la convicción de que el apoyo a la creación artística, volcada de manera determinada hacia los públicos, concurre al crecimiento personal, al conocimiento del otro, al respeto mutuo y a la cohesión social. Se trata de una visión humanista de la cultura que se ilustra a través de las misiones del museo, con las más de 2.500 obras que componen la colección. Entre ellas, obras de artistas ineludibles como Christian Boltanski, Bruno Perramant, Claude Closky, Gina Pane, Annette Messager, Pierre Huyghe… y artistas emergentes – confirmando la voluntad del museo de estar lo más cerca posible de la creación actual, de ser experimental e innovador.

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Vista exterior del MAC VAL © Rafael Mandujano

Importantes residencias artísticas han sido fomentadas en su marco, entre ellas la de la artista plástica anteriormente mencionada, Mona Hatoum, en 2009, que culminó con una obra intitulada «Suspendu«.

En armonía con la presentación de su colección, tres o cuatro exposiciones temporales se organizan anualmente. Monográficas o colectivas, éstas toman la forma de una invitación y un encuentro con un artista; son una prolongación de la colección y dan lugar a la posibilidad de ir más lejos en el descubrimiento del arte contemporáneo. Por ejemplo, otro de los ejes de su trabajo trata de las fronteras de los géneros, en particular el de la masculinidad en 2015.

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Los lazos con los temas sociales y de actualidad en las exposiciones temporales han estado siempre presentes, como cuando abordaron las relaciones entre el arte y la economía; el ciclo llamado «Zona de productividad concertada»; la exposición Stardust sobre cómo el artista se posiciona en el cosmos; la emoción con la exposición onírica «Llévame» (Emporte-moi), entre otras.

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MAC VAL. Una de las salas de exposición.

Si desarticuláramos al bello recinto del MAC VAL, con sus generosos y luminosos espacios, de su diverso entorno cosmopolita y de los temas de enfoque definidos para su misión – que vinculan el arte contemporáneo con la complejidad del mundo actual –  como si lo desplazáramos a los barrios reproductibles y artificiales en desarrollo en múltiples territorios (como Dubai o Abu Dhabi), encontraríamos solamente un islote desconectado y un laboratorio de artificialidad de más. El MAC VAL en cambio, además de su innegable estética arquitectónica, me parece que sabe vincularse de manera sincera y comprometida con su espacio circundante. Prueba de ello, el porcentaje largamente mayoritario de habitantes de su proximidad (municipios, Departamento) en las estadísticas de visitantes. Una situación alentadora en cuanto a democratización cultural, con perspectivas aún para ir más lejos. Seguiré con atención su programa después del cierre de esta exposición.

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48 horas @ «Un été au Havre 2017»

De mayo a noviembre, un interesante programa cultural está siendo la ocasión de conocer o redescubrir Le Havre de manera audaz y abierta a la diversidad.

Continuando con el tema de mi artículo anterior «¡Le Havre festeja sus 500 años de historia insólita!«, en las siguientes líneas describiré diversos aspectos de «Un été au Havre 2017» que tuve el gusto de apreciar con un par de amigos, de manera independiente, durante prácticamente dos días (14-15 de julio). No se trata de un recuento exhaustivo, más bien de una fotografía personal, por tanto parcial, sobre esta experiencia, complementándola y contrastándola con otros eventos culturales similares.

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No es la primera vez que voy a Le Havre, ciudad-puerto normanda patrimonio mundial de la humanidad. En realidad, ya había hecho dos veces una breve escala anteriormente: en una descubrí el Museo de arte moderno – André Malraux así como Sainte-Adresse, una agradable área balnearia colindante; en otra visité esencialmente su moderno puerto, en un paseo en barco. Sin embargo, se trató en ambas visitas de una estancia puntual, con ganas de cruzar rápidamente el Puente de Normandía e ir a la otra margen del estuario, hacia Honfleur o Trouville. Ahora en cambio estaban reunidos todos los ingredientes para atraer específicamente nuestro interés por visitarla e incluso pernoctar ahí aprovechando el día feriado del 14 de julio.

Como se puede ver en la siguiente foto, el festejo nacional era evidente gracias al despliegue de banderas en la fachada del Ayuntamiento, edificio emblemático del proyecto de reconstrucción del arquitecto Auguste Perret que he descrito en el artículo anterior.

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14/07/2017 Ayuntamiento de Le Havre Foto: © Rafael Mandujano

Un programa cultural ecléctico que pone en relieve la arquitectura, el espacio público y lo marítimo en todas sus facetas

Ideado por Jean Blaise, reconocido director artístico de festivales y sobre todo por el proyecto del centro cultural Lieu Unique de la ciudad de Nantes, el programa veraniego de Le Havre incluye durante cinco meses 16 obras, 16 eventos, 20 artistas, 26 lugares…  

Jean Blaise no deseaba algo nostálgico para festejar el origen de este lugar. Su ambición ha sido generar, a partir de la visión de diversos artistas, un proyecto cultural ligado al territorio, además de acompañar una campaña de (re)valoración de su imagen como destino empresarial y de turismo urbano. De hecho, se espera dos millones de turistas este año. Han considerado para ello un presupuesto de 20 millones de euros.

Comunicación, comunicación, comunicación

Al menos en París, los colores de la campaña de comunicación resaltan por todas partes: estaciones de metro, en calles como la 4 septembre, en plazas como la de la Bourse y en la estación de trenes de Saint-Lazareen los medios también, incluyendo Métropolis, 28 minutes del canal Arte o en anuncios y artículos en revistas culturales de amplia difusión como Connaissance des arts o Télérama… una cobertura sin común medida con respecto a otros programas culturales de envergadura. Incluso creo que ha podido llegar a poner en dificultades a la ciudad de Nantes, precursora de este tipo de programas de verano desde 2012 con ‘Le voyage à Nantes‘ (concebido también por Jean Blaise) y ello a pesar de la difusión actual de anuncios en las salas de cine MK2 por ejemplo. Como mencionaba en la introducción, «Un été au Havre» no está pasando desapercibido.

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Uno de los carteles publicitarios del programa presentes en las estaciones de metro parisino. Foto: ©Daniel Gosset

Localmente, el diseño gráfico del programa nos acompaña casi por todas partes, desde la llegada a la estación de tren hasta las vitrinas de los variados comercios que han claramente adoptado el programa.

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De arriba a la izq. y siguiendo las manecillas del reloj: Pegatina en la vitrina de un hotel afiliado a «Les ambassadeurs du commerce»; cartel monumental en la estación de tren; otro estilo de cartel en una vitrina; cartel en el MuMA; automóvil de la campaña. Fotos: © Rafael Mandujano

Veamos a continuación uno de los elementos destacados del programa que tuvimos la ocasión de experimentar:

Arte en el espacio público

Se trata de uno de los puntos esenciales del programa. Le Havre está en plena mutación y se ha deseado que los artistas la ayuden activamente en la transformación: artistas plásticos, diseñadores, directores teatrales, novelistas…

Dejando poco lugar a la improvisación o a la flânerie propiamente dicha, la guía de visita señala cuatro recorridos en la ciudad que parten del centro cultural Le Volcan – Espace Oscar Niemeyer, notable obra del arquitecto brasileño, que para esta ocasión alberga un espacio específico de información sobre las actividades del programa y una tienda con diversos libros y toda la gama imaginable de memorabilia sobre la ciudad, su historia y el programa cultural.

Los recorridos se intitulan:

  1. La ciudad Perret
  2. Hacia el puerto
  3. Las escaleras (urbanas)
  4. Las dársenas

Adicionalmente, se creó una aplicación de telefonía móvil para facilitar y enriquecer la visita.

Itinéraires et application

A través de los recorridos, se insiste en la experimentación de su topografía, siguiendo los pasos de Perret, de Niemeyer, de Monet y los impresionistas, de Dufy, de Pierre et Gilles… para facilitar su reinterpretación, y como expresa el propio Jean Blaise,  «revelarla a Europa y a ella misma probablemente (…) una ciudad llena de imágenes extrañas (…) ciudad fotogénica (…)» donde el tema de la luz «se ha vuelto un cliché». En resumen, para él, se trata de «comprenderla, apreciarla, ponerla en escena, detectar a aquellos que le inoculan su energía y su talento, ser con ellos audaz, al mismo tiempo justo, hacer que brote su extrañeza y su poesía evidente«.

Muchos de los visitantes usan la guía y la aplicación por lo que he podido ver. Así, es fácil distinguir(nos), además de a través de los otros indicadores usuales como son la cámara fotográfica y un cierto look (el de su deseado turista urbano).

Sería muy largo detallar cada recorrido en este artículo; en la práctica, fuimos un tanto indisciplinados, y los mezclamos. En cualquier caso, me han impactado en especial las siguientes esculturas e instalaciones artísticas:

Cadena de contenedores – Escultura monumental de Vincent Ganivet

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Vista desde la Rue de Paris. La escultura es prácticamente el emblema del programa. Foto: © Rafael Mandujano

Es la formidable «Catène de containers» en versión francesa, localizada en el Quai de Southampton, y que sin lugar a dudas se ha convertido ya en uno de los remates visuales más espectaculares del mundo. El artista plástico y escultor francés Vincent Ganivet ideó sus dos arcos de contenedores que parecen formar parte de un juego de Lego para gigantes, con 13 m. de alto, 36 contenedores y un peso de más de 232 toneladas. ¡Sin mencionar las 350 toneladas de hormigón para los cimientos! Requirió una colaboración de ingeniería sofisticada para el diseño de su armazón – que pasa casi desapercibida – y también de una participación técnica/artesanal, por ejemplo para aplicar los colores como el rojo, el amarillo, el rosa o el naranja que han necesitado capas adicionales de pintura para tener tal efecto visual. El artista menciona una inspiración de parte de Gaudí en sus obras. La ubicación estratégica permite también observar en perspectiva la ida y venida de los más grandes navíos y los ferries. Es un must de los adeptos del selfie y un bello emblema temporal de la ciudad.

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Contaste de los arcos de colores con la arquitectura de reconstrucción de Perret. Foto: ©Rafael Mandujano

Instalación UP#3 – escultura de Sabina Lang y Daniel Baumann

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UP#3 – 2017 Foto: ©Rafael Mandujano

Jugando con la perspectiva de la Porte Océane, los artistas Sabina Lang y Daniel Baumann han colocado sobre la playa una estructura blanca en el eje visual de los edificios y de las avenidas colindantes. La escultura emerge sobre los guijarros como un gran pórtico. Monumental y elegante, de un blanco brillante, parece encontrar el equilibrio entre lo usual y lo descabellado, como un ovni, funcional y a la vez construcción de lo absurdo. Sus creadores nos dejan la interrogación…  ¿escultura?¿arquitectura? En todo caso, su belleza no se presta a largas discusiones.

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UP#3 – 2017 Foto: ©Rafael Mandujano

Instalación «Colores en la playa» – Proyecto de Karel Martens

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Instalación «Couleurs sur la plage». Fotos: ©Rafael Mandujano

Las cabinas de la playa de Le Havre son un símbolo de la ciudad balnearia y en general siempre han sido blancas. Así que al artista gráfico Karel Martens, especializado en tipografía e ilustración, se le ocurrió proponer a los propietarios de las 713 cabinas que se pintaran con bandas de colores, siguiendo un protocolo gráfico originado a partir de los documentos de fundación de Le Havre y mediante el uso de un programa informático. Algunas se mantienen blancas voluntariamente. Aunque al principio hubo cierta reticencia – incluyendo la del entonces alcalde Édouard Philippe – el resultado ha sido acogido con gusto y a primera vista parece algo que siempre ha sido así. De modo que, a mi parecer, tal sofisticación pasa desapercibida y me cuestiona. Independientemente de ello, merece la pena comentar que algunas de estas cabinas han sido muy equipadas por sus propietarios, mientras que otras simplemente almacenan sillas y camastros. Todas tienen la ventaja de proteger del viento del Atlántico, que soplaba fuerte al momento de la visita.

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Panorama hacia la ciudad, con la torre octogonal de la Iglesia Saint-Joseph y las cabinas de playa con la instalación «Couleurs sur la plage». Foto: ©Rafael Mandujano

Iglesia Saint-Joseph – Instalación «Acumulación de poder»

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Detalle de la instalación de Chiharu Shiota. Foto: ©Rafael Mandujano

Como mencioné en el artículo interior, la iglesia Saint-Joseph es considerada como un monumento a la memoria de las víctimas de los bombardeos y como la obra mayor del arquitecto Perret (asistido por Raymond Audigier y Georges Brochard). Actualmente en su interior flota una extraordinaria voluta – adorno en forma de espiral – de 25 m. de alto, de lana roja, que parece ser aspirada por la torre octogonal cuya cúspide se eleva a 107 m.  Se trata de la obra de la artista japonesa Chiharu Shiota y de su equipo.

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«Acumulación de poder», instalación de Chiharu Shiota. Foto: ©Rafael Mandujano

Es apropiado resaltar esta obra en un blog cuyo nombre subraya los entrelazamientos (interlacements); de hecho, la artista nipona señala que utiliza los hilos de lana como medio de exploración de las relaciones entre los seres humanos y su sentimiento de pertenencia.  Chiharu Shiota representó a su país en la 56a Bienal de Venecia y su obra se expone alrededor del mundo.

He visto un vídeo con respecto a su preparación: sorprendió el tamaño final de la instalación. Incluso he pensado que merece mucho la pena tratar de regresar después para contemplar el interior sin la instalación, porque se percibe parcialmente el interior de la torre que debe de ser en sí impresionante.

«El templo de los 5000 deseos» – Instalación del dúo «La BaZooKa»

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La instalación y la experiencia propuesta a los visitantes me pareció entretenida, un rato para jugar simplemente y un pretexto para dar un corto paseo en barca. Los artistas de La BaZooKa relacionaron el jardín japonés tradicional privado que celebra el hermanamiento de Le Havre y Osaka, con la práctica japonesa de escribir deseos y colgarlos (en árboles por ejemplo) y con la de los rituales y sus etapas codificadas.

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La isla artificial con el templo rojo de la instalación «El templo de los 5000 deseos». Foto: © Rafael Mandujano

Así, entre otras cosas, se propone escribir un deseo personal para los 500 años siguientes, introducirlo en una cápsula de color brillante y colocarlo donde uno desee en la isla artificial creada para la ocasión, en la que también hay al centro un poliedro rojo cuya forma se inspira del tsukubai del propio jardín japonés. El poliedro es como un pequeño templo cuyo interior se visita, pero no desvelaré aquí la sorpresa que resguarda su interior.

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El Tsukubai del jardín japonés de Le Havre; las cápsulas multicolores para los deseos; la isla artificial con el templo rojo. Foto: ©Rafael Mandujano

Otras instalaciones notables

La lista podría continuar con los siguientes ejemplos:

  • Venus y Marte – Instalación de Félicie d’Estienne d’Orves

A observar durante la noche: las dos chimeneas de la central térmica de la compañía EDF se iluminan a intervalos variables gracias a 476 LEDS, en función de la velocidad de la luz y las distancias entre la Tierra con respecto a los dos planetas mencionados, que no dejan de recordar a un célebre libro. ¡Todo calculado con el apoyo de un astrofísico!

En el Port Center de Le Havre, la creadora de paisajes sonoros, Charlotte Roux, asocia a su música electrónica, diversas grabaciones de habitantes realizadas en la ciudad:  dockers, profesores, boxeadores…

  • Impact – Instalación perenne de Stéphane Thidet 

En la Dársena del Comercio, dos poliedros de acero inoxidable separados de 60 m.  emergen progresivamente de la superficie del agua en función de las mareas. De ellos surgen dos potentes chorros intermites, uno contra otro, generando una gran nube de gotas, llena de energía, propuesta como metáfora, un «encuentro fuerte y frágil a la vez, siempre en movimiento».

Eventos y exposiciones

Los grandes eventos públicos del programa no tenían lugar durante nuestra estancia. Por un lado, la apertura fue festejada con un desfile popular intitulado «Magnifik Parade» el 27 de mayo. El siguiente gran momento tuvo lugar el fin de semana del 7 al 9 de julio con el espectáculo de la compañía Royal de Luxe llamado «Franciscopolis» que atrajo multitudes. Se trató de la continuación de varias presentaciones de gigantes animados que iniciaron en 1993. Las fotos del evento son grandiosas. Al final del programa, el 8 de octubre se festejará en grande la fecha de la creación de la ciudad (en cambio, la creación del puerto fue decretada el 7 de febrero de 1517).

Sin embargo, en complemento del programa, algo que pudimos notar fue la gran atracción popular que suscitan los fuegos artificiales del 14 de julio, más allá del concierto que les precedió. Por el número de automóviles – y el embotellamiento generalizado resultante – se puede deducir que muchas familias y amigos acuden de toda la región circundante.

La exposición Clair-obscur de Pierre et Gilles en el MuMA

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Le Havre es la «Nueva York» de la infancia de Gilles Blanchard, integrante de la célebre pareja de artistas «Pierre et Gilles«, cuya exposición «Clair obscur» en el Museo de arte moderno «André Malraux» está batiendo récords de visitantes. Inaugurada por el actual primer ministro francés, Édouard Philippe, la exposición retrospectiva organizada en colaboración con el Museo de Ixelles de Bruselas presenta más de 80 obras que datan desde el final de los años 1970 hasta hoy en día. Algunas obras se presentan en una línea de cabinas blancas, como las de la playa de la ciudad. También hay obras de la colección del MuMA que los artistas han seleccionado porque les han inspirado de alguna manera; una presentación de recuerdos personales que los vinculan con Le Havre (portadas de revistas, fotos, discos, objetos, figuritas…); un vídeo en que los artistas explican esta relación, entre otros. Así, la diversidad sexual presentada en esta exposición llega sin duda también a nuevos públicos.

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Una de las cabinas de la exposición Clair-obscur de «Pierre et Gilles» en el MuMA. Foto: © Rafael Mandujano

Posteriormente, una vez concluida esta interesante y sorprendente exposición, el MuMA va a marcar seguramente un nuevo hito con la exposición «Impression(s), Soleil» que contará con el préstamo excepcional de la obra clave en la historia del arte «Impression, soleil levant» de Claude Monet, pintado en Le Havre en 1872, hoy en la colección del Museo Mamottan Monet de París.

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En otros lugares de Le Havre se presentan exposiciones atractivas, como «Ser mecenas en los albores del Renacimiento«; «Ciudades flotantes» sobre la historia de los buques transatlánticos que tenían a Le Havre como puerto; la «Smart Factory» que interroga la relación del arte con la tecnología en «Le Tétris» (centro cultural multidisciplinar y residencia de artistas)… entre otras; la oferta es diversa, interesante y atractiva para diferentes públicos.

48 horas que pasaron en un abrir y cerrar de ojos

Durante nuestra estancia, también dedicamos un tiempo bastante considerable a la visita del conjunto urbano reconstruido según los planes del arquitecto Auguste Perret, del apartamento modelo y del Espacio Oscar Niemeyer (aspectos descritos en detalle en el artículo precedente). Visitamos Sainte-Adresse, los jardines suspendidos con su espléndida vista panorámica de la ciudad, del puerto y la desembocadura del río Sena y realizamos un recorrido botánico al mismo tiempo que podíamos escuchar un concierto dado en el conjunto de esa antigua fortaleza militar. Contamos con la suerte de un tiempo espléndido en esos momentos.

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Para concluir esta reseña sobre dos días en Le Havre en el marco de los festejos de sus 500 años y de su primer programa de verano cultural, incluyo algunos puntos adicionales, positivos y negativos, con respecto a nuestra experiencia.

Los +

  • un serio esfuerzo de mediación, con personas de diversas personalidades y edades, amables y comunicativas en cada uno de nuestros contactos;
  • puntos de información distribuidos en lugares ideales (un buen indicio de su pertinencia: la fila que se formó a la llegada de nuestro tren en el punto de información);
  • el punto de vista del programa que considera la ecología – se invita a reciclar los folletos (dejándolos en lugares prácticos para que otros visitantes los usen, por ejemplo);
  • no visto pero interesante: las visitas teatralizadas al apartamento modelo y las visitas que incorporan aspectos intangibles a la experiencia (las reservaciones estaban completas)

Los –

  • la capacidad hotelera (¿aparentemente?) limitada: por ejemplo, a pesar de nuestra anticipación para reservar, no quedaban muchas opciones. Incluso durante nuestro check-in, la recepcionista respondió a una llamada indicando que «todo Le Havre estaba lleno durante el fin de semana». Éste puede ser un aspecto estructural limitante del proyecto. Pero si se ampliase la oferta, ¿hasta que punto sería sustentable?
  • los horarios de la mayoría de los restaurantes brillan por su inflexibilidad – es decir, son muy estrictos y limitados, incluso en un día popular como el sábado. Dadas las cifras de visitantes previstos, nos cuestionamos si los restaurantes fueron suficientemente contactados y convencidos de la afluencia esperada. Después de buscar alguna opción en el área del MuMA y del centro reconstruido a eso de las 14:30, prácticamente no encontramos más que la opción de una crepería – correcta eso sí – pero no éramos los únicos en esta situación; una cierta solidaridad entre ‘turistas urbanos’ se estableció puesto que era evidente que buscábamos alguna solución. Si esto se supiera de antemano o si alguna brasserie cambiara su actitud (puesto que las respuestas de los restaurantes eran incluso desagradables), este punto no constaría aquí. Es decir, atraer al turista urbano también requiere de ajustes en cuanto a los servicios locales – lo que es una oportunidad empresarial  también – o a la comunicación honesta en cuanto a las restricciones. También me parece reflejar una limitación estructural; sin embargo, sí hay lugares para tomar un café o tomar bebidas; y,
  • como anécdota final, un problema con el tren de regreso a París (uno más, dirían muchos viajeros con billetes de la SNCF que en los pasados días debían ir por su parte al Oeste y Suroeste de Francia). Nuestro esperado tren ‘intercités‘ fue remplazado por un vetusto tren de cercanías (RER), lo que en un trayecto de casi tres horas y sin aire acondicionado cuenta mucho en contra. Obviamente, los servicios de la compañía de trenes no son la responsabilidad de la organización del programa cultural, pero sí forman parte de la experiencia global, sobre todo si se pone en evidencia la campaña de comunicación del programa cultural desde la estación de trenes parisina de Saint-Lazare. En fin, unos días después de formular la queja ante la SNCF se recibió una compensación por este incidente.

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En resumen, tanto el conjunto del programa cultural ‘Un été au Havre 2017‘, como la experiencia que tuvimos durante 48 horas, me han parecido muy atractivas, llevándome a confirmar que Le Havre es sobria, pero sobre todo, interesante. Y un caso de estudio original de turismo cultural en Francia y de su campaña de comunicación.

¡Le Havre festeja sus 500 años de historia insólita!

“ ¿ Ya fuiste a Le Havre ? ”

Es la pregunta que en el verano de 2017 está flotando en el aire parisino, de manera discreta pero frecuente, en ocasión del festejo del quinto centenario del puerto normando creado por decreto del rey François Ier el 7 de febrero de 1517.

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Desde las fotos de amigos en Instagram a los reportajes de los principales noticiarios de la televisión gala, incluyendo el título de «metrópolis de la semana» de uno de los programas del canal franco-alemán Arte, el Jubileo no está pasando desapercibido. Lo que seguramente ha sorprendido a más de uno, ya que durante años los clichés con respecto a Le Havre no han sido particularmente halagadores en cuanto a sus cualidades como destino turístico: para unos, de clima difícil «con cuatro estaciones en un día»; para otros, ciudad industrial de concreto y de aspecto desfavorable (feíta, dirían en confianza); cuyo mar tan frío dificulta bañarse en él… entre otros…

La realidad muestra que, de manera similar a la ya célebre frase de Klaus Wowereit, el ex-alcalde de la capital alemana, que describía a Berlín como «pobre, pero sexy», podemos decir que Le Havre es «sobria, pero interesante».

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Vista desde la Plaza del Ayuntamiento. Al centro se extiende la Rue de París hacia el océano. © Rafael Mandujano

Voy a dedicar dos artículos a esta ciudad «fundada para abrir Francia al mundo y para vincular a las personas«, como señala su alcalde actual, Luc Lemonnier. Esta entrega resaltará su rica historia marcada por la tragedia; su original reconstrucción, aunada a la herencia de sus siglos anteriores la han llevado a ser inscrita en la lista de la UNESCO como patrimonio de la Humanidad. Hoy en día se encuentra en una etapa de resurgimiento: la segunda entrega se enfocará a una visita de 48 horas que realicé para experimentar el ambicioso programa cultural festivo llamado «Un été au Havre 2017«, con su sorprendente mezcla de eventos y muestras de creación artística contemporánea en el espacio público.

Le Havre – situación geográfica y desarrollo

A 200 km. al Noroeste de París (casi tres horas de tren), la ciudad se halla en la proximidad de la desembocadura atlántica del río Sena.

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Su nombre traducido al castellano puede ser «El remanso» (de paz, o «de gracia» según su poética denominación original, ‘de grasse‘ en antiguo francés). Alrededor de la dársena original, Girolamo Bellarmato, arquitecto sienés, trazó el plano de los barrios de Saint-François y de Notre-Dame y fortificó la ciudad. Pocos testimonios quedan hoy de aquella ciudad.

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Residencia del siglo XVII que perteneciera a un Corsario real de nombre Dubocage de Bléville. Reconstruida, hoy es uno de los museos de la historia de Le Havre.

Partiendo de una vocación comercial y de reforzamiento defensivo contra la amenaza inglesa, Le Havre conoció una época de oro con el comercio transatlántico – en 1823 dejó su función militar. Nodo continental de la ruta del café, del algodón, del carbón, del petróleo, de personas…  desafortunadamente también participó al comercio triangular.

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Del 24 de junio al 31 de diciembre de 2017 una exposición aborda, entre otros, el tema de la memoria del comercio triangular, relacionándolo con Senegal.

La importancia de su puerto se ha mantenido a lo largo de los siglos. Como anécdota, se dice que actualmente el 80% del café importado por Francia llega a Le Havre. Hoy en día, la superficie de este puerto ultramoderno es comparable a una vez y media la de París. Es el primer puerto de Francia en cuanto a tránsito de contenedores y el quinto más grande en Europa.

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Como a Rotterdam, su gran rival neerlandesa, ser un puerto esencial del comercio europeo la llevó inexorablemente a su ruina durante la Segunda Guerra Mundial. En efecto, su puerto y la ciudad sufrieron de una destrucción casi total a causa de una serie de bombardeos en 1944, sobre todo los británicos del 5 de septiembre sobre estos territorios ocupados por los alemanes. Aunque las cifras varían en cuanto a las desafortunadas pérdidas humanas (5.000 muertos), hay un consenso en cuanto a los 80.000 desalojados al final de la guerra.

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Vista de la Rue de Paris, centro de Le Havre (1944)

Al terminar la guerra en 1945, el necesario trabajo de reconstrucción es evidentemente vasto. En cuanto al núcleo urbano de Le Havre, el proyecto es confiado en la primavera de 1945 a Auguste Perret (1874-1954), renombrado arquitecto, entre los primeros en utilizar el hormigón armado a gran escala.

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El arquitecto Auguste Perret por Théo Van Rysselberghe. Museo de Orsay, París.

¡Un urbanismo incomparable en el mundo!

Perret y la reconstrucción

Bajo la dirección de Perret, un «taller de la reconstrucción» es constituido con un núcleo de arquitectos, discípulos y ex-alumnos suyos, para llegar después a constar de una centena de miembros. Perret organiza un tipo de concurso interno para trabajar sobre la proposición del plano de la ciudad. En marzo de 1946, se adopta un plan que se caracteriza por una concepción en tres escalas: la escala urbana, la escala del islote de habitación (îlot d’habitation) y la escala del alojamiento tipo (logement type). El plano del conjunto incorpora las doctrinas modernas de arquitectura (como el clasicismo estructural), sistematiza la utilización del hormigón armado y respeta al mismo tiempo la composición histórica de la ciudad – por ejemplo, se pidió conservar «el triángulo de oro» de los antiguos ejes viales: la Rue de Paris, la Avenue Foch y el Boulevard François Ier. Al interior del triángulo, se establece una nueva trama urbana ortogonal en la que se edifican islotes abiertos de 100 m. de lado y produce así perspectivas rectilíneas. Cada vértice queda marcado por un edificio o conjunto monumental identificado por una torre. Como antes de la guerra, los edificios principales son reimplantados en el entrelazado moderno: ayuntamiento, bolsa, iglesias, mercado/lonja, colegios, además de plazas, asegurando así la identidad comercial y portuaria del centro de la ciudad. En cuanto a las calles comerciales, se retomó el principio arquitectónico de los pórticos (como el de la Rue de Rivoli en París) con una planta baja asociada a un entresuelo para las tiendas, tres niveles superiores de habitación y un balcón largo corrido que ponen en relieve la primera planta.

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La calle comercial «Rue de Paris» en Le Havre. © Rafael Mandujano

En la concepción de Perret, es importante subrayar la adopción de un módulo – o trama – de 6,24 m. que asegura la cohesión general y constituye la unidad de referencia para la construcción y diseño de los componentes. Estandarización, prefabricación, durabilidad, intemporalidad, son algunas de las palabras claves que podemos usar para acentuar su originalidad. Diversos procedimientos técnicos fueron experimentados. Y precisamente en el campo de la originalidad, va a dar un salto cuántico en lo que respecta al hormigón (concreto) armado: lo decora, lo colorea, lo trata, o lo viste, gracias a novedosas técnicas como el abujardado (bouchardage), el cincelado, el bruñido, el lavado, entre otras, y varía las proporciones de arena, cemento y gravilla, dando colores y efectos plásticos muy variados, por ejemplo a las fachadas, entre las que destaca la blancura (inicial) del edificio del Ayuntamiento. Así, Perret rompió con la idea de que hormigón no era un material suficientemente noble para ser mostrado al exterior.

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Motivos ornamentales llamados «claustras» que acompañan al uso del hormigón en el exterior de las fachadas. Colegio Raoul Dufy. © Rafael Mandujano

Edificaciones convertidas en emblemas

Son numerosos los edificios monumentales que Perret y su taller concibieron para el nuevo Le Havre, entre ellos se puede citar especialmente:

La iglesia Saint-Joseph, que por voluntad de Perret constituyó el monumento a la memoria de las víctimas de los bombardeos; recibió la clasificación como monumento nacional francés desde 1965. Es el más alto edificio en el marco de un urbanismo que considera la vista desde lejos. Con base rectangular y torre octogonal, su flecha llega a los 107 m. de altura.

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Vista nocturna parcial de la iglesia Saint-Joseph. © Rafael Mandujano

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Detalle del interior de la iglesia Saint-Joseph. © Rafael Mandujano

En su interior, la luz es sublimada por los efectos de los vitrales que constan de 12.768 piezas de 50 colores diferentes, creadas por Marguerite Huré, maestra vidriera, que ya había colaborado con Perret para la iglesia de Rainey cerca de París. Es uno de los ejemplos de la co-creación con artistas y artesanos variados en el proyecto general de la ciudad.

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Al centro destaca la torre octogonal de la Iglesia Saint-Joseph del arquitecto A. Perret. Culmina a casi 110m. © Rafael Mandujano

Por otro lado, la «Porte Océane» es un conjunto monumental de edificios que forman uno de los vértices del triángulo urbano mencionado anteriormente. Las dos torres principales tienen una altura de 47.50 m. y 13 pisos. Están orientadas hacia el mar como una puerta, de ahí su nombre. Fueron diseñadas por dos colegas del taller de la reconstrucción: Jacques Poirrier y André Hermant. Entre ellas, hoy pasa una línea de tranvía reciente, algo que fue facilitado por los espacios generosos considerados en el diseño urbano que data de un buen número de décadas atrás.

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Al centro sobresalen las dos torres del conjunto «Porte Océane». © Rafael Mandujano

El Ayuntamiento (Hôtel de Ville) fue una de las prioridades de la reconstrucción. Se ubicó prácticamente en el mismo emplazamiento del edificio anterior a los bombardeos y respetando la existencia de un jardín público en su frente.

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Vista de frente del Ayuntamiento de Le Havre – 14 de julio de 2017 © Rafael Mandujano

El diseño de partida fue de Perret, quien ideó el proyecto con un amplio edificio largo acompañado de una torre a su flaco oeste. Al morir Perret durante el proceso de concepción, su colega Jacques Tournant se encargó de llevar al cabo esta importante pieza del complicado rompecabezas de la reconstrucción urbana. Tras un cierto número de debates con los representantes del consejo municipal, el proyecto se aprobó y terminó en 1958, inaugurado especialmente un 14 de julio. La torre culmina a 72,20 m. y consta de 18 pisos para usos esencialmente administrativos, mientras que el edificio largo horizontal, caracterizado por su serie de 16 columnas regulares, se destina más a las actividades civiles y de representación política. A su extremo este, se halla el teatro de la ciudad.

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Detalle de la trama de la torre del Ayuntamiento. © Rafael Mandujano

En fin, la lista podría continuar, incluyendo el conjunto de los numerosos edificios con sus entradas monumentales, otros más moderados, siempre con variados motivos que sugieren una nueva consideración del art déco y que potencian los reflejos del cielo y la atmósfera marina. En todos es patente el trabajo artesanal como referencia, como en las columnas acanaladas.

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Detalle del trabajo en hormigón de un edificio de Perret de la Avenue Foch. © Rafael Mandujano

Pero no solamente en el plano macro Perret y su taller fueron precursores: se enfocaron también en lo micro, considerando el diseño interior y las tendencias de las formas de vida moderna en Francia, como describo a continuación.

Perret y la vida moderna

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Vista parcial del «apartamento modelo Perret». © Rafael Mandujano

Actualmente, es casi obligada la visita del apartamento modelo «appartement témoin Perret» que forma parte del concepto de los edificios sin afectación individual ISAI «Immeubles sans affectation individuelle«.  En éste, la magia de una máquina del tiempo opera llevándonos a 1949. Lo primero que sorprende es su estilo contemporáneo que nos parece familiar hasta cierto punto; en realidad, fue osado para la época y participó plenamente en la transformación de la vida familiar local del centro de Le Havre.

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Vista parcial del «apartamento modelo Perret». © Rafael Mandujano

A primera vista, los pisos son de concepción simple, económica, un tanto escandinava, sin florituras… detrás de ello hubo un gran trabajo conceptual y práctico, a tal grado de que casi pasa desapercibido. Ya se generalizaba en ellos el agua y gaz en cada piso. Retomando el principio de la modularidad y eficiencia, los espacios brillan por la flexibilidad ideada para sus usos y facilitada por puertas y paredes correderas, por ejemplo. Son luminosos naturalmente gracias a sus siete ventanas sin vis-à-vis. Se respira. La cocina «a la americana», abierta hacia el espacio de vida, da testimonio de que ya hay una nueva consideración en el papel de la mujer en el apartamento; se comenta  que Perret era feminista antes de la hora, pues afirmaba por ejemplo que «hay que terminar con la esclavitud doméstica de las mujeres («Il faut en finir avec l’esclavage domestique des femmes«). El diseño interior revolucionario incluyó su adaptación para acoger los nuevos electrodomésticos, las vajillas modernas, los muebles de roble… el diablo está en los detalles: en las asas cromadas y el fierro forjado se aprecia también la precisión.

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Vista parcial de la habitación principal del «apartamento modelo Perret». © Rafael Mandujano

Conforme ha pasado el tiempo, algunos de estos apartamentos han ido convirtiéndose en obras de arte gracias a la voluntad de los propietarios. Son muy buscados y su valor ha aumentado. Además, lo que comentan los habitantes es la dimensión de comunidad que se desprende – con redes de vecinos y amigos identificados con el espíritu de la arquitectura, del diseño y del urbanismo.

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Calle peatonal de la «ciudad Perret». © Rafael Mandujano

De «Estalingrado-del-Mar» a la clasificación UNESCO

A pesar de todos los aspectos que he puesto en valor en las líneas anteriores, el hecho es que por mucho tiempo la percepción popular no favorecía al proyecto de Perret: su obra fue controvertida, e incomprendida por muchos. Por ejemplo, se le daba el nombre irónico de «Stalingrad-sur-mer«. Y es claro que el centro sí me ha recordado a diversas ciudades de Alemania del Este antes de la reunificación e incluso algunas calles reconstruidas del centro de Colonia o de Stuttgart. Sin embargo, el valor único e incomparable de su proceso de concepción, de creación y de preservación le han valido la inscripción por la UNESCO dentro de la lista del patrimonio mundial, precisamente el 15 de julio de 2005. Este reconocimiento ha favorecido una reconsideración progresiva de los detractores y reforzado el sentimiento de pertenencia de sus habitantes. Además, tiene un rol fundamental en la creciente atracción de turistas del mundo entero (como en mi caso), al grado de que incluso cruceros internacionales se están deteniendo en ella. Contrariamente al caso veneciano, estos enormes buques reafirman una sensación optimista y favorable de parte de los habitantes, que contrasta con la imagen injusta que todavía marginalmente se asocia a Le Havre.

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Ahora consideremos otros elementos únicos de Le Havre, que la vinculan por un lado ¡con Brasil! y por otro, ¡con los impresionistas!

¿Líneas contra curvas? Le Havre es la cuna de la primera Casa de la Cultura en Francia – hoy llamada Le Volcan

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Vista parcial del Espacio Oscar Niemeyer © Rafael Mandujano

El argumentario presentado ante la UNESCO para la inscripción al patrimonio mundial puso también en relieve la incorporación armoniosamente sui géneris en el centro de Le Havre de una obra concebida por otro gigante de la arquitectura mundial. Vayamos paso a paso…

“No hay ninguna casa como ésta en el mundo (…) Recuerden, habitantes de Le Havre, que se dirá que es aquí, hoy, cuando todo comenzó”. « II n’y a pas une maison comme celle-ci au monde… Souvenez-vous, Havrais, que l’on dira que c’est ici que tout a commencé ». André Malraux.

En Le Havre, el 24 de junio de 1961,  André Malraux inauguraba la primera casa de cultura en Francia, lo que marcaba simbólicamente una etapa clave en la política de descentralización cultural que él se había propuesto desarrollar al asumir como “Ministro de Estado, encargado de los asuntos culturales” en 1959.

La Casa de la cultura de Le Havre fue albergada en sus primeros años en el museo que hoy lleva el nombre de Malraux – y posteriormente, durante quince años, en el Teatro de la Ciudad. Sin embargo, el cambio de su localización fue notable ya que después se trasladó a un espacio específico – ¡diseñado por el célebre arquitecto Oscar Niemeyer! e inaugurado el 18 de noviembre de 1982.

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Vista parcial del Espacio Niemeyer – el Grand Volcan alberga un espacio teatral y una agradable cafetería.© Rafael Mandujano

Por la forma del edificio principal, en 1990 se le identificó con el nombre de “Le volcan”, ideado por su director Alain Milianti (en cargo hasta 2006), aunque los habitantes de la ciudad ya lo llamaban coloquialmente “pote de yogurt”.

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Vista parcial del Espacio Niemeyer. Se trata del Petit Volcan, transformado en biblioteca recientemente. © Rafael Mandujano

En 1991, la casa de la cultura cambió de denominación, recibiendo la etiqueta de “Scène Nationale” por parte del Ministerio de cultura de Francia. La programación de “Le volcan” ha sido desde su inicio transdisciplinaria, fomentando los más variados intercambios artísticos, e insistiendo en la generación de nuevos públicos entre los habitantes de Le Havre y su fidelización. Cabe notar que el conocido cineasta franco-chileno Raúl Ruiz fue co-director del centro.

El complejo cultural de Niemeyer entró en obras en el verano de 2011 después de que Niemeyer fuera consultado sobre el proyectado trabajo de renovación y restauración, y su reapertura tuvo lugar el 7 de enero de 2015. Mientras tanto, se definió otra sede temporal, en la estación marítima, con la denominación “Le volcan maritime”. El vasto proyecto de restauración y modernización ha dado una nueva vida a sus instalaciones: éstas incluyen una nueva biblioteca en el Petit Volcan y un espacio público más adaptado a las condiciones de vida actuales, de tal modo que la misión original imaginada por Malraux continuará proyectándose hacia el futuro e irrigando culturalmente al territorio de la ciudad. Localmente, el Petit Volcan está ahora de moda en cuanto a su aspecto de flamante nueva biblioteca de la ciudad: abrió el 3 de noviembre de 2015.

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Vista del Espacio Niemeyer. Se percibe la escultura de la mano del arquitecto en la parte inferior del Grand Volcan. © Rafael Mandujano

A pesar de todas sus cualidades, al inicio, las curvas sensuales y el contraste con la elegancia austera del diseño de Perret dieron lugar también a críticas y a frialdad en la recepción por parte de los habitantes. Sin embargo, actualmente, el espacio Niemeyer forma parte de la misma esencia que enorgullece a la mayoría de ellos.

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Líneas y curvas en moderno matrimonio armonioso: así se apreció, incluyendo a la Unesco. © Rafael Mandujano

Le Havre, la Brasilia a la francesa

Curiosamente, otro aspecto de Le Havre nos remite también a Niemeyer. Solamente Brasilia comparte con Le Havre su inscripción por reconocimiento al patrimonio de las ciudades construidas en el periodo posterior al final de la segunda guerra mundial.

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Brasilia – diseño de Oscar Niemeyer

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Vista desde el «Bassin du Commerce» hacia el Espacio Niemeyer, con la torre de la iglesia Saint-Joseph al fondo. © Rafael Mandujano

El Museo de Arte Moderno «André Malraux» – MuMA y  los impresionistas que pasaron por Le Havre

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MuMA – segunda planta con vista hacia un conjunto de edificios Perret. © Rafael Mandujano

También en Le Havre sobresale el MuMA, obra del arquitecto Guy Lagneau, que fue inaugurada como casa de la cultura en 1961, para después transformarse en 1967 en el primer museo abierto en Francia después de la segunda guerra mundial. El edificio sobresale por su transparencia, su minimalismo voluntariamente en contraste con la arquitectura de Perret, iluminado naturalmente de luz plateada por la cercanía del mar. Fue renovado por Laurent Beaudoin en 1999.

En su proximidad, en la fachada del frente al mar, encontramos la escultura de Henri-Georges Adam, llamada «La señal», otro de los emblemas artísticos de la ciudad. Esta obra pionera del uso del hormigón en la escultura monumental pesa 220 toneladas y tiene 23 m. de envergadura.

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Fachada principal del MuMA con la emblemática escultura «Le Signal» de Henri-Georges Adam. © Rafael Mandujano

En el MuMA hay una gran colección de pinturas de Eugène Boudin (1824-1898) y el museo posee ¡la segunda mayor colección de impresionistas en Francia después del museo de Orsay en París! 

Tanto Le Havre como Sainte-Adresse – municipio aledaño sobre una colina que domina panorámicamente el vasto mar, la ciudad reconstruida y su puerto – atrajeron a pintores, y entre ellos los principales impresionistas: William Turner, Gustave Courbet, Claude Monet, Camille Pissarro, Georges Braque, Othon Friesz, Henri de Toulouse-Lautrec, Maurice de Vlaminck, etc. Un evento fundamental fue que Claude Monet pintó aquí el importante cuadro «Impression soleil levant» en 1872.

Raoul Duffy en particular es otro pintor de una generación posterior a los impresionistas que habitó Saint-Adresse y Le Havre.

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Raoul Dufy (1877-1953), «Souvenir du Havre» (1921), MuMA, Le Havre

La atmósfera singular de la estación balnearia también ha inspirado a escritores y cineastas. En Le Havre se forjó el concepto del existencialismo: Jean-Paul Sartre enseñó filosofía ahí y escribió en ese periodo «La Nausea» (La Nausée). Por su parte, el director finlandés Aki Kaurismäki presentó en 2011 su película Le Havre cuya trama virtualmente hace de la ciudad un protagonista esencial. Y por si fuera poco, también fue filmada en los muelles de Le Havre parte de la película Le Quai des Brumes («El muelle de las brumas«) de Marcel Carné (1938), con una escena ultra-célebre del cine francés, la del beso y la réplica irrepetible :

–  Jean Gabin: « T’as d’beaux yeux tu sais » (Tienes unos ojos bellos, ¿sabes?)

–  Michèle Morgan: « Embrasse-moi! » (¡Bésame!)

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Michèle Morgan y Jean Gabin en la célebre película de Marcel Carné (Le Quai des Brumes – 1938) filmada en parte en Le Havre.

¡Le Havre se está moviendo!

La arquitectura no se ha detenido en los últimos años, y sería un olvido craso no mencionar en este sentido barrios como Les Docks – donde se encuentra la nueva piscina de Jean Nouvel y su taller – estableciendo elementos de la proyección de Le Havre hacia el futuro. El edificio es discreto desde el exterior, con un bello interior blanco compuesto de numerosos mosaicos, y apuesta por los colores vivos en la sección infantil, llena de energía.

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Les Bains des Docks, proyecto del taller de Jean Nouvel. © Le Havre Tourisme

Más allá de la arquitectura, la joven generación de Le Havre se enorgullece hoy claramente de su ciudad, la considera a la moda, conectada al mundo…, para el diseñador Alix Chesnel de LH Concept Store, sus siglas LH resuenan como las de LA (Los Angeles, EU). Por la ciudad tuve la oportunidad de ver a cierto número de paseantes que enarbolaban cual banderas algunas de estas prendas:

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Diseño inspirado en Le Havre de izquierda a derecha: (1) al mismo nivel que metrópolis mundiales; (2) la mano de Niemeyer; (3) King Kong en LH; (4) LH similar a LA.

Adicionalmente, por una curiosa sincronía con la política francesa, el alcalde Édouard Philippe fue invitado por el presidente Emmanuel Macron a ser el Primer Ministro de su gobierno; lo que centró los reflectores sobre Le Havre y sobre cómo había administrado esta ciudad el hoy Primer Ministro; así, por azares del destino, él mismo propulsó aún más la dimensión de festejo del quinto aniversario que originalmente había concebido.

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El Primer Ministro francés, Édouard Philippe (izq.), inaugura la exposición «Clair-obscur» de «Pierre et Gilles» (centro y der., respectivamente) en el MuMA de Le Havre.

Tal sus navíos, Le Havre ha conocido numerosas partidas, y como veremos en el artículo siguiente (48 horas @ Un été au Havre 2017), ahora precisamente zarpa de nuevo, llena de vitalidad cultural  con el programa «Un été au Havre 2017». Y, una excelente noticia: ¡el verano durará hasta octubre!

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